Buenas esta es mi primera historia y va a ir de The Legend of Zelda. Zelda será la protagonista, indefensa etc...Aquí os la dejo...

Érase una vez, en una época un poco antigua, nació una niña llamada Zelda. Era la hija de los reyes de Hyrule. Ella era una niña encantadora, que todo el mundo la adoraba. Aunque nunca podía salir del castillo, ella se sentía muy bien incluso libre.

Pero un día, cuando la pequeña Zelda paseaba por los jardines, se le ocurrió la idea de salir del castillo por primera vez. Y así fue. Ella salió, el problema fue que...¡Se había perdido! Zelda se preguntaba que qué podría hacer, porque caminaba desorientada.

Pero de repente, escuchó un ruido. Ella estaba toda asustada, y de los matorrales más cercanos, salió un gran lobo, blanco y gris, con los ojos azules como el mar, que se le acercó sigilosamente.

Desde entonces, Zelda tiene una gran marca en su hombro, con el mordisco de un lobo. Zelda ya nunca salió del castillo y cogió un enorme miedo a los lobos.

Pasaron los años. Zelda ya era una jovencita de unos...14 años. Era muy bella, la más bella de Hyrule. Ella ya no se acordaba muy bien de lo que pasó, solo se acordaba de la marca, nada más.

Un buen día, Zelda decidió que debía ir a pasear por una vez.

Aunque, su madre no la dejaba.

-Hija mía, ¿para qué quieres ir?

-Pero madre, ¿quiere que me pudra aquí, sin poder hacer nada? Venga madre, haré como si no fuese yo.

-Está bien nena, pero, mantente siempre alerta. -respondió intentando tranquilizarse.

-Sí, madre.

Después de hablar con su madre, Zelda salió tranquilamente a pasear. Claramente, no salió vestida de princesa, si no que salió como una forastera normal y corriente.

Durante el camino, pudo ver a su héroe, a un chico de cabellos rubios ojos azules profundamente como el mar...No era otro que, Link.

Ella se acercó a él.

-¡Hola! -saludó ella.

-¿Prin-Princesa?

-Sí.

-Vamos a un sitio más privado.

-Vale. -obedeció ella.

Así, Link y Zelda fueron fuera de la ciudad, al bosque más cercano.

-¿Qué haces fuera del castillo?

-Ni yo misma lo se, quería irme de una vez...

-Ah..Entiendo que estar encerrada sea un agovio para usted.

-Me alegro de que haya alguien que me entienda, Link..

Link sonrió.

Zelda se giró porque vio unas flores preciosas, eran unas margaritas llenas de color y vida.

-Ah..Qué flores tan llenas de color...¡Y qué llamativas! ¿Verdad, Link? ¿Link? -pero no respondía.

Ella se giró para ver si estaba ahí, pero en lugar de él, pudo ver a un enorme lobo que la miraba fijamente. Era gris con colores negro, ojos azules como los de Link. Zelda dio un paso hacia atrás y el lobo uno hacia delante.

Estaba acorralada, indefensa, sin saber que hacer...

-¡AYUDAAAAAAAA LIIIIIIIIIIIINK! -gritó la princesa, mientras que su corazón iba a 100 por hora.

Comentario: Nunca se me quitarán los miedos hacia los lobos...

¿Os gustó?

¿Es bonita?

Muchas gracias espero que la sigaiisss ;)