Hola de nuevo, y antes de que me quieran asesinar, no he abandonado MAS QUE AMIGOS, ni EL SOL DE MEDIANOCHE (de la cual estoy escribiendo el siguiente capítulo)

Simplemente no podía dejar escribir esta historia, que se me ocurrió hace poco.

Con una dedicación muy especial hacia PRINCESS BY POETRY, y Zorabelh402, y claro a Esme :) deseando que este nuevo Fanfic también sea de su agrado.

Disclaimer: Hey Arnold y sus personajes son propiedad de Nickelodeon y Craig Bartlett. A excepcion de los creados por mí para este fanfic.

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BRUJA Y SAPO

Inicia la Función

La adolescencia siempre ha sido una etapa de nuevas experiencias y grandes cambios; tanto física, como mental y socialmente hablando. Una clara muestra de esto, era el grupo de la pandilla de la P.S.118. Con el tiempo, todos ellos cambiaron, ya sea en mayor o menor grado. Por ejemplo, conocer gente nueva y mantener cerca a los amigos de la infancia, era la idea de jóvenes como Lila, Nadine, Sheena, Eugene, etc. Ser popular y destacar entre el alumnado, eran las prioridades para Rhonda, Gerald, Stinky, Curly, y hasta Sid trataba inútilmente de sobresalir. Tener a raya a los indeseables, poner a la gente en su lugar y demostrar el grave error que era meterse con uno, era la filosofía de Helga Geraldine Pataki.

Se podría decir que la ausencia de Arnold les había afectado a toda la pandilla, por lo menos durante un tiempo.

Sobre el desafortunado detalle de Arnold viviendo lejos, dos miembros del grupo habían resultado afectados de una forma más profunda, en especial Helga. La vida para ella ya no fue la misma desde que regreso de San Lorenzo sin Arnold. La soledad y la melancolía se hicieron su aliada, y las gruesas corazas que alguna vez creo, se fueron fortaleciendo con el paso del tiempo. Ya no portaba más su moño rosa, por lo menos no a la vista de las personas; su cabello lo llevaba trenzado y era acomodado todo bajo una descuidada gorra azul grisácea, la blusa/polera que usaba, era rosa con mangas blancas y una franja blanca a nivel de la cadera, sus pantalones eran holgados del tipo gastado. Si tenía buen cuerpo o no, solo ella lo sabía, nadie la había visto vestida de otra forma desde hace mucho tiempo; puesto que no era asidua a las fiestas y en realidad, su principal motivación había desaparecido.

En cuanto a Gerald, el moreno también sintió de forma importante la despedida de Arnold. Ya no estaba aquel que en muchas ocasiones se convirtió en "la voz de la razón", su compañero de aventuras y por encima de todo, su mejor amigo desde que tenía memoria. Su relación con Phoebe tuvo sus altibajos, pero fue muy buena, por lo menos hasta que su padre decidió que necesitaba encontrarse con sus raíces orientales, y termino mudándose junto con sus padres a Japón. El moreno recorto su cabello y lo alboroto un poco, se dejo crecer un poco la barba y su vestimenta lo hacía verse como su hermano mayor Jamie O. a su edad; portaba una chaqueta negra con mangas beige, su clásica playera/polera roja con el número 33 y pantalón de mezclilla azul, con zapatos tenis converse rojos. Lo que si cambio en forma drástica fue su comportamiento. Después de varios años de convivir con Harold, Sid y Stinky, su forma de ser termino siendo la de un total "idiota" (tal y como lo describía Helga)

Rhonda Wellington Lloyd se abría paso entre los estudiantes que ocupaban los largos pasillos de la preparatoria de Hillwood, siendo seguida de cerca por Nadine – mjm, mjm atención a todos, quiero hacer público un aviso. Como muchos sabrán, se acerca mi cumpleaños número dieciséis y es costumbre de la alta aristocracia el celebrar tan memorable evento; para esto Nadine les entregara una invitación a mi fiesta exclusiva que se realizara en un yate ¿¡pueden creerlo! ¡Por Dios, estoy tan emocionada!

Nadine inicia la repartición de las invitaciones y se acerca a una persona, cuyo rostro estaba oculto tras la puerta de un casillero abierto – disculpa, ¿ya tienes invitación para la fiesta de Rhonda?

De repente, el casillero es cerrado por un fuerte golpe, llamando la atención de algunos que se encontraban cerca, y asustando a la morena, al ver el rostro molesto de Helga – largo de aquí sabandija – mascullo entre dientes.

– s-si Helga – Nadine se apresuro para no disgustar más a la rubia y continuo entregando las invitaciones.

– ¿Qué no piensas invitar a Helga, Rhonda?

La pelinegra le dio a Lila una sonrisa burlona – querida Lila, déjame te explico cómo son las cosas. Las fiestas, en especial las mías, son hechas para gente hermosa y popular como yo, no para sosos y feos como… bueno, tu sabes a quien me refiero.

Helga solo había dado unos cuantos pasos, pero aun permanecía lo suficiente cerca para escuchar las malintencionadas palabras de Rhonda. Sin moverse, rodo los ojos hacia la pelinegra y siguió su camino – ¿A quién más le falta invitación? – grito Rhonda, levantando la invitación que traía en su mano.

Lila se agacho triste y negó con la cabeza, acomodo su bolso y se fue en búsqueda de la chica de una sola ceja.

– ¿Nadine, están todos los de la lista? – Sorpresivamente, un brazo rodea los hombros de Rhonda dándole un fuerte susto – ¡AH! ¿Quién eres?, ¡quítate de encima engendro!

– ¿Engendro? Hermosa Rhonda, creo que merezco más respeto – le dice Gerald soltándola, no sin antes arrebatarle la invitación que llevaba en sus manos – yo me quedo con esto.

– Gerald Johanssen, tenías que ser tú… Nadine, dame la tabla – la morena apenas extiende la tabla con los nombres de los invitados, cuando Rhonda se la arrebata – veamos, según la lista de invitados realizada por Nadine y revisada dos veces por mí, tu no apareces – finaliza y le entrega la tabla a la morena.

– vamos Rhonda, no puedes hacerme esto, pensé que tu y yo éramos amigos.

– Nadine, por favor.

– bueno Gerald, según la bitácora de Rhonda, tú te entrometiste cuando Ethan estuvo a punto de invitarla a salir, el día tres del mes pasado durante…

Rhonda le muestra la palma de la mano a su amiga, a modo de callarla – Como veras querido Gerald, si no hubieras invitado en ese momento a Ethan al estúpido juego de futbol americano, tal vez te encontrarías en mi lista.

– Rhonda cariño por favor, seguro que invitaste a Claire y quiero demostrarle el famoso lado romántico de Gerald Johanssen, si sabes a lo que me refiero.

La pelinegra enarca una ceja y con cuidado, pone su mano en el pecho del moreno, que la volvió a rodear de los hombros – créeme querido, no sé de qué me hablas y no estoy interesada en averiguarlo… además, por si no lo sabes, Frederick ya invito a Claire.

Ese tipo, ¡demonios! no puedo creer que se me adelantara – pensó Gerald – de todas formas ¿puedo ir?

– Lo pensare – respondió con fastidio, lo empujo del pecho y continúo su camino.

En otro lado, Helga llegaba al salón de clases, donde tendría literatura.

– ¡Helga caminas muy rápido! – le reclama la pelirroja, tomando un poco de aire.

Helga solo se encogió de hombros y se aproximo a su lugar de costumbre – yo no tengo la culpa de que seas tan lenta Lila.

La pelirroja se sentó junto a ella, como lo hacía siempre en esa asignatura – Helga, sobre lo que dijo Rhonda, tu sabes cómo es ella y bueno… ¿estás bien?

La mirada de Helga se hizo más molesta – ¿tú crees que me importa la opinión de una estirada como la princesa Rhonda Lloyd? ¡Criminal Lila! Creo que merezco más merito que eso – termina hundiéndose en su pupitre, cruzándose de brazos.

A pesar de la tosca reacción de Helga, Lila sonrió – está bien Helga, eres mucho mejor que eso – le dice con una franca sonrisa, apoyando su mano sobre el hombro de la chica.

El timbre resonó y todos los alumnos que se encontraban en los alrededores, apresuraron el paso hacia las aulas. Minutos más tarde, el salón de literatura ya se encontraba lleno; Rhonda, Nadine, Eugene, Ethan, Frederick, Stinky, Harold, Curly, Brainy, Lila, y Helga, eran algunos de los estudiantes que esperaban la llegada del profesor.

– Buenos días chicos, siento llegar tarde – el maestro era un recién graduado en filosofía y letras, que aunque no era apuesto, tenia buen porte y carisma, haciéndolo irresistible – ¿Qué creen? les tengo una buena noticia – toma la silla, acomoda ahí su maletín y se sienta sobre el escritorio – vengo de hablar con el director y acepto mi propuesta sobre nuestro taller teatral.

Un pequeño adolescente pelirrojo dio un enorme brinco en su asiento – ¡es una excelente noticia maestro Callahan!

– mientras no tropieces y rompas todo el escenario, Eugene – responde Helga, recargándose sobre su escritorio.

El profesor Callahan se acerco a Helga y le removió un poco su gorra – vamos chicos no se burlen de su compañero, Helga permíteme continuar por favor.

Rápidamente, Helga se acomodo su gorra, mientras que el maestro dirigió sus pasos al fondo del salón y se puso a un lado de Eugene – algo más chicos, como vamos a empezar en forma de taller experimental, voy a necesitar que todos participen.

Las quejas comenzaron, siendo acompañadas por abucheos y rotundas negaciones.

– no profesor, como cree – menciono Stinky.

– Creo que me voy a enfermar – refuto Harold, apoyando su mentón en el escritorio y llevando sus manos a su calva cabeza.

– Esto tiene que ser una broma – exclamo Frederick.

– No cuenten conmigo – reclamo Curly.

La mayoría de los hombres no estaban de acuerdo. Claro que las cosas eran distintas con las chicas (o la mayor parte de ellas).

– Oh esto es emocionante, definitivamente la actuación es una de mis artes favoritas – dijo Lila, tomando sus manos entusiasmada.

– Esta idea es muy buena Nadine, al fin voy a hacer que toda esa bola de sosos puedan admirar uno de mis tantos talentos – le comenta Rhonda a Nadine, quien solo asiente.

– Estoy segura de que va a ser una experiencia inolvidable – puntualiza Sheena, mirando con emoción a Eugene, quien en respuesta le sonríe nerviosamente.

Caminando de vuelta a su escritorio, el señor Callahan escucha una voz en particular – Búsquese a otros perdedores – se gira y ve que Helga sube las piernas al pupitre, al tiempo que se recarga en su asiento.

El joven maestro da un largo suspiro – Helga, no subas los pies en el escritorio y lo siento mucho, pero todos participaran en este montaje – se acerca a su maletín y saca un juego de llaves – chicos, no solo quiero que aprendan que son los fonemas, en donde se pone el punto y coma, como se elabora un acróstico; la literatura tienen que vivirla, tienen que sentirla, tienen que experimentarla.

Después de esto se hizo un largo silencio – Está bien jóvenes, no me dejan otra alternativa. Todos iremos al auditorio en este momento y cada uno tendrá un papel en la obra que será elegida entre todos.

Los alumnos se miraron entre sí, y algunos que tenían un poco de interés en eso, tomaron sus cosas y se pusieron de pie, entre ellos Lila – ¡Ah! y para aquellos que estén pensando en no entrar a las audiciones, solo quiero dejar algo muy en claro, esto valdrá cuarenta puntos sobre su calificación final.

Un fuerte golpe, llamo la atención de todos – ¿cuarenta puntos? ¿Es significa que si no participo tendré que sacarme los setenta puntos para el examen?

– tendrías que sacar SESENTA niño rosado, primero aprende a sumar – después de su brusca aclaración, Helga desvía su rostro hacia el maestro – ¿es acaso una broma? No puede hacernos esto señor Callahan.

– el examen valdrá treinta puntos Harold. Al final del curso, presentaran un ensayo cuyo valor también será de treinta puntos y lo siento mucho Helga, pero no, no estoy bromeando, los veo en el auditorio en quince minutos.

– Maldita sea mi suerte – mascullo la rubia entre dientes, tomando sus pertenencias con coraje y está a punto de salir, cuando una mano en el hombro la detiene.

– Helga, necesito hablar contigo.

Lila se detuvo en seco y cruzo miradas con la pelirrubia – te veo en el auditorio Helga.

El señor Callahan espero a que el último alumno saliera del aula. Despacio cerró la puerta y dio una larga inspiración, exhalando muy despacio – Helga, quiero que sepas que hable con la señorita Smith, sobre tu trabajo del año pasado.

– un momento Jeff, ¿me detienes solo para hablarme de mi trabajo del año pasado? ¡Criminal!

Los trabajos de literatura que la chica hacia, le habían ayudado a acercarse al profesor, teniéndole la confianza suficiente para llamarlo por su nombre. Empero a esto, el joven profesor Callahan podía ser un buen amigo, pero también un maestro muy estricto – Helga entiende, en tus trabajos escritos eres sobresaliente, que digo, más que sobresaliente… eres brillante, pero tu actitud es muy diferente a tu poesía. Cualquiera diría que tienes un alma de poeta, atrapada en una enorme fortaleza de rudeza.

La rubia se tenso en el acto, no podía creer lo perceptivo que era su maestro. De inmediato puso su cara de indiferencia – bien dime, ¿Cuál es el punto?

– Helga, esta idea de la obra de teatro fue inspirada por ti, para ayudar a personas como tú y que puedan expresarse libremente, sin temor a ser señaladas como…

– Sí, sí, ya entendí – la rubia interrumpe a su maestro y con su clásico mal humor, abre la puerta del salón.

– quiero que también seas mi asistente y no se te olvide, te veo en el auditorio dentro de quince minutos – esto último lo dijo casi en un grito, pues Helga ya estaba bastante retirada.

La rubia camino a paso lento al auditorio, pensando la tristeza que le podía dar el volver a interpretar un papel, como el de la obra que hizo en cuarto grado – espero que no se le ocurra a Jeff hacer alguna obra de Shakespeare, para mi seria– pensaba con un dejo de melancolía, hasta que una pelirroja la saco de su ensoñación.

– ¿no es emocionante Helga? Hace mucho tiempo que no estamos en una obra de teatro.

Helga enarco una ceja, llevo manos a la cintura y rodando los ojos a un costado, sintió la molesta respiración sobre su hombro. Apretó los puños pero no golpeo al chico de anteojos, sino que lo rodeo del cuello – Brainy, Brainy, Brainy… ¿Cuántas veces te he dicho que no respires tan cerca de mi?

– Ahhh…ahh… ¿muchas?

– aja, y dime muchachito ¿Cuántas veces me has hecho caso?

– Ahhh… ahhh… no se…

– ¡Nunca!, ¡nunca es la respuesta! Por Dios chico listo, algún día me vas a matar de un susto.

– Ahhh… ahhh… lo siento Helga.

– Solo mantén la distancia genio – la rubia hizo un lado a Brainy y los tres se fueron a sentar a las butacas.

Veinte minutos después, el maestro Callahan llego junto con la señorita Smith – siento la tardanza jóvenes, todos recuerdan a la señorita Smith del curso pasado ¿cierto?

– Hola señorita Smith – fue la respuesta poco animada, por parte de los chicos.

– Es un gusto verlos a todos de nuevo – comenta mirando de reojo a Helga, quien solo se cruza de brazos y rueda los ojos – La idea de su profesor es muy alentadora, esperamos contar con la participación de todos ustedes.

– claro, porque si no tendría que sacar diez en el examen y el ensayo – responde Harold lloriqueo, provocando las risas de los demás.

– Por favor Harold, no puede ser tan malo – la señorita Smith paso entre los alumnos y a cada uno le entrego una hoja, mientras que el profesor Callahan escribía en un pizarrón movible, tres números en forma vertical.

– Bien jóvenes, la señorita Smith les ha dado a cada uno una hoja, donde pondrán el nombre de la obra que elegirán entre tres opciones, y echaran su hoja doblada en esa caja que pusimos en la mesa. Espero que cada uno haya traído una pluma, ¿alguien tiene una idea?

– ¡Yo! Quisiera repetir una obra que hice en cuarto grado… Eugene, Eug… ¡AH! – Eugene caminaba hacia el maestro, cuando se tropezó con un cable de sonido – estoy bien.

– olvídalo fenómeno, no estoy dispuesta a participar en esa obra de "Eugene, Eugene" – Rhonda toma su pluma, dobla el papel y lo echa a la caja.

– ¿Cuál fue tu elección Rhonda? – Pregunta Lila, juntando sus manos.

– ¿Cuál más? "Romeo y Julieta" por supuesto – desvía su mirada hacia Ethan, quien le sonríe en respuesta – la protagonista tiene que besar al apuesto de Romeo… y estoy segura de que me veré hermosa como Julieta.

La pelirrubia abrió grandes los ojos, se fijo en el pizarrón y confirmo que el maestro apuntaba "Eugene, Eugene" y "Romeo y Julieta" como opciones. Su rostro mostro gran angustia pues en la primera, Arnold había participado con Lila y en la segunda, había tenido su primer beso con él. El murmullo de aceptación hacia la segunda obra tenso a la uniceja, y comenzó a mirar en todas direcciones, esperando que alguien más dijera una tercera opción.

– Lila, ¿cómo demonios se llama el ballet ese, en el que participaste el año pasado? – le cuestiono apretándola de los brazos con fuerza.

– Creo… – la pelirroja llevo el dedo índice a su boca – ¿te refieres al "Lago de los cisnes"?

– ¡El Lago de los cisnes, eso! – grito Helga, llamando la atención de todos.

La chica uniceja enmudeció, al ver como todos la miraban extrañados – Helga, ¿quieres poner "El Lago de los cisnes" como tercera opción? – pregunto Callahan, mirando intrigado a la rubia.

– Este… – Helga rodo los ojos de nuevo al pizarrón – si profesor, me gusta mucho el Lago de los cisnes y tiene mi voto – apunto el nombre de la obra y lo echo en la caja.

Los maestros cruzaron miradas – bueno Helga, en realidad estamos hablando de un ballet clásico, pero creo que puedo buscar la historia escrita.

Helga se cruzo de brazos sintiéndose aliviada, por lo menos hasta que hablaron los hombres – ¡Yo no quiero danzar como bailarina de ballet, eso es para afeminados!

– No te preocupes Harold, traer una malla no es tan incomodo – dice Eugene, recibiendo extrañas miradas por parte de los chicos.

– ¡Criminal! Tengo que convencer a estos engendros de que hagan el estúpido ballet, pero ¿Cómo lo hago? – Helga miro a Lila y a todas las chicas y se le ocurrió una idea.

– ¿Por qué no hablas con ellas para que les expliques como es la historia Lila? – Helga empujo a la pelirroja hacia Rhonda y compañía.

– Er… está bien Helga – Lila comenzó a contarles a las chicas sobre la historia central del Lago de los cisnes, mientras que Helga se acerco sigilosa a los chicos.

– La verdad yo odio vestir tan estirado; creo que si hacemos la de Romeo y Julieta no tendría tantos problemas, aun me acuerdo de mi dialogo… o por lo menos la mayor parte – comenta Stinky con su conocida voz campesina, rascándose la cabeza.

– Nada de lo que digan me hará cambiar de opinión – sentencio Harold, cruzándose de brazos.

– Estoy contigo Harold – finalizo Curly, también cruzándose de brazos.

Pero antes de que cualquiera apuntara su decisión, Helga empezó a platicar con ellos – es una lástima que no escojan la obra ballet, muchachos.

– ¿Por qué lo dices Helga? – pregunta Ethan, chico alto, bronceado y de buen cuerpo, con un hermoso cabello castaño oscuro y ojos verdes.

– Por si no se han dado cuenta, en el ballet las chicas usan una diminuta falda que se eleva con cada vuelta que da, mostrando más allá de lo que pueden ver en la clase de deportes; y no solo eso, la mayoría de las veces también usan un atrevido escote – se pone en medio de Harold y Curly, haciendo un cuadro con sus dedos (como si fuera directora de cine) y enfoca a una chica en especial – me pregunto ¿Cómo lucirá la princesa Rhonda Lloyd en minifalda y escote? Porque Lila se veía muy sensual.

Todos los chicos se asomaron por el espacio que hacían los dedos de Helga, poniendo cara de "ensoñación" (en especial Harold y Curly)

– ¡Esta decidido amigos! – dijo Frederick, tomando su papel.

– ¡Será el lago de los cisnes! – mencionaron en conjunto y rápido metieron sus papeles en la caja.

En cuanto a Helga, esta dio una irónica sonrisa, sacudiendo sus manos – hombres, solo es cuestión de alborotar un poco sus estúpidas hormonas, y los tienes comiendo en la palma de tu mano.

Con las chicas, la cosa fue más sencilla. Lila les hablo de los delicados movimientos y los bellos vestidos que usaban la protagonista y sus consortes, dando como resultado un gran entusiasmo por la obra ballet.

Los votos fueron realizados y contados por los maestros – muy bien jóvenes, casi por decisión unánime, queda "El Lago de los Cisnes" como la obra que presentaremos – comenta el profesor.

– creo que no vamos a batallar con la música, señor Callahan – menciona la señorita Smith, una profesora de edad media, afroamericana y de cabello negro, cuyo aspecto era de alguien más joven.

– bueno, por lo pronto es todo y antes de irse a su casa pasen al auditorio, dejare en el mural de la entrada los personajes de la obra junto con su descripción, para que cada uno analice cuál de ellos quiere interpretar.

– ¿Por qué no hacemos eso ahorita maestro? – pregunta Sheena.

– Necesito revisar la obra Sheena y acomodar el guion para que todos salgan a escena, y recuerden, no hay papeles pequeños. Los veo mañana para las audiciones aquí mismo – mete una mano al bolsillo de su pantalón y se acerca a Helga – Helga tú te encargaras de abrir el auditorio – el maestro le extendió a la rubia, un juego de llaves.

– ¿yo? ¿Pero porque yo?

– Me parece excelente maestro Callahan, Helga tu vas a ser nuestra asistente – dice entusiasmada la señorita Smith.

– ¡Argh! No es justo – exclama Helga con fastidio, se da la media vuelta y sin esperar a nadie, sale del auditorio.

Dio la hora del almuerzo, y Helga estaba formada junto con Lila y Brainy en la fila de la comida – Oh Helga, en serio estoy muy emocionada, "El Lago de los Cisnes" es definitivamente mi ballet favorito.

– si hermana lo que tu digas, y dime ¿de qué se trata la historia? ¿Son un montón de aves que aprenden a bailar o qué? – pregunta al tiempo que toma un vaso con pudin de limón.

Lila y Brainy cruzaron miradas – Helga, ¿no recuerdas? Hasta fuiste a verme junto con Brainy.

Helga abrió enorme los ojos, dirigió su vista hacia Brainy, quien comenzó a reírse – bueno… yo…

– Ahhh… ahhh… se quedo dormida… – dice Brainy, poniendo una dulce mirada al recordar, como Helga durmió recargada en su hombro.

– ¡Brainy! – Helga acerca su rostro ceñudo, al chico de anteojos.

– Pensé que me habías visto en mi recital Helga – comenta Lila un poco decepcionada, tomando su ahora coleta/cola de caballo y enroscándola en sus dedos.

– ¡Ash de acuerdo, lo admito! en serio quería verte te lo juro, pero bueno… esa música era muy relajante y no había dormido bien en días.

Lila sonríe y toma su charola – está bien Helga, por lo menos fuiste.

Los tres pagan sus almuerzos y se dirigen hacia una mesa vacía. Minutos más tarde llegaron Rhonda junto con Nadine, Sheena, Katrinka y Danna, una hermosa chica rubia de ensortijada cabellera, y con grandes aires de superioridad al estilo Rhonda – Hola Lila, queremos saber más acerca de ese ballet, sobre todo el nombre de la protagonista, papel que estoy segura interpretare.

La pelirroja apenas iba a hablar, cuando Helga se le adelanta – para que lo sepas princesa querida, tienes que saber bailar ballet – le dice antes de llevar un bocado de comida a su boca.

– Como se ve que eres una ignorante Pataki – Rhonda abre sus brazos y separa a sus amigas – háganse a un lado chicas, que el arte va a ser expresado – Pronto, la pelinegra comenzó a hacer movimientos finos y delicados, dio una gentil vuelta seguida de un pequeño brinco.

Varios chicos que ya la habían rodeado, veían algo asombrados a Rhonda, quien dando unos pequeños pasos, regreso a su posición central.

– cielos Rhonda, bailas estupendamente – refiere Sheena, siendo apoyada por Lila.

– Vas a ser una excelente Odette, Rhonda – menciona la pelirroja.

– Pero que tonterías, no puedo creer lo patética que puedes ser Rhonda – replica Helga, dando varios bufidos y dejándose caer más en su asiento en forma holgada, estirando sus largas piernas y cruzando sus brazos.

Esta acción paso desapercibida para Rhonda, que dio otro pequeño brinco y al caer, termino tropezándose con los pies de Helga, quien también cayó de su silla. Y para colmo de males, Rhonda cayó sobre Eugene, que llevaba una bandeja llena de comida.

– ¡AAAH! – el grito de ambas adolescentes hizo que más personas se acercaran. Lila y Brainy se aproximaron con Helga, Sheena se apresuro hacia Eugene, en tanto que Nadine y Danna se inclinaron hacia Rhonda – ¡Rhonda! ¿Te encuentras bien, no te lastimaste?

– ¡No diablos…! me duele mi tobillo ¡AY! – La pelinegra se tomo su tobillo derecho y cuando se sentó en el piso, se percato de las enormes manchas de comida en su ropa – ¡Dios mío!, mi ropa importada de Francia.

Las discretas risas, burlas y grandes carcajadas, se comenzaron a esparcir por toda la cafetería. Rhonda dirigió sus furiosos ojos a Helga – ¡Esto es culpa tuya Pataki!

– ¿mía? – Pregunta Helga, frunciendo el entrecejo mientras es ayudada por Brainy a ponerse de pie – ¡yo no tengo la culpa de que seas una inútil bailando, princesa!

Las risas aumentaron cuando Rhonda se puso de pie y dejo ver, que se sentó sobre los restos de comida.

– miren todos, Rhonda se hizo en los pantalones jajaja – grito Sid, provocando un aumento en las burlas.

– ¡Esta me las vas a pagar caro Helga! – grita la pelinegra, antes de salir cojeando furiosa de la cafetería, siendo seguida por Nadine y Danna.

– jajajajaja ¡claro princesa, pero primero límpiate el trasero! jajajaja – responde Helga ahogada en risa, recibiendo una mirada de reproche por parte de Lila; pero en cuanto vio el pantalón de Rhonda, no aguanto más y rio junto con el resto de los estudiantes.

– Esa Pataki, ¿quien se cree que es metiéndome el pie a mí, Rhonda Wellington Lloyd?, me las vas a pagar por esta humillación, quitándote el papel protagónico – renegaba Rhonda, caminando con dificultad por el pasillo.

– No creo que puedas audicionar para el papel principal de la obra Rhonda, estas cojeando mucho, además dudo mucho que Helga quiera audicionar para el papel de Odette – le afirma Nadine, que ve preocupada el tobillo de su amiga.

– ¡No puede ser, no voy a poder ser la protagonista! Helga esta vez sí que se paso de la raya, la voy a humillar tanto, que va a desear no haberse metido conmigo nunca.

– Rhonda, creo que lo que paso allá adentro fue un accidente, yo no vi que Helga metiera el pie a propósito – vuelve a intervenir Nadine, puesto que ella presencio todo.

– No Nadine, Helga tiene que pagar por lo que le hizo a Rhonda – replica Danna – y tiene que sufrir de la peor forma.

– ¿Ves Nadine? A eso se le llama apoyo – la pelinegra hace su larga y lacia cabellera a un lado. Desvía sus ojos hacia lo largo del pasillo y ve a una pareja, reconociendo de inmediato al chico que corteja – y creo que se me está ocurriendo una idea.

– Anímate Claire, estoy seguro de que te divertirás más conmigo que con ese tal Frederick.

Claire era una curvilínea chica de cabello castaño y piel aperlada, con unos hermosos y profundos ojos negros – en verdad me gustaría Gerald, pero ya le di mi palabra a Frederick – la chica baja la vista y lo toma de la mano – si te veo en la fiesta, te prometo bailar contigo una canción – se acerca al rostro del moreno y le planta un beso en la mejilla – nos vemos.

– Hasta pronto hermosa Claire – Gerald cierra su casillero y se sobresalta al ver que detrás de la puerta, estaba Rhonda – ¿Rhonda que haces aquí? ¿Acaso me estas espiando? O quizás estás celosa – le interroga rodeándola de la cintura en forma seductora.

– jaja, Gerald, Gerald, Gerlad… vine para decirte que he reconsiderado tu invitación a mi fiesta de cumpleaños.

– ¿En serio? caray Rhonda, sabía que me invitarías – está a punto de abrazarla como agradecimiento, pero la pelinegra le pone una mano en el pecho, deteniéndolo.

– No tan rápido querido, para poder ir a mi fiesta tienes que tener una pareja y como todos ya tienen una, solo queda una chica disponible.

– No importa Rhonda, tú dime quien es y yo la invito.

Rhonda sonrió con malicia, acerco su bello rostro al de Gerald y le dijo casi como burla – podrás ir a mi fiesta, si invitas a Helga G. Pataki.

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ConTinUarA...

Bueno amigos, Rhonda está más que brava y ahora su mente esta maquinando un plan para vengarse de la humillación que le "supuestamente" le hizo la rubia. ¿Para que querrá que Helga vaya a su fiesta de cumpleaños? ¿Aceptara Gerald la propuesta de Rhonda?

Nos leemos luego ;)

MaRyMoRaNTe:)