ADVERTENCIAS:
Asdasdadsasdasdasdasdasd, yaoi.
TEMPERATURA
Calor:
Era otra fría mañana de lunes, el cielo estaba gis y la temperatura calaba hasta los huesos.
-Joder -. Susurro un chico pelirrojo, sentándose con pesadez en el borde de la cama y soltando gentilmente el agarre del cuerpo que tenía a su lado derecho.
Pasados unos segundos, se incorporo, estiro sus músculos y se dispuso a prepararse para iniciar el día, puso un pie en frente, listo para dar un paso y avanzar hasta la puerta de la sucia habitación, pero una delgada mano aferrándose con algo de fuerza a su muñeca, lo detuvo.
-Quédate, hace frío -. Ordeno Mello, haciendo más firme su agarre y halando a Matt de nuevo a la cama.
-No puedo y lo sabes -. Dijo el mayor, tratando torpemente de no caer después de que el rubio lo halara con rudeza del brazo.
-Quédate, Matt -. Pidió Mello, con tono demandante mientras lo miraba a los ojos.
Mail asintió con la cabeza y volvió a meterse bajo las cálidas sabanas, abrazando a Mihael por el cuello y plantándole un casto beso en los finos labios.
-¿Qué dirán tus amigos de la mafia por no presentarte hoy? – Cuestiono el pelirrojo a la vez que con su nariz, rosaba las sienes del otro.
-No pueden decir nada. Después de todo, yo soy el jefe -. Contesto sonriendo con sorna y usando un tono de voz prepotente.
Se quedaron así unos minutos, perdiéndose en la mirada del otro, azul contra verde esmeralda.
-Menuda maña que tienes, ¿eh? – Dijo Matt, sonriendo de medio lado y dándole una mirada lujuriosa a la ropa, o mejor dicho, poca ropa que el rubio utilizaba para dormir.
Mello chasqueo la lengua con fastidio y dijo:
-Si te molesta, ve a dormir al sofá.
Sabía lo malhumorado que podía llegar a ser el oji-azul, pero por algún extraño motivo, ese día se había despertado aun mas "amable" de lo usual, a esta altura ya lo habría echado de la cama.
-… Lo siento-. Susurro Mail.
-No te disculpes.
-… Lo sie... nto.
Mello solo rodo los ojos, tanteo sobre el colchón en busca de las manos del gamer y las guio alrededor de su cintura, indicándole con este gesto que quería que lo abrazara, le dio un apasionado beso y luego, giro sobre sí mismo, dándole la espalda. Pasaron unos minutos en silencio y Mail noto como la respiración del rubio empezaba a compasarse.
-Hey, si te vas a dormir, entonces me largo -. Replico Matt. Mello, no respondió. – Hey, Mello-. Le llamó, pero este seguía sin escucharlo. Se levanto nuevamente y fue a la ducha, desnudándose por el pasillo, arrojando la ropa por ahí.
Llego al baño completamente desnudo y abrió la llave de la ducha, se miro al espejo y vio que tenía un moretón en el cuello, sonrío y presiono la azulosa mancha con el dedo índice, dolía un poco pero no le importaba, después de todo, Mello era quien la había hecho en esos momentos donde los vecinos debían subir el volumen de sus televisores para no escuchar los gemidos y gritos cargados de placer que provenían del departamento contiguo.
Se metió en la ducha y un suspiro salió de sus labios, el agua estaba fría, había olvidado que el calentador eléctrico estaba averiado.
-No te quedaste a dormir conmigo -. Escucho que alguien decía detrás de él. Se giro, sobresaltado, para encontrarse con la enojada mirada del rubio que estaba desnudo, con él, en la ducha.
-Tú te quedaste dormido -. Dijo Matt en su defensa.
El rubio solo lo abrazo, temblando un poco por la temperatura del agua. Mail se extraño al ver al rubio tan cariñoso.
-¿Qué pasa, Mihael? -. Le susurro el pelirrojo al oído – estas muy tierno el día de hoy.
-¿No te gusta? – le pregunto, pasando con suavidad la lengua sobre el cuello ajeno, deleitándose con el sonoro suspiro que salió de su boca.
-Sí, ¿pero por qué?
-No lo sé. Supongo que es por el frío.
Vaya respuesta. Si a Mello le afectaba el clima, esperaba que siempre hiciera frío, le encantaba ese lado tierno e indefenso del rubio, era de esas pocas veces en las cuales podía acercarse a el sin recibir un golpe o un disparo de su parte.
-Te amo, Matt.
-Yo a ti, Mello.
Gracias por leer, pronto subiré la segunda parte :3.
