Akagami No Shirayuki Hime.
Historia sin fines de lucro, de fans para fans. Los personajes no me pertenecen son propiedad de su respectivo autor.
One-shot.
Esos ojos...
ObixShirayuki.
...
"Señorita" Habló Obi cordialmente, sonriendo. La chica se encontraba cerrando la puerta de la habitación cuando escucho al sigiloso hombre.
"Buenos días, Obi" Saludo felizmente Shirayuki.
Se miraron a los ojos intensamente por unos segundos, hasta que Obi apartó la mirada, más sonrojado que nervioso, y la peliroja calmó la situación con una sonrisa y una tenue risa, como siempre.
Parecía ya hábito el hacer eso, pero sin importar cuantas veces lo hicieran, Obi no podía dejar de mover sus ojos de un lado a otro, exaltado.
"Va-vamos, ojou-san" Una vez recuperado (medio) incitó a la chica a seguir, maldiciendose internamente por tartamudiar.
Ella solo asientió. Comenzaron a caminar por el gran pasillo, calidamente iluminado por el Sol.
Shirayuki se sentía como una niña.
Tomada de las manos con sus brazos en la espalda, un pequeño sonrojo, una sonrisilla tonta y sin dejar de observar los ojos de su guardaespaldas, por así decirlo.
Sus esmeraldas escuadriñaron los oliva del hombre, que al parecer no lo había notado, estaba muy ocupado mirando a su alrededor, como si fuera lo más importante del mundo. Los ojos de Obi tienen un brillo que convinado con sus sonrojadas mejillas hacían un juego hermoso, algo que a Shirayuki le hechizaba.
Los felinos ojos de Obi son algo que Shirayuki nunca se cansaba de observar, eran imanes para ella.
Ahora Shirayuki se sentía como una acosadora.
Llevaba más de medio camino sin dejar de ver los ojos del chico.
Simplemente no podía dejar de apreciar los gatunos ojos de su acompañante, ¡eso es! gatunos, los ojos de Obi son como los de un gato, mejor dicho Obi era como un gato: silencioso, tranquilo, feroz, fuerte, como el aire.
No podía evitar dejar de pensar (y suponer) cosas sobre Obi, podria decirse ella misma que era curiosidad, pero a ojos de los demás sonaria pretencioso y hasta pervertido.
Pero había momentos en los que Shirayuki sabía que debía hacerse a un lado y no preguntar.
Pero...
¡Que más daba! le era muy interesante eso.
Y en este preciso momento Shirayuki se sientía muy afortunada.
Los profundos ojos de Obi son algo que jamás se cansaría de apreciar, porque a vista de ella eran un mundo desconocido en el cual nadie a entrado, y al que ella se quiere embarcar.
Que a veces esas pupilas se llenaban de melancolía, de enojo, de burla, sarcasmo, pero siempre terminaba en alegría, intensa alegría, como debería de ser.
Esos olivas ojos, son un enorme tesoro, que se esconde entre sus parpados y sus finas pestañas cuando una tosca y alegre sonrisa se asoma en su rostro, son montones y montones de aspiraciones que él guarda, que él aprecia, que ella aprecia, que ella admira...
Porque Shirayuki se dio cuanta que a donde quiera que fuera, que por más lejos que intentara correr o escapar, un par de filosos ojos la seguirían.
Y que esos ojos, son algo que nunca en su vida, por más dinero y felicidad que se le ofrecieran, se atrevería a cambiar...
...
Tengo que admitir que ¡A-M-O esta pareja!
Y oficialmente declaro mi amor a Obi al ver el episodio 5 de la segunda temporada de Akagami No Shirayuki Hime, M-U-E-R-O, ameeeeee ese capitulo, ajbhabhagsj.
Bueno, Arigatou Gozaimasu por leer.
Se despide Johana Uzumaki.
Domo...
