Prefacio

Capítulo beteado por Flor Carrizo
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Flor, muchas gracias por tu ayuda y asesoría, la historia no podría estar quedando mejor sino fuera por tu ayuda


Isabella Swan desde niña siempre se caracterizó por ser una persona extrovertida y distraída, aunque tímida a la hora de expresar sus sentimientos, muy miedosa en todos los sentidos. Era conocida como buena amiga, comprensiva, y por sus ojos achocolatados que difundían confianza y esperanza, siempre dispuesta a ayudar a todos, sin tener nada a cambio.
Junto con su amiga Rosalie, tres años más grande que ella y su vecina, siempre vivían muchas aventuras, siempre confidentes. A pesar de no ser familiares de sangre, ellas se consideraban hermanas.
También estaba Jacob, el mejor amigo de Emmett, siempre estaban juntos, lo que provocó que Bella también lo quisiera como a un hermano.
Bella vivía con su padre Charlie, jefe de policía en Forks, y Emmett, su hermano mayor por siete años.
Renée, la madre de Bella, murió cuando ella apenas tenía cuatro años, por lo que casi no la recordaba, pero Charlie y Emmett, siempre le infundieron el recuerdo de su madre, eso ayudó a que Bella creciera siendo una niña feliz, llena de vida.

A Edward Cullen, desde niño, se le caracterizó por ser serio, una persona muy cerrada con los demás.
La relación con su madre, desde siempre, era de completo respeto, ya que Esme había enviudado cuando Alice nació y se había tenido que hacer cargo de los negocios, los laboratorios que dejó Anthony, el padre de Edward y Alice, al morir. Esta situación había provocado una gran lejanía con sus dos hijos, que crecieron rodeados de tutores y niñeras.
Alice era extrovertida, siempre sonriente, con afán de hacer amigos. Nunca le daba miedo demostrar lo que sentía o pensaba. Ella y Edward eran tan diferentes, sólo se llevaban dos años, pero parecía como si Edward le llevara 10 por la madures que demostraba desde corta edad.

Los destinos de Edward y Bella se juntaron cuando Esme tuvo que hacerse cargo de una de las sucursales de distribución de medicamentos en Washington. Esme hizo crecer el imperio, que sería de sus hijos en un futuro, después de la muerte de su amado Anthony no se enfocó en otra cosa. Pero, después de mucho tiempo, ella encontró el amor en el lugar que menos pensó: el trabajo. Se casó con uno de los biólogos del laboratorio de Washington, el doctor Cullen. Él era el director de la planta y primo de Anthony, y pudo conquistar el corazón cerrado de Esme. Edward y Alice aceptaron la relación, al ver feliz a su madre nuevamente, lo que hizo que se quedaran todo un año en Forks.
Esme metió a Alice, de 11 años, y Edward, de 13 años, en la primaria-secundaria de Forks. Allí Alice y Bella fueron compañeras de clase y nació una gran amistad entre ellas, junto con Rosalie.
A Bella siempre le gustó escribir, así que era parte del club de escritura y lectura, al que Edward también ingresó, ya que sentía una gran pasión por los libros de biología. En ese lugar empezó todo, en ese pequeño salón. ¿Quién pensaría que ahí nacería un amor de niños?
Al principio Edward era frío y hasta grosero con Bella, siempre le quería ganar y ser el mejor en sus redacciones. Pero aunque Edward era así, Bella siempre tuvo para el una sonrisa, una palabra de aliento… ella fue una amiga para él.
Toda esta situación hizo que el frío y solitario corazón de Edward tuviera un rayito de luz y esperanza. Aunque al principio Edward quiso negárselo, empezó a sentir un gran cariño por Bella, la respetaba y era a la única que le hablaba con cariño. Todos se dieron cuenta del cambio de Edward, hasta Emmett, que sólo lo llegó a ver unas cuantas veces, se dio cuenta que lo de ellos era especial.
Unos días, antes de que Edward regresara a su Londres natal, le confesó a Bella que se había enamorado de ella. Cuando Bella lo supo, todos los colores se le subieron al rostro, se sintió cohibida y no supo qué contestar, causando sufrimiento a Edward que pensó que no era correspondido.
¿Qué iba a saber Bella del amor a sus 12 años? ¿Qué iba a saber Edward a los 14? Nada, solamente sabían que sentían algo el uno por el otro.
¿Cómo iban a saber que lo que había nacido entre los dos era amor?
El día que Edward se iba, Bella alcanzó a decirle que también lo quería. Edward se fue ese día, con el gran recuerdo de Bella, sabiendo que su amor era correspondido…
Pasaron siete años desde que Edward y Bella se dejaron de ver, nunca volvieron hablarse, dejando enterrado su primer amor…