Nota del Autor:

En primer lugar muchas gracias por leer esta historia, y sobretodo comentar la misma. En este momento estoy corrigiendo gramática, expresiones y la escritura de la misma. Es mi primera historia así que hay mucho que mejorar. Una de las razones por que me cuesta avanzar con la historia es que no me siento satisfecho con la calidad literaria de la misma a pesar de que el argumento me gusta. Espero que una vez haya corregido la misma pueda continuar. Vuestros comentarios, sean con elogios o con quejas sobre mi escritura de novato me animan a continuar escribiendo, así que muchas gracias a los que habéis comentado hasta ahora, y a los que lo haréis a partir de ahora.

Pd: Al principio del capitulo se indicará si el capitulo ha sido corregido.

El Destino de Harry.

No hacía ni siquiera diez minutos que Sirius Black había descubierto los cuerpos sin vida de sus dos mejores amigos James y Lily Potter. No conseguía entender como Voldemort había logrado encontrarlos. Pero ese no era el principal misterio de la noche, en su cuna estaba Harry llorando. ¿Cómo había podido sobrevivir? ¿Qué había pasado con Voldemort? ¿Está realmente muerto? Un POP interrumpió el curso de sus pensamientos, y al levantar la mirada puedo ver como Dumbledore aparecía ante sus ojos.

Sirius medio sollozando le dijo murmurado: "Los ha matado, Dumbledore, los ha matado. ¿Quien es el traidor? ¿Quién llevo a Voldemort hasta ellos?"

Amigo mío, ahora no tenemos tiempo de discutirlo – contestó Dumbledore- los aurores del ministerio vienen hacia aquí, y tengo la impresión de que te culpan de lo ocurrido. Lo mejor que puedes hacer es desaparecer. Me llevaré al pequeño Harry a la Orden, y allí decidiremos que hacer con él.

FLASHBACK

Dumbledore se encontraba en las puertas del despacho de Bartemius Crouch, el ministro de la magia esperando a ser atendido.

"¿A qué se debe esta visita en tiempos oscuros, Dumbledore? "- Pregunto el ministro sospechando que esta no era una visita de cortesía del director de Hogwarts. "¿No vienes a hablarme de asuntos escolares, estoy en lo cierto, no?"

"No, estimado ministro" – contestó Dumbledore con un tono lleno de respeto y admiración- "Vengo porque considero que debía hacerle conocedor de los hechos acontecidos esta misma noche"

Tras escuchar la enigmática frase, el Ministro, dedujo que se trataría de un asunto importante e hizo pasar a Albus Dumbledore a su despacho, indicándole la silla situada en el otro lado de su escritorio para que se sentara.

"Te escucho, Albus" – respondió Crouch sin saber la dirección que iba a tomar la conversación.

Dumbledore sabía que en este instante estaba en juego el éxito sus planes a largo plazo. Era el momento de lanzar el anzuelo. Debía ser meticuloso para que saliera bien. Sus próximas palabras forjarían el siguiente cuarto de siglo en el mundo mágico.

"James y Lily Potter han sido atacados por Voldemort esta noche. Alguien, puedo imaginarme quien"- empezó a explicar convencido que el ministro intentaría sonsacarle un nombre- "filtró la localización del piso franco, y Voldemort los asesinó. Sin embargo, no todo son malas noticias, Voldemort ha sido derrotado por su hijo pequeño, Harry."

"Dumbledore! "– empezó el ministro en un tono autoritario-" ¿Qué significa que El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado ha sido derrotado por un bebe? Y ¿Quién ha filtrado la localización de los Potter? ¡Dime a quien tienes en mente!"

"Efectivamente Ministro, Voldemort ha sido destruido"- Albus sabía que solo su cuerpo y no su alma había sido destruido, pero decidió guardarse esa información para si mismo- "No sé como el pequeño Harry pudo devolver el Avedra Kedabra a Voldemort. En cuanto a quien es el traidor, deberá disculparme ministro, no puedo darle un nombre, no tengo pruebas de que fuera él.."

"Albus" – dijo con un tono aún más autoritario- "debes decirme de quien sospechas, me da igual que no tengas pruebas. El ministerio no puede y no va a permitir que quien traiciono a los Potter, y dejo huérfano al salvador del mundo mágico se salga con la suya!."

"No tengo ninguna duda sobre ti, ni tu ministerio"– repuso Dumbledore sabiendo que Crouch había mordido su cebo y que haría lo que fuera necesario para mantener la imagen del ministerio- "pero no puedo darle un nombre sin estar seguro de su culpabilidad"

"DIMELO ALBUS! "– interrumpió el ministro con un tono amenazante

"Como usted ordene, ministro" – respondió Dumbledore con un tono de sumiso y respetuoso- "le diré de quien sospecho, con las siguientes condiciones; en primer lugar me dará permiso para ir a buscar al pequeño Harry y encargarme de su protección. En segundo lugar, una vez le de el nombre de quien sospecho buscará pruebas de su culpabilidad antes de juzgarlo, en tercer y ultimo lugar me dejará fuera de la identificación y captura del supuesto traidor."

"Trato hecho, Albus"- El ministro no pensaba respetar los términos del acuerdo en absoluto. En cuanto tuviese un nombre movilizaría todo el ministerio para localizar, atrapar y condenar al traidor. Siendo consciente de la situación presente y la necesidad de la opinión pública de ver como todo el peso de justicia cae sobre el traidor de los Potter. El ministerio necesita un nombre para contentar a las masas y demostrar la fortaleza de su administración. La veracidad y la culpabilidad del mismo es lo de menos.

Las peticiones realizadas por Dumbledore eran asumibles para el ministerio. La petición sobre Harry Potter le era indiferente. Sin duda, será aclamado temporalmente como un héroe pero con Voldemort derrotado y con su infancia por delante no sería un problema para su administración. La petición que le hacía más feliz era la última: que se omitiera su participación en cuanto a la identificación y captura del traidor. Cumpliendo esta condición el ministerio y el a su cabeza asumirían el merito de la captura del traidor.

"Sirius Black, él es de quien sospecho, señor ministro. Si me disculpa ahora debo ir a buscar al pequeño Harry" Con un POP desapareció del ministerio dejando al ministro Crouch planificar sus próximas actuaciones.

FIN DEL FLASHBACK

En el número 12 de Grimmauld Place donde se sitúa el cuartel general de la Orden del Fénix reinaba el silencio, un silencio atronador, a la espera de noticias sobre lo ocurrido esa noche. En el salón estaban los miembros más influyentes de la orden: Minerva McGonagall, Remus Lupin, Alastor Moody, Severus Snape y Genkai.

Con el sonido característico de una aparición Dumbledore se materializó con el pequeño Harry entre los brazos. Antes de que nadie pudiese decir nada empezó a hablar.

"Cuando llegue a casa de James y Lily era demasiado tarde para ayudarles. Lo siento, Severus, él único superviviente de la noche ha sido el pequeño Harry. Por otra parte, Voldemort ha sido destruido y ya no hay que preocuparse por él. Por desgracia nuestro amigo Sirius Black será acusado por el ministerio de magia de ser el traidor que informo a Voldemort del paradero de James y Lily, no sé con que pruebas, haré lo que pueda por él. Sí, lo sé, Remus, es imposible que haya sido él. Por esta razón le he aconsejado que huya en cuanto lo he visto, con un poco de suerte lo conseguirá."

Una vez dadas las explicaciones de los hechos acontecidos esa noche y de que los miembros de la Orden interiorizaran sus palabras el ambiente se volvió tenso. En la casa se respiraba una mezcla entre el duelo de haber perdido a sus amigos y la liberación que significaba el final de la guerra.

Albus era consciente que la segunda parte de su plan dependía de este momento. En principio no le debería resultar muy difícil continuar con su plan. Al fin de cuentas él es el lider de la Orden del Fénix y la mayoría de sus miembros le seguirían con los ojos cerrados.

"Compañeros "– dijo Dumbledore- "tenemos que decidir donde vivirá a partir de ahora Harry Potter. Debemos analizar las opciones que disponemos y cual es la mejor solución posible. No podemos olvidar que algún Mortífago podría intentar atentar contra su vida para vengar la desaparición de Voldemort. En mi opinión deberíamos dejar a Harry con los Dursleys, al fin y al cabo, Petunia es la familia más cercana que le queda."

"No me parece buena idea, Albus" – dijo con el mismo tono tranquilo Genkai- "No podemos dejar a Harry con unos muggles que sabes tan bien como yo, sino mejor que no lo quieren, detestan la misma idea de lo que es la magia, y que esconderán de él que es, y más importante, de donde viene."

Genkai. Esa mujer siempre ha escondido algo, como un puzzle donde las piezas no encajan. Sabía que si alguien ponía en cuestión su idea sería ella. No es el tipo de persona que sigue ciegamente a los demás. Tendré que ser cuidadoso con ella pensaba para si mismo Albus

"Querida Genkai es el sitio más seguro para él, solo los miembros de la Orden sabremos donde está. Además guardaremos la casa mediante hechizos protectores. Cuando llegue el momento le llegará la carta de Hogwarts y se reincorporará al mundo mágico" – contestó Albus con un tono que no admitía replica.

"Estas condenando al chico a una infancia desgraciada, en la inopia, Albus, hay otras soluciones para Harry" Respondió Genkai sin retraerse por el tono usado por Dumbledore.

Genkai sabía que no cambiaría la resolución de Albus Dumbledore y por desgracia el viejo mago contaba con el apoyo de todos los miembros de la Orden del Fénix. No había nada que ella pudiese hacer por Harry Potter en este momento.

"Si esta es vuestra resolución" - dijo mirando a todos los miembros de la Orden, uno a uno, y aguantándole largamente la mirada a Dumbledore-" no contéis conmigo para esto. Siento que debo dejar la Orden, este ya no es mi lugar." –No resulto difícil decir estas palabras, en realidad este no era su mundo, ella no necesitaba de un palo para hacer magia. Solo había venido a estudiar el mundo de la magia Occidental y ya había aprendido todo lo que necesitaba saber. Nunca más volvería a saber nada de este mundo.

Después del ruido que anunció la desaparición de Genkai, los miembros de la orden del fénix estaban confundidos. Ciertamente Genkai sólo había estado un año entre ellos y no era una persona muy sociable pero nadie se esperaba una reacción como esta. Su repentina marcha afecto principalmente a dos personas. A Severus Snape, quien más había confraternizado con Genkai y le apenaba su marcha, pues tenía la sensación de que era una mujer de gran sabiduría y poder, quien merecía la pena tener como amistad. Y a Albus Dumbledore, ya que sin Genkai tendría un obstáculo menos en su futuro.