~Fever~
El lo observaba, un rubio de mirada azul a otro, el de la camisa celeste, apodado Butters, sonreía con ternura al ver como el de la parka anaranjada dormía sobre su pupitre, sus dorados cabellos caían sobre su frente de forma graciosa y rebelde, sus parpados cerrados ocultando su mirada salvaje, dándole así una linda expresión inocente.
-Solo dormido se podría ver inocente- Pensó para sí Butters.
Pero a pesar de que mirar a Kenny dormido se había vuelto un pasatiempo en clases, Butters sabia que en esos momentos su amigo no se encontraba para nada bien: se levantaba varias veces entreabriendo sus ojos, dejando ver su hermoso color, solo para después cerrarlos pesadamente y con un bufido volver a dormir, además de se podía notar un leve rubor en sus pálidas mejillas acompañado de algo de sudor frio; obviamente Kenny estaba realmente mal…
En cuanto tocaron la campana para el receso todos los chicos salieron corriendo, incluso los llamados ``mejores amigos´´ de Kenny, Butters creía que en verdad ellos no le daban la importancia que merecía a alguien como Kenneth, es cierto que era un pervertido, un vago sin oficio, pero el de verdad apreciaba a esos 4 malagradecidos que con cada muerte suya lo lloraban 5 minutos –si tenia suerte- y luego se olvidaban de el.
Butters después de un tiempo también se levanto y se fue, solo para regresar con una aspirina en una mano y una porción de pizza y una lata de soda fría en la otra, dejo las cosas sobre el pupitre de Kenny.
-Espero que te recuperes Kenny- fue lo único que dijo para después darle un tierno beso en la frente y en el momento en que se disponía a salir nuevamente del salón una mano firme lo sostuvo. Kenny estaba despierto con una sonrisa picara en su rostro, se levanto y con su mano libre revolvió los cabellos del otro chico –Gracias- susurro el de anaranjado en la oreja del de celeste, seguido de esto aflojo el agarre y lo único que pudo ver después fue a un Butters correr con la cara mas roja que el pelo de su amigo judío.
