ANOTHER KING OF FIGHTERS CHRONICLES
1ra. Parte:
PROLOGO
"Diario de un condenado"
Sólo alcanzó a golpear con su mano las puertas que se cerraron, sin alcanzar a detenerlas para ir tras aquel a quien persiguió con tanta perseverancia, sin embargo, miró por todo el elevador observando los números del tablero que bajaban indicando su posición, cuando se detuvo lo hizo en el último nivel, el quinto, cerró fuertemente los puños por perderlo, pero no se habría tomado tantas molestias buscando sólo escapar, además, algo le decía que se encontrarían nuevamente y que , por ahora, lo mejor era investigar donde estaba, que un lugar público, no tiene instalados elevadores ocultos o más de un sótano, el que existieran tantos niveles subterráneos le llamó la atención.
Cuando las puertas se abrieron, ya habría respirado lo suficiente para calmar brevemente su ánimo, no lo suficiente para decir que estaba sereno, pero, un poco más enfocado si lo estaba. Al salir del elevador, algo similar a una oficina estaba como primer cuarto, con todo lo arrojado, destruido y principalmente calcinado por flamas, se puede hacer una idea de cómo sería en su estado funcional; por los restos de uniformes de, algo que podrían ser, militares a los costados, además de las armas, unos rifles de asalto de gran calibre, con el metal deformado, seguramente por haberse sometido a un calor espeluznante.
Los escritorios, que más similares a cubículos, cubiertos por un vidrio grueso que los recubría, dejando al centro lo que sería un detector de metal, con un escáner óptico y dactilar; demasiada seguridad para la fábrica abandonada que aparentaba ser en la superficie, pensó mientras llevada su mirada con el ceño fruncido de un lugar a otro de la sala, avanzó por lo que ahora sólo quedaba vidrio desparramado por todo lugar, esqueletos consumidos por las flamas en el suelo y el polvo o seguramente, cenizas por todo el trayecto.
Cuando cruzó por aquella habitación, se encontró con un pasillo de no más de dos metros de ancho, tomando en cuenta la seguridad que existía para su ingreso, muchas visitas no pudieron existir, sólo personal selecto, lo que hacía intrigar más al joven que miraba atento a cada paso que daba, apoyó su mano sobre algunas marcas en las paredes, abolladuras en su metálica consistencia, raspones ligeros de las balas que no tuvieron fuerza para traspasar, manchas de sangre como trazos incompletos de una brocha gastada, y como no podía faltar, lo que caracterizaba en lo que veía desde su ingreso, los cadáveres calcinados de más hombres uniformados, de los que ahora sólo quedaban los huesos y cenizas.
Finalizando aquel pasillo, que bien se asemejaría a cuadros medievales de los pasajes del infierno, se encontró con una habitación grande, lo que sería una alcoba para tres personas, las camas aún se encontraban en su lugar, tres camas repartidas en toda la habitación, con sus respectivas mesas de noche y una lámpara, ahora destrozadas y marcadas por el fuego, nada sobreviviría a semejante calor, recorrió hasta el último rincón de la habitación, buscando a quienes dormían en las vacías y destruidas camas, y fue en una esquina que los encontró, tres cuerpos, o lo que quedaba de ellos en un cubículo que llegaría a ser el sanitario, le intrigó la idea de saber quienes eran los huéspedes, así que comenzó a revisar en los cajones metálicos deformados de las mesas de noche, revisó uno a uno; y en dos de ellos sólo encontró cenizas y nada más, cualquier documento o identificación quedó borrado para siempre, resignado, comenzaba a caminar a la salida, cuando un ruido salió del cubículo cual si algo se cayera, no demoró en colocarse en guardia ante el sonido y avanzó con sigilo una vez más a aquella grotesca esquina.
Los cuerpos seguía en su lugar "no fue nada" se dijo mirando una vez más aquellos restos, pero inclinando un poco la mirada notó algo nuevo, detrás del inodoro un pequeño bulto negro yacía oculto, procurando no tocar los huesos recogió el objeto, se salvó del fuego una agenda no muy gruesa, pero de cuero negro, que sólo tenía algunas quemaduras, mas no era inservible, levantó la ceja y sopló para quitar el polvo y ceniza que le rodeaban mientras se dirigía a una de las camas, desató el nudo del cordel de cuero que lo ajustaba y lo abrió para dar una ojeada a sus páginas, muchas se salvaron de ser consumidas y otras no con tanta suerte.
Tras pasar las páginas en una vista demasiado rápida cayó en cuenta que sería un diario, que parecía estar dividido en dos por el color de las hojas y que algunas parecían puestas de más, fue así que se detuvo en la primera página legible para empezar a leerla:
" Febrero 20.
Llegaron los sujetos de experimentación, los trajeron inconscientes, por lo que parece, son los únicos que han sobrevivido a las pruebas preliminares desarrolladas con el anterior equipo de pruebas.
De todos los sujetos, sólo trajeron a seis, por lo visto las pruebas fueron mucho peores de lo que pensaba y no quiero imaginar lo que vendrá.
Los informes preliminares con los datos de cada uno ya se encuentran en la central de información, se comenzará mañana y ya nos entregaron copias impresas de los datos base de cada uno de los sujetos, todos son jóvenes incluyendo tres mujeres, sus nombres código.
NA0, NA5-Aika, NA50-Sula, NA85-Hiel, NA127-Robo K', NA200-K' Another… "
"NA0" Repitió con fuerza deteniendo su lectura, con los ojos a punto de salirse, un escalofrío recorrió su espina y sudor frío su frente, aquel nombre hacía eco en sus recuerdos, fijó su mirada en la parte interior de su muñeca derecha, en aquel guante carmesí y encontró en letras pequeñas, pero aun legible la inscripción "N.A.0", aún no salía del trance, cuando un nombre más vino a su mente, llegó con fuerza y dolor….!Aika!... sólo al decirlo se desplomó, sentado sobre aquellos restos de la cama, con la mirada perdida, devastado, sujetando aquel diario aún abierto en sus manos.
