Estos serán una serie de Oneshots en los cuales los personajes de Love live se conocerán incluso antes de lo que ya todos saben, puede que no siempre sea entre ellas mismas pero se pueden encontrar con alguien parecido, no se si me explico, pero espero que lo entiendan mejor leyendo esta historia la cual es un rinxpana con un agregado especial.
Disclaimer: Ni Love Live ni sus personajes me pertenecen, solo los tome como referencia para esta historia, los personajes son de sus respectivos dueños.
Yubikiri Genman
RinxPana
El cálido sol de primavera acompañado de una suave brisa golpeaba la cara de las estudiantes que salían de la preparatoria Otonokizaka, ahí dos chicas una de pelo anaranjado que le llegaba por encima de los hombros, con unos ojos entre amarillos y un verde claro que destellaban con la luz de los rayos del sol llevaba a cuestas a otra chica, esta con el pelo dorado que le llegaba hasta los hombros y usaba unos anteojos los cuales tapaban sus lindos ojos color rosa pálido, la chica arriba de la peli naranja tenía un semblante adolorido y avergonzado con tal situación, tomando fuerzas para decir las primeras palabras desde que salieron y con un poco de vergüenza en estas, se dirigió a la chica debajo de ella
–Rin-chan… no es necesario que hagas esto por mi…- Trataba de sonar lo más tranquila que podía, pero los nervios delataban la vergüenza que sentía al ser llevada a cuestas por su mejor amiga.
–No digas eso Kayochin Nya. –la voz confiada de rin hiso estremecer un poco a Hanayo. –esto lo hago porque quiero y porque después de todo fue mi culpa que te lastimaras el tobillo.-
La Castaña llevaba el tobillo envuelto en una venda a causa de este accidente, se había esguinzado en la clase de educación física por no poder llevarles el ritmo a sus demás compañeras, al final ese fue el resultado
–E-Eso no es cierto Rin-chan si yo hubiese sido más rápida esto no hubiera pasado, es mi culpa por no ser tan atlética como tú. –lo decía con cierta euforia y tratando sonar lo más convincente para su amiga.
–Eso no importa Nya, tu no tuviste la culpa de nada... me deje llevar de más. –Rin agacho la cabeza manteniendo fija su mirada al suelo por un minuto y después la levanto con emoción tanto en su comportamiento como en su voz. –Además me gusta llevarte así Kayochin es como en las historia que sueles leer, donde el héroe salva a una linda damisela Nya, aunque pienso que es un gran cliché que nos encontremos en esta situación Nya. –Rio un poco con lo que acababa de decir
Hanayo se removió con vergüenza en la espalda de rin y sus mejillas se coloreaban de un rojo tan intenso que sentía que su cara ardía
–Ri-Ri-Rin-chan, no-no digas eso es muy vergonzoso. –La castaña ocultaba su rostro en el hombro de su amiga.
–Lo siento Kayochin así es como me lo parece a mí Nya. –
– ¿Porque haces esto Rin-chan? –Con la cabeza aun escondida en el hombro de su amiga Hanayo pregunto con seriedad en su voz. –Puedo caminar perfectamente no tienes que esforzarte tanto por mí. –
–Lo hago… –Rin hizo una pausa y con seguridad dijo. –Lo hago porque te quiero Kayochin… No puedo permitir que nada te dañe. Ademes porque te lo debo Kayochin. –Lo último lo dijo en un susurro casi inaudible para la castaña
–Rin-chan. –Con una voz tranquilizadora y con una sonrisa en su rostro le hablo más tranquilamente. –Gracias… –escondió su rostro de nuevo en el hombro de su amiga. –¿A…A que te refieres con que me lo debes?
–Na-Nada Olvida eso ultimo Kayochin Nya. – Rin se sorprendió con la pregunta, le daba vergüenza recordar aquella vez con Kayochin. –No es nada, en serio Kayochin, como te sientes, ya no te duele tu tobillo… -Trataba de cambiar la conversación y desviar ese tema de la mente de su amiga.
–Ya me siento mejor Rin-chan. Pero aun no me dices porque me lo debes. –
Sabía que no podía ocultar más esa conversación y decidió contarle lo que había pasado, aunque creía que Kayochin lo recordaría porque al fin de cuentas es algo que vivieron juntas hace un tiempo, y aunque no fuera gran cosa Rin lo recordaba con gran aprecio.
–Está bien Kayochin, pensé que tú también lo recordabas… -Dijo avergonzada. –fue algo que paso cuando éramos niñas y jugábamos en el parque que está cerca de casa. ¿Lo recuerdas cierto?…
Flashback
La risa molesta y fuerte de un grupo de chicos hacía eco en el pequeño parque en el que se encontraban las pequeñas Rin Y Hanayo, justamente eran ellas el centro y causa de estas. Cinco chicos las veían retadores, mientras que Hanayo con un rostro asustado y al punto del llanto se escondía a espaldas de su mejor amiga la cual sostenía una roca, con bastante furia y con ganas de arrojársela a ese grupo de chicos
-Que vas a hacer tú, no tienes el valor de golpearnos. –se burlaba uno de los chicos frente a ellas. –Podrías parecer un chico pero apuesto a que no tienes la fuerza de uno. –
Rin sostuvo la roca con más fuerza e hizo el afán de lanzarla pero la mano temblorosa de Hanayo la cual sostenía una de las mangas de su camisa la detuvo.
-Ven se los dije, la niña llorona la detendría y nos no haría nada. –Rio el grupo de chicos a su espalda. –Hacen una pareja perfecta, como un león y su domador.-
Volvieron a reír, Rin harta y molesta de la situación se mordió el labio inferior con coraje y al fin exploto hablándole al grupo de chicos con enojo.
–Ustedes no son más que un grupo de cobardes que nunca pelean solos. –Lanzo la roca lejos de la multitud y de ella. –Solo son valientes porque están en grupo, pero estoy segura que si estuvieran solos llorarían pidiendo a su mamá que les ayude. –Rin Que estaba al punto de las lágrimas se contenía, tenía que ser fuerte si quería proteger a Kayochin. –No merecen la pena siquiera decirles todo esto, no valen nada. –
El chico frente a los demás, el cual parecía ser el líder, se aproximó a Rin molesto por lo que acababa de decir, estaba a unos pocos pasos de ella, Rin pensó que la golpearía, así que puso sus brazos para proteger a Hanayo la cual lloraba detrás de ella
–No-no-no le hagas daño. –Decía dificultosamente Hanayo tratando de aguantar las lágrimas. –Lo sentimos… no nos volveremos a meter con ustedes.- El chico la miro molesto y después chasqueo los labios quitándole importancia.
–Ustedes nunca debieron de haber vendo aquí este es nuestro territorio y por eso les daremos su merecido por molestarnos y por decirnos toda esa basura de que somos cobardes. –El chico empujo a Rin haciéndola caer. Rin se quejó de dolor mientras que Hanayo se quedó a un lado de ella abrazándola para que no le hiciera daño de nuevo, la protegía mientras cerraba los ojos fuertemente llorando desesperadamente.
-¡Ustedes cinco de ahí que creen que están haciendo!-
Una voz los sorprendió a todos y voltearon a ver de dónde provenía. Un hombre de pelo negro con algunas canas las cueles hacían que perdiera el brillo y bata de doctor se acercaba con determinación hasta donde estaban los chicos, cuando el chico que había empujado a Rin lo vio, solo chasqueo los labios y se acercó con sus cuatro compañeros que esperaban expectantes la orden de su líder.
–Niños acaso sus padres no les dijeron que no deben golpear a las chicas, o son igual de cobardes como ustedes. –El hombre lo dijo con una voz segura, no sonaba molesto, sino más, bien causaba cierta tranquilidad.
–No es algo que le interese viejo. –el chico miro retador al hombre frente a él. Después volteo a ver a sus compañeros –Vámonos, no vale la pena estar con ese chico y su novia. –Rin lo miro con rabia e hizo el afán de levantarse molesta, el hombre le dio una mirada tranquilizadora para que se quedara dónde estaba
–Quizás solo tienes envidia de que ella si tiene una verdadera amiga no lo crees.-
El chico volteo a ver al hombre y después a sus compañeros que trataban de no mirarlo a los ojos, después salió corriendo en dirección contraria a la de sus compañeros y los otros cuatro chicos se fueron juntos tomando otro camino.
–Siento entrometerme en sus asuntos pero no me podía quedar viendo. –Le trato de dar la mano a Rin la cual aún se encontraba en el suelo junto con Hanayo abrazándola fuertemente, al ver al hombre acercarse la abrazo aún más fuerte. –No te preocupes pequeña, solo quería ayudar, como podría ser un buen padre si me quedara tan solo viendo tal situación, pero tienes toda la razón en desconfiar de mí. –
Hanayo levanto el rostro y lo vio a los ojos, llevaba unos lentes parecidos a los suyos y debajo con un brillo impresionante se veían uno destellantes ojos carmesí los cuales se apagaban un poco debido a las ojeras que tenía y las arrugas de los costados de sus ojos que se hacían más notorias al cerrar los ojos
– ¿Ti-tiene una hija? –Dijo tímidamente Hanayo tratando de saber si podía ser confiable.
–Así es señorita. –Hanayo no contesto, solo bajo la mirada y volvió a centrarse en su amiga la cual estaba expectante en lo que hacía Hanayo.
–Vámonos Rin-chan mamá se preocupara si no llegamos a casa a tiempo. –Le hablaba tratando de tranquilizar un poco la situación
Hanayo se levantó lentamente y le dio la mano a su amiga pero esta se quejó apenas se puso de pie.
– ¡Ri-Rin-chan que pasa te hiciste daño!, ¡Rin-chan! –Decía desesperada Hanayo y con las lágrimas a punto de salir.
–E-Estoy bien Kayochin no es nada. –Decía tratando de disimular su dolor. Hanayo preocupada y con las lágrimas a punto de salir miro a su alrededor para buscar que hacer.
–To-todo es mi culpa, si no te hubiera traído aquí, si no me hubiera puesto a llorar, Lo siento Rin-chan. –Las lágrimas brotaban de nuevo de Hanayo, rin con una mirada compasiva y tranquila se le acercó y la envolvió entre sus brazos.
–No es tu culpa Kayochin… No digas eso Kayochin. –Rin poco a poco se contagiaba de las lágrimas de su amiga.
Hanayo permaneció un rato junto a Rin abrazándola, después de un momento se percató de algo, levanto su cabeza lentamente limpiando las lágrimas de sus ojos. Se levantó del suelo y se separó de Rin un poco, trato de juntar valor para hablar y cuando estuvo lista con una voz baja le hablo al hombre que estaba expectante a las dos chicas.
–Se…señor… -Miro hacia el suelo con vergüenza. –Usted es doctor cierto… por favor ayude a mi amiga. –levanto su rostro y lo miro tímidamente a los ojos. –Fue mi culpa de que lastimaran a Rin-chan y no sé qué hacer.
–No… no es para tanto Kayochin, estoy bien. –Trato de disimular Rin con timidez.
–Está bien señorita, déjamelo a mí, no soy un doctor como tal pero seguramente pueda ayudar a su amiga. –dijo el hombre con una voz tranquila tratando de calmar tanto a Hanayo que estaba preocupada por su amiga y a Rin que solo miraba hacia el suelo sintiéndose culpable de la situación
Hanayo lentamente levanto a Rin tomando uno de sus brazos y pasándolo alrededor de su cuello, caminaron detrás del hombre que las guio cerca de un banco para poder tratar con detenimiento a Rin. Con la situación Hanayo no se había percatado del maletín que llevaba el señor, de este, el Hombre saco un pequeño estuche de primeros auxilios
– ¿U-Usted no es doctor? –Tímidamente Hanayo le dirigió la palabra. –Pero parece que está muy preparado. –Miraba atentamente cada cosa que sacaba del Kit de primeros auxilios, Vendas, alcohol, entre otras cosas.
–Así es señorita, no soy más que un enfermero, además vengo preparado porque mi hija suele ser muy impulsiva y en ocasiones tiene algunos accidentes… Tienen suerte de haberme encontrado. –Dijo el hombre resaltando la última parte de forma altanera, lo que provocó que después de todo Hanayo y Rin esbozaran una pequeña sonrisa.
Los enfermeros son geniales Nya. –Hablo rin animadamente. –Son los que le ayudan gran parte a los doctores en cirugías y eso, lo he visto en la tele, tienen que ser muy rápidos Nya.-
–Bueno mi trabajo no es tan complicado como eso, pero supongo que tienes una idea señorita. –El hombre suspiro pesadamente. –Sabes antes era un doctor de guerra, los que curan a los heridos en combate, pero por un accidente tuve que convertirme en enfermero, creo que eso te parecerá mas genial que lo que soy, o me equivoco.
–Increíble Nya… Kayochin acaso no es genial encontrarnos con un señor que estuvo en la guerra, como las películas Nya. –Decía emocionada y eufórica Rin.
–Bueno creo que tienes una idea bastante divertida de verlo. –El hombre levanto un poco el pantalón que llevaba rin para ver el problema que tenía, su talón estaba muy rojo y raspado, Hanayo al ver esto se acercó tímida y sostuvo la mano de su amiga.
–Ri-Rin lo-lo siento fue mi culpa. –Decía Hanayo con pena mirando hacia el suelo.
–No es cierto Kayochin, no digas eso. –Trataba de reconfortar Rin.
–Bueno Realmente se ve peor de lo que parece, Solo es un esguince señorita, si se cuida como le digo no pasara a mayor, no se preocupe. –El hombre aplicaba un poco de alcohol y tomaba la venda lista para ponérsela en el tobillo. –Si se queda tranquila y no se sobre esfuerza sanara rápido. –Poso su mirada en Rin. – ¿Podrá estar quieta como le digo señorita? –
–Ve-ves Kayochin no es nada sanara pronto si me esfuerzo en que sane, no llores más Kayochin. –Rin aparto la vista del hombre ignorándolo por completo para mirar a los ojos a la castaña.
–Me lo imaginaba, igual que mi niña. –Dijo el hombre en un susurro.
–Gra-gracias Señor… Señor. –Decía Hanayo pasando el dedo índice en su barbilla. –Lo siento Señor creo que olvide su nombre. –Cerraba los ojos y decía con gran vergüenza con las mejillas rojas. El hombre se puso de pie e hizo el afán de presentarse.
–O es cierto, creo que no lo mencione, mi nombre es… -Fue interrumpido por la voz de la peli naranja la cual había tomado algo del portafolios del hombre el cual estaba abierto.
–Ca…ca…cangr…jo… Po…Po…sitivo. –decía rin esforzándose por leer lo que decía cierta hoja de papel que llamo su atención dentro del portafolios del hombre. – ¡Señor!, ¡señor! Que es cangrejo positivo. –Hizo una pausa y con rapidez levanto su rostro con sorpresa. – Ya se, ira a almorzar en un restaurante exclusivo de cangrejo. –Decía animosamente poniendo sus manos en su cintura con triunfo por haber descubierto el enigma de esa hoja.
–Ri…Rin-chan no está bien ver las cosas que no son tuyas, pídele disculpas al Señor.
–No se preocupen señoritas. –El hombre bajo la mirada, esbozo una sonrisa y dejo salir una pequeña risa. –Es una forma de verlo señorita.
Las dos chicas miraban al hombre cabizbajo y se daban miradas cómplices, sentían que habían dicho algo que no estaba bien, después de todo lo que aquel hombre les ayudo sentían la responsabilidad de volver a animarlo como hace unos momentos él lo hizo,
–Ma-mamá dice que los adulto a veces también se sienten triste como los niños, y a veces esconden sus sentimiento para ellos, Ta-también dijo que no está bien eso y que todos tenemos que sonreír cuando sea necesario. –Hanayo se acercó al hombre y hablo con timidez para poder reconfortar al Hombre que poco a poco volvía a levantar la vista.
–Tu mamá es muy sabia señorita… -El hombre volvió a sonreír. –Ciertamente es la filosofía que tengo con mi pequeña hija… Sonreír para hacer sonreirá a todos. – La sonrisa del hombre se incrementó contagiando a las dos chicas, los tres rieron juntos.
–Debe querer mucho a su hija Nya. –Dijo rin animadamente. –Se la ha pasado hablando de ella todo el rato.-
–Así es… –El hombre hizo una pausa y miro hacia el cielo con una mirada que no parecía triste, más bien distante. –Saben, ella aspira a algo grande, les puedo contar algo. –Las dos chicas afirmaron con sus cabezas. –Verán, ella quiere hacer sonreír a todo el mundo, a pesar de ser muy pequeña ella desea subirse a un escenario y cantar con todas sus fuerzas para poner una sonrisa en todo aquel que escuche su linda voz. –Decía en tono esperanzado y lleno de amor por cada palabra que decía.
– ¡Increíble Nya! –Rin tomo de la bata al hombre tratando de llamar su atención. –Sabe, Kayochin también quiere hacer eso, quiere ser la mejor Idol del mundo, y yo creo que es la mejor del mundo Nya. –
–Ri-Rin-chan. –Hanayo les dio la espalda a ambos avergonzada. –No digas eso, se suponía que era un secreto.-
–Pues parece ser que mi niña tendrá que esforzarse demasiado. –El tono del hombre sonó animado y sus palabras tenían total confianza y felicidad. –Parece ser que tiene un par de dignas contrincantes aquí, no puedo esperar a escucharlas. –Rio y después libero un ligero suspiro. – ¿Puedo decirles algo más? –Ambas afirmaron con la cabeza. –Hagan lo que más les guste hacer, no dejen ese sueño de lado por más difícil que sea. Esfuércense por obtener lo que quieren. –
Hanayo y Rin lo miraron asombradas, sus ojos tenían un destello en el cual pudieron ver la sinceridad del hombre en cada palabra que decía. La brisa de primavera se incrementó haciendo que el pelo de las dos chicas danzara libremente, parecía que el tiempo se detenía y el hombre poco a poco esbozaba una sincera sonrisa en su rostro.
Este momento se vio interrumpido por el grito melodioso de una mujer la cual se empezaba a aproximar donde estaban Rin y Hanayo contemplando los ojos amables del hombre, ambas al escuchar esa voz voltearon a ver como una mujer bastante joven y un poco bajita se aproximaba cargando una maleta muy grande, el hombre al ver esto se aproximó rápidamente a ella y la sostuvo de la mano y le quito la maleta que parecía pesada de las manos, Las dos chicas la examinaban con detenimiento, sus ojos carmesí era lo que más destacaba en ella, el pelo incluso más negro, largo y puro que el de aquel hombre ondeaba con el viento, poco a poco y la sorpresa de Hanayo fue incluso mayor al ver el vientre de la mujer.
– ¡Co-comió demasiado arroz! –Decía eufórica la castaña. – Comió tanto arroz que de un pequeño grano tendrá un bebe cierto.
– ¿Arroz? –Decía ingenua la mujer mirando confusa la emoción y los ojos brillantes de Hanayo, al ver a la pequeña con sus ojos resplandecientes, la mujer puso una gran sonrisa la cual le obligo a cerrar los ojos y rio un poco. –Parece ser que si señorita… -duditativa se puso con cuidado a la altura de las dos chicas. –Es una forma muy linda de verlo, sabes, comí tanto arroz que no será solo uno si no dos pequeñas.
– ¡Increíble, no me esperaba menos del poder del arroz! –Los ojos de Hanayo destellaban aún más cuando la mujer le dijo esto y no podía contener su euforia.
–Quienes son ellas cariño creí que irías directo a la escuela a recogerla. –la mujer se dirigió al hombre entrelazando sus miradas.
–Surgió algo, estas señoritas tenían problemas y me detuve un momento a ayudarlas, no me podía quedar solo mirando. –Miro su reloj de bolsillo y se sorprendió al ver la hora. –pensé que no tardaría tanto pero si no llegamos rápido se enojara con nosotros.
–Bueno chicas temo que es hora de que nos vallamos espero que mi esposo no les haya causado más problemas. -Hanayo tomo la mano de Rin
–Al contrario Nya, El señor enfermero es muy amable, me curo como en las películas y siento que podría correr un maratón si quisiera Nya.
–En fin. –El hombre suspiro y esbozo una pequeña sonrisa. -un placer conocerlas señoritas, no olviden lo que les dije, espero escuchar mucho de ustedes pronto. –Tomo la mano de la mujer y se fueron sin mirar atrás.-
-Que señor tan genial Nya. –Decía Rin viendo solo como se alejaba ese hombre. –No lo crees Kayochin. –Volteo a ver a su amiga la cual aún tenía la mirada decaída y un pequeño rubor en sus mejillas.
-Co-como te sientes Rin-chan, puedes caminar a casa. –Tímidamente Hanayo se acercaba a Rin.
-Ya estoy bien, mira. –Rin se levantó del banco en el que estaba, pero al poner su pie en el suelo se quejó levemente por el dolor, el cual buscaba disimular para no preocupara a su amiga otra vez. –Ves Kayochin, puedo ir a casa yo sola, no te tienes que preocupar Nya.
-Eso no es cierto Rin-chan. –Hanayo levanto la vista para encontrarse con los destellantes ojos de Rin, tomo su mano y con determinación le dijo. – ¡Yo te llevare Rin-chan!
–A-a que te refieres Kayochin.-
–Te llevare en mi espalda, prometo que nada te volverá a lastimar y… y cuando te hagan daño, puedes contar conmigo, como dijo el señor, tengo que luchar por las cosas que me gustan y no rendirme… no me quiero rendir contigo Rin-chan, porque tú eres mi más grande y preciada amiga, no quiero que nada te haga daño de nuevo, porque… porque eres muy linda Rin-chan y te quiero. –Hanayo termino con un suspiro y cuando se dio cuenta de lo que había dicho solo miro hacia otro lado y oculto su avergonzado rostro que parecía que ardía de lo rojo que estaba. Rin solo la miraba sorprendida con una sonrisa divertida en su rostro.
–Yo también te quiero Kayochin… -Hizo una pausa y se aproximó a mirar el rostro de la castaña. –Hagamos una promesa Nya. –Aproximo sus manos a las mejillas sonrojadas de Hanayo e hizo que levantara la vista. –Desde ahora no dejaremos que nada nos separe, yo cuidare de ti y tu cuidaras de mi Nya, siempre estaremos juntas incluso si el mundo se parte en dos y quedemos en distintos lugares, te prometo que siempre te encontrare estés donde estés, Kayochin. –Lagrimas se acumulaban en los ojos de ambas chicas. – ¡Te quiero Kayochin!
Hanayo limpio sus ojos y le sonrió a rin la cual la miraba con la más pura y sincera sonrisa.
-Te lo prometo rin-chan. –alzo al aire su dedo meñique y lo entrelazo con el de Rin. –También te buscare donde quiera que estés, nadie ni nada nos hará daño de nuevo, ¿cierto?
Al unísono ambas chicas repitieron. "Esta es la promesa del meñique, quien la rompa tendrá que comer cien agujas y se le caerá el meñique".
Hanayo separo su dedo del de rin primero y camino un paso adelante dándole la espalda a Rin, flexiono sus rodillas y le tomo uno de los brazos para atraerla hacia ella.
– ¿Ka-Kayochin que haces? -Rin la cual fue tomada completamente por sorpresa no podía articular bien sus palabras debido a la vergüenza que sentía. –No-no necesitas hacer eso Kayochin, pu-puedo caminar bien Nya.-
–Lo se Rin-chan. –Poco a poco Trataba de tomar a rin para que subiera a su espalda. –Pero déjame hacer esto por hoy, este es el primer paso para cumplir nuestra promesa, me quiero esforzar por lo que quiero Rin-chan. –Miro de nuevo al suelo. –Esto lo hago porque te quiero a ti. –
Rin lentamente subía a la espalda de Hanayo la cual se esforzaba por soportar su peso; una vez arriba Rin le dedico una sonrisa que se ensancho por sobre todo su rostro, se acercó al oído de Hanayo y animadamente le dijo...
–Y yo te quiero a ti Kayochin Nya.-
Flashback End
El sol de primavera se oculta en el horizonte dejando ver un pintoresco ocaso que coloreaba todo el cielo, en un templo cercano se encontraban ambas chicas sentadas la una al lado de la otra, ambas completamente avergonzadas pero cierta peli naranja con un rubor más notorio en su rostro
–Y-y eso fue lo que ocurrió. –Rin miro al suelo avergonzada. –Vez Kayochin no era para tanto Nya. –Rin rio un poco tratando de disimular su vergüenza.-
–Claro que lo es Rin-chan, como pude olvidar algo tan importante como eso.-
–No te preocupes Kayochin. –Su voz se hiso más sincera y calmada. –Hasta ese entonces no has roto tu promesa ¿cierto? –Hanayo la miro sorprendida. –Sie-siempre hemos estado juntas y nos ayudamos siempre, nunca rompiste tu promesa a pesar de que lo olvidaste.
–Rin-chan… -Lentamente Hanayo fue entrelazando su mano con la de Rin, sentía su calidez tan cerca, con cuidado se acercó a Rin y puso su cabeza en su hombro y le susurro en su oído. –Tú tampoco la has roto Rin-chan. –Tomo un poco de valor y se acercó más a la peli naranja la cual solo miraba hacia otro lado tratando de ocultar su vergüenza, Hanayo se acercó más y deposito un dulce beso en la mejilla de su amiga. –Aun eres lo que más quiero…
Ambas se voltearon a ver, Hanayo tenía una gran sonrisa en su rostro y en ligero rubor en sus mejillas, Rin esbozaba lentamente una sonrisa sincera y se la dedicaba a su amiga.
Pasaron cierto tiempo juntas esperando en el templo, solo disfrutando la una de la otra, sin decir nada más, entrelazando sus manos tiernamente y viendo como poco a poco el sol se ocultaba dejando un panorama sombrío en el cielo.
–Me pregunto que habrá sido de aquel hombre, era muy amable Nya. –Rin rompía el denso silencio con esa pregunta.
–Estoy segura que esta orgullosa de su hija como la primera vez que hablo de ella Rin-chan. –Contesto animadamente Hanayo mirando hacia el cielo.
–Estoy segura que así es, era una gran persona… -Rin hizo una pausa pensativa. –Espero que haya disfrutado su bufet de cangrejo Nya… -Parecía que Rin casi babeaba al recordar eso
–Creo que te equivocas Rin…
–Vamos Kayochin. -Rin se levantó entusiasta y no dejo terminar lo que iba a decir su amiga. –Tengo hambre Nya, apurémonos a llegar a casa, Rin te consentirá hoy con su ultra mega especial Bowl de Arroz.
Olvidando completamente toda conversación pasada, los ojos de Hanayo resplandecieron con esas palabras, rápidamente dejo que Rin la volviera a cargar y emprendieron de nuevo el camino a casa.
Espero que les haya gustado como ven estas historias se entrelazaran así con personajes terceros. pueder que no siempre sean principales como en este caso que vemos a un señor bastante altanero con un amor incondicional a su hija "Que quien sabe quien es la hija jajaja"
Gracias por leer.
