Historia en 5to "A" (la cual se daba a la última hora los viernes) estaba bastante aburrida, pesada, principalmente húmeda. El calor y la humedad ponían de mal humor a cualquiera ahí dentro. Pero aún algo tan condicionante como el clima no quitaba a los alumnos la alegría del fin de curso. Ya faltaba poco para el término de las clases y comienzo de vacaciones de verano en Japón. Simplemente unos minutos y serían libres. Se notaba el gran entusiasmo de los estudiantes. Eso sí, persona parecía estar totalmente aislada de los demás. Ese era Shuichi Minamino, o mejor dicho, Kurama. Se preguntarán: ¿por
qué no está alegre como el resto? Nah, no es que no lo esté, sucede que anda con algunos... ¿problemas?
Al fin toca la campana de salida y antes, el profesor, que justamente es el tutor del curso, decide dar unas palabras de despedida.
–Profesor: Chicos, ya han terminado su laaaarga carrera escolar, hasta aquí han llegado. Estoy muy orgulloso de ustedes, aunque no tanto de algunos por su comportamiento que, la verdad, dejan mucho qué desear...
–Alumno: Oiga, ¿por qué dice eso? ¡Aquí somos todos buenos y estudiosos!
–Profesor: Buenos sí, pero estudiosos... Sin embargo la vida le da muchas oportunidades, así que aprovéchenlas.
–Alumna: Usted habla como si la gran mayoría fuera un fiasco...
–Profesor: No me refiero a eso... Sólo digo que puedo recalcar alumnos muy puntuales, responsables y que se han esmerado en explotar debidamente su inteligencia.
–Hakurashi: ¿Quiénes? -preguntó, interesada.
–Profesor: Hm... Minamino, por ejemplo... Ha tenido el mejor promedio de la escuela desde que ingresó.
–Hakurashi: ¿Minamino?... Pero si él faltó mucho... No puede ser el mejor alumno y menos decir que es responsable...
–Profesor: Sí, faltó bastante... aún así sacó las mejores notas aunque haya asistido tan pocas veces. Es muy difícil seguir el ritmo de estudio de esa forma... y él lo logró.
–Hakurashi: ¿Se supone que ahora es bueno faltar? Es como si lo estuviese felicitando por ser tan irresponsable...
–Profesor: Yo no lo felicito por eso... más bien por su capacidad de entendimiento e inteligencia.
A todo esto, Minamino estaba muy distraído mirando la ventana sin escuchar nada, muy extraño en él. Parecía que estaba pensando en algo atentamente... De pronto se escucha un fuerte golpe dado a una mesa. Había sido Hakurashi, esa chica de cabello trenzado y largo, castaño y ojos verdosos. Su expresión era terriblemente irritada. Luego de ser observada con sorpresa por sus compañeros y profesor (excepto por Kurama, quien aún estaba en su mundo) y de intentar contener algo que la estaba quemando por dentro, decidió lanzarlo al aire y que sea lo que sea.
–Hakurashi: ¡Aah! ¡Yo soy la que estudia, yo soy la delegada del curso, yo soy la responsable, yo soy la que se esfuerza y el que recibe todos los halagos y créditos
es Minamino a pesar de no venir nunca!
Si había que ser sinceros, a ella nunca le cayó bien Minamino porque siempre tuvo mejor reconocimiento gracias a sus notas. Hakurashi siempre fue una chica aplicada que se había esforzado en sobresalir al menos en algo que ella podía conseguir fácilmente, así que su presencia le hacía sentir completamente inútil. Algunos podrían llamarlo envidia... tal vez.
–Profesor: Tranquilízate, Hakurashi... tú también has sido una buena alumna.
–Hakurashi: ¡NO! ¡Porque a mí nunca me dan diplomas, nunca me dejan quedarme después de clase para sacar libros de la biblioteca, y a él sí! ¡A él le
dan todos los permisos que necesita! ¿¡Qué tienen contra mí, eh? ¡¿Acaso porque él sea más lindo yo tengo que pagar los platos rotos?
-Profesor: Aún queda camino por recorrer, Hakurashi. Cuando ingreses a la Universidad...
-Hakurashi: ¡Al carajo con la Universidad!
Dicho ésto, tiró todas sus cosas al piso. Gracias al ruido de la caída Kurama volvió a tierra, observando a su alrededor que todo estaba tirado. Comenzó a mirar a la chica. No entendía bien qué sucedía. El resto lo miraba de reojo a la vez que dirigían la vista más directamente a Hakurashi. Prestando más atención, oía palabras proveniente de los alumnos, quienes se habían asustado un poco y otros sólo lo tomaban de broma.
–Alumnos: Ay, ¿qué le pasa?... No sé... ¿Nos va a matar o qué?…
–Profesor: Por favor, cálmate. Así no llegarás a ningún lado...
Intentó acercarse a ella, pero la chica le lanzó su mochila.
–Hakurashi: ¡NO SE ACERQUE! Nunca he llegado a ningún lado... por culpa de Minamino... Él se ha llevado todo lo que debería tener yo... ¡Grrrr!... ¡AAAAH! ¡TE ODIO, MINAMINO! ¡ALGÚN DÍA ME VENGARÉ DE ESTO, LO JURO! -vociferó, señalándolo muy molesta, y sale corriendo del salón.
Kurama aún estaba estupefacto ante lo sucedido. Miraba a todos, que lo observaban detenidamente.
–Profesor: Pueden retirarse, chicos. Felices vacaciones.
Los alumnos se retiraron confundidos y algo nerviosos por el comportamiento de su compañera. Era muy raro para ellos ya que Hakurashi siempre fue muy tranquila y callada, aunque algo antisocial.
Como se habrán dado cuenta, el que menos entendía la situación era Kurama, no sabía por qué ese odio hacia él. Se dio cuenta por la mirada del profesor que debía quedarse a hablar, así que cuando ya no hubo nadie en el salón fue hacia él, quedándose a un lado del escritorio, esperando a que le dijese algo.
–Profesor: Ah... No es la primera vez que sucede algo así con ella, pero nunca reaccionó en frente de la clase.
–Kurama: Disculpe, la verdad es que no entiendo qué sucedió. Si me pudiera explicar el motivo de su reacción...
–Profesor: Se puso así porque tienes mejores notas y piensa que la que se la merece es ella y no tú.
–Kurama: Ah... -se quedó pensando y sacó una conclusión-. No creo que se equivoque.
–Profesor: ¿Cómo?
–Kurama: No la conoceré bien, pero de lo que sí me he dado cuenta es de la energía que le dedica a todo lo relacionado con el estudio, cosa que yo no hago. Así que... pienso que se lo merece más que yo.
No fue una falsa modestia, realmente se sentía así. Sintió que no tenía nada más que decir y se dirigió hacia la puerta.
–Profesor: Oh... Esa es una actitud muy buena, Minamino. ¡Te felicito por ser tan comprensible!
Kurama se marchó sin decir una palabra más.
–Profesor: ¡Ah, espera! -deteniendo su curso-. ¿Podrías hablar con ella? Creo que es algo que deberían arreglar entre ustedes dos.
–Kurama: No sé si quiera verme después de ésto... Yo diría que lo mejor es esperar.
–Profesor: Hm... Me preocupa la reputación de la escuela si ella termina con ese concepto... -pensó en voz alta.
–Kurama: ¿La... reputación...? -Ahora lo entiendo" pensó; esa actitud no le agradó-. Profesor, si hablo con Hakurashi no será por la reputación de la escuela, será para hacerla entender que yo no soy como ustedes.
–Profesor: ¿Eh? -sobresaltándose-. ¡Minamino, espera! ¡No lo dije en serio! ¡Minamino! -los gritos fueron en vano porque Kurama siguió su rumbo.
No pensaba en otra cosa que no sea retirarse de ese lugar rápidamente. Siempre había tenido la sensación de que sus ideologías eran muy egoístas e injustas.
