No one ever said it would be so hard.

Summary: Una confesión de amor desastrosa, celos, odio, sentimientos confusos, contradicciones y… ¿tabús? ¿Cuán lejos llegarías por la persona que quieres? ¿Serías capaz de dejarlo todo atrás incluyendo los más grandes lujos?

Declaimer: Es obvio que Ouran High School Host Club no me pertenece.

Bue, pues aquí estoy con mi primer fic de los gemelos. Esta idea lleva en mi cabeza mucho tiempo pero no sabía si publicarlo porque luego tardo en publicar los capítulos y me estreso. Espero que os guste y que no perdáis mucho la paciencia conmigo a la hora de publicar los capítulos :P.

-o-o-o-

Prólogo:

Siempre pensé que Hikaru y yo estaríamos siempre juntos, que todo sería siempre igual. Nuestro pequeño y secreto mundo de gemelos. Donde nosotros creamos una barrera que nadie era capaz de traspasar o de romper. Solo nosotros dos sabíamos a la perfección como se sentía el otro o lo que quería. Ni siquiera nuestros padres eran capaces de comprendernos o ayudarnos de la forma que lo hacíamos entre nosotros. Nos complementábamos perfectamente. Como dos gotas de agua.

Pero entonces llego Haruhi. Una mediocre y pobre chica que fue la primera y quizás la única –a excepción de nosotros dos, claro– en saber distinguir quien era quien. Y eso era porque ella veía lo que los demás no veían, lo que los demás no se habían molestado en ver. Nuestro interior. La manera en la que actuábamos, nuestras personalidades y los pequeños y casi imperceptibles detalles que nos diferenciaban. Ella nos había observado detalladamente.

He de confesar, que cuando acertó sobre quien era Hikaru y quien era yo, en nuestro juego, me sorprendí mucho. Nadie fuera de nuestro universo de gemelos nunca había conseguido verlo y, de alguna manera, me sentí aliviado, comprendido. Me sentí feliz de saber que alguien veía que, a pesar de vernos iguales, no lo éramos.

Pero de alguna manera, creo que las cosas cambiaron. Antes era todo un alivio que alguien pudiese ver a través de nosotros y diferenciarnos. Porque así debía ser. Somos hermanos y por mucho que nos empeñásemos no íbamos a estar siempre refugiados en nuestro mundo, no íbamos a ser siempre él y yo. Encontraríamos a alguien con quien pasar el resto de nuestras vidas y esa persona sería alguien totalmente ajeno a nosotros dos. Entonces pasaríamos cada vez menos tiempo juntos, por nuestra pareja, por nuestros futuros hijos… De tal modo que solo tendríamos oportunidad de vernos en las típicas cenas de navidad o en pequeñas reuniones donde nos veríamos y hablaríamos de todas aquellas veces que nos refugiábamos en nosotros mismos y de todas las veces que fingíamos amarnos en una incestuosa actuación en un club del instituto. Y nos reiríamos; porque entonces nos parecería estúpido. Y luego volveríamos a lo mismo. Poco a poco nuestro reino de gemelos se desmoronaría… Y nosotros caeríamos en el olvido.

Y ahora… Yo odiaba eso.

Porque me había dado cuenta de que toda esa actuación en el Host Club para mi había dejado de ser un juego para pasar el rato.