La vida del adolescente es tan difícil, los adultos no lo comprenden o no quieren comprendernos. Y la verdad no lo entiendo porque ellos también fueron adolescentes. ¿Por qué les parece tan difícil hablar con nosotros?

Siempre había sido una buena alumna, mis notas, aunque no era excelentes, sí eran muy buenas. Me había ganado con mucho esfuerzo ser la capitana del equipo de porristas, yo sé que formar parte de este equipo no es la gran cosa para otros, pero para mí, sí lo es.

Los campeonatos estaban cerca y nos la pasábamos practicando todos los días y en todo momento. Debíamos ser los mejores. Desgraciadamente, por prestarle atención a una cosa, decaí en otras. Mi mente solo estaba en los giros, saltos y pasos, esto me trajo consecuencias que jamás creí pasar; reprobar matemáticas 2.

-¿Profesor Walter, deseaba verme?-

-Sí señorita White, tome asiento-

-¿Ocurre algo?-

-Mira Candy, te conozco desde hace años y sé que eres una buena estudiante. Tu desempeño hasta ahora ha sido, sino extraordinario, sí ha sido ejemplar. Eres el rostro del esfuerzo y la dedicación, pero no medir tus prioridades trae consecuencias-

-Yo… yo no le estoy siguiendo, profesor-

-Durante este último mes tu rendimiento académico ha decaído mucho, principalmente en mi asignatura. Soy consciente que ser la capitana del equipo representa una gran responsabilidad, pero eso no debe ser impedimento para que tus notas bajen de manera drástica-

-Si lo dice porque no le he entregado el cuadernillo de ejercicios, permítame explicarle que…-

-No solo es el cuadernillo Candy, no has acreditado ninguna de las pruebas que he puesto durante el mes-

-¿Qué? Eso no es posible, yo… yo estaba confiada en que…-

-Las prácticas, los juegos y los encuentros, quitan demasiado tiempo para el estudio. No había comentado nada porque esperaba que me sorprendieras, Candy. Pero nuevamente el sorprendido soy yo. La prueba de hoy solo me ha rectificado que tu mente no se encuentra donde debería-

-¿Qué tan mal estoy, profesor?-

-No has acreditado el curso-

-¡Oh por Dios! ¡Estoy reprobada!- de repente mis ojos se nublaron y sentí que la garganta se me cerraba, el reprobar me quitaría el puesto de capitana

-Candy, tranquilízate un poco y escúchame. Por fortuna todavía no he entregado las calificaciones a la Dirección, así que oficialmente no estás reprobada-

-¿Entonces? Realmente no estoy entendiendo nada-

-Mira, para mí sería fácil reprobarte… pero no lo haré-

-¿Qué?-

-Te propondré algo, estará en ti decidir si lo aceptas o no. No te reprobaré pero aceptarás tener un tutor, trabajarás con él extra clase, te evaluará y me entregará reportes de tu desempeño, además de eso, deberás comprometerte a no faltar a ninguna de mis clases, eso quiere decir, que en mis horarios no ensayarás con tu equipo. Me entregarás los trabajos en tiempo y forma, de igual manera con tu tutor, cabe mencionar que a la primera falla que tengas, yo cancelaré esto y te reprobaré-

-¿De verdad, profesor?-

-De verdad, Candy-

-¿Por qué lo hace?-

-Lizzie, mi hija mayor fue porrista, en su último año sus calificaciones decayeron, pensamos que no concluiría, pero nos equivocamos, una profesora le ayudó, le estoy muy agradecido, veo en ti a mi hija y es por ello que lo hago, ¿entonces?-

-Acepto profesor, no lo defraudaré, daré lo triple y saldré adelante, verá que no lo decepcionaré-

-Mi madre siempre decía, valen más lo hechos que las palabras-

-Verá que no se arrepentirá-

-Confío en ti, Candy. Bien, tengo entendido que ya saliste, así que sígueme, vamos por tu tutor.

-Sí, y muchas gracias profe, de verdad que no lo defraudaré.

Salimos de su despacho y caminamos rumbo a la biblioteca, estaba emocionada, una oportunidad así no la daban fácilmente los maestros, así que no la desaprovecharía. Entramos a la biblioteca y nos registramos, mi mirada repasó el lugar y solo vi a tres alumnos, el profesor Walter me indicó que lo siguiera y nos sentamos en una mesa vacía, dos minutos después llegó un estudiante.

-Muchacho, pensé que se te había olvidado-

-Lo siento profesor, estaba buscando unos libros que me servirán para unos ejercicios, ¡Hola Candice!-

-Hola Terrence-

-¿Se conocen?-

-Es la novia de mi mejor amigo-

-Bueno, entonces eso facilita las cosas, Candy, Terrence será tu tutor- mis pensamientos corrían a la velocidad de la luz, realmente no me esperaba que él fuera mi tutor, nunca pensé que fuera un alumno destacado, y mucho menos que le gustaran las matemáticas, solo atiné a sonreírle mientras el profesor Walter seguía hablando –Las tutorías serán todos los días después de clases, ya ustedes se organizarán dónde y a qué hora. Terrence, aquí tienes las hojas para la evaluación de la primera semana, Candy, de verdad espero que no desaproveches esta oportunidad-

-Claro que no lo haré profesor, no tendrá queja de mí, ya lo verá-

-No seas tan estricto con ella-

-No prometo nada profesor- contestó Terry

El maestro se despidió y salió de la biblioteca, nos miramos unos segundos y nos sonreímos. Terrence tomó asiento frente a mí y metió los libros en su mochila

-¿No se supone que tienes que registrar los libros para llevártelos?- me incliné un poco para que nadie nos escuchara, lo vio sonreír y mirar para todos lados.

-No cuando eres el preferido de la encargada de la biblioteca-

-Eres un presuntuoso-

-Más respeto pecosa que soy tu tutor-

-Ya te he dicho que no me digas pecosa, de verdad me sorprendió que te asignaran como mi tutor-

-Soy el más listo de la clase, ¿a quién esperabas, a Stear?-

-Bueno, para serte sincera, sí-

-Pues lamento romper tu corazoncito, pequeña. Yo soy el mejor-

-De verdad no entiendo como Anthony te soporta, eres tan arrogante-

-Gracias, he trabajado en ello- solo rodé mis ojos y comenzamos a organizarnos para las tutorías, no fue tan difícil ya que mi horario era igual al de él; a pesar de que Terrence estuviera un grado arriba. Quedamos en vernos d de la tarde todos los días en mi casa o en la suya.

Salimos de la biblioteca y se ofreció a llevarme a casa, Anthony había ido con el profesor Thom a ver los nuevos uniformes para el equipo, así que se me hizo fácil aceptar su oferta. Además su casa no estaba tan lejos de la mía. Llegamos a su coche y de inmediato me abrió la puerta, por un momento me quedé sorprendida y lo miré, él solo alzó la ceja.

-Ante todo soy un caballero, que seas la novia de mi mejor amigo no quiere decir que te trate como hombre, anda, sube-

Encendió el auto y me pidió que sintonizara cualquier estación de radio, estuve durante unos minutos buscando hasta que encontré una canción que me encantaba; Y, ¿si fuera ella?, de Alejandro Sanz, lo miré levantar otra vez su ceja derecha y comenzó a reír, le golpeé el hombro y me dediqué a escucharla.

Después de que me dejara en casa, comí y realicé los deberes. Mis padres llegarían hasta la noche, así que no tendría necesidad de contarles que tenía un tutor por mi falta de responsabilidad. El tiempo se pasó volando, y cuando me di cuenta ya estaba tocando el timbre.

Abrí la puerta y ahí estaba él. No pude contener mi burla

-¿En serio? ¿Dos minutos antes de las cuatro?-

-Te lo dije, soy un caballero, ya sabes que no me gusta hacer esperar a la gente ni que me hagan esperar-

-Sí, sí, lo sé, pasa antes de que den las cuatro con un minuto y te de un infarto

Terrence solo había estado dos veces en mi casa, y en esas dos veces se la había pasado jugando en el sillón con Anthony mientras esperaban a que yo estuviera lista y así pudiéramos pasar por Susana, la novia de Terrence.

Subimos a mi habitación y le dije que se pusiera cómodo, creo que no lo pensó dos veces porque escuché a mi cama crujir mientras yo prendía mi portátil, giré para verlo.

-¿Qué?- le pregunté al ver que tenía el cejo fruncido

-No puedo creer que te guste Snoopy- decía mientras tomaba el peluche que tenía en mi cama y lo miraba

-¿Por qué?-

-Es un perro tonto-

-¡Oye! Claro que no lo es-

-Ni siquiera habla-

-Genio, los perros no hablan-

-Scoby Doo, sí- y sin quererlo, los dos reímos –Bueno, basta de tanto arguende, a lo que truje chencha-

-¿Qué?

-¿Qué de qué?

-¿Qué fue lo que dijiste?-

-¿A lo que truje chencha? Es una expresión que decía mucho una nana que tuve, según ella, significaba que nos pusiéramos a trabajar que para eso nos pagaban, pero cómo no me van a pagar por ser tu tutor, pues…-

-No le dijiste a nadie, ¿verdad?- solté de repente, él seguía en mi cama, pero ya estaba sentado, así que me senté en el borde y lo miré un poco asustada.

-¿Qué seré tu tutor? Claro que no, además, aunque quisiera hacerlo no podría. Oficialmente no lo soy porque a la dirección no se le presentó la propuesta; esto es por debajo del agua, así que a nadie le conviene que se sepa, ¿estás tranquila con eso?-

-Sí, pero… ¿ni siquiera le dijiste a Anthony?-

-No le dije ni a mi novia, así que ya quédate tranquila, que por mí no se sabrá-

-Por mí menos, y no es que me de vergüenza que sepan que eres mi tutor, sino que mi equipo se dé cuenta de que soy una burra-

Hey!, no eres ninguna burra, todos hemos tenido problemas con algunas materias, además no eres ni la primera ni la última que ha pasado por algo así, aunque no lo creas yo también me las vi negras- me mostró una sonrisa sincera y le correspondí, después de eso pasamos a la tutoría.

Estuvimos trabajando durante una hora sin parar, me sorprendí de que fuera muy bueno en matemáticas, su manera de explicar hacía ver los ejercicios fáciles y sencillos.

-Voy por algo de beber, ¿se te ofrece algo?- le pregunté mientras le entregaba la tercera hoja de ejercicios resuelta

-¿Una cerveza?-

-Chistosito-

-Agua está bien-

Bajé a la cocina y tomé una bandeja, puse una jarra pequeña y vasos, luego subí y lo encontré viendo las fotografías que tenía cerca de mi tocador.

-No sabía que habías ido a ver a Coldplay- señaló el boleto del concierto que tenía enmarcado y luego se acercó para quitarme la bandeja

-¿Cómo sabías que ya había llegado?-

-Tu perfume- por un momento me quedé sorprendida, reaccioné cuando él tomó la jarra y llenó los dos vasos, me ofreció uno y después tomó el suyo.

-Coldplay es de mis bandas favoritas, estuve ahorrando mucho para irlos a ver en cuanto me enteré de que venían, así que ese boleto tiene mucho significado y sacrificio-

-¿No te lo pagaron tus padres?-

-Sabes, a veces la gente tiene ideas muy erróneas sobre mí, piensan que solo estiro la mano para recibir el dinero; que con solo chasquear los dedos ya tengo todo lo que quiero, pero no es así…-

-Yo no…-

-No te culpo por pensar así Terrence, yo sola me he encargado de crear esa imagen de mí. Fui niñera durante seis meses, los sábados desde muy temprano paseaba mascotas, los domingos le ayudaba a la señora Fisher a realizar sus compras, trabajé en la farmacia de la señora Cathraigt clasificando los medicamentos, podaba el pasto cuando me lo pedían, en fin, hice muchos trabajos para poder pagarme ese boleto, y aunque fue en las gradas, para mí fue más que suficiente, los vi, los escuché y yo sola había logrado eso.

-¿Por qué me cuentas todo esto?-

-Porqué sé que no dirás nada- en ese momento ya no lo pensé y me acerqué a mi escondite secreto, metí la mano y saqué una caja de zapatos, regresé a donde estaba sentado Terrence; el suelo, lo imité y puse la caja frente a él, la abrí y tomé una barra de chocolate.

-¡Wow! Te gustan mucho los dulces, ¡eh!-

-Toma lo que quieras, dicen que para que uno no engorde debe compartir de lo que come, pero no te daré de mi chocolate, agarra lo que sea- vi estirar su mano, revolvió las golosinas y al final sacó un dulce de tamarindo.

-¿Por qué tienes esto escondido?- me preguntó mientras mordía el dulce

-Siempre me ha gustado la comida chatarra y las golosinas, de vez en cuando me doy un gustito, más cuando estoy… cuando tengo mi periodo-

-¡Ya!, sé lo locas que se pueden poner las mujeres en esos días-

-¿Susana?-

-Sí, mi madre y mis hermanas. Sabes, en todo este año y medio que llevo de conocerte, hoy ha sido el día que hemos cruzado más de veinte palabras-

-Lo sé, debo de confesar que me has sorprendido, nunca creí que fueras tan bueno, realmente eres muy bueno- le dije dándole la última mordida a mi chocolate.

-¿Eso es un cumplido, pecosa?

-¿Cuándo dejarás de llamarme pecosa, Terrence?

-Terry, sólo dime Terry-