Prefacio
La vida viene y va, comienza y termina, ya había sopesado esas palabras en mi mente los últimos años, con la mirada posada en su bello rostro tome el antídoto, este se apodero de mi cuerpo y al igual que él sufrí un dolor reconocible, aunque mucho, mucho más fuerte, la oscuridad se apoderaba de mi, mi cuerpo estaba cambiando y lo sabía, si no fuera por aquella persona al lado de mi, si no estuviera consciente de lo mucho que lo amaba, y sobre todo si no supiera que si no hacía esto ella moriría, no hubiera podido soportar el dolor infinito de esto, y entonces, todo acabo y abrí los ojos.
Presiones
Últimamente me habían sobrado las razones por las cuales ser feliz, lo tenía todo, mi cuento de hadas al fin estaba terminado, y por supuesto los últimos 10 años había podido ser capaz de cazar razonablemente al lado de mi esposo y vampiro Edward Cullen, cada vez era mejor en todo lo que hacía, había puesto a practicar mi escudo hasta el punto en hacerlo casi perfecto, y por supuesto cada vez podía amar mas a toda mi familia, en la cual estaba incluida Jacob, ya que dentro de muy poco tiempo se casaría con Renesmee de eso no cabía duda alguna, Edward me había hecho prometer o más bien jurar que le daría un uso razonable al Ferrari que me había regalado, no es que estuviera muy interesada en los autos, eso nunca me interesaría, pero el Ferrari era realmente rápido, y claro me encanta ir a una velocidad razonable, a mi estilo; antes de convertirme veía la forma de conducir de Edward completamente innecesaria y muy peligrosa, claro que ahora entiendo perfectamente a que se refería con respecto a que 130km era muy despacio, ahora sé que estaba en lo correcto.
No veía la hora en la que Jacob Black, mi mejor amigo y licántropo le pidiera matrimonio a mi hija Renesmee, últimamente no dejaban de salir juntos, estaban completamente ligados, ya hacía mucho que salían juntos así que no me sorprendió cuando Renesmee me pidió salir con Jacob la próxima semana…
-¿No puedes quedarte en casa tan siquiera un solo día?, sabes que Jacob es completamente libre de venir aquí- me queje con Renesmee con una sonrisa grabada en mi rostro
-Está bien- me dijo con cara de pocos amigos- le diré que venga esta noche hace mucho que no lo veo, ha estado un poco extraño últimamente- me comento Renesmee con la mirada en el suelo.
-No te preocupes hija-trate de animarla- ya sabes que últimamente tiene mucho trabajo, recuerda que él es macho alfa y tiene a una manada a la cual liderar.
Jacob se había tomado bastante en serio su trabajo de macho alfa, los últimos 10 años se le unieron varios lobos a su manada, incluyendo a Quil y Embry sus dos mejores amigos, aparte estaban Leah y Seth Clearwater, y hace poco se les unió uno más, o más bien dicho "una" mas, la nueva licantropía llevaba el nombre de Hailey, cuando se unió a la manada todos se sorprendieron, hasta Leah; al contrario de todos yo me sentí extrañamente aliviada, ya que pensé que esta podría hacerle la vida un poco más fácil a la pobre de Leah, pero claro estas dos ni siquiera pueden hablarse, se odian entre sí, pero decidí que eso no era de mi incumbencia, aparte Leah no era una persona a la cual apreciaba mucho, la rivalidad entre nosotras era notoria, aunque claro que trate de hacer las paces, pero ella es tan testaruda, así que al final decidí que no debía de importarme ni afectarme.
-Tienes razón- me dijo Renesmee desviando mis pensamientos- le llamare para que pueda venir en la noche
-Está bien- le dije y fue corriendo al teléfono que estaba en la mesa de la sala.
Estaba observando a Renesmee y las facciones de su cara iluminándose cuando le contesto Jacob, me limite a no escuchar su conversación, me gustaba darles un poco de intimidad, así que me voltee a ver la ventana que daba al sur sumiéndome en mis pensamientos, cuando capte otra vez la voz de Renesmee en el teléfono…
-Sí, claro, ¿Por qué?- decía Renesmee en el teléfono- por favor dime, está bien, entonces te veré aquí a eso de las 8:00 ¿no?, está bien te la pasare, te veo en la noche, te quiero- decía Renesmee mientras se levantaba y caminaba hacia mí.
-Quiere hablar contigo- me dijo Renesmee
-¿Por…?- le pregunte
-No lo sé, simplemente me dijo que necesitaba hablar contigo
-Hmm, está bien- le dije
-¿Diga?-dije algo confusa
-Hola Bella- me saludo Jacob- oye ¿puedes ir hoy a la Push?, a la playa, ya sabes donde ¿no?
Hacía ya mucho tiempo que no iba a la Push por razones obvias, que rayos le ocurría a Jacob, bien sabia el que yo no tenía permitido pisar esas tierras.
-Jacob sabes perfectamente que no puedo ir a la Push- dije con voz triste pero firme- y sabes lo que puede ocurrir, en que estabas pensando…
-Hable con Sam, tienes permitido venir aquí por hoy- me interrumpió
-Hmm, está bien Jake, ¿a qué hora quieres que este allí?- le pregunte ansiosa, hacia ya mucho que no iba a la Push, desde que, desde que me convertí, hacia ya un poco mas de 10 años.
-¿Qué te parece a las 5:00?- me pregunto feliz
-Claro, ahí te veo- le dije y colgó
Apenas colgué el teléfono y un rayo de emoción cruzo por mi espalda, tenía tantas ganas de ver la Push.
-¿Qué quería Jacob mamá?- me dijo impaciente Renesmee
-¿Acaso no oíste?- le pregunte con una sonrisa picara
-Hm sí, pero pensé que sabias un poco mas- me dijo aun impaciente
-Pues ya ves que no- dije mientras le sonreía
Más tarde a eso de las 4:00 me despedí de Renesmee porque tenía que cambiarme el innecesario vestido que Alice me había hecho ponerme y cambiarlos por unos cómodos jeans, tenis y una blusa. Me limite a ir caminando por el bosque hasta llegar a la cabaña que Esme nos había regalado a Edward y a mí, cuando llegue vi que la casa no estaba sola así que de volada capte que Edward estaba ahí, me puse más feliz al saber que lo encontraría dentro.
Cuando abrí la puerta de nuestra casa vi a Edward sentado sobre el sofá y se me olvido a que había venido a tanta prisa a la casa, mi mente como de costumbre solo se centro en Edward.
-Hola- lo salude, se sobresalto del sofá con la mirada perdida.
Me asuste de la reacción de Edward, parecía que no me había escuchado llegar, o como si estuviera muy ocupado pensando en algo y lo hubiera asustado
-¿Edward te encuentras bien?- le pregunte cautelosa sin saber si ir a abrazarlo ó quedarme donde estaba.
Se me quedo mirando por un instante y después recobro la compostura.
-Sí, lo siento, no te oí llegar- me dijo aún extraño, apenas iba a empezar a preguntarle qué rayos pensaba o que hacía, porque se me hacía muy extraño que no me hubiera escuchado llegar; cuando avanzo hacía mí quitando el espació que había entre nosotros, me abrazo por la cintura y posó su labios contra los míos, sentía como si el corazón se me fuera a salir de mi pecho, pero claro, mi corazón había dejado de latir hacia ya mucho tiempo, sus manos fueron descendiendo, y mi boca sentía una gran necesidad de la suya como el de la mía.
-¿Dónde estabas?- me pregunto con aquella hermosa sonrisa torcida suya cuando me dio un tiempo para recobrarme
-Bueno, hoy hable con Jake, quiere que lo acompañe a la playa de la Push- le mencione
-¿la Push?- levanto una ceja
-Sam me permitió pasar- me excuse mientras me encogía de hombros
Edward y Jacob habían dejado las rivalidades atrás y ahora eran amigos, más bien grandes amigos, así que Edward no tenia excusa para prohibirme ir a la Push, ya era bastante fuerte como para protegerme yo sola si algo le ocurría a Jake.
-Ah bueno, supongo que entonces te veré en la noche ¿no?- dijo con una sonrisa traviesa
-Supongo- le dije sonriente y aliviada
Fui al armario en busca de unos jeans, pero Edward ya los tenía en la mano junto con los tenis y una blusa de algodón.
-Vaya que si me conoces- le dije sonriendo
-Cada vez se me facilita un poco mas- dijo el estirando las comisuras de sus labios
-En ese caso, gracias- le dije con una sonrisa en mi rostro, me levante de puntitas y lo bese en los labios, me devolvió el beso, después sus labios besaron mi mandíbula, mi cuello…
-Espera, espera, quedamos que en la noche, aparte debo de estar en la Push en unos minutos- le dije con una sonrisa divertida en mi rostro
Puso buena cara y me sonrió
-En ese caso te veré en la noche- me dijo con un brillo pícaro en sus ojos.
Me quede momentáneamente deslumbrada, y después me fui a cambiar con una sonrisa grabada en mi rostro.
Cuando termine de cambiarme me fui corriendo a la Push, estaba muy emocionada, todavía podía recordar la playa; y de repente me encontraba a los limites, lo cruce y me fui corriendo a la playa, donde pude ver a lo lejos a Jacob sentado en ese mismo árbol blanco, nuestro árbol, con las raíces enterradas en la arena, aunque estaba más viejo, lo percibía desde lejos.
-¡Jake!- grite, tal vez demasiado fuerte, estaba tan contenta de estar ahí, como en los viejos tiempos…
-¡Bella!, sabía que llegarías a tiempo- me sonrió y me abrazo- Bella apestas- se carcajeo
-Ja ja ja muy gracioso Jacob, si en verdad quieres saber quien en realidad apesta por aquí eres tu- le dije mientras me reía.
Jacob se unió a mis risas, pero luego se puso más serio, se sentó en aquel árbol y palmeo con su mano el asiento continuo del árbol en un gesto para que me sentara al lado de él.
-¿qué te pasa Jake? Te ves, nervioso o ansioso- le dije mientras le palmeaba la espalda.
Me miro con una mirada extraña, no lograba descifrarla.
-¡Jake escúpelo ya!- le dije
-Está bien, está bien, pero no me vayas a querer matar como la otra vez ehh- dijo mientras me arqueaba una ceja
-Hmmm, está bien, intentare no matarte Jake, ahora dimelo-
- Bueno, le pediré a Nessie que se case conmigo la próxima semana- me hizo caso, lo escupió todo.
Durante una fracción de segundo me quede helada, pero claro que esto ya me lo había estado esperando desde hace ya tanto tiempo…
-Está bien Jake, no te matare, como quiera ya lo había asimilado- le dije sonriendo
Jake se relajo y empezó a hablar otra vez.
-Bueno pero no sé donde pedírselo exactamente- me dijo con la mirada en el suelo
-¿Ya has pensado en donde?- pregunte curiosa
-Bueno, se me había ocurrido, es que creo que tu y Edward tienen un prado especial para ustedes dos o algo así- me dijo encogiéndose de hombros
-¿Quieres pedirle matrimonio en el prado de Edward y mío?- le pregunte con la boca abierta, para ser sincera no me desagradaba la idea, simplemente me tomo completamente desprevenida, jamás habría pensado que a Jake le gustaría pedirle matrimonio a Nessie en nuestro prado.
-No te enojes por favor Bella- me dijo con aquella sonrisa de despreocupación suya.
-Sí, no estoy enojada, es que no me lo esperaba, es grandioso Jake- le dije orgullosa de el
-Entonces, ¿no estás enojada?- me pregunto cauteloso
-¿Debería?, claro que no estoy enojada Jake- le dije mientras le sonreía
Su rostro se le ilumino y puso una sonrisa de oreja a oreja
-¿Crees que a Edward le importe?- me pregunto
-No creo, pero eso sí, Alice se molestaría muchísimo si no la dejaras decorar el prado, y claro hacer tu boda, sabes que nunca te perdonaría si no la dejaras.- le dije riéndome
Puso mala cara pero se unió a mis risas
-Está bien, está bien, entonces, asunto arreglado- me dijo sonriendo de oreja a oreja
Estaba claro que Renesmee le diría que si a Jake, pero había una cosa que renesmee no sabía, y jamás había sido la bastante fuerte como para explicarle lo que hubo entre Jacob y yo, me daba miedo y temía que me detestara después de contárselo, tenía miedo de que no lograra entender que todo eso paso gracias a ella, que desde el principio ella era la chispa que había entre Jake y yo, pero si no lo lograba entender, entonces, ¿Qué pasaría?
-Jake- le dije con la mirada posada en el suelo
-¿qué pasa Bella?- sentía su tono preocupante
-acaso le has dicho o al menos pensado decirle a Nessie de, ¿de lo que hubo entre nosotros?
Al fin levante la mirada y pude observar la cara de Jacob, en el había miedo, desconfianza, perdida, y muchos otros sentimientos que no lograba descifrar.
-No- dijo al fin y poso la mirada en el suelo viendo las rocas empapadas por el agua salada del mar, pateo una roca hacia el mar y luego agarro otra para luego aventarla otra vez al mar- no le he dicho aun, ¿y tú?
-¿Tu qué crees?, por supuesto que no Jake, no puedes pedirle matrimonio sin que ella sepa toda la verdad, sería como si le estuviéramos mintiendo, debemos decirle- le dije casi gritándole
-¿y qué pasa si ya no me quiere ver Bella, o si después me odia?, sabes perfectamente que no puedo vivir sin ella, ¡es mi alma gemela!- dijo con el rostro demacrado
-Ya lo sé Jake, pero algún día se va a enterar y nos va a odiar más aun si no le decimos ahora- le dije y me agrado que mi voz sonara muy firme
-Está bien, pero debes decírselo tu- me dijo resignado
¿Qué yo le iba a decir? Estaba mal del cerebro él es el que quiere casarse con ella no yo.
-Ni loca, me va a odiar, te toca a ti decírselo- estábamos histéricos los dos y nos veíamos con ira.
-Tú eres su madre Bella, lo siento pero a ti te tocan esas partes, no a su novio, aparte a ti no te puede pegar- me dijo victorioso, porque lo sabía, él tenía razón, debía ser la madre la que tenía que pasar por esto
No le dije nada, simplemente plante mi mirada a la arena con millones de rocas diferentes, agarre un puñado de rocas y como gesto de enojo y derrota las coloque sobre la palma de mi mano y las rompí todas en un fuerte crujido, después las avente al mar y me di vuelta sin decir nada, sentí como me seguía.
-¡Bella, Bella espera!- me dijo mientras corría hacia mí, no me había dado cuenta de que iba casi corriendo así que me pare instantáneamente, cuando me alcanzo me giro para que pudiera ver mi rostro pero yo seguía con la mirada en el suelo, por un momento me sentí como una niña chiflada.
-Lo siento Bella, pero sabes que tengo razón-me dijo
-Está bien-refunfuñe- pero que te quede claro que no estoy nada contenta- le dije
Después de un incomodo momento de tensión Jacob rompió a reír, levante mi mirada y le saque la lengua sonriéndole, la pelea había terminado
-Ven, quiero mostrarte algo- me dijo sonriendo
Dude por un momento y luego tome su mano y lo seguí
-¡Ay Bella estas helada!- me dijo bromista
-Y tu hirviendo- le devolví la broma, se echo a reír y llegamos a el garaje donde pasábamos antes todas las tardes
-Vaya, hace ya mucho que no veía este garaje, sigue exactamente igual a como lo recuerdo- le dije sonriendo de oreja a oreja
Mucho antes de convertirme solía venir casi todos los días al garaje de Jake, apenas entre y extrañe todo eso, sobre todo poder venir a la Push cuando desee, pero mi vida ya no era la misma, debía aferrarme a las desventajas de ser un vampiro…
-Por aquí Bella- me dijo Jake interrumpiendo mis pensamientos
Me guio al final de la cochera donde se encontraba algo de tamaño intermedio bajo una gran manta de color caqui, ya vieja y con manchas, y claro con algunos agujeros, no se porque pero se me hizo extrañamente familiar la manta que cubría los objetos que tenia debajo de ella.
Jake quito la manta llena de polvo y puso a luz unas motocicletas ya viejas pero que se notaban que aun servían.
-¡Nuestras motos!, es increíble, ¿Cómo es que aun las tienes?, pensé que Charlie te había mandado a echarlas a la basura después de que se las enseñaste esa vez- le dije, no podía contener mi emoción esas motos tenían un gran punto en mi vida pasada, significaban mucho para mí.
-Lo sé, lo siento- dijo sonriendo y encogiéndose de hombros- nunca las tire, me había tardado demasiado como para tirarlas, sería un desperdicio, así que las escondí bajo la manta en que las habías traído la primera vez y nunca más las volví a usar, estas motos solo las puedo compartir contigo ya lo sabes- me dijo mientras sonreía, con que dé hay venia la manta extrañamente familiar, las motos estaban en el suelo con un poco de polvo, completamente abandonadas.
-¿Lista?- me dijo Jake con un brillo en los ojos
Me quede mirándolo incrédula tratando de adivinar el significado de sus palabras, ¿acaso pensaba que me iba a montar en la moto?, no tenía nada en contra de eso, pero estaba completamente segura de que no sería buena idea, ya que desde luego sentiría la moto muy lenta.
-¿Qué? ¿Quieres que vayamos en moto por la Push?- le pregunte algo confusa
-Bueno, hace mucho que no salen a dar un paseo, no creo que sea mala idea, ¿Qué dices?- me pregunto lleno de entusiasmo
Lo sopese durante unos minutos, no me haría daño, así que no tenía nada de malo, aparte supongo que a Edward ya no le molestaría, y Charlie no se enteraría, aparte no tendría porque castigarme ya era una mujer casada.
-Hmm, supongo que la sentiré algo lenta, como puedes imaginar, pero, está bien- le dije
Jacob me sonrió, agarro una moto, la cual recordé que era la que a él le pertenecía y yo agarre la mía.
-¿A dónde iremos?- le dije a Jake un poco emocionada.
Jacob lo pensó durante un minuto.
-¿Qué te parece a donde solíamos ir antes?, ya sabes, hay mucho camino abierto y el espacio es enorme.
Lo pensé y me agrado muchísimo la idea, seguramente me traerían recuerdos de cuando era humana, francamente los recuerdos seguían borrosos, y quería empezar a aclararlos más, y esta era una oportunidad perfecta, ya que nunca puedo venir a la Push por el tratado de los Cullen con los licántropos, claro que Jacob trato de convencer a Sam que se quitara el tratado, pero claro, a Sam no le agrado mucho la idea y no lo quito, no es que no le agradáramos a Sam, pero él prefería mantener las distancias.
-Claro, me parece genial Jake- le dije con un brillo en la cara
-En ese caso, déjame sacar el carro- me dijo mientras caminaba hacia la casa para buscar sus llaves.
Observe las motos durante un segundo y recordé como las había conseguido, aquella temporada en la que estaba solitaria ya que Edward me había dejado solo para protegerme de lo que él era, más bien de lo que yo soy también, recuerdo que en un desesperado intento de poder recordar a Edward le compre las motos, o más bien me las dio el hermano de alguien que estaba en la escuela, no sé porque pero sentí algo extraño dentro de mí al poder recordar mas de mi vida humana…
-Bella, hora de irnos- dijo Jake desviándome de mis pensamientos, tan rápido pronuncio las palabras sentí una oleada de entusiasmo.
Me subí al coche de un brinco demasiado entusiasmada, no sabía de dónde venía tanto entusiasmo pero ya no veía la hora de montar esa moto.
Mientras íbamos en el camino Jacob y yo platicábamos sobre cualquier cosa.
-Así que ¿no extrañabas venir a la Push?- me dijo sonriente
-¿¡Estas bromeando!? No sabía que extrañaba muchísimo venir por aquí, ya me hacía falta, me hace sentir más liviana, como si me quitaran un peso de encima.
Jacob se rio
-Pues claro, se me olvidaba que aquí era tu segunda casa- me dijo riéndose para luego ponerse más serio- le diré a Sam que te deje venir más seguido Bella, es obvio que extrañabas este lugar.
Me entristeció saber que ya no era del todo bienvenida, y extrañe poder venir aquí con libertad.
-No Jake, no es necesario, puedes meterte en problemas- le dije sin poder esconder mi tristeza
-Bella, sabes perfectamente que yo también soy el líder de mi manada y también puedo hacer mis reglas.
-Claro, mientras estés en tu territorio Jake, sabes que la Push es territorio de Sam y no puedes obligarlo a hacer algo que no quiere, pueden acabar luchando y sabes que ninguno de los dos quiere esto, en serio Jake estoy bien, simplemente lo extraño, mucho- le dije tratando de que viera la realidad, yo ya no era bienvenida aquí más que en algunas extrañas ocasiones, como esta, aparte tal vez era la última vez que estaría por aquí, así que no quise arruinar la ocasión con berrinches estúpidos.
No dijo nada en todo el camino hasta que llegamos, el lugar me parecía familiar claro, pero faltaba mucho que recordar y debía poner a trabajar mi memoria lo más posible que pudiera.
-Llegamos- me dijo Jake sonriéndome, gracias a Dios que se le había pasado lo enojado.
Nos bajamos del automóvil y bajamos las motos con facilidad, nos montamos en ellas y las pusimos en marcha.
-Te reto a una carrera- me dijo Jake levantando la ceja
-Sabes que perderás, pero si así lo quieres- me burle
-A la una, dos y TRES- dijo Jake.
Cuando dijo 3 los dos arrancamos a una velocidad muy alta, claro que no era tan rápida, pero por alguna razón sentía una gran adrenalina por dentro, no sabía exactamente porque, pero sentía que Charlie se iba a enojar conmigo por andar en motos, y Edward a preocupar, eso era lo que generaba en mi la adrenalina, cosa que no creo que pasara, tal vez Edward se preocuparía un poco, pero no me lo diría porque él sabe que no me puedo hacer daño, mi piel era tan dura, extrañaba mi vieja piel blanda.
Mientras pensaba aceleraba más y ganar la carrera me producía un gran entusiasmo, hasta que el camino acabó, había ganado la carrera ya que Jacob estaba un poco más lejos ya sin acelerar demasiado, sabía que él había perdido, cuando llego me empecé a reír de él mientras ponía cara de pocos amigos, se notaba que no le gustaba perder.
-Ya, lo siento Jake, solo admite que soy mejor que tu- le dije riéndome
Jacob me miro con desaprobación pero con una gran sonrisa
-Si claro, eso porque eres indestructible, pero si hubieras sido humana te hubiera ganado, y lo sabes muy bien- dijo en su defensa, no sé por qué, pero sus palabras me hirieron un poco y baje la cabeza al suelo, no quería que Jacob se diera cuenta de porque estaba así, ni siquiera yo sabía porque me había herido mucho sus palabras, decidí no darle vueltas al asunto y regresamos al coche a pie, ya que yo ya no tenía ganas de montar a moto.
Cuando llegamos subimos las motos y nos fuimos directo a la Push, al principio del camino todo estaba callado, pero luego Jacob empezó a platicar cosas sin sentido, cuando al fin llegamos a la casa me baje del coche ya sin ánimos, era imposible que sus palabras me hubieran herido tanto, ni siquiera había tratado de ofenderme, pero era inevitable el sentimiento.
-¿Ya te vas?- me pregunto Jacob triste.
-Sí, será mejor que ya me vaya- le dije sin ánimos, ni siquiera lo vi
Jacob se me acerco e hizo que lo mirara poniéndome un dedo bajo mi barbilla
-¿Qué te pasa Bella?- me pregunto cauteloso
No quería decírselo, ni tampoco hacerle sentir mal, así que decidí no decirle nada.
-No me pasa nada Jake, solo estoy cansada, fue un día agotador- le dije tratando de simular una sonrisa
-¿Cansada?, no sabía que los vampiros se podían cansar, en fin….- dijo
Y otra vez sus palabras me hirieron, esta vez porque me dijo vampiro, y eso no tenía nada de malo, a fin de cuentas eso es lo que era.
-Vamos Bella no seas aguafiestas ven, quiero enseñarte algo- me dijo algo emocionado
Lo seguí hasta su casa preguntándome que era lo que me quería enseñar, cuando llegamos Billy se encontraba en su pequeña pero cómoda silla de ruedas.
-Hola Bella, pero que milagro verte por aquí- me dijo Billy con una cálida sonrisa en su rostro, pude notar que ahora era más viejo, se le notaba en sus arrugas.
-Hola Billy, lo sé Sam me dejo pasar solo por hoy- le dije- estoy muy emocionada de estar por aquí
-Que bien Bella- me dijo- Jacob- dijo ahora dirigiéndose a este- proponle algo a Sam, dile que si Bella puede venir más seguido.
-Lo intentare- le dijo Jacob haciéndome un gesto para que lo siguiera hasta su habitación.
Cuando llegamos a su habitación me trajo aún más recuerdos olvidados, cada vez eran más, esto se estaba convirtiendo en algo así como encontrar las partes faltantes de un rompecabezas.
Jacob se arrodillo sobre una mesita que tenia para sacar del cajón una cajita pequeña, negra y delicada, me la entrego mientras yo la veía, abrí la tapita de color negro, dentro contenía un precioso anillo con un diamante completamente circular, el anillo era de oro y el diamante relucía como un arcoíris, alrededor del diamante había otros más pequeños de forma ovalada, el anillo era precioso.
-Ojala que a mi suegra le guste- bromeo Jacob mientras yo seguía observando fascinada el pequeño anillo.
-Es hermoso Jake, ¿¡pero cuanto te costo?!-le dije
-Hmm, no es nada, ya sabes estuve ahorrando mucho, y bueno, para Nessie es lo mejor de lo mejor.
-Jake, sabes muy bien que pudiste pedirnos dinero, sabes que eres de la familia- le dije un poco enojada.
-No, era algo que quería que fuera cien por ciento mío- me dijo excusándose
-Hmm, bueno es hermoso, sabes que le encantara- le dije con una sonrisa
Jacob se encogió de hombros
-Supongo, si es que me lo acepta- dijo serio mirando el suelo mientras lo decía
Apenas estuve a punto de preguntarle que porque no lo aceptaría, cuando me acorde que debía decirle a Renesmee la historia de Jacob y yo, completa.
Puse mala cara
-Te va a perdonar, nos va a perdonar- dije incluyéndome.
Jacob me miro serio
-Como si tuviera tanta suerte
-Jacob- comencé- sabes perfectamente que Nessie te ama, y tú la amas a ella, es obvio que te perdonara, es solo que debemos darle tiempo, ¿Cuándo se supone que le vas a entregar el anillo?- le pregunte nerviosa, más le vale que faltara mucho, me conformaría con un mes, así tendría tiempo para prepararme e ir a decírselo.
-Hmm, se lo iba a decir la semana que viene, pero debido a las circunstancias, supongo que ¿en 3 semanas estaría bien?- me pregunto
¡3 semanas! Pensé
-No lo sé Jake, es muy poco tiempo- le dije
-Vamos Bella 3 semanas es mucho, al menos para mí- me dijo
-Que suerte tienes- le dije pero al final acepte, solo tenía 3 semanas para poder decirle la verdad a Renesmee, me dio un escalofrío, no quería ni pensarlo.
Acompañe a Jacob a comer algo antes de irnos, se preparo un sándwich, la verdad es que no se veía muy sabroso que digamos.
-¿Sabe bien?- le pregunte con cara de asco
-Vamos Bella, no me digas que ya olvidaste el sabor de la comida- me dijo
-Supongo que sí, pero no me has contestado mi pregunta- me salí por la tangente.
-Bueno, si sabe bien- me dijo mientras se comía la última rebanada de sándwich-Hora de irnos, Nessie me espera en la casa y ya casi son las ocho.
-Claro, se me había olvidado- le dije- ¿nos vamos a ir a pie o en tu coche?- le pregunte
-Supongo que en el coche, yo no puedo correr tan rápido ya lo sabes-me dijo con los ojos en blanco
-Claro- susurre
Fuimos directo a su coche, mientras pasábamos por la puerta Billy se despidió de mi
-Adiós Bella, espero que puedas venir otro día, saluda a Nessie de mi parte
-Lo hare, y eso espero, adiós Billy- me despedí con un movimiento en la mano mientras me subía al coche.
El camino a la casa se paso rápido mientras hablaba con Jacob, a la mitad del camino dejamos de hablar un rato y cada quien nos sumimos en nuestros propios pensamientos, trataba de recordar el sabor a la comida, recordaba algunos platillos que me gustaban, el pescado frito, los huevos, espagueti, pero no lograba recordar el sabor, me concentre una vez más en poder recordar, esta vez casi lo lograba pero Jacob se volteo hacia mí y me distrajo con su sombrío rostro, no me había dado cuenta de que se había estacionado cerca de la casa, pero no en ella.
-¿Qué te ocurre Jake?- le pregunte intimidada por su rostro
Este se limito a mirarme una vez para luego posar su rostro en sus manos pegadas al volante.
-No creo que Nessie logre entender, Bella, si se enojará y no me quisiera ver jamás, yo..- dijo pero se quedo en blanco aun viendo sus manos contra el volante.
Lo pensé durante un minuto
-Mira, no sé si se enojará, no soy Alice-trate de hacerle una broma- pero sabes que Alice no puede ver el futuro de Nessie ni el tuyo, ustedes dos están ligados y por alguna extraña razón no puede ver su futuro, como quiera que sea, ella te está esperando en la casa, será mejor que vayas con ella.
-¿No vendrás tu?- me pregunto
-No, me iré directo a la cabaña- le respondí
-Ah vaya, está bien, supongo que te veré otro día- me dijo- tengo que ir con Nessie, nos vemos Bella
-Adiós Jake
Tan pronto como pronuncie esas palabras me baje del coche y fui caminando a la cabaña, no tenía tanta prisa, mientras caminaba veía a cada animal e insecto del bosque, los cuales no se me acercaban, me tenían miedo, no lo entendía, a menos que estuviera sedienta tendrían que tenerme miedo, pero ¿siempre?, cuando menos lo esperé mis pies toparon contra la puerta de la cabaña, abrí la puerta pero no había nadie, podía saber con exactitud que Edward no estaba pero se había ido casi apenas unos minutos tal vez una hora, seguramente estaría en la casa de los Cullen, decidí distraerme y me pare frente a los libros que teníamos, entre unos vi mi viejo libro ya desgastado de cumbres borrascosas, hacia ya mucho que no lo leía, y decidí que este era un buen momento, aparte así podría recordar mas momentos humanos olvidados, sabía perfectamente que este libro era parte de mi vida humana, siempre que podía leía este libro, abrí el libro al azar donde cayera cualquier pagina del libro, me senté en la mecedora, y comencé a leer, unos minutos después comencé a recordar poco a poco pequeñas sensaciones humanas que sentía cuando leía algunas partes del libro, aparte el olor del libro me hizo recordar la casa de Charlie y mi antigua habitación, mientras me hundía en mis recuerdos humanos escuche pasos que venían directo a la casa, espere en la mecedora hasta que Edward entro, se escucho como se abrió la puerta y me beso el pelo.
-Hola- me dijo y se sentó en un sillón que daba de frente a la mecedora en la que estaba- siento llegar tarde, te estaba haciendo una sorpresa- su voz era extremadamente irresistible
Me le quede viendo y le dedique una sonrisa.
-¿Qué tipo de sorpresa? - pregunte y camine directo hacia el sofá en el que estaba, me senté al lado de él y lo abrase tiernamente, descanse mi cabeza sobre su hombro y cerré mis ojos.
-Ya lo veras - me dijo y sentí como sonreía- ¿Cómo te fue en la Push?- me pregunto de repente
La verdad es que si me había ido bien en la Push, sin tener que contar que Jacob y yo habíamos llegado a un acuerdo en el que yo debía decirle a Renesmee nuestra historia, puse mala cara.
-Bueno, la verdad es que muy bien, hace mucho que no veía la Push, no ha cambiado tanto- le sonreí- solo que, Jake y yo llegamos a un acuerdo en el que le debo de decir a Renesmee la verdad acerca de lo que paso entre nosotros- logre escupirle todo.
-Estaba enterado de eso- me dijo- no te preocupes amor, estoy seguro de que lo entenderá- me dijo para consolarme
-Claro, lo dices porque tu no le dirás nada- dije algo enfadada.
-Bueno, gracias al cielo que no- se rio.
-Hmmm- fue todo lo que logre decirle.
Levantó mi cara con uno de sus largos dedos para poder ver la reacción de mi rostro.
-Si en verdad te duele decírselo, yo puedo decírselo, se la historia con lujo de detalles- dijo mientras se encogía de hombros.
Lo pensé durante un segundo apenas perceptible.
-No, yo se lo diré, es mi trabajo decírselo, yo cometí esos errores.
-No te castigues por eso amor, ya pasó, lo bueno es que estamos juntos y nos amamos.
-Es cierto- le sonreí- y cambiando de tema, ¿qué era la sorpresa que tenías para mí?
En cuanto le pregunte se paro del sillón jalándome de la mano, estaba muy emocionado, y no pude evitar estar impaciente e intrigada.
Salimos de la cabaña corriendo los dos, yo lo seguía por los espesos arbustos, pero se me hacía muy familiar el camino por donde íbamos, al minuto lo capte y acelere su paso para ponerme en frente de él y llegar a el prado.
Hacía mucho que no iba por ahí, recuerdos hermosos reaparecieron en mi memoria, Edward había decorado el prado tan hermoso que me dieron ganas de llorar, pero claro, no podía llorar. El prado seguía siendo un perfecto circulo y contenía diferentes flores silvestres, como ya era de noche todo se veía de un tono azul, Edward había colocado pequeñas luces sobre los arboles lo cual daba un poco de luz al lugar, aparte en toda la orilla del circulo de el prado había unas velas altas y muy hermosas, Edward había puesto pétalos de rosa sobre el césped, y se podía oír el suave borboteo del arrollo a unos kilómetros escasos de donde estábamos, todo era tan hermoso, parecía irreal, pero era real.
-Edward, Edward es hermoso- mi voz sonaba maravillada.
Edward vino hacia mí y me abrazo con fuerza, para luego irse a buscar algo entre los árboles, apareció con un pequeño estéreo de pila, luego saco un CD de su bolsillo y lo coloco en el estéreo, lo prendió y pulso el botón de play. Apenas empezó la música y de inmediato reconocí el CD que me había regalado él para mi cumpleaños 18, la primera pista era mi canción de cuna. Edward se acerco a mí con expresión vacilante y me tomo en brazos, coloco mis pies encima de los suyos y comenzamos a bailar en círculos.
-Sabes que ahora puedo bailar- le dije extrañada pero feliz de que no se le hubieran olvidado aquellos pequeños detalles que teníamos cuando yo era humana.
Me sonrió
-Lo sé, pero me gusta bailar de este modo- su voz parecía tan relajada, no quería hacer nada más que quedarme con el bailando en ese mágico lugar.
Levante la cabeza para mirarlo, me miraba con ojos enamorados, pero con algo más que no lograba descifrar, le toque su cara perfecta.
-Te amo- fue todo lo que pude decir, se inclino hacía mí, tomo mi cabeza entre sus manos y me beso despacio y lentamente, mis manos agarraron sus cabellos con fuerza, después de unos segundos se aparto para darme un respiro.
-Al igual que yo, eres lo más importante que hay en mi vida, Bella, sin ti estaría perdido, no sé que habría hecho conmigo- su voz se fue apagando
-Lo importante es que estamos los dos, juntos, y que nos amamos incondicionalmente
Me sonrió y me beso en la frente
-¿Puedes probarme eso?- me pregunto emocionado
Me esforcé por quitarme el escudo, mi don, para que Edward pudiera leerme el pensamiento, recordé todos los momentos que habíamos pasado juntos, los recuerdos que se me vinieron más rápido y con más claridad fueron después de que me convertí, pero últimamente había empezado a recordar mas sobre mi vida humana, y los recuerdos que había tenido con Edward, así que trate de recordar todos esos hermosos recuerdos, cuando lo conocí, cuando hablamos por primera vez en esa aula de biología, nuestro primer beso, sentí como Edward sonreía, abrí los ojos con deliberada lentitud con la esperanza de no desconcentrarme, ansiaba tanto ver el rostro de Edward en esos momentos, estaba viéndome fijamente, como tratando de recordar algo, pero también estaba sonriente, me beso apasionadamente y no pude contener mi escudo, volvió a su lugar, haciendo que Edward no pudiera leerme los pensamientos.
Le devolví el beso con ternura, coloque mi mano sobre su mejilla y me aparte para poder verle los ojos, al verlos podía observar su alma, era imposible verle los ojos y pensar que no tenia alma, el también me miraba y parecía que pensaba lo mismo, coloco su mano en mi cintura y seguimos bailando al ritmo de mi canción de cuna. Después de un tiempo de que estuvimos bailando hablo.
-Cuando te leí el pensamiento, diste vida a recuerdos que pensé que los tenías casi completamente nublados, fue hermoso, no te puedo expresar con palabras el sentimiento que sentí, fue como si estuviera allí, gracias.
Lo mire a los ojos y le toque el rostro
-No hay de que- le sonreí- creo que también yo debería darte las gracias
Me miro confundido
-Es hermoso lo que hiciste con el prado
Voltee la cabeza para apreciar la hermosura del prado, todo se veía tan hermoso, y ahora la noche era cerrada, las luciérnagas bailaban lentamente a nuestro alrededor haciendo que se viera como pequeñas luces titilantes que volaban libremente a nuestro alrededor, el prado era más visible gracias a la luna plateada que brillaba desde arriba, y las estrellas brillaban alegremente arriba de nosotros.
Se encogió de hombros para restarle importancia
-Ya sabes, es lo menos que puedo hacer por ti
Me pare de puntillas y lo bese
-De todos modos gracias
Me sonrió y me apretó más contra él, mi canción de cuna había terminado y empezó la segunda canción, la favorita de Esme, dejamos de bailar y nos recostamos en el suave césped, nos quedamos ahí muy quietos mientras mirábamos hacia arriba observando las estrellas, voltee para observar el rostro de Edward, me miraba pensativo, la luna plateada empapaba nuestros rostros blanquecinos, nuestras manos estaban unidas, levanto su mano, aún unida a la suya y recorrió mi pómulo con las yemas de sus dedos, me acerque más a él y le bese el cuello.
-Te amo- susurro
Y nos quedamos ahí recostados en el suave césped.
A la mañana siguiente amanecí con mi espalda cruzada sobre el pecho de Edward, sentía como el sol empapaba mi piel y se podía sentir ligeramente más caliente, tenia cerrados los ojos porque me hacía sentir bien el calor del sol sobre mi piel, sentía como Edward acariciaba mi espalda trazando diferentes figuras con las yemas de sus dedos, tarareaba mi canción de cuna, abrí los ojos, lo primero que vi fue el césped brillando bajo el sol, me voltee para poder mirar a Edward, brillaba bajo el Sol como de costumbre, parecía que tenía millones de diamantes incrustados sobre su piel, al igual que el mi cuerpo también brillaba, juntos nuestros cuerpos parecía un gran esplendor, como su hubieran juntado millones de diamantes en un solo sitio, parecía mágico.
-Hola- me sonrió y me acerque para poder besarlo
-Hola- le devolví el saludo y los dos nos reímos
-Recuerdo la primera vez que vinimos al el prado, te asombraste de cómo brillaba en el Sol
Los dos recordamos aquella época de nuestras vidas y nos reímos al mismo tiempo, todo era tan complicado al contrario de ahorita, pero lo cierto es que extrañaba esa época de mi vida, daría casi todo por poder vivirla al menos un día de nuevo. Eso me entristeció y ya no pensé en eso de nuevo.
Una vez que nos paramos del frío pero cómodo césped, me puse mis jeans y mis tennis deportivos que Alice me había regalado, no eran unos tacones, como ella hubiera preferido, pero eran lindos y cómodos. Estábamos a punto de irnos cuando algo se escucho dentro del corazón del bosque, sea lo que sea venía directo a nosotros.
