Y este es un regalo para mi hermana, Shiroi Tsuki, en su cumpleaños número 18, ¡Ya es legal que te sentencien por homicidio! Wasu!! Disfrútalo mucho, que llore lagrimas de sangre tratando de evitar que mi mama sospechara sobre lo que estuve escribiendo, xD. Este es tu regalo No. 1, y el que se que mas disfrutaras, y ¡sí! todavía te esperan mas regalos de mi parte, por ser la única vieja igual de pervert que yo, que he conocido ;; Espero que sigamos así durante toda la vida. dame esos cinco ¡¡FELICIDADES IMOTUO!!
Nota: D-kun, no la leas !!
Nota 2: es mi primer lemon y me salio re "·"!!· por lo que estoy un poco insegura de que te guste, aunque trate lo mas que pude TT
...
Ahí estaba Ed de nuevo. Como todas las noches, sin falta. En una habitación que no era la suya. Sobre esa cama. A oscuras, en silencio, en secreto. Con la intención de hacer más que simplemente observar, se acercó con lentitud para tocar el rostro de su hermano.
Poso sus dedos izquierdos sobre la frente, y tranquilamente, fue delineando cada uno de sus rasgos. Las cejas, los ojos, la nariz, la boca; una y otra vez. Se detuvo en la línea de la quijada y dejo que sus dedos reposaran ahí un momento, antes de seguir con ese ritual.
El ritual que llevaba a cabo desde hace varios años.
Cada noche, cuando sabía que su hermano llevaba dormido ya varias horas, entraba furtivamente en su habitación. Silenciosamente se acercaba y lo observaba dormir con tranquilidad. Su pecho subía y bajaba al compás de su pausada respiración y su rostro tenía su, siempre perpetuo, semblante de paz.
Observaba todo de él, como si tuviese miedo de que desapareciera.
Cautelosamente subía a su cama y se colocaba muy cerca de su cuerpo. Amaba sentir su calidez y observar de cerca sus facciones. Para luego delinearlas con su mano izquierda, hasta saciarse.
Con el paso del tiempo y al ritmo de crecimiento de Alphonse, las cosas se fueron saliendo de su control. Lo que empezó como curiosidad de una noche, pronto se convirtió en una necesidad.
Aunque en un principio, el único fin era saberse cerca de él, poco a poco la situación se torno cada vez más oscura. Tenía bastante claro que sus intenciones tenían más que una connotación fraternal.
Sentir la sensación de la cálida piel bajo la yema de sus dedos, los rastros de sudor cuando hacia calor, su aliento caliente durante el invierno, los gestos que articulaba entre sueños, sus suspiros que daba cada vez que lo tocaba.
Después de unos momentos, sus dedos continuaron su recorrido trazando círculos en su cuello y escuchando agradables sonidos provenir de sus labios. Siguió bajando hasta llegar a sus hombros, apretándolos un poco, esta vez con ayuda de su brazo derecho. Con cierto placer observaba como el cuerpo contario se estremecía por el cambio de temperaturas, frunciendo el seño ligeramente y dejando escapar un pequeño suspiro.
Acerco su boca hasta la clavícula, casi a punto de rozarlo y dejo escapar un poco de aire caliente, en un punto bastante sensible, que hacia que Al diera placenteros gemidos. Ed sonrió casi imperceptiblemente; tal vez no se tocaran mutuamente, pero escuchar esos sonidos salir de sus labios, era más que suficiente.
Acariciaba sus brazos hasta llegar a sus palmas donde las entrelazó con las suyas, sintiendo como estas se cerraban por inercia. Se alejó de su clavícula, deteniéndose un poco para observarlo.
Sí Al lo supiera, ¿Seguiría viéndolo igual?, ¿Rechazaría su actitud?, ¿Se alejaría de él? De tan sólo pensarlo se le oprimía el pecho. O ¿Quizás…?
Se deshizo del agarre, y subió de nuevo hacia los hombros, sólo para volver a descender, pero esta vez por el pecho. Contorneo los pectorales, deslizándose hasta sus caderas, pasando por sus costados, encajando sus dedos ligeramente y posando su cabeza sobre el área de la cintura, para depositar un leve beso un poco más arriba del ombligo, provocándole un ligero espasmo en el abdomen.
A cada roce y caricia, notaba como el cuerpo expuesto ante el subía de temperatura y aumentaba su respiración; encogía el entrecejo y dejaba salir gemidos, más largos y mas sensuales.
Ed se mordía el labio inferior conteniéndose para no precipitarse sobre aquella boca que dejaba salir esos sonidos tan ansiosos y sugestivos.
Sin alejar aún su rostro de ese torso -ligeramente marcado y firme- pego su boca a él, y dejo que su lengua probara cuanto quisiera, descendiendo por el vientre dejando caminitos de caliente saliva, hasta llegar a la única prenda que cubría esa desnudez: unos ligeros boxers. Ascendió de nuevo a su ombligo, y entonces, dejo escapar una exhalación sobre la zona, creando una sensación tan contrastante como placentera para Al, que reacciono apretando los ojos y abriendo un poco mas la boca. Si algo había aprendido Ed con el tiempo, era el tipo de cosas que hacían que su hermano tuviera tales reacciones.
Metió dos dedos dentro de la ropa interior, y la fue despojándola de ella suavemente, pero sin retirarla por completo, dejándola poco mas arriba de las rodillas. Con satisfacción comprobó que todas sus acciones no habían sido en vano. Frente a su rostro se mostraba el semi-erguido miembro de su hermano.
Tomo sus muslos y los separo un poco, empezando a acariciarlos de arriba abajo por la cara externa de los mismos, erizando el escaso vello por el roce constante. Acerco su boca hasta el área publica y empezó a soplar ligeramente sobre el pene, sin dejar de acariciarle las piernas.
Llevo sus manos hacia el sus nalgas, y acompañando un apretón sobre estas, añadió un lametón en la punta de su virilidad (XD), que logró que su espalda se arqueara de placer, seguido de un coro de gemidos suaves y fascinantes.
Relamiéndose los labios, dejó que sus manos abandonaran su trasero y se dirigieran hacia lo que desde un principio fue su objetivo. Lo tomó con su mano izquierda, apretándolo tenuemente y empezando un suave sube y baja.
Escuchando todos sus gemidos, viendo todos sus gestos, su frente perlada de sudor, sintiendo su piel caliente y sensible bajo sus manos, no podía menos que provocar a Ed, que sentía su erección apretarse sobre la tela de su boxer, ansiosa de recibir el mismo trato que su hermano. Esta vez no podía soportarlo más tiempo.
Pronto empezó a sentir las palpitaciones del miembro en su mano y los roncos gemidos, indicando que Al estaba a punto de terminar, por lo que pronto se detuvo y cambio de mano para detenerlo un poco. La sensación de calidez remplazada por el frió metal hizo que frunciera el entrecejo con fuerza y crispara sus manos.
Temiendo que fuese a despertar, detuvo todo movimiento y espero su siguiente reacción. Para su alivio, no sucedió nada, y Al siguió durmiendo con tranquilidad, si es que se podría llamar así a la situación en que su cuerpo se encontraba.
De nuevo, comenzó el vaivén con su mano derecha, escuchando, esta vez, gemidos entre cortados y faltos de aire, mientras con su mano libre empezaba a acariciarse la entrepierna sobre la tela.
Repentinamente, entre espasmos y gemiditos, Al terminó sobre su mano de metal.
Retiró su mano, y limpió cada rastro con la lengua, tragando el líquido blanquecino, de un sabor ciertamente único.
Al respiraba entrecortadamente, con su pecho subiendo y bajando con cierta velocidad, con su rostro aparentemente satisfecho. Sin embargo, Ed, no estaba de acuerdo con ello, no aún.
Apoyando su mano derecha en la cama, tomó el miembro de Al de nuevo, y lo acarició lo suficiente para que se pusiera erecto de nuevo. Aproximo su rostro al sitió y dio una vigorosa lamida desde la base hasta la punta y de regreso, sintiendo en su lengua como aumentaba el calor de esa parte con rapidez. Repitió la acción un par de veces, hasta que tomo la punta entre sus labios y succionó con un poco de fuerza. Arrancando una y otra vez, suaves y ardientes gemidos, comenzó a subir y bajar por toda la extensión, de forma lenta.
Escuchar los gemidos y sentir las palpitaciones en su boca, lo ponía de sobremanera, por lo que en seguida metió su mano dentro de sus boxers y empezó a masturbarse.
Poco a poco empezó a subir la velocidad en el vaivén que llevaban su boca y su mano. Cuando sentía que Al estaba a punto, reducía la velocidad y viceversa, para retrasar lo más posible el final.
La cabeza de Ed subía y bajaba con una velocidad constante, mientras que su mano, se movía aun mas frenéticamente sobre si mismo, hasta llegar a un punto en que empezaron a flaquearle las piernas. Aceleró aun más su felación, y succiono con más fuerza hasta que finalmente terminaron, casi al mismo tiempo.
Jadeando lo más calladamente posible, miró fijamente a Al. Tenía casi todo el cuerpo sudado, caliente, sonrosado, con sus labios abriéndose y cerrándose con lentitud, y sus ojos, cerrados, igual que al principio. Sabía que no iba a despertar. Por alguna razón, desde algunos años, dormía con tanta plenitud, que apenas y se movía de posición.
Jamás había realizado algo como hoy, pero aún así no se detuvo. Lo limpió con su propio boxer, y después subió los de Al con cuidado, tratando de no dejar evidencias.
Gateó con suavidad, hasta quedar sobre el, y beso su frente con cariño. Repitió el mismo paso con sus ojos, nariz y mejillas con igual o más cariño. Y miro su cara largo rato, muy de cerca.
Te quiero, Al.- Dijo contra sus labios. Empezando a separarse de el con lentitud, pero…
Igual yo, Ni-san...- Contesto este, abriendo lentamente sus ojos.
