Cada día estaba en su casa. Cada despertar estaban bajo el mismo techo, pero no en la misma habitación. Y ahí estaba de nuevo Alexis, desayunando su gran tazón de leche mientras miraba con envidia a su padre, tenía a la mujer perfecta. En ese momento algo hizo que Alexis se quedara petrificada. De pronto de la habitación de Castle salió la mayor belleza jamás vista. Esquivando su ropa del suelo, apareció Beckett de buena mañana con una gran camisa, que la verdad, dejaba mucho para imaginar. En ese mismo instante el teléfono sonó.

-¡Mi firma de libros! Ya ni me acordaba..-Dijo Castle nervioso.
Esa era la ocasión perfecta para Alexis, debía aprovecharla. Tenía un día entero para intentar seducir a la sexy futura mujer de su padre.
Minutos después Castle se despidió de las mujeres con un beso rápido, y en cuando éste desapareció, Alexis subió a su habitación a por su mayor secreto.
-Alexis,¿comes aquí?-preguntó Beckett.
En ese instante, bajaba una brillante pelirroja con un mini pantalon y una camiseta que le quedaría grande hasta a un gigante. Kate se quedó perpleja, nunca había visto así a Alexis y una sonrisa pícara se le escapó.
-Muy...muy guapa.
-No, no hables. Dejame que haga o no aguantaré con esto. Ahora la policia soy yo.
En un abrir y cerrar de ojos Alexis estaba frente a Kate, besandole como nunca antes lo había hecho. No era amor,era deseo, lujuria, calor. La comida ya no importaba, por lo menos respecto lo que tenía que ver con platos. Porque de lo demás, Alexis no dejó un milímetro por recorrer del cuerpo de su 'detenida'. Pero quería algo más, no solo quería besos. Asi que despacio empezó a acariciar a Kate, viendo como su cuerpo se estremecía, descubriendo zonas que Beckett no pensaba que tenía, haciendo que gimiera como nunca lo había hecho. De pronto... *Din dong* El maldito timbre.
-Joder...¡¿Castle?!
-¡Chicaaaaaas abridme! -Se escuchaba desde el otro lado de la puerta.
Era Castle, volvía de su firma de libros. Alexis recogió su ropa rapidamente y subió a su habitación, mientras Beckett se volvia a vestir y rapidamente abría la puerta a su novio.
-¿Habeis hecho comida? Espero que no, porque la he traido. -dijo Castle enseñando unas bolsas.
-No...No hicimos. Hemos estado... hablando todo el rato sobre una duda que tenía Alexis.

Alexis ya vestida más discreta, bajó al salón, guiñó un ojo a Kate y empezaron la comida.