Título: Campamento Baker
Resumen: Sherlock no es el joven más educado, tiene problemas de conducta y para hacer sociales, fue idea de su madre meterlo en ese campamento de rebeldes (y arrastrar a su hermano en el proceso. ¿Será tan malo como los hermanos Holmes creen o habrá quienes hagan de ese campamento una experiencia entretenida para ellos?
Este fanfic participa en el reto de julio "The Camp is On!" del foro I am sherlocked.
Notas: Espero que lo disfruten, gracias por leer.
Capítulo 1.
Campamento Baker para niños y adolescentes con problemas de conducta.
Ahí estaba la solución a los problemas de los Holmes, todo en un simple folleto entregado por una vecina que conocía a los dos jóvenes de la casa, el menor de doce y el mayor de diecisiete.
—Esto es una tontería.
El menor se quejó, iba en la parte trasera del auto con el cinturón puesto, los brazos cruzados y un carácter terrible.
—Vocabulario, Sherlock. —ella suspiró. —Es necesario llevarte porque le has dicho groserías a los niños de tu clase.
—Les he dicho la verdad.
—No esta bien lo que dijiste. En todo caso, podrías haber endulzado más tus palabras, hacer de la crítica negativa una crítica constructiva, ¿no te parece?
—Mamá, es más probable que se caiga un pedazo de cielo a que ellos entiendan que son unos inútiles y quieran cambiarlo.
Ella volvió a suspirar, esta vez con resignación.
— ¿Y porque el gordo va?
—Tu hermano tiene nombre, Sherlock.
— ¿Porque va Mycky?
—Soy Mycroft. —el mayor solo pudo girar los ojos. —y no voy porque tenga problemas de comportamiento.
—No, va porque queremos que vaya y socialice. Va a tener muchos jóvenes de su edad que pueden ser sus amigos.
— ¡Mycky no tiene amigos! —se burló Sherlock.
—No entiendo de qué te ríes, tampoco tienes amigos.— Mycroft no lo decía con crueldad, tan solo era sincero.
—Sí que tengo. ¿Qué hay de Barbarroja?
—Es un perro.
—Es mejor que muchos humanos.
En eso le dio la razón a su hermano, y se quedaron en silencio durante todo el trayecto hasta el infame campamento.
En la enorme entrada del camping en el que se quedarían, había un coordinador, de unos veinte años con piel morena y pelo oscuro, y como el joven era un caballero, ayudó a bajar los bolsos de la cajuela del auto. Su cuerpo estaba en buena condición física, eso gracias a los constantes entrenamientos de fútbol y a las visitas al gimnasio cada vez que encontraba un tiempo libre. Él estaba allí porque el campamento lo había ayudado mucho en su adolescencia y ahora él quería ayudar a chicos que son como él solía ser. Todo eso dedujo Sherlock a primera vista, y podría haber averiguado más cosas si es que su madre no le hubiera hablado.
—Volveré con ustedes cuando finalice el verano, mis niños.— su madre se agacho para darle un beso en la frente Sherlock y otro a Mycroft, el mayor se alejó, un poco apenado y le susurro a su madre que ya estaba grande como para ese tipo de cosas.
Cuando la mujer finalmente se fue, el hombre les sonrió.
—Mi nombre es Greg Lestrade y cualquier cosa que necesiten, puedo ayudarlos. Soy uno de los coordinadores voluntarios, también puedo ser su consejero y amigo si es lo que quieren.
—Ahórratelo Gregorio. Lo único que mi hermano y yo queremos es salir de aquí lo más rápido posible, ¿No, Mycky? —hablo el menor con una sonrisita arrogante en el rostro y al no recibir una inmediata respuesta de su hermano mayor giro la cabeza para mirarlo. —No puede ser, ¡no me digas que te gusta este bobo…!
Mycroft le tapó la boca rápidamente, mientras que Greg solo parecía más confundido aún.
—Si, Sherlock, me gusta este bobo campamento. Ahora vamos.
—Oh, genial —Greg sonrió— síganme. Compartirán una habitación.
Durante todo el camino Sherlock miraba con enojo a Mycroft y el pelirrojo miraba con advertencia al menor.
—Aquí dormirán. —Era una pequeña cabaña, pero con el suficiente espacio para que dos entrarán. — Si me buscan, mi cabaña es la 193, cerca del lago. La suya es 221.
—Gracias, Lestrade.
—¿Porque las formalidades? Ustedes díganme Greg. Si pueden decirme sus nombres lo agradecería también.
—Si, claro. Soy Mycroft Holmes y él es Sherlock Holmes.
—Que nombres más curiosos. —sonrió.
—No son tan simples como Gary. —dijo Sherlock mirando a otro lado con el ceño fruncido.
—Es Gregory, pero me gusta más el apodo que mi nombre.
—Como digas, Gavin.
—Si que tu hermanito es difícil. —dijo en un suspiro.
—Trata de no estar muy cerca de él o te saldrán canas.
Greg soltó una carcajada, por lo que Sherlock miró resentido a su hermano, quien se sonrojaba solo por escuchar al más grande reír.
—Bueno, me han dado una alegría, se los agradezco. Ahora tengo que ir a recibir a más jóvenes. Nos estaremos viendo. —dijo, con su enorme sonrisa y buen humor —Ah, y... Bienvenidos al Campamento Baker.
