Los personajes pertenecen a la fantástica Stephenie Meyer, sólo los tomé prestados para crear esta historia ;)
Un Verano Solos
Capítulo 1: El Viaje De Carlisle Y Esme.
Bella´s POV
Estaba dormida plácidamente, soñando con… Bueno, mejor no decirlo. Cuando noté que alguien me estaba mirando, no me preguntéis como, pero lo percibía.
Cuando abrí mis ojos color chocolate me encontré con otros ojos de un color bastante diferente, de un verde intenso. Los reconocería en cualquier lugar… Alice.
Sí, me había quedado a dormir a casa de los Cullen por este fin de semana. Alice había organizado una fiesta de pijamas y papá no pudo decirle que no a la cara de cachorrito que le puso. Además era verano… ¡Como se iba a negar!
-¡Buenos días Bella! -chilló, haciendo que yo saltara de la cama.
-¡Alice! No hace falta que chilles.
-¡Ups! Perdona. -me dijo sonriendo.
-Tranquila, no pasa nada. -la devolví la sonrisa.
-¿Qué tal si despertamos a Rose? -preguntó con cara malvada.
-Bueno… No estaría mal.
Dicho esto las dos nos levantamos de mi cama y nos acercamos a la cama en la que había dormido Rosalie.
-A la de tres Bella. -habló Alice en susurros.
-De acuerdo. Uno.
-Dos. -dijo Alice.
-Tres. -terminé yo.
-¡Buh! -le chillamos a Rose en el oído.
El resultado fue que ella cayó de la cama, con cara de susto por la manera en la que la habíamos despertado, y nosotras estábamos riéndonos esparramadas por el suelo.
-¡Eso no ha tenido ninguna gracia! -chilló ella, y cogió la almohada para empezar a darnos con ella.
-¿Ah sí? Pues para mí sí que ha tenido gracia… Y mucha. -la contesté con cara de reproche, y ella me dio con la almohada en la cabeza.- Verás tú…
Me acerqué a mi cama y cogí la mía.
-¡Guerra de almohadas! -volvió a gritar Alice.
No me daba cuenta ni de por dónde venían los golpes, sólo me daba cuenta cuando notaba algo blando, pero a la vez, con la velocidad, duro, golpearme en los costados y en la cabeza.
Estábamos en medio de la batalla cuando se abrió la puerta del cuarto de Alice (que era en el que habíamos dormido las tres).
-¿¡Qué demonios!? -oímos un grito.- O sea, hacéis una guerra de almohadas, ¿y no me avisáis? -vale, ése era Emmett, el hermano mayor de Alice.
-No es una cosa que hayamos planeado Em. -le reprochó Alice, que había parado de darnos golpes.
Rose y yo nos miramos cómplices y levantamos las dos almohadas a la vez para darle a Alice en la cabeza.
Cuando lo hicimos Emmett empezó a reírse con nosotras ante la cara que se le había quedado a Alice después de que le dimos el golpe.
-¡Eso había que haberlo grabado! -soltó Em, aún riendo descontroladamente en el marco de la puerta.
-¿Qué pasa aquí? -Oh, oh. Esto no era nada bueno.- ¿Me queréis explicar por qué hay plumas en el pasillo? -preguntó Esme, la madre de Alice, acercándose a la puerta del cuarto.
En un rápido movimiento las tres escondimos lo que quedaba de las almohadas detrás de nosotras.
-¿¡Pero qué!? -estalló Esme en cuanto vio el cuarto de Alice.- Esto vais a tener que recogerlo vosotras señoritas, las tres. ¿Entendido? -las tres asentimos.- Ahora bajad a desayunar que se van a enfriar las tortitas. -nos sonrió a las tres y después a Emmett.- ¿Sabes si se ha despertado Edward ya, cielo?
-Mmm… No, si quieres voy a ver mamá. -respondió el.
-Me harías un gran favor, si está durmiendo le despiertas. ¿Ok? Tu padre y yo tenemos algo importante que deciros. -¿Qué sería tan importante como para despertar al niño de los ojos de Esme? Me había dejado pensativa.
Alice, Rose y yo (después de haber recogido casi todo el desastre que habíamos montado, y con eso me refiero a las plumas) cogimos la ropa para cambiarnos y entramos en el amplio baño que poseía Alice.
Una vez hecho eso bajamos a desayunar.
-¿Cuántas tortitas queréis preciosas? -Esme siempre hablando cariñosamente, me recordaba bastante a mamá.
-Yo solo dos, gracias. -la contesté.
En ése momento Emmett bajó las escaleras con la camiseta empapada de algo azul… ¿Gel de baño?
-¡Mamá! ¡Mira lo que me ha hecho Edward! ¡Me ha vaciado el bote de gel en mi camiseta favorita! -entonces puso un puchero.
-Míralo de este modo… Así estará más limpia y olerá mejor que si estuviera como antes… Oliendo a sudor y demás… -alegó Rose apartando la mirada hacia otro lado.
Yo tuve que taparme la boca para que Emmett no pudiera verme reír.
-¿Tan gracioso te resulta Barbie? Ya verás cuando encuentres tu maletita rosa llena de gel de baño y tu ropa dentro… Qué lástima. -dijo él con sarcasmo.
-No serás capaz… -le miró con una mirada que podía llegar a matar.
-¿Tú crees? Verás como si. -se quitó la camiseta enseñándonos a todos los presentes su espectacular torso, se dirigió a la cocina y la metió en la lavadora para luego volver y ponerse a desayunar sin ella.
Esme había subido a regañar a Edward… Aunque no creo que le hubiera dicho mucho, porque era el niño de sus ojos.
Me comí las tortitas con sirope de chocolate y nata y un vaso de leche, y después me levanté de la mesa para subir al baño de arriba a lavarme los dientes.
Cuál fue mi sorpresa al subir que me choqué contra Edward, que iba también sin camiseta por toda la casa, y los dos caímos rodando por las escaleras.
-¡Bella! ¿Siempre te tienes que chocar conmigo o qué? -preguntó molesto.
-Yo… Lo siento Edward, no era mi intención. -al vernos en el suelo, yo encima de Edward, Emmett empezó a silbar.- ¡Emmett para! -le chillé irritada a la vez que me apartaba de Edward y le tendía la mano para ayudarle a levantarse del suelo.
-No sé si sería una buena idea. -dijo, y entonces se levantó sin mi ayuda.- Eres demasiado patosa Isabella Swan.
¡Como odiaba que me llamara así!
-Y tú eres un arrogante. Edward Cullen. -contesté cruzando la mirada con él.
Es que, en serio. Alice no tenía nada que ver con Edward, eran totalmente opuestos. Él siempre me tenía que hacer de rabiar, jamás me dejaba un segundo en paz, y si, encima, me tropezaba o pasaba algo con él, se ponía furioso y empezaba a llamarme por mi nombre completo. Él sabía bien que yo detestaba eso… Por eso lo hacía.
Bueno, pero que le voy a hacer… Él es guapísimo, llevo colada por él desde que empezó el instituto, ya hace cuatro años atrás, y él siempre había sido súper amable conmigo, hasta que… Un día de repente dejó de serlo.
Empezó a hacerme burlas, a chincharme, de todo. Y entonces, yo, que estaba cansada de ése comportamiento que tenía hacia mí dejé de intentarlo y empecé a salir con Jacob Black. Jake siempre había sido mi mejor amigo y le quería muchísimo, por eso decidí darle una oportunidad, sabiendo lo que él sentía por mí.
Y ahora él se había ido de mi lado. Lo habíamos dejado después de ocho meses juntos, me confesó que se había enamorado de la nueva chica que había llegado al pueblo, una tal Vanessa Wolffe, y le dejé que tomara su camino, él siempre sería mi mejor amigo, estuviese saliendo conmigo o no. Pero me había dejado sin otra cosa que hacer que pensar en Edward.
Si, lo sé. Es un poco egoísta. ¿Pero vosotras que haríais si el chico que os gusta desde hacía tanto tiempo, lo único que hacía era chincharos? Reconocedlo, harías lo mismo que yo.
Pero bueno, aquí estaba yo… Y tenía que aguantarme con lo que tenía, aunque prefería bastante al Edward de antes. Amable, simpático, siempre atento… Deja de soñar despierta Bella, ése Edward jamás volverá. Y era verdad, nunca volvería a ser el de antes…
Una vez que terminé de lavarme los dientes bajé al salón para reunirme con los demás y escuchar lo que nos tenían que decir Esme y Carlisle.
-Bueno, ahora que ya estamos todos los que en este momento estamos en la casa… Prestad atención chicos, ¿de acuerdo? -todos asentimos ante las palabras de Carlisle, que estaba sentado en una silla con Esme en su regazo.
-Como ya sabéis, al menos los que sois mis hijos, queda poco para nuestro aniversario… Y bueno, hemos decidido hacer un viaje los dos solos, ya que hace mucho que no ocurre. ¿Sabéis lo que quiere decir eso? -habló Esme.
-¡La casa sola para nosotros! -chilló Emmett, saltando del sofá.
-Eh jovencito, relájate y vuelve a sentarte. -volvió a hablar Carlisle.- Exactamente quiere decir eso… Chicos, os quedaréis solos en casa…
-Pero no del todo. -cortó Esme a Carlisle.
-¿¡Cómo!? -preguntaron los tres hermanos a su madre.
-Pues que Rose, Bella y Jasper también van a estar aquí.
-¡Fiesta! -Emmett siempre igual, no se podía estar calladito.
-¡Calla Emmett! -le chillamos todos.
-¿Eso qué quiere decir mamá? -preguntó Alice.
-Quiere decir que ellos también estarán aquí… Y que sus padres se pasarán cada tres o cuatro días para comprobar que la casa esté en perfecto estado y que no la hayáis liado demasiado. -dijo Carlisle en vez de Esme.
-Y… Los tres mayores se quedarán al cargo. -dijo mirando a Emmett y Rose.- El lunes vendrá Jasper para quedarse también en nuestra ausencia. Pero el que más tendrá mando sobre todos… Y con esto quiero decir que si pasa algo bastante malo y no se ha solucionado bien… O ha montado una fiesta… O algo parecido… Será Emmett. ¿Te queda claro corazón? -dijo Esme mirando a su hijo, ya que ahora estaba con la boca abierta.
-O sea, si alguno de ellos monta algún escándalo, fiesta, o cualquier cosa sin que me entere… Y luego no puedo reparar el error… ¿Todas las culpas irán a mí?
-No del todo, si luego dices quien ha sido el culpable el castigo será para ambos… O todos. -con lo que dijo Carlisle nos quedamos todos boquiabiertos.- A ver, entendednos chicos. ¿Qué haríais vosotros si al llegar de un viaje os encontráis vuestra casa echa un desastre habiendo dejado a personas en las que confiáis al cargo?
Yo lo veía bastante lógico. Aunque con Emmett habría que tener cuidado cuando ellos no estuvieran.
-Yo lo veo bien. -les contesté, y los demás asintieron con la cabeza.
-Eso era todo chicos. ¿Tenéis alguna pregunta? -preguntó Esme.
-Si… ¿Cuándo os vais? -dijo Edward.
-El lunes por la mañana corazón.
-¿Y a dónde? -preguntó otra vez Alice.
-A Italia, a ver Roma. Estaremos allí siete días y luego haremos un tour por varias ciudades Europeas. -contestó esta vez Carlisle.
Alice, Edward y Emmett se quedaron hablando con sus padres por otro rato. Mientras, Rose y yo estuvimos pensando en las cosas que podríamos hacer cuando ellos no estuvieran.
No íbamos a montar tanto escándalo… Pero por una pequeña fiesta con todos los que íbamos a estar allí… No pasaría nada, ¿no?
-Chicas, vamos arriba. -Alice nos agarró a las dos de un brazo y subimos las escaleras con ella, que nos llevaba a su cuarto.
Cuando llegamos nos sentó en su cama y después se unió a nosotras.
-¿Qué planes tenéis para cuando no estén mis padres? Porque yo ya tengo unos pocos… -dijo con cara picarona.
-Enana… Tampoco quieras montarla mucho. Que luego las culpas me las voy a acabar llevando yo. -la cortó Emmett.
-A ver… ¿Pero a ti te importa que te vuelvan a regañar? Yo creí que ya ni te importaba de tantas veces que lo han hecho. -habló ahora Rose.
-No me tientes barbie… No me tientes… -Cogió la maleta de Rose y la levantó.- Ya sabes lo que le puede pasar… No quieras que le pase… En serio.
-Ey Em. Tu tampoco quieres que le pase a otra de tus camisetas lo mismo que lo de esta mañana, ¿a que no? -dije yo.
-¿Tu también? ¿Pero quién narices se va a poner de mi parte? -preguntó, molesto.
-Tranquilo hermano… Sabes que siempre me tendrás aquí cuando no me toques las narices… O no me despiertes cuando quiero seguir durmiendo. -contestó Edward apoyando una mano en el hombro de Emmett. Ahí fue cuando me di cuenta de que Edward también estaba en la habitación.
Los dos todavía sin camiseta… Edward era un poco menos cachas que Emmett… Pero los dos estaban… Aunque me gustaba mil veces más Edward… ¡Bella! Déjalo ya. ¡Estás delante de su hermana! Corté el pensamiento.
-¡Oh, gracias! Por lo menos uno… ¿Tú no estás conmigo monstruito? -le preguntó a Alice.
-Mmm… Deja que me lo piense… ¡NO! -entonces nos reímos las tres.- No hasta que dejes de hacer de rabiar siempre a Rose. Sabes que no me gusta.
-¡Oh, venga! Como si a ti tampoco te gustara hacer de rabiar a la barbie… Esta mañana por ejemplo.
-Eso ha sido idea de Bella… Yo no tengo ninguna culpa… -me culpó Alice.
-¡Alice! Pero si la que me lo ha propuesto has sido tú… Aunque yo he aceptado… ¡Pero las dos tenemos la misma culpa! -dije cogiendo la almohada y dándola con ella en la cabeza, como esta mañana.
-¡Ouch! Eso ha dolido Bella… -dijo, y entonces todos nos empezamos a reír.- No, ahora en serio. ¿Qué podríamos hacer?
-Pues no sé hermanita… Podríamos ir al parque de atracciones… Al acuático… A la Warner… Hay un montón de sitios a los que se puede ir en verano… Y además son mejores si se va en grupo. -la contestó Edward.
-¿Pero no íbamos a ir mañana al parque de atracciones Alice? -preguntó Rosalie.
-Eso tenía pensado. Además, así podremos dejar que mis padres hagan las maletas tranquilos y se despidan de la casa. -cuando dijo la última frase se rió.
-Ok entonces. ¡Mañana al parque de atracciones! -chilló Emmett emocionado.- No os vais a librar de montaros conmigo en los rápidos. ¿Me entendéis?
-Si Emmett. -contestamos todos medio aburridos.
-Tengo que llamar a Jazz, a lo mejor podemos adelantar que se quede también hoy y mañana. -dijo Edward, y después salió de la habitación.
-Esto… Yo voy con él. -Emmett se levantó y le siguió.
Esto iba a ser bastante divertido. Mañana, (aunque fuese domingo, y el parque de atracciones estaría llenísimo) iríamos a pasarlo bien y a echarnos unas risas. Ya tenía ganas de montarme en todas las montañas rusas que me encontrara… ¡Y qué menos que en El Aserradero y en los rápidos! Las dos atracciones de agua claro está. Porque, aunque estuviésemos en Forks, empezaba a hacer bastante calor.
-¡Chicas, chicas! Vamos a hacer una lista con el recorrido de las atracciones en las que nos montaremos. ¿Vale? -que buena idea había tenido Rose.
Estuvimos casi toda la mañana decidiendo las atracciones. Yo, no quería montar de ninguna manera en La Lanzadera, pero ellas dos sí, así que yo me quedaría abajo con el que no quisiera montarse, (aunque creo que sería la única que me quedaría abajo). Cuando terminamos de hacer la lista se la enseñamos a los chicos y dijeron que estaban de acuerdo.
Alice decidió que ropa nos pondríamos Rose y yo para mañana (aunque no nos dejó verla), y entre tanto ya eran las tres de la tarde.
