—FUEGO Y FURIA—
Por Zury Himura
Diclaimer: Los personajes no me pertenecen, por otro parte la historia es totalmente mía. Cualquier parecido a otro fic, novela, libro, bla, bla… es meramente coincidencia y se prefiere no entrar en polémicas. No se permiten plagios ni adaptaciones (incluyendo el dialogo).
—FUEGO Y FURIA—
"Cada gran leyenda tiene un principio y un final. El problema con él era que, en su defecto, él era la leyenda. Su destino había sido marcado y dictado, hasta que por fin había rotó sus cadenas, escogiendo por sí mismo su maldición… por amar al ser que le había cambiado la vida"
Prologo
La leyenda cuenta que se habían creado entre los dioses cinco tribus de familias poderosas: fuego, agua, tierra y viento. La quinta familia era la que, sin necesidad de hacer uso de los artefactos sagrados, podía manipular y poner a su voluntad los poderes de las otras cuatro. A esta, por ser la más poderosa de todas, se le llamó «Luz del Tiempo», ya que su vida estaba regida en lo que las viejas escrituras del universo dictaban para ellos y para su familia.
Pronto y a través de los años, este imponente grupo desapareció al unirse por completo al clan del viento, que sin dificultad alguna había aprendido a gobernar sobre sus demás casas hermanas. Los miembros creían que para que sus poderes prevalecieran y no perdieran el poderío y autoridad sobre los demás dioses hermanos su sangre tenía que mantenerse intacta, pura y excepcional. Lo cual significaba, según las sagradas escrituras del gran universo, que al menos una pareja tenía que seguir con la línea del clan del viento. Una pareja cuyo destino era irrompible y eterno, asegurando así la misma bendición y majestad para sus demás reencarnaciones.
Se dice que esta unión era sagrada y festejada por todos los demás dioses. El matrimonio de aquella pareja no solo los hacia los más poderos, sino que también era un requerimiento para que el tiempo de aquel par de vidas comenzara a fluir.
Naturalmente, cuando una orden llegada del universo era dictada no había poder alguno que la cambiara. El ser temeroso de esa ley benevolente y suprema que enmarcaba destinos y existencias normalmente era llenada y cumplida sin protestar. Al menos, así había sido desde el origen de los tiempos, desde la primera aparición hasta la última reencarnación en los últimos cientos y miles de años.
De esta forma era como las vidas del poderoso Kenshin Himura y la hermosa Tomoe Yukishiro habían sido unidas desde el origen. Antepasados y descendientes habían cumplido aquella voluntad como su más sagrado deseo, hasta que un día algo fuera de lo normal pasó. El rey Himura había decidido siempre no desposar a Yukishiro, alegando y defendiendo la libertad y dignidad de su libre albedrio. Nunca nadie supo la razón de aquella decisión que, no solo había cambiado el destino del universo y de aquel lugar, sino que había dejado a una emperadora sola, triste y con el corazón destrozado al no poder consumir la voluntad de lo más grandes.
En seguida, la voz se había corrido por tierras, reinos y a través de las diferentes familias. Algunos alzándose en armas contra la decisión del de cabello flameante, miembro del clan del viento y uno de los seres más poderosos, y otros a favor. Contaba con aliados, enemigos, con protestantes, consejeros y con compañeros, pero sobretodo con la aparente razón principal de aquella aparente traición.
Yukishiro Tomoe había llamado al concilio y generales, a tabernáculos y profetas, pensando que de esta manera el pelirrojo podría ser convencido de lo que sería su futuro sin ella. Pues no solo sus decisiones la herirían pero también maldecirían su propia vida. Como era de esperarse, nada de eso había servido. Los reinos habían entrado en guerra y un caos total, muchas personas y almas habían perdido la vida, y, entonces… ellos se habían dado a conocer. Las personas escondidas entre los clanes, aquellos que poseían las mismas habilidades que los más poderosos del viento. Aquellos que no necesitaban artefactos ni reliquias para hacer partícipes en esa guerra a sus poderes.
Los natos, los prodigios y los que ya no huirían de la furia ni injusticia de un destino que se había negado a reconocerlos.
Una batalla épica que pronto se había convertido en un residual baño de sangre que había durado años se había manifestado, y, cuando al fin había culminado solo el alma de Himura Kenshin había quedado de pie después de haber sido traicionado. Tras averiguaciones y ejecuciones de todas las mujeres no se había dado con la causa del rechazo de Himura, condenándolo con esto por una despechada y molesta mujer.
El hombre había sido exiliado del clan de viento, se le habían quitado las habilidades de poder producir magia por sí mismo, y al final se le había ejecutado.
Tomoe Yukishiro había maldecido el amor de aquellas dos personas jurándose a sí misma vivir por generaciones y reencarnaciones hasta encontrar aquel Himura que le volviera a aceptar y a amar… solo a ella. Viviría, y vería gratamente morir aquellos que la rechazaran, viviendo en otro clan, sin poderes legendarios y observando con cuidado hasta encontrar a aquella, la culpable de que su perfecto mundo colapsara.
Y, una vez que la encontrara volvería a tejer el destino dorado de Himura Kenshin a su lado, al deshacerse permanentemente de aquella alma desgraciada.
Eso se había jurado…hasta el fin de los tiempos.
Continuará…
Notas de autor:
