Tengo la necesidad de dedicárselo a mi Marmotita, esa loca que siempre esta ahí animándome a seguir escribiendo y a la cual voy a ver en menos de ocho días y que me muero de ganas por abrazarla*_* Te quiero Marmoti, sigue siendo así.

Y ahora si señores y señoras:

Paraíso Cerrado.

¿Como podía ser tan rastrera? ¿Después de todo lo que había hecho por ella? Los exs son sagrados, aunque ya no se tenga relación que ellos, pero ninguna buena amiga se acuesta con el ex de otra. Y es que, aunque a ojos de la gente, ella se alegraba por la rubia, que había encontrado a alguien que la quería y la cuidaba, realmente en el fondo odiaba a su ex marido porque tenía el poder de besar esos labios carnoso que tanto deseaba probar, acariciar esas blanca, largas y fuertes piernas y lo peor de todo, la podía amar a ojos de la gente sin el que dirán.

Llevaban unos días muy ajetreados, el caso de un asesino en serie les había llevado al punto de que había noches que las pasaba en su despacho. Después de unos días sufridos consiguieron cerrar el caso. Hoy estaba mas cansada que nunca, llevaba dos autopsias hechas, aunque eran de lo mas normal, un ataque al corazón y un accidente de coche, estaba que no se tendía en pie, El cansado acumulado le decía Ethan, ella se limitaba a contestarle de igual forma, luego dormiré un rato, aunque luego nunca dormía.

Se retiró los guantes con un sonoro chasquido y los lanzó a la basura, se lavó las manos y se fue a su despacho. Por el camino se encontró con dicha rubia que los últimos meses la traía loca, no sabía ni donde, ni cuando, ni porque, se había empezado a fijar en ella como más que una amiga, o simplemente en fijarse en una mujer mas allá de lo estrictamente profesional.

-Megan, necesito que me entregues lo informes de las autopsias de los crímenes del Fantasma, los necesito cuanto antes. -así es como habían apodado al asesino, ya que cuando lo tenían casi desaparecía como un fantasma.

-Los tengo en mi despacho, luego te los llevo- se limito a contestar.

Una vez en su despacho se dejo caer en la silla. Se tomo unos segundos para relajarse, bebió un trago de su café ya frío, buscó los informes, cogió la pluma que siempre llevaba encima, la que le perteneció a su padre, y los firmo, cada uno de los informes, en total cuatro cadáveres, y eso significaba muchas hojas que revisar y firmar. Tras media hora revisando papeles termino, le dio el ultimo garabato a las hojas y listo. Sonrió al ver que ya había acabado por hoy, solo faltaba dárselos a Kate y ya se podría ir a su casa a quitarse los tacones y tumbarse en el sofá con una copa de un buen vino, este fin de semana podría descansar tranquila, Lacey estaba con su padre y su madre de viaje, nadie la interrumpiría y podría dormir tranquila, o eso pensaba Megan.

Dio unos golpecitos a la puerta del despacho de la Doctora Murphy tras escuchar un suave Adelante, entró.

-Aquí tienes todo lo que me pediste- le dejo los informes encima de la mesa, lo hizo con desgana, no le apetecía estar cerca de la rubia, sobretodo desde que no sabia exactamente lo que sentía por ella. - Si ya no me necesitas mas, con mi permiso me voy a mi casa- dijo seca, este gesto no paso desapercibido para la mujer que tenía delante, que cuando se iba a levantar, esta le cogió de la muñeca, haciendo que quedasen a un par de pasos de distancia.

-Megan, ¿que te pasa? Últimamente estas ausente conmigo, ya no quedamos para ir a tomar algo, ya no me buscas para hablar, he echo algo que te molestó?- se notaba la tristeza y preocupación en sus ojos, a Megan le pareció como si le cayese un cubo de agua helada encima de ella, ¿Le importaré tanto? Pensó la pelirroja.

-No me pasa nada, Kate...-pensaba en inventarse una excusa pero no podía, tampoco le podría contar toda la verdad- es solo que últimamente no he dormido muy bien...- en parte no le estaba mintiendo, le ocultaba parte de la verdad, tampoco le iba a decir que su insomnio era culpa de ella, que no podía dormir por las noches porque pensaba en ella, o cuando conseguía dormir se despertaba de golpe caliente porque acaba de tener un sueño erótico con la rubia.

-No te creo...tampoco voy a presionarte...ya me contaras que te pase cuando estés preparada- inconscientemente le acaricio la muñeca, que todavía tenía agarrada, cuando se dio cuenta la soltó de golpe.

Confusa por lo que acababa de pasar ahí dentro decidió que ya era hora de irse a casa, recogió todas sus cosas y puso rumbo hacia su lujoso apartamento.
Cuando llego allí lo primero que hizo fue deshacerse de los tacones y de el apretado vestido que llevaba, su puso una camiseta vieja que le venia enorme y unos shorts cortos rasgados. Se sirvió una gran copa de vino, se dejo caer en el sofá, observó todo el salón, allí abundaba el silencio, se escuchaba alguna vez algún vecino pero de normal reinaba el silencio. Dio un largo trago de vino, saboreándolo, degustándolo, otro trago, esta vez un poco mas pequeño, dejo la copa encima la mesita del café, se tapó un poco con la manta y al poco rato se fue quedando dormida, apenas eran las nueve y media de la noche y Megan Hunt ya había caído rendida a los brazos de Morfeo, no sin antes pensar en la rubia.

Por otro lado, en el otro lado de la ciudad, los sentimientos de Kate estaba hechos un caos, a ella realmente le gustaba Todd pero estaba empezando a sentir cosas por otra persona, estaba echa un lío, todo era muy confuso, no podía estar enamorada de esa persona solo por el echo de que era su amiga, y una mujer, ella no era lesbiana, ¿o si? Esa pregunta le venia rondando por su cabeza desde hacia bastante tiempo, y si realmente era lesbiana y le gustaba Megan? O no era lesbiana y solo le gustaba ella? Estas eran una de las tantas preguntas de las cuales no encontraba solución, ella una condecorada doctora con muchos títulos a su espalda, no era capaz de respondes un par de cuestiones de corazón, y mira que ella en temas de corazón sabia mucho, conocía todas las enfermedades, infecciones, todo lo que al corazón le puede ocurrir, pero no era lo mismo. Kate se encontraba en el sofá de su casa pensativa, con una taza de humeante café entre sus dedos.

-Cariño, en que piensas?- le preguntó Todd mientras le besaba en el cuello.

-En nada...en nada...- apartó al hombre- Todd, hoy no tengo ganas, estoy muy cansada. -Tras decir esto y dejar la taza de café encima la encimera se fue a la cama dejando al hombre totalmente desorientado sentado en el sofá.

Cada una en casas diferentes, a kilómetros la una de la otra y otra noche que dormían separadas, pero sus mentes estaban conectadas, una pensaba en la otra y viceversa. Pensaban en como seria estar juntas, besarse, amarse, con este último pensamiento la rubia cayó rendida tras poner un pie dentro la cama.

A la mañana siguiente, Kate se levantó con el pensamiento de ir a hablar con Megan, no podía tener el remordimiento encima, se sentía incomoda con sus propios pensamientos, cuando trabajaban juntas, en lo único que podía pensar era en besarla, desnudarla, tumbarla y hacerle el amor encima de la mesa de autopsias.

Una vez salio de su casa, compró cuatro cafés con cuatro bollos. No les solía comparar el desayuno a sus trabajadores pero hoy tenía ganas de hacerlo. Cuando estuvo ya en la comisaría les entregó lo suyo a Ethan y a Curtis. Fue al despacho de la Doctora Hunt, pero para su desilusión, todavía estaban las luces y la puesta cerrada, y era raro que aun no hubiese llegado a trabajar, solía ser de las primeras en llegar. Dio media vuelta para ir a su despacho, con suerte, no tardaría mucho en llagar y le podría entregar el café antes de que se enfriase. Cuando estaba por abrir la puerta, esta escucho unas risas, una de ellas la reconocería en cualquier lugar, una era de Megan, y la otra era de un hombre, se giro para ver de que se trataba, y en efecto, eran Megan y Tommy, el cual salían del ascensor muy alegres, riendo a carcajada suelta, la mujer le dio un golpe en el hombro al hombre, que este le correspondió cogiéndola de la cintura. Cuando se percataron de la mirada fulminante de la rubia, dejaron de reír, Tommy le susurró algo a Megan, que esta asintió, y tras un abrazo y dos besos, cada uno se fue a sus respectivos caminos, Tommy regresó al ascensor y Megan ponía rumbo encarado hacia Kate.

-Buenos días, Megan. -dijo cortante, le entregó su desayuno y se fue molesta, no entendía porque sin estar juntas como sentía tantos celos por ver a Megan con otra persona que no fuera ella.

-Hey Kate, espera...- intentó alcanzarla pero la mujer ya había desaparecido por el pasillo. No entendía a que venía su comportamiento. Le dio un sorbo al café, lo que pudo notar fue un ligero toque a canela, ¿como podía saber ella que así era como mas le gustaban los cafés? Sonrió por el echo de que la conocía bastante.

No habían recibido ninguna llamada de los detectives Bud Morris y Samantha Baker, eso quería decir que de momento, no tenían ninguna autopsia que realizar, con un poco de suerte no tendría ninguna y podrían irse a casa temprano.

Ordenando papeles, Kate no se dio cuenta de la hora que era, apenas pasaban de las dos y media, sus tripas no dejaban de rugir como si tuviese una cría de tigre dentro de ella, recogió su bolso, se puso la chaqueta y salió del despacho cerrando con llave la puerta tras de si.

-Megan- dijo asomando la cabeza por la puerta de su despacho- Me iba a comer, ¿Te vienes?

-Claro, recojo todo esto y voy. Esperame bajo. -Sonrió, le apetecía mucho la comida con la Doctora Sexy. Esta le sonrió a modo de respuesta y se alejo de la puerta. Megan suspiró, tenia que aguantar las ganas de besarla o ese podría ser el fin para ella. Se dio prisa en dejarlo todo perfectamente ordenado, era una obsesa del orden, si no estaba todo ordenado se ponía histérica. Cerró la puerta con llave y se apresuro en ir donde la rubia le esperaba.

Fueron a comer al bar de al lado de la morgue, aunque no hubiese trabajo, tan solo disponían de una hora y media de descanso.

Pidieron la comida, una ensalada con pollo para Megan, y una ensalada con salsa tártara para Kate. De beber pidieron unas copas de vino, no beberían mucho más de una copa por el echo de que tenían que trabajar.

La comida fue tranquila, algún momento de incomodo silencio pero el resto fue bien, hablaron de cosas relacionadas con el trabajo, hubo un par de veces en las que Kate estuvo apunto de contárselo, pero siempre se arrepentía y se echaba atrás. Megan fue quien pago la comida, no dejo que la pagara la rubia, diciéndole que la próxima vez invitaría ella. Kate sonrió, así ya tenía una excusa para llevársela a comer, incluso a cenar, eso eran puntos a su favor.

De vuelta al trabajo, cuando llegaron arriba, no estaban ni Curtis ni Ethan, en vez de ellos estaban los detectives Bud Mortis y Samantha Baker. Se sorprendieron de verlos allí, ya que si hubiese habido un crimen la hubiesen llamado para ir a la escena del crimen, nunca le llevaban el cadáver a la morgue sin antes haberlo visto ella.

-¿A ocurrido algo?- Preguntó Megan entrando en la sala.

-Buenas tardes, me alegro de verlos, si estamos bien, gracias por preguntar- contesto con ironía. Samantha y Kate se rieron por lo bajo, Megan simplemente rodó los ojos.

-Veníamos a recoger los informes de El fantasma- dijo Sam, si dejaba que ellos dos hablasen, acabarían por matara se entre ellos, como siempre ocurría.

-Están en mi despacho, ahora los traigo- contesto la Doctora Sexy.

Una vez los informes fueron entregados, y los detectives se marcharon, Kate y Megan se separaron, cada una a sus respectivos despachos. El móvil de la pelirroja vibró en el bolsillo trasero, alertándola de un nuevo mensaje.

"Si no estas muy ocupada, esta noche te invito a cenar, así saldo mi deuda de la comida. Kate."

Sonrió como una niña pequeña, Kate no sabía para nada el efecto que tenían en ella ese tipo de mensajes, no se izo derogar y le contesto enseguida.

"Si a alguien no le da por matar a nadie, estoy libre, Lacey se fue a casa unas amigas, así que soy toda tuya. Megan"

Enviar, podía tener un doble sentido, pero no le importaba si cogía el doble sentido o no, porque si era así, tal vez podría intentar algo, si, esta noche se lo diría, esta noche le diría que esta enamorada de ella.

"A las ocho estoy en tu casa. No te libraras de mí tan fácilmente. Kate"

Si la rubia no había entendido mal, Megan iba a estar sola en casa, eso significaba que si todo iba bien, según lo que tenía planeado, esta noche se podría lanzar, y si le correspondía, quien sabe, tal vez, usarían la casa.

Estaba siendo un día de lo mas aburrido, ningún caso, ninguna autopsia que realizar, incluso había pensado en la idea de irse a casa, tal vez descansar un poco y luego se arreglaría para la cena con la rubia. Cuando se disponía a salir, llegó Tommy, su expresión facial le decía que traía malas noticias.

-Megan. Tenemos que hablar. Ahora.- le dijo cogiéndole del brazo y empujándola de vuelta al despacho.

-¿Que pasa, Tommy?- una vez en el despacho, se soltó del agarre del hombre.

-He recibido los resultados de las pruebas del caso de tu padre.- Cuando la pelirroja escuchó lo que le dijo, se dejó caer de golpe en el sillón, le pilló talmente desprevenida la noticia.

-¿Y…Y…bien…?- apenas salía la voz de su garganta. Después de tantos años, por fin sabría la verdad, sabría si realmente su padre se suicidó o fue un asesinato, como ella bien creía, no se creía lo que decían todos, su padre no era capaz de suicidarse, no dejándola a ella sola. No de dio cuenta que empezó a jugar con sus dedos, cosa que hacía muy a menudo en situaciones así, cogió aire para intentar tranquilizarse y aceptar de lo mejor posible la situación.

-Megan, antes de todo, prométeme una cosa- le dijo cogiéndole de las manos, así haciendo que dejara de jugar con los dedos- prométeme que no vas a hacer nada, que al saber los resultados no vas a hacer ninguna gilipollez..

-Habla ya Tommy- le interrumpió. Le entregó una carpeta marrón claro, donde esta el escudo de la policía, lo abrió, ahí estaba el nombre de su padre, la fotografía, todos los detalles del caso, fue a la última página, pero no era capaz de leerla, Tommy la vio cerrar la carpeta y mirarlo fijamente, le tocaba a el contárselo.

-Tenías tu razón, tu padre no se suicidó.

Por unos minutos la mujer no habló, no hizo ningún movimiento, incluso habían momentos donde parecía que no respirara. Siguió sin decir ninguna palabra, cuando se disponía a decir algo, se arrepentía y volvía a cerrar la boca. Respiró profundamente, se limpio las lágrimas que le recorrían las mejillas.

-Eso…- carraspeo- eso quiere decir, que mi padre fue asesinado?- tenía razón, pero ahora sabía que alguien, en su momento asesino a su padre. Tommy asintió, tras esto, la ex cirujana se derrumbó, ahora sus lágrimas corrían libres por su cara, el llanto cada vez era mayor, sin saber que hacer, Tommy se levantó y la abrazó, en un intento vago de consolarla.

-¿Quieres que te lleve a casa?- Megan asintió, levantándose poco a poco del sillón, sentía como que si lo hacía rápido se iba a evaporar o una cosa por el estilo.

Por el pasillo, se encontraron con la rubia, ella iba a preguntarle a Megan que le pasaba, pero Tommy se puso el dedo en los labios, dándole a entender que no le preguntará, que el luego ya se lo contaría, que era mejor esperar. Megan seguía llorando, no le importaba que la gente la viese, en se momento no le importaba nada.

Cuando llegaron a su casa, Tommy se fue, no muy convencido de dejarla sola, pero se lo pidió, y pensó que era lo mejor. Se fue directa a su habitación, se cambio, deshaciéndose de la ropa y los tacones, una vez ya con ropa mas cómoda regresó al salón, no sin antes pasar por la cocina a por una copa de vino, se llevó la botella con ella. Se sentó en el sofá, pensó en quien querría matar a su padre, pero ella no sabía nada, tampoco tenía mucha edad y tampoco sabía el círculo de amigos de su padre.

Al poco rato, apenas quedaba líquido dentro la botella, todo estaba en el cuerpo de ella, empezaba a notar su estado de embriaguez, todo le daba vueltas, pero no dejó de beber, en vez de eso se volvió a llenar la copa, dejando así la botella vacía encima la mesilla de enfrente el sofá. El timbre sonó, no tenía intención ninguna de levantarse. Sonó una segunda vez, y una tercera, parecía que quien estuviese detrás de la puerta no se cansaba de tocar el timbre.

-Vamos Megan se que estas ahí- reconoció esa voz, como para olvidar esa dulce voz. Con pocas ganas se levantó del sofá como pudo, se tropezó con todo lo que se encontraba a su paso. Cuando llegó a la puerta la abrió, dejando entrar a la rubia sin decirle nada, regresó al sofá, le dio un largo trago a la copa de vino y se lanzó boca abajo al sofá.

Kate cerró la puerta cuando entró, siguió a la pelirroja sin decir nada, cuando llegó, vio la botella de vino vacía, y ahí lo entendió todo, el que no quería abrir la puerta, su ligero tambaleo, su cara todo, estaba borracha.

-Megan, vas borracha?- ya sabía la respuesta, pero aun así, quería escucharlo de la boca de ella, sacó la cabeza de cojín, la miro a los ojos y sonrió.

-No, para nada- empezó a reírse como si le hubiesen contado el mejor chiste del mundo, la rubia no lo entendía, lo dejo pasar por su estado- Estoy bien, tan solo que...todo se mueve a mi alrededor- sonrió, todo le daba risa. Kate comprendió el porque había bebido. Se había quedado muy preocupada al ver a su doctora llorando así que no dudo en llamar a Tommy, este le puso al corriente de todo, fue dejar de hablar con el, y la rubia ya esta de camino hacía casa de la otra mujer, sabía que en ese momento necesitaba la compañía de su amiga...o la del vino.

- Ven aquí- la cogió de los ante brazos y la levantó, la dirigió hacía su habitación, la adentró dentro del baño, pero todo había sido muy fácil, Megan empezó a hacer fuerza, no quería entrar a la ducha.

-No me quiero duchar, ya lo he hecho esta mañana- puso los brazos en jarra, Kate sonrió por la rabieta que estaba apunto de coger, como una niña pequeña.

-Es para que se te baje un poco el vino, anda, entra tu sola, si no lo haré a las malas.

-No quiero- empezó a dar patadas al suelo. Kate se rió, era peor que una niña pequeña, pensó.

-Tu lo has querido- encendió el grifo del agua fría, y la metió a la fuerza, pero con lo que no contó, fue que Megan la empujaría con ella, acabando las dos bajo el chorro de agua fría. Megan empezó a gritar por el agua, Kate tan solo estaba sufriendo por el echo de tenerla entre sus brazos y a un par de centímetros de sus labios, Contrólate Kate, no la beses, se decía a si misma. Al cabo de unos minutos, Megan ya volvía a tener la misma lucidez de hace un par de horas, el agua fría le había ayudado, no se había dado cuenta de los cerca que estaba de la rubia, sonrió, con un poco de miedo, levantó su mano hasta su mejilla, acariciándola suavemente bajo el agua, Kate cogió la mano que le acariciaba, entrelazando los dedos.

-A la mierda todo- dijo Megan, tras decir eso, cogió a Kate y la beso, al principio Kate no le correspondió, le pilló todo de improvisto, cuando fue consciente de la situación, paso sus manos por el cuello, profundizando mas así el beso, había empezado una guerra de lenguas y manos, donde no había perdedor. Se separaron en busca de un poco de oxígeno, pero no se separaron, se miraron a los ojos y sonriendo.

-Llevo demasiado tiempo queriendo besarte- dijo Megan.

- Y yo hacer esto- apago el grifo, la sacó de la ducha, la levantó, haciendo que Megan rodeará sus piernas a las caderas de ella. Los besos ahora eran más feroces, urgentes, se necesitaban la una a la otra.

Llegaron a la cama, apenas les quedaba ya ropa, los cortos pantalones de Megan y el vestido de Kate. La dejó caer encima la cama, sin sen brusca, se bajo la cremallera del vestido quitándoselo por los pies, quedando tan solo con la ropa interior. La mujer tumbada en la cama se lamió y mordió los labios, presa del placer por ver a su Doctora sexy más sexy que nunca. Se levantó un poco, cogió a la rubia de la cintura y de un rápido movimiento, acabo ella abajo, le desabrochó el sujetador lanzándolo a un lugar perdido se la habitación, quedando así las dos en iguales condiciones, en el cuerpo tan sólo les quedaban los tangas. Megan se lanzó al pezón izquierdo de la rubia, mordiéndolo, succionándolo, soplándolo, haciendo que se endureciera mas de lo que se encontraba ya, hizo lo mismo con el derecho, pero con este, el placentero dolor lo calmó con su lengua. La rubia tenía la sabana agarrada entre sus manos, mordiéndose el labio por el placer, nunca había hecho esto, pero estaba segura que al final de todo iba a acabar pidiendo más. Megan subió los besos por su cuello, donde mordió dejando una pequeña marca que le duraría un par de días, siguió subiendo sus labios hasta toparse con otros labios rojos, los volvió a besar, estaba vez probándolos lentamente, recorriendo cada parte de su boca con la lengua, cogió el labio inferior mordiéndolo y estirándolo pero sin causarle ningún tipo de daño, sin dejar de besarla, bajo su mano acariciando todo su fuerte abdomen hasta llegar al borde del tanga, metió la mano dentro, la rubia se estremeció al notar la mano fría en su sexo, Megan lo acarició de arriba a abajo, notando la humedad de la rubia, y lo lubricada que estaba ya, estaba preparada para entrar, sin previo aviso, metió un dedo dentro de ella, introduciéndolo hasta el fondo, moviéndolo dentro de ella, en círculos, dentro y fuera, un segundo dedo entro en combate, ahora el placer era mayor, Kate, mordió fuertemente el labio de la otra al notar el segundo dedo dentro de ella, gimió al notar es sabor metálico de la sangre, entre besos, sonrisas se asomaban. Megan empezó a aumentar las entradas y salidas, haciendo que Kate rodeará con sus piernas el cuerpo de la mujer que le estaba llenando de placer. La pelirroja todo el punto G de la rubia, haciendo que llegará al orgasmo, el mejor orgasmo que hubiese tenido nunca, mientras Kate se recuperaba, Megan saco los dedos de dentro de ella, volviéndola a besar, la respiración de la rubia era entrecortada. Megan se tumbo al lado de la rubia, le acaricio la cara, admirando la belleza que tenía enfrente de ella, sonrió, la volvió a besar.

La doctora Murphy, no se iba a quedar así, quería probarla, siempre había una primera vez para todo, y quería que si primera vez así fuera con ella. Se puso a horcajadas suya, le sonrió desde arriba, se aparto sus pelo rubio mojado hacía un lado, beso a la Doctora Hunt, empezando así un segundo asalto, que luego se convertiría en tercero o incluso en cuarto. Beso cada parte de ella, empezando por la punta de la nariz bajando por su cuello, el escote, su abdomen, entreteniéndose un rato en su ombligo, siguió bajando, besando la parte interna del muslo, llevándose así el tanga con ella, lo lanzó, volvió a recorrer el mismo camino con mas besos húmedos, cuando esta cerca de su sexo, Megan gimió, al saber en lo que estaba pensando en hacer la rubia. Jugó un pequeño rato con sus pezones, haciendo amena la espera, Megan no podía tener sus manos quietas, entre sus dedos tenía los rizos rubios de la doctora enredados entre ellos. La doctora Murphy sonrió con su pezón entre dientes, si hacerse mas derogar, bajo hasta donde se encontraba el Paraíso Cerrado, antes de adentrarse entre sus piernas sonrió, Megan creyó morir en ese mismo momento en que notó su lengua en su sexo, arriba, abajo, lamidas cortas y rápidas, y otras más largas y lentas. Megan estaba presa del placer, inconscientemente puso su mano encima de la cabellera rubia, empujándola más hacia ella, haciendo que la rubia profundizara más sus entradas con la lengua. Sin duda, estaban en un paraíso del cual no querían salir nunca. Una vez que la Doctora Hunt había llegado hasta el tan esperado orgasmo, la Doctora Murphy sonrió desde abajo, se sentía satisfecha al haber conseguido que la pelirroja se corriera, y más, que se corriese en su boca, era una sensación única, de la cual nunca se cansaría de probarla. Con las respiraciones un tanto alteradas, Murphy la besó, un gemido ronco salio de la garganta de Hunt al notar el sabio salado en la lengua, ese era su sabor, volvió a gemir, le gustaba esa sensación única, capaz de llevarla al orgasmo en un par de minutos.

Cansadas de todo el ejercicio que habían practicado, se sentían cansadas, con la sabana que había acabado en el suelo, taparon su desnudez. Kate estaba apoyada en el hombro de Megan, que esta ni dejaba de jugar con su pelo todavía húmedo.

-¿Que vamos a hacer ahora?- dijo la pelirroja rompiendo el silencio.

-No lo se, pero lo que si que se, es que no te voy a dejar escapar- la miro y sonrió- no quiero que se me adelante el señor Thomas.

-¿Estas celosa de Tommy?- sonrió, Kate negó con la cabeza, pero se había delatado.- Por eso esta mañana te habías enfadado conmigo.

-No es cierto- Kate se puso roja, la habían pillado, escondió su cabeza en el cuello de la mujer.

-Tranquila, no quiero nada con Tommy, tan solo me gustas tu- sonrió, cogió la barbilla de la rubia- ¿Me escuchas?- Kate asintió.

-Si, queda claro- sonrió como una niña pequeña el día de su cumpleaños. Se quedaron mirándose a los ojos y sonriendo.

-Te quiero.

-Yo también te quiero Doctora Hunt.

Tras esto un último beso, y en la postura que estaban, abrazadas la una a la otra, se quedaron dormidas, entregándose a los brazos de Morfeo. Sonriendo, felices de por fin estar juntas, era lo que llevaban deseando desde hace mucho tiempo. A partir de esa noche todo iba a cambiar en la vida de las dos doctoras, después de todo, podrían intentar estar juntas, quien sabe, tal vez incluso estuviesen juntas mucho tiempo.

Heey! Pues como veo que no hay ningún fic de Body Of Proof en español, y como, no me preguntéis porque, pero siempre he tenido esta fantasía, Megan y Kate juntas...y pues era algo que necesitaba escribirlo. Tengo pensado hacer otro fic de Body Of Proof, continuando el gran final de la tercera temporada, ya que no nos quieren dan mas Body Of Proof...Malditos hijos... Dejémoslo ahí, todo comentario bueno o malo es aceptado. Nos vemos pronto.

Tw de apoyo BodyOfProofES (Lo cree ayer xd no me discriminéis por los pocos seguidores xd)

Besos con sabor a Vainilla.