BORNS, American Money

I

-Que tonta, olvide mi teléfono.

Doy media vuelta de la entrada principal para regresar a la oficina, aunque viéndolo positivamente haré tiempo para que se apacigüe la lluvia. Decido ir por las escaleras, en lo que subía se escucha un trueno lo cual provoca que se vaya la luz, hay algo raro en estas coincidencias, las lámparas de emergencia se encienden.

Al llegar al sexto piso, doy una bocanada de aire, paso por la recepción y abro la puerta de vidrio, a tientas intento llegar a mi cubículo, sostengo el móvil que deje sobre el escritorio y prendo la linterna del celular, voy de regreso a mi camino, hasta que noto que una puerta está abierta, de nuevo se quedó hasta tarde.

Me acercó a su oficina privada tocó dos veces.

-¿Ayase-San?

-¿Umi?

Una cabeza sale detrás del escritorio, me aproximo, pero la rubia se acerca a mí rápidamente para abrazarme.

-Estas muy cercas.- la intento alejar, ya que siento su respiración en mi cuello y sus brazos rodeados sobre mí cintura.

-Lo siento Umi, pero, creí que nadie estaba aquí.

-Regresé por mi teléfono.

-Me alegró que lo hallas olvidado.

Aún me tiene abrazada, poso mi mano derecha sobre su espalda la atraigo hacía mí. Extrañas coincidencias. Estamos así un momento el aroma de su perfume es agradable, fresco y cítrico podría atreverme decir que es de verbena, su respiración es pausada, llevo mi mano izquierda hacía su cabello y comienzo a acariciar, es suave.

-¿Umi-chan?

Salgo de mi trance. -¿Qué sucede? – trate de escucharme normal, ya que estaba nerviosa y sentí como mis mejillas se sonrojaban.

-Ya tenemos bastante tiempo trabajando juntas, aun así por qué me sigues llamando Ayase, si ya te dije que me llames Eli.

- Lo siento, es la costumbre.

Me sonríe es una sonrisa que se quedará grabada por siempre, abre sus ojos azules y, gracias a la tenue luz, los contemplo hago un vistazo fugas a su rostro, blanquecino perfecto para denotar tres cualidades, una su cabello rubio, dos sus ojos, y tres sus labios delgados rosados. Me vuelvo a sonrojar.

-¿Estas bien?

-Sí, Eli todo bien, porque la pregunta.

-Es la segunda ocasión que te sonrojas.

Rompo el abrazo, -¿Cómo te diste cuenta?

-Porque tus mejillas se sienten calientes.

Sostiene mis mejillas con ambas manos, y se acerca, está invadiendo mi espacio personal.

-Harasho, será que a Umi le guste esté situación.

Se sigue acercando.

Hasta que se escucha una melodía, el brillo de la pantalla traspasa la tela de la bolsa de mano.

Me suelta las mejillas, y en ese momento regresa la luz.


Buen día.

Gracias por leer y posiblemente notaron unos horrores ortográficos lo siento, espero mejorar algún día.

quizás el fic no tiene una historia atrayente pero, era una idea que ocurrió escuchando una canción (que no es la del título).

Si les parece un asco, algo desagradable, espero que me lo hagan saber. Saludos y gracias nuevamente.