Gundam Wing y los adorables pilotos no son míos. (Ya quisiera yo tenerlos a todos) Le pertenecen a sus dueños. Yo sólo estoy escribiendo un fanfic.


1. Buenas noches Heero

Estaba solo en medio de la nada. Tenía tanto miedo y hambre, estaba perdido de nuevo, no sabía que hacer, ni para donde ir. Ya había perdido la noción de cuanto tiempo estuvo en ese estado de abandono, cuando de pronto una voz infantil como la suya lo sacó de sus pensamientos.

"¿Te sientes bien?" le preguntó la voz desconocida.

Volteó y se topó con unos brillantes ojos violetas. Nunca había visto algo tan extraño en toda su corta vida.

"¿Me puedes oír? De repente no escuchas bien… te sientes bien…." Insitió.

Se quedo tan sorprendido con esos ojos que no pudo contestar.

"No importa. ¿Tienes hambre? Yo tengo una galleta. La podemos compartir si quieres. Mi nombre es Duo. ¿Tú cómo te llamas?" No paraba de hablar y de su bolsillo sacó una galleta grande que partió en dos y le dio un trozo.

"¿Qué esperas¿No tienes hambre? Está deliciosa… me costó trabajo conseguirla es la última que me queda. ¿No la quieres? Cómela que esta buenota. No dijiste tu nombre… ah de repente no puedes hablar tampoco….no importa si quieres yo te puedo dar un nombre. ¿Quieres? Bueno hummm como que nombre te gustaría… ah! Ya sé… oe ¿Me estas escuchando?"

Entonces no le quedó de otra que ponerse de pie e irse a sentar sobre una piedra alejada del recién llegado. Al parecer éste no entendió y lo siguió, sentandose a su lado de nuevo.

"Tienes razón ese sitio era incomodo ¿no¿Tienes sed? Creo que por allá hay un grifo de agua si quieres puedo ir a..."

Se alejó mientras seguía hablando. ¿Acaso no había manera de que se calle? Hablaba tanto… casi no podía oír lo que él mismo pensaba. Entonces se dio cuenta que si se iba más allá o al fin del mundo, éste lo iba a seguir.

De repente no era tan malo algo de compañía, después de todo y ya que no tenía a nadie. Estaba tan solo.

"No encontré nada por allá. Pero si vamos en esa dirección de seguro encontramos algo. Ven…" le dio la mano.

El lo miró con sorpresa y se quedó inmóvil.

"Vamos ¿prefieres quedarte aquí? Si es así ya pues pero sólo un rato porque ya se va a hacer más tarde y tenemos que irnos a otro sitio a dormir. Humm si quieres puedes venir conmigo a donde estoy durmiendo yo ahora. Es un sitio chiquito pero esta muy bien. Está por ese lado. ¿Hasta que hora nos quedaremos acá¿ah?"

Era insoportable, no paraba de hablar…

"Duo." susurró.

Duo sorprendido finalmente se quedó en silencio.

"Cállate" Le dijo.

xxxXXXxxx

Al cabo de unas horas de tener a Duo a su lado hablando hasta por los codos llegaron a un edificio en ruinas. Antes debió ser un hotel o algo así. Caminaban rumbo a la puerta y Duo lo detuvo.

"Por ahí no. Yo tengo mi entrada por otro lado." sonrió Duo.

Luego en silencio lo condujo hasta uno de los pisos más altos atravesando una escalera destruida en la que un adulto no hubiera podido subir jamás porque era muy empinada y estrecha.

"Llegamos. Mira lo que tengo…" le decía y no paraba de sonreír, eran unos cartones, unas frazadas y… "Mira estoooo….una almohada… ¿no es genial?"

No le respondió, se sentó donde pudo, sobre el suelo de polvo, en silencio.

"Eres muy aburrido Heero." protestó Duo y se sentó cerca de él." Dime ¿no es el mejor sitio del mundo?

"¿Qué?" Heero no le estaba prestando atención.

"Que este lugar es el mejor del mundo ¿no? Está cerquita del cielo. Me gusta el cielo… me gustaría vivir ahí. Mira cuantas estrellas hay ahí… miles yo he contado muchas pero siempre me duermo contándolas."

"Mi mamá se fue a vivir allá." suspiró Heero. En ese momento empezó a sentirse muy mal de nuevo.

"No estés triste…" Duo se acercó y le dio un abrazo cálido, rodeandos su hombros, recostando su cabeza sobre la mejilla de su compañero.

"¿Qué haces?" Le preguntó sin estar seguro de lo que estaba haciendo.

"No estés triste… sabes tu mami te está mirando desde ahí… ella se va a poner triste si te pones triste tú. Ella seguro te quería mucho ¿no? Vas a ver que cuando te toque irte para allá vas a volver a verla."

"No, nunca la volveré a ver." Ahora sus ojos se llenaban de lágrimas, de nuevo. Ya no quería que eso suceda. De nuevo empezaba a sentirse muy mal.

"Nooo digas esooo." Duo de nuevo sonreía, parecía que le resultaba muy fácil sonreír. ." Vas a ver que la vas a volver a ver. Ella seguro te va a estar esperando. En cambio a mi…" La voz de Duo se quebró por un momento, pero al instante volvió a su sonrisa de siempre." Yo no conozco a mi mamá. No sé como se llama y no me acuerdo de ella tampoco. Creo que me abandonaron cuando era chiquito y no sé. ¿Cuántos años tienes? Yo tengo 6 años y soy casi un adulto. Vivo solo aquí. Si quieres puedes vivir conmigo."

"Yo tengo 7."

Duo sonrió otra vez. Parecía tan fácil para él sonreír, de verdad era tan extraño, con esos ojos violetas y ese cabello largo colgando sobre sus hombros. Cuando lo vio por primera vez pensó que era una niña sucia y despeinada que no paraba de hablar. Traía la ropa inmunda y de varias tallas más grandes, se doblaba las mangas de la camisa de cuadritos para que no le cubrieran las manos y la verdad que se perdía dentro de la prenda. Sus pantalones eran otra cuestión, le recordaba a los payasos que había visto en una oportunidad, hacía tiempo, alguna vez, con los pantalones inmensos y bastante rotos que amarraba en su cintura con una soga para que no se le cayeran.

"Ya tengo sueño. ¿Podemos dormir?" pidió Heero

"Sipis… claro a ver ayúdame a acomodar la cama ¿sip?"

Al cabo de un rato estuvieron los dos acomodados sobre el suelo de cartones y cubiertos por unas frazadas hechas jirones.

"Buenas noches Heero."

Heero no le respondió… tenía un nudo en la garganta.

"Duerme bien… mañana iremos a muchos sitios. ¿Quieres ir?"

"Sí." Heero no podía contener las lágrimas. Duo se quedó en silencio…al parecer ya se había dormido… En ese momento podía recordar la voz de su mamá…hace tanto no la escuchaba… hace tanto nadie le daba las buenas noches…

Continuará...
Dejen sus comentarios por favor