El hombre de mis sueños
Capitulo 1
Inglaterra, 1878.
¿Qué es lo que estás mirando, Tyler Whitely?
El tono de voz de Rosalie Penworthy sonó injustamente áspero, pero esa había sido su intención. Cuando lo miró, su expresión denotó un marcado desdén, como si de verdad no soportara al hombre. Claro que no había nada de cierto en eso, pues el honorable Tyler Whitely le resultaba de veras muy agradable.
Se trataba de un joven muy apuesto, de cabellos rubios muy claros a los que lograba controlar con un toque de aceite de la India. Tenía finos bigotes y patillas, aunque no lo bastante largas como para disimular la firmeza de su mandíbula. Sus ojos verde oscuros también eran bonitos. Tenía una altura considerable aunque no excesiva al punto de que una pobre muchacha tuviera que desnucarse si quería mirarlo. Su figura en sí no era intimidante, pero tampoco falta de fortaleza a pesar de su enjutez. A sus veintisiete años, era un joven con excelentes prospectos, sin mencionar el hecho de que había heredado una cuantiosa suma por parte de la familia de su madre.
Rosalie no tenía ni la menor duda de que Tyler sería el esposo ideal para ella. Hasta se habría animado a tomar la iniciativa si su mejor amiga, Tiffany Roberts, no le hubiera confesado Poco tiempo después de conocerlo que ella también lo deseaba.
Y estas habían sido las palabras textuales de Tiffany. "Lo deseo, Rose". Las muchachas siempre habían tenido por costumbre hablarse con toda franqueza, al menos entre sí y cuando estaban seguras de que nadie pudiera escucharías e impresionarse por semejantes expresiones y comentarios. Pero ese día Tiffany estaba tan exaltada que muy poco le había importado sí alguien las escuchaba.
Sinceramente, es "el" hombre. Jamás me había sentido tan... tan... y cuando me sonrió, oh, me sentí... demonios, no puedodescribirlo exactamente, pero creí que ibaa desmayarme.
Quizás era el corsé que te apretaba demasiado había bromeado Rosalie con una sonrisa , Ya sabes que debes dejar espacio suficiente para que te pase un poquito de aire al menos...
Oh, basta ya se había quejado Tiffany . Estoy hablando muy en serio. ¿Qué hago con él, Rose?
Sólo por el hecho de que Rosalie le llevaba cinco meses de edad se suponía que debía ser la experta en el asunto y la que tenía una respuesta adecuada para cada cosa. Sin embargo, por mucho que odiara admítirlo, Rosalie sabía muy poco al respecto. Después de todo, en su caso personal eran los hombres los que se deshacían en atenciones para poder conquistarla. Esa situación era embarazosa para ella, sobre todo cuando no era su intención atraerlos. Claro que, después de dos largos años de soportar las visitas de todos los candidatos disponibles Rosalie concluyó que el acoso obedecía simplemente a su apariencia física, a pesar de tener el color de cabello más pasado de moda del reino: Un atroz rojizo brillante el único rasgo que había heredado de su padre.
De modo que ese día Rosalie había apelado al senti do común para aconsejarle a su mejor amiga:
-Solo sonríe y actúa con naturalidad. Así, él no tendrá escapatoria.
Y así fue exactamente. Luego de un trato de dos el honorabilísimo Tyler le propuso matrimonio.
La boda se celebraría el día que Tiffany cumpliera los dieciocho años, en poco menos de tres meses, Y nada de ceremonias sencillas para la boda del hijo de un vizconde. Sería la gran fiesta en la cumbre del London Season.
Teniendo en cuenta lo contenta que estaba Rosalie por su amigay lo agradable que le resultaba Ty1er, la pregunta un tanto grosera que le formuló a él debió haber sorprendido a los novios, a quienes acompañaba hacia la iglesiaen aquel soleado domingo estival. Y por cierto Tylerse sorprendió pues la actitud de Rosalie siempre lo había desconcertado al principio y luego comenzó a irritarlopues él no la había provocado para que se comportase así. A Tiffany no la sorprendió en lo más mínimo pues ella conocía perfectamente la razón de su proceder.
Al principio Tiffany había aceptado de buen grado que Rosalie fingiese ante Tyler ser la más osada de las mujeres, dado que cada joven por el que Tiffany había mostrado el menor interés invariablemente se había enamorado de Rosalie. Y no porque Tiffany no fuera bonita. Era muy atractiva: tenía cabello rizado rubio y ojos azules. Pero ante la indiscutible belleza con la que Rosalie había sido bendecida sus cualidades parecian insignificantes. En consecuencia, desde un principio, Rosalie se había propuesto que la atención de Tyler no divagara por ninguna otra parte, mucho menos en dirección a su amiga.
Pero aquella estrategia de Rosalie, por cierto muy poco ortodoxa, ya se había extendido más de la cuenta: tanto que Tyler ya no se sonrojaba ni pedía disculpas por lo que pudiera haber ofendido a Rosalie sino que ahora se defendía con vehemencia y lo lograba con bastante éxito.
Mientras jalaba fuertemente de las riendas del bayo que alejaba el carruaje de la casa de Tiffany, por donde había pasado a buscar a ambas muchachas, Tyler señaló sin volver a mirar a Rosalie:
No estoy mirando nada, señorita Penworthy. Absolutamentenada.
Tiffany se quedó inmóvil. Nunca antes Tyler le contestado con tanta crueldad. Notó que Rosalie también se había tomado muy a pecho la respuesta. Se puso colorada de furia y volvió la cabeza para que Tyler no notara que la había herido.
Pero Tiffany tampoco podía culpar a Ty1er. Un hombrepodía tolerargroserías por parte de una mujer hasta cierto punto,a partir del cual se tornaba tan grosero como ella. En realidad se sentía culpable por no haber puesto punto final al plan de Rosalie mucho antes. Pero no lo había hecho porque en el fondo le quedaba la sospecha de que si Rosalie se mostraba tal como era ante Tyler, él podría haber caído en la tentación, al igual que todos los demás, con una sola sonrisa de Rosalie.
Bueno, pero ya era suficiente. Tiffany estaba segura de que Tyler la amaba. Y sí en ese momento era incapaz de retenerlo era porque no lo merecía o, mejor dicho, él no la merecía a ella. Hablaría con Rosalie no bien el vicario terminara con su sermón o quizás antes, por lo menos antes de que el dolor volviera loca a su amiga. Esa idea la preocupaba pues cuando Rosalie se enojaba, cosa que por suerte no sucedía a menudo, podía tornarse terriblemente impredecible.
Tiffany encontró la oportunidad de hablar cuando llegaron a la iglesia en el límite de Teadale Village. Tyler se adelantó para presentar sus respetos a lady Ofelia y a sus tres hijas. Como condesa de Wedgwood, Ofelia Thackeray poseía uno de los títulos más nobles de la vecindad y por ello trataba despóticamente a quienes eran inferiores a ella. Y ni siquiera Rosalie era inmune a la actitud de Ofelia. Nunca perdía oportunidad para que la condesa notara su presencia, pues como anfitriona reinante del condado sus invitaciones eran muy apreciadas. Rosalie estaba dispuesta a todo con tal de conseguir una.
Tíffany tuvo que retenerla para que no saliera corriendo detrás de Tyler a saludar a la condesa. Deseaba hablar con ella en ese momento. , por la ímpaciente expresión de su rostro, Rosalie no prometía prestar mucha atención a su amiga. Por el contrario, trató de eludir la conversación de antemano.
Espero que no menciones lo que ocurrió en el coche, Tiffany.
Por supuesto que sí replicó Tiffany, sin lugar a vacilaciones . Sé cuál es tu táctica, Rosalie, y créeme que te amo por eso. Estoy segura de que en un principio hasta me ayudó mucho. Pero ahora me gustaría estar convencida de que Tyler está a mi lado por lo que soy, que no caerá rendido a tus pies por el solo hecho de ver esos simpáticos hoyuelos de tu sonrisa.
Rosalie parpadeó y con una espontánea aunque muy poco femenina carcajada abrazó a su amiga.
Sé que tienes razón, pero se me ha hecho una especie de hábito hostigar a este pobre muchacho.
Entonces abandona hoy mismo este hábito.
Rosalie obsequió a su amiga una amplia sonrisa.
De acuerdo, pero ¿no crees que él sospechará si a partir de hoy comienzo a tratarlo en forma diferente?
Lo que creo es que seguramente dejará de insistir en que corte mi amistad contigo.
Los ojos azulnoche de Rosalie se enardecieron y. luego se entrecerraron:
¡Conque sí, Eh! ¿Cuándo te hizo semejante propuesta?
Oh. en más de una ocasión. Pero no puedes reprocharle nadapues lo único que le demostrabas era el lado más oscuro de tu personalidad. Le llamaba la atención el que tuviéramos una relación tan estrecha cuando en realidad somos tan diferentes en cuanto a nuestro temperamento.
¡Qué poco nosconoce! comentó Rosalie bastante molesta-. Nosotras hemos sido cortadas por la misma tijera
y el mismo molde. Pero luego se calló y se mordió el labio obviamente preocupada . ¿No insistirá en asunto después que se hayan casado, verdad?
Oh. ya sabes que Tyler no es nada arbitrario la tranquilizo Tiffany . Y aunque insistiera no le serviría de nada. Me temo que está usted atada a esta infranqueable amistad de por vida, señorita Penworthy.
Rosalie esbozó esa dulce sonrisa que dibujaba hoyuelos en sus mejillas y le daba otra clase de belleza, una expresión cálida, abierta... receptiva, Incluso le brindó una tregua a Tiffany aunque ella estaba acostumbrada a ver esa sonrisa con mucha frecuencia. Hasta se sentía privilegiada cada vez que recibía ese regalo tan especial. No había nada en el mundo que ella no fuera capaz de hacer por su queridísima amiga. Hasta los caballeros que habían estado observando a Rosalie desde el patio de la iglesia se detuvieron en la mitad de sus conversaciones para admirarla sin disimulos. Algunos de ellos hasta se ilusionaron con intentar nuevamente cortejar a la incomparable beldad del condado.
De nuevo en paz, Tiffany tomó a Rosalie por el brazo y la condujo hacia la puerta de la iglesia, donde Tyler aún conversaba con las cuatro Thackeray. Con una sonrisita, Tiffany murmuró con disimulo:
Presiento que hoy es mi día de suerte, Rose. Por fin la invitada tan deseada será nuestra. Es una corazonada. Y tú con ese nuevo vestido de popelín azul luces deslumbrante. Esa vieja cara arrugada se quedará boquiabierta,
¿De veras lo crees? preguntó Rosalie esperanzada.
Tiffany deseó que esa maldita invitada no hubiera sido tan importante para su amiga, pero por desgracia lo era. Y no porque la condesa pareciera conocer perfectamente a todos los pobladores del condado entero de Devonshire o porque la gente viajara largos kilómetros para acudir a sus fiestas, en las que siempre se garantizaba la presentación de invitados nuevos e interesantes. Eso sólo era un detalle, aunque realmente uno muy importante para una joven que tenía las mismas esperanzas que cualquier otra muchacha: encontrar al hombre de sus sueños más románticos ya que aún no lo había hallado dentro del ámbito de los caballeros conocidos.
Sin embargo, tampoco esa era la razón más importante pues en pocos meses más Rosalie viajaría a Londres por estudios y allí podría conocer a todos los candidatos que deseara. No en vano la condesa de Wedgewood se había esforzado a lo largo de los años en convertir en un verdadero logro el ser invitado a su casa. En consecuencia resultaba muy poco decoroso terminar en su lista de invitados para ser tachado a último momento o, peor aún, no ser incluido en ella por haber estado involucrado en algún escándalo familiar que impidiera entrar en su círculo social. Todas las familias que tuvieran cierta jerarquía en el condado ya habían recibido una invitación por parte de la condesa, aunque no fuera más que una vez, incluso la familia de Tiffany. Todas menos la de Rosalie. Tiffany, por la devota lealtad que sentía por su amiga, había implorado que se la invitara a la fiesta, aunque jamás le había comentado ese detalle a Rosalie. ¿Con qué fin? Esa revelación la habría desesperado más de lo que ya estaba por conseguirla.
Ambas muchachas se habían convencido de que la condesa esperaría a que Rosalie cumpliese los dieciocho años para invitarla. Pero ya habían pasado dos meses desde entonces y tanto el terrateniente del condado como su hija aún seguían ignorados.
Tiffany apretó el brazo de su amiga como respondiendo a su pregunta. Rezaba en silencio para que sus esperanzas no fueran en vano. Después de todo, era la primera oportunidadque se les presentabadespués de un mes para poder hablar personalmentecon, la condesa, gracias a Tyler. Quizá, todo lo que lady Ofelia necesitaba era que alguien le recordara que Rosalie Penworthy era su vecina...
Entonces el próximo sábado, señor Whitely decía lady Ofelia cuando las dos muchachas se acercaron . Sólo una pequeña reunión de cuarenta personas, más o menos. Ah, y recuerde traer a su encantadora novia.
La condesa sonrió a Tiffany, miró a Rosalie por un instante y luego se volvió y entró en la iglesia.
Fue un verdadero y deliberado desprecio. Carmen Thackeray, la menor de sus hijas de diecisiete años, hasta rió tontamente antes de seguir a su madre. Las otras dos muchachas, Agnes y Anne, parecían muy complacidas por la escena.
Tiffany se quedó atónita, aunque sólo por un momento.
Después se enfureció. ¿Pero cómo se atrevían? Todos sabían que Rosalie y Tíffany eran íntimas amigas y que Rosalie acompañaba a Tiffany y a Tyler a todas partes porque era la carabina. Las Thackeray habían planeado esta burla, minuciosamente, para que surtiera el efecto deseado. Era una manera muy sutil de implicar que la invitación de Rosalie no había sido enviada a sabiendas y que jamás sería bien recibida. Tiffany creía intuir la razón. Rosalie era una acompañante demasiado bella para quien tenía tres hijas bastante feas para ofrecer en matrimonio.
Tyler carraspeó para llamarlas a la realidad y recordarles que se habían quedado de pie allí, inmóviles. Por fin Tiffany miró a su amiga para ver cuán mal le habian caídolos desplantes de las Thackeray. Mucho peor de lo que Tiffany había vaticinado. Rosalie tenía el rostro más pálidoque las cintas de su cofia y sus ojos azules se habíanllenado de lágrimas a tal punto que amenazaban con bañarle las mejillas en cualquier momento a pesar de sus esfuerzos por contenerlas. Tiffany experimentó un profundodolor por su amiga. Pero lo que más la enfurecía era su impotencia para solucionar el problema. Sólo le restabaofrecerle su compasión y apoyo.
Rosalie apretó la mano de su amiga, le dirigió una mirada consternada con sus bellos ojos azules y le preguntó en un murmullo:
¿Por qué?
Tiffany estaba tan enfadada que dio una respuesta muy directa:
Porque eres demasiado hermosa, maldita sea, Ella tiene que casar a sus feas hijas pero, si tú estás cerca, nadie las mirará siquiera.
Pero eso es tan... tan..,
¿Egoísta? ¿Trivial? Sin ninguna duda, Rose, pero...
No hay cuidado, Tiff, realmente... Pero necesito estar sola en est...
No terminó la frase y se apartó abruptamente de su amiga.
Rosalie, espera le gritó. Pero había empezado a correr aun antes de llegar al patio de la iglesia pues ya no tuvo más fuerzas para contener el llanto. El señor Pocock le ofreció un pañuelo cuando pasó junto a él, pero lo más probable era que Rosalie ni siquiera lo hubiera visto. Se quedó mirándola mientras la muchacha se alejaba de la iglesia por el sendero, a toda prisa.
Supongo que tendremos que salir corriendo detrás de ella pues son casi dos kilómetros desde aquí hasta Sutton Manor señaló Tyler.
No sólo por eso saldremos tras ella replicó Tiffany, aún con la mirada fija en su amiga, quien se habla detenido para buscar un pañuelo en su bolso, aunque siguió corriendo sin usarlo, Nosotras ya hemos caminado ese trecho antes. Pero Tiffany miró a Tyler y su expresión la puso furiosa otra vez . No te atrevas a regocijarte con esto porque ella no se merecía lo que esa horrible mujer le hizo.
Permíteme que no esté de acuerdo contigo en...
No, no te lo permitiré. De todas maneras, a partir de hoy notarás un gran cambio en ella, así que puedo de círtelo con tranquilidad. La única razón por la que siem pre te trató mal fue para que nunca te fijaras en ella como mujer, Lo hizo por amor a mí, porque sabía lo mucho que yo te quería... entonces no deseaba que yo sufriera si tú ponías los ojos en ella y no en mí.
Pero casi no soporto a esa muchacha protestó él
No pensabas así la primera vez que la viste, ¿ver dad? señaló ella.
Bueno, no pero ¿Te refieres a que todo esto fue deliberado?
Sí, y sí quieres enojarte por ello, hazlo conmigo, porque yo pude haberla detenido antes, pero... Bueno, creo que tuve miedo de que te dieras cuenta de que en realidad Rosalie es una persona muy cálida y afectuosa ...
Y malcriada, obstinada...
Un poquito malcriada, pero es comprensible con un padre tan amable y generoso como el terrateniente. Y yo también soy algo obstinada, Tyler.
Sí, pero en ti me parece encantador
Creo que debo darte las gracias. Pero ¿puedes comprender el dilema de Rosalie? Ella sabe cómo la miran los hombres, Tyler. La actitud que asumió contigo fue la única defensa que tiene para que los hombres no se desesperen por ella,
Pero yo no querría tener una esposa como ella.!Oh no, por Dios! Y realmente parecíó muy convencido de lo que decía-. Esa joven necesita un hombre de constitución robusta, con poco o casi nada de carácter y , especialmente, que no sienta ni el más mínimo vestigio de celos. No podría tolerar que todos mis conocidos se enamorasen de mi esposa... uno o dos está bien, pero más . Si todos lo hicieran, Dios me volvería loco.
Hablas como si ella estuviera desahuciada. ¿Qué hombre no se pone un poquito celoso cuando su esposa está en juego?
Bueno, en realidad, supongo que los celos de un hombre no cuentan demasiado cuando ese hombre está bien seguro del amor de su mujer. Pero ella deberá hacer un esfuerzo constante para asegurarle que lo que siente por él es auténtico.
A Tiffany no le convenció esa concepción tan parcial.
¿Y qué sucede si es ella quien siente celos por una u otra razón? ¿El también tendría que esforzarse por convencerla de su amor?
Claro que no. El se casó con ella, ¿no?
No, todavía no refunfuñó ella.
Tyler se quedó parpadeando mientras ella acomodaba las faldas de su vestido para caminar muy erguida en dirección al carruaje. Tyler debió apurarse para alcanzarla.
Digo... ¿no habremos cambiado los sujetos de la conversación? le preguntó bastante incómodo.
Tú, dímelo Tyler. ¿Lo hicimos?
Por supuesto que no insistió . El caso de tu amiga es único, porque ella es única, Tiffany. Y no me refiero a que tú para mí no seas única, pero ya sabes a qué apunto. Simplemente no podemos compararla con nosotros.
Bien, Tyler, te perdono.
Supongo que debo agradecértelo.
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hola como estan?
es mi primera historia es una adaptacion que espero q disfruten tanto como yo lo hice al leer y al adaptarla
escribanme un review sobre lo que opinen resivo de todo felicitaciones, quejas, y comentarios tengan piedad es mi primera historia ademas de q es una adaptacion
un besos las quiero
bye
