Twilight y sus personajes son propiedad de Stephenie Meyer, exceptuando aquellos que no pertenecen al universo Twiligth, la trama es mía, aunque hay elementos basados en el libro "Sleeper" de Lorenzo Carcaterra

Esta historia está dedicada a Catalina-Lina, Miss Manu y a todas las subversivas que quisieron leer este barullo.

Gracias

Prologo

La América de la post-guerra, tuvo un resurgimiento económico abismal y tiempo después de tomada la decisión, mi abuelo Arthur Masen llego al Nueva York industrial junto con su esposa y su hijo, en busca de una nueva vida. Mi hermano Matty y yo, éramos la primara generación de Masen nacidos en suelo americano y en cada oportunidad que tenían, nuestros padres ―Edward y Elizabeth Masen― nos decían los afortunados que éramos en haber nacido en la tierra de la libertad.

Matty era un patriota y fiel creyente en el derecho de igualdad universal, por esa misma pasión libertaria, Matty se alistó en la armada al cumplir los dieciocho años con la clara intensión de cumplir su deber ciudadano de proteger a la nación y a su familia; él es mi héroe y mi modelo a seguir, fue el mejor hermano mayor que alguien pudiera tener. Cada vez que llamaba a casa me contaba un poco de las misiones de asalto en las que participaba en Vietnam y yo solo podía admirarlo más cada día, era difícil terminar la llamada pero siempre se despedía con la promesa de regresar a casa pronto, lamentablemente esa fue la única promesa que no cumplió; mi hermano nunca regreso a casa...

Verano de 1966; según la historia, fue el verano más caluroso del que se tiene registro, para mi representa una contradicción de sentimientos agridulces que de forma cruda y realista me llevaron a tomar las decisiones que marcaron el rumbo de mi destino.

Luego de la partida de Matty a Vietnam, me encontraba sin un rumbo fijo, hasta que mis mejores amigos me sacaron del aislamiento auto-impuesto. Éramos cuatro chicos muy distintos que gracias al Saint Andrew High School, al beisbol y a la erupción hormonal de la adolescencia nos hicimos hermanos del alma. Carlisle Cullen, era un chico ingles e hijo de un pastor anglicano que perdió su fe en cuanto murió su esposa, un día, simplemente tomó a Carlisle y zarparon en barco a Nueva York para nunca más volver a Devon. Emmett McCarthy, es el hijo mayor de un matrimonio de granjeros, se mudaron desde Tennessee, su familia era grande y ruidosa, estar en su casa era un completo caos, pero de igual forma se sentía el amor que se profesaban cada uno de los McCarthy y por último, estaba Jasper Whitlock, provenía de Jacobsville, Texas, su familia era un tanto racista y siempre estaban despotricando de las alocuciones del Dr. King y argumentando porque los afroamericanos no eran igual al hombre blanco; las creencias de Jasper no comulgaban con las enseñadas por mi hermano, pero a pesar de ese pequeño defecto, era un amigo fiel; desafortunadamente, sus opiniones políticas, lo harían un blanco fácil para nuestros verdugos.

Un día de ocio del mes de junio, conocimos a Isabella Swan, la chica más increíble que hayamos conocido, todos nos enamoramos un poco de ella mientras crecíamos y como buenos chicos, la incluimos en nuestros diario trasegar por el barrio. Nos sentíamos dueños del mundo, solo nos preocupaba andar con los amigos, nadar cada tarde en el Hudson y ver por primera vez, unos buenos pechos que no aparecieran en las revista playboy o penthouse. Por cosas del destino, esa obsesión por ver mujeres desnudas, marcaría nuestros destinos de forma inexorable.

Solo éramos unos niños, traviesos, pero niños al fin y al cabo, solo queríamos disfrutar del verano más caluroso que hasta ahora habíamos vivido. Nos sentíamos los putos amos del universo y nuestro patio de juegos iba desde las calles 59 y 34 al norte y al sur, hasta el Río Hudson y la octava avenida al este y oeste, hoy en día se conoce como Clinton, uno de los tantos barrios de Manhattan donde con más frecuencia se pueden ver a los bohemios transitar por las calles de este monstruo de concreto, pero en mi infancia era uno de los barrios más peligrosos de todo New York, donde los narcotraficantes, vagos y prostitutas hacían vida y negocios a las puertas de las escuelas e iglesias. Decían que vivir aquí era un infierno, pero el infierno es un lugar templado comparado con esto; esto era la cocina del infierno.

Bienvenidos a mi hogar, bienvenidos a Hell's Kitchen