Los personajes que reconozcan, son propiedad de Meyer. LA HISTORIA ES COMPLETAMENTE MIA.
Espero sus opiniones:
Estamos frente a frente no decimos nada
Tu sabes lo que siento agachas la mirada
El amor se termino y por eso digo adiós.
Tus manos temblorosas que cubren tu cara
Ahogan el llanto que desprendes de tu alma
Me dices que no entiendes que paso conmigo
Y donde está el amor que te había prometido
Aquellas cosas bellas que juntos vivimos
Te juro amor que no las echaré al olvido.
Deja de llorar y dime que tu vas a ser feliz
Aun sabiendo que mañana no estaré a tu lado
Deja de decir que tu sin mi ya no puedes vivir
Yo sé bien que pronto olvidaras lo que ha pasado.
El amor que esperas llegara,
ese amor que no te puedo dar
Y veras que cuando estés con él
Será un recuerdo que vas a olvidar.
La noche ya se acerca y duermes en mis brazos
Hay un silencio enorme me habla tu respirar
Siento tristeza en mi interior
Por no ganarle al corazón.
Te juro quise amarte y ser feliz contigo
Te pido me perdones
Te juro lo intente.
.
.
Todo se me hacia hacía tan irreal, tenerlo desnudo a escasos centímetros de mi cuerpo se me hacía una fantasía, un sueño, un deseo vuelto realidad. Sin embargo era real, todo lo ocurrido anoche lo había sido.
Muy a mi pesar, la suavidad del terciopelo articulando un 'perdóname' fue todo cuanto necesité apartar la vista de la desnuda y pálida piel del dios griego que se encontraba dándome la espalda descaradamente.
— ¿De qué hablas? —pregunté en un pobre intento de que mi voz sonase serena, pero aquello fue en vano. Mis ojos me delataban, y el intenso ardor en estos comenzaba a advertirme que se venía lo que yo imaginaba.
Me erguí en la cama que aún continuaba tibia y envolví mi desnudes con la sabana. Y dolió, dolió su rechazo. Dolió la manera en que sus dulces ojos verdes desviaban la mirada.
— Sabes perfectamente de que estoy hablando. — respondió serio, intentando ocultar la desesperación que comenzaba a inundar el ambiente.
Él estaba arrepentido…
— No. No tengo la más mínima idea de a que te refieres. — afirmé convencida. Sin embargo yo sabía, ¡por supuesto que sabía!, pero no podía ser verdad, no debía creerlo, no quería hacerlo.
Demasiado pronto se giró, demasiado rápido volteo su cuerpo quemándome al instante con esos preciosos y tiernos luceros, los mismos que ahora destilaban la más profunda lastima, sí, yo podía ver lástima en ellos.
Mi ángel tomó mi rostro entre sus manos con extremada delicadeza, como sólo él y nadie más que él podría a hacerlo. Finalmente unió nuestras frentes y descargó sobre mí frágil humanidad todo el poder de su mirada.
Aquello terminó por desgarrar mi alma…
Mi inútil cuerpo aún estando al tanto de la hipocresía de la situación no pudo reprimir el suspiro ante su exquisito roce. Y un estremecimiento me recorrió cada una de las vértebras en mi columna, al recordar que hace unas pocas horas nos encontrábamos en esta misma cama, en un ambiente muy distinto, dolorosamente distinto. Piel contra piel, sus fuertes brazos rodeando mi cuerpo.
Él me acariciaba con adoración, mientras audibles gemidos brotaban de mi boca pronunciando su nombre. Sin embargo, toda excitación ahora se limitaba a una tormentosa melancolía.
Sin poder evitarlo él pasó a formar una parte esencial de mi vida, se había convertido en algo más necesario que el aire que mi cuerpo necesitaba para continuar en funcionamiento, el agua no era nada en comparación a la sed que me embargaba cuando no le veía.
Estaba perdida. Edward jamás cambiaría…
— No puedo— susurró en mi oído, su voz estaba rota, pero no más que mi frágil y dolido corazón. Aquello simplemente era imposible.
Sus brazos continuaban en mi rostro, pero su mirada ahora se encontraba ida, perdida.
El no tenía el valor para enfrentarme, y yo… Yo no soportaría que lo intentase.
— Lo siento Bella. Te juro que traté, he puesto todo de mi parte, pero… esto me supera. Es más fuerte de lo que pensé que sería.
Perdóname mi niña, eres una gran mujer, por lejos la mejor que he conocido, eres hermosa, inteligente, ¡Dios eres perfecta! — quise creerle. Demonios, no había nada que pudiese desear más, pero ya era tarde…
¿Cómo creerle? ¿Cómo hacerlo? Si acababa de reconocer que todo... Todo había sido en vano.
— Cielo, no permitas que un idiota como yo te haga dudar de eso. Por favor Bella, pequeña, no llores, te lo suplico.
— No te preocupes. — respondí bajito, en un último intento por contener las lágrimas que amenazaban con comenzar a caer de un momento a otro.
— Ambos sabíamos que no sería cien por ciento seguro, pero al menos valió la pena correr el riesgo ¿No crees? — intenté que mi voz sonase alegre, incluso obligué a mi rostro a formar una sonrisa, pero él no sonrió. Por el contrario, su semblante se mostraba dolido, arrepentido, cargado de culpa y avergonzado…
¡Vaya forma de perder tu virginidad Bella!
¿Quién más que yo intentaría semejante idiotez?
Al parecer nadie, absolutamente nadie caería tan bajo e intentaría seducir a un chico homosexual.
— Te Quiero Bella, tal vez no como tú lo mereces, pero si lo suficiente para asegurarte que eres lo más importante que me ha pasado en la vida. Y daría lo que fuera por mandar mi corazón, eres tan preciosa, tan dulce.
¡No se qué más puedo hacer! Eres perfecta para mí, y aún así…
— No es suficiente— afirme bajito. Y nadie podría estar más convencido de eso que yo.
.
Estamos frente a frente no decimos nada
Tu sabes lo que siento agachas la mirada
El amor se termino y por eso digo adiós.
Tus manos temblorosas que cubren tu cara
Ahogan el llanto que desprendes de tu alma
Me dices que no entiendes que paso conmigo
Y donde está el amor que te había prometido
Aquellas cosas bellas que juntos vivimos
Te juro amor que no las echaré al olvido.
Deja de llorar y dime que tu vas a ser feliz
Aun sabiendo que mañana no estaré a tu lado
Deja de decir que tu sin mi ya no puedes vivir
Yo sé bien que pronto olvidaras lo que ha pasado.
El amor que esperas llegara,
ese amor que no te puedo dar
Y veras que cuando estés con él
Será un recuerdo que vas a olvidar.
La noche ya se acerca y duermes en mis brazos
Hay un silencio enorme me habla tu respirar
Siento tristeza en mi interior
Por no ganarle al corazón.
Te juro quise amarte y ser feliz contigo
Te pido me perdones
Te juro lo intente.
Esta es mi primera historia, y de verdad estoy emocionada.
Gracias por leer.
xoxo
