Disclaimer: Harry Potter no me pertenece.
Nota: Este fic ha sido creado para el "Amigo Invisible 2015" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black". Bueno, pues este fic es para mi AI de reserva, que no es otra que la estupenda de Nalnyatrix Black. Para que me diera tiempo entregarlo en el plazo, empecé con la petición que quería de Barty Jr. sobre su niñez. El mayor contenido estará reflejado en su infancia, pero habrá un par de viñetas que estarán ambientadas siendo más mayor. Lo que he escrito son varias escenas de él a través de los años. Como ella sabrá, lo he escrito bastante rápido porque no he tenido mucho tiempo. Solo espero que la historia cumpla con lo que ella quería leer y que le guste un poquito, por la verdad es que a mí no me convence la forma en la que las he escrito. Culpa a Meri, que me amenazó si lo cambiaba. xD También quiero dar las gracias a MeriAnne Black por corregirme mis horrorosos errores.
I
Barty está nervioso. Hoy cumple nueve años y la mesa está rodeada de familiares. Principalmente son primos o tíos de los que apenas ha oído hablar, pero eso no es a lo que le presta atención. Winky ha preparado su tarta preferida, esa de chocolate que tanto le gusta, y está deseando probarla. Además, su madre le ha dicho que su padre ha prometido venir, ya que no tiene mucho que hacer en el trabajo, y que le ha comprado algo que le gustaría mucho. No puede parar de preguntarse si sería la nueva Estrella Fugaz de la que estuvo hablando con su madre el otro día, o si era el nuevo libro de Las aventuras de Martin Miggs, el muggle loco. ¿O quizás es algo que no se esperaba?
Sin embargo, cuando Barty mira el reloj de madera del salón, se da cuenta de que ya ha pasado más de media hora de la hora acordada. Violeta, una prima un par de años más pequeña que él, empieza a quejarse de que tiene hambre, y su madre se le acerca para decirle que sería mejor que empezaran, que seguramente vendrá de un momento a otro. El niño asiente lentamente, queriendo creer en sus palabras. Le había dicho a su madre que prometía venir, por lo que tiene que cumplir su promesa, ¿verdad? A fin de cuentas, las promesas siempre se cumplen. Aunque, aún así, no puede evitar bajar la mirada al recordar que tampoco había cumplido las que le había dicho el año pasado. Pero hoy es un día especial, ¿no es cierto? Es su cumpleaños, y la promesa de hoy es más válida que las anteriores.
Con esa firme idea, sonríe cuando le felicitan y degusta la tarta. Winky se le acerca para preguntarle si quiere más una vez que hubo terminado su parte, y asiente. Tiene que contenerse para no girar la cabeza y volver a mirar el reloj cuando llegan a la parte de la entrega de regalos. Finge una sonrisa y da las gracias cuando su abuela le entrega una fea túnica de color malva. También intenta reírse cuando su madre le comenta por lo bajo que nunca entendería el gusto de esa mujer y le promete que con ella haría unos nuevos ropajes a la elfa.
Pero cuando se despiden de los invitados y su madre le da permiso para irse a jugar a su habitación con las cosas que le habían regalado, ya no siente necesidad de ver la hora que es. Se encierra en su cuarto, y tira las cosas en el suelo para ponerse a llorar en la cama hasta desahogarse. No le importan los regalos que le han dado, ni la escoba que posiblemente le había comprado: solo le quiere a él. Y en esos momentos, una ola de rencor empieza a formarse dentro de su pequeño cuerpo.
