Poco a poco la noche se apoderaba de las tranquilas calles de una ciudad de Japón, en el firmamento era posible ver las estrellas que empezaban a brillar tímidamente en la penumbra hasta tomar una intensidad que iluminaba la tranquila noche, en solo compañía de la Luna que resplandecía de una manera diferente de lo normal como si quisiera enviar un mensaje a alguien que la miraba constantemente.
Ya era muy entrada la noche y las calles se encontraban solitarias y el silencio reinaba por toda la ciudad, en una casa de la tranquila Tomoeda, en la penumbra de su dormitorio una hermosa joven observaba la Luna. Había estado mirándola desde hace varias horas y aunque fingió dormir no pudo conciliar el sueño, y solo atinó a asomarse a su ventana y seguir mirándola como si quisiera trasmitirle sus penas.
Mientras las horas pasaban, los recuerdos y pensamientos hacían que la joven se atormentara con dudas, incertidumbres, y otros sentimientos que sin haberse dado cuenta comenzaron a cobrar lágrimas que comenzaron a brotar sin remedio de sus ojos verdes como la esmeralda.
Era inevitable sentir miedo, miedo a que ya no la amará, miedo a que hubiera encontrado a otra persona, miedo a no saber nada de él y a tantas cosas más que a veces no entendía como llegaba a todas esas conclusiones, claro que estaba el hecho que hace un par de años habían perdido todo tipo de comunicación por lo que sus dudas se hicieron más grandes con el pasar de los días, sin embargo quería creer en el amor que se habían declarado cuando sólo eran niños.
Las horas pasaban y sus pensamientos volaban hacia esa persona que estaba tan lejos de ella, y sin más las lágrimas llenaron sus ojos y no pudo soportar la soledad y tristeza de pensar que lo había perdido y en la oscuridad entre sollozos se pudo oír un susurro que rompió el silencio
Shaoran…
Un cajón de ropa se deslizó lentamente, y paulatinamente se asomó un pequeño ser, tenía la forma de un muñeco de felpa pero él era mucho mas que eso, miró discretamente a la joven que estaba tan exhorta con sus pensamientos y su tristeza que no se dio cuenta que estaba siendo observada desde las penumbras por un viejo amigo.
Él sabía a la perfección los sentimientos que unían a su amiga con el joven que ella tanto añoraba ver, no por gusto habían pasado tantos años juntos, y la conocía muy bien, tenía tantos deseos de consolarla como antes pero era consciente que si ella se percataba que lo había levantado se sentiría muy incomoda y empeoraría las cosas, así que solo se contento mirándola y esperando que se olvidara de esa persona.
A inicios no tenía muchos inconvenientes con ese sujeto, es más reconocía que sus sentimientos eran sinceros hacia su amiga pero en esos últimos dos años él había desaparecido de su vida sin decir nada, aunque ella fingía estar bien no podía engañarlo, la conocía bien y en más de una oportunidad la encontró llorando a lo cual siempre le da una infantil excusa que él fingía aceptar solo para no traerle más dificultades.
"Como odio a ese mocoso…" – se dijo para sus adentros el muñeco de felpa, en verdad comenzaba a detestar a ese chico, y es que se había ganado a pulso ese sentimiento, ¿como se atrevía a hacerla llorar por tanto tiempo?, ¿por qué no era valiente y le decía que ya no le interesaba mas? Eran preguntas frecuentes que se hacía y que normalmente provocaban un mayor enfado hacia esa persona.
La verdad le dolía verla así, y más por alguien que en verdad no merecía ni una de sus lágrimas, poco era lo que él podía hacer por ella, lo único que atinó a hacer fue a acompañarla en silencio y a escondidas con la esperanza de que esa noche fuera la última vez que llorara por ese tipo.
"Si alguna vez que te vuelvo a ver tendrás que pagar cada una de sus lágrimas mocoso…" – pensó mientras se hacia la promesa de que iba a cumplir cada una de sus palabras llegado el momento en que esos dos se volvieran a encontrar pues por más que lo odiara tenía el presentimiento que el camino de esos chicos se volvería a unir y el culpable no sería el amor sino la adversidad.
Era un presentimiento que le estaba quemando últimamente sin embargo por más que se esforzaba por recordar algo no lo lograba, eso lo dejaba algo pensativo le hacía recordar los sucesos de hace 8 años en donde había perdido la memoria no obstante estaba seguro que esta vez no era algo tan simple, desde esa vez todo ha estado tranquilo, aunque él sabía que algo iba mal…
Indiferente a todos los pensamientos de su viejo amigo, la joven seguía observando la Luna con la esperanza de encontrar respuestas a sus dudas, pero la noche avanzaba y nada cambiaba y mas aún se sentía peor, esa noche tampoco lograría encontrar consuelo para su desdicha, la verdad era que poco a poco comenzaba a perder la esperanza, hasta que cierto suceso la saco de su trance…
La carta esperanza está brillando, la carta de los dos, debo seguir esperando por ti y confiar en que regresarás como me lo prometiste… - dijo la chica como si esperara que la Luna le respondiera, y con más decisión y mirando con determinación la carta que cogía entre sus manos se alejó de la ventana, puso la carta con las demás y se dirigió a su cama, ya había sido suficiente lágrimas por esa noche, tenía que ser fuerte.
"Llorando no lograré nada, esperaré por ti por que eso me prometiste y creo en ti"- se dijo la muchacha de ojos verdes con tal firmeza para convencerse a ella misma de lo que tenía que hacer a la vez que se metía dentro de la cama y cerraba los ojos con la imagen de él esbozándole una sonrisa.
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En un país distinto a Japón, en una de las tantas casas, se encontraba una en donde habitaba una de las familias más pudientes del lugar y más que eso con un linaje muy antiguo y conocido en el país, un linaje que era muy misterioso e incluso mágico para los habitantes comunes de la zona, cosa que no estaba lejos de la realidad, el linaje venía de muchos años atrás, remontándonos al siglo XIX en donde vivió la persona que es considerada el mago más poderoso de todos los tiempos, poseedor de magia inimaginable y el único que fue capaz de combinar magia oriental y occidental para la creación de los objetos mágicos con poderes indescriptibles conocidas por el mundo mágico como las cartas Clow.
El título del mago más poderoso de todos los tiempos no sólo se lo ganó por la creación de las cartas Clow sino por ser capaz de crear sus guardianes, los cuales en la actualidad siguen protegiéndolas aunque con un dueño distinto…
La oscuridad se había apoderado de toda la ciudad, lo que indicaba que ya era muy de noche y el silencio reinaba, sin embargo en la biblioteca que una vez le perteneció al famoso y celebre mago Clow se podía divisar una luz y al lado de ella un joven sentado absorto en la lectura de uno de los libros de magia muy avanzada que había dejado su antecesor con la finalidad de que no se perdiera con él lo que había aprendido en vida y le sirviera a algunos de sus descendientes.
El joven estaba consciente que tenía que descansar pero en la situación actual no podía darse ese lujo, pronto tendría una de las pruebas más difíciles de su vida y tenía que estar preparado para ella, aunque él conocía de lo que era capaz, no obstante siempre se había caracterizado por exigirse más de lo normal y no podía evitarlo desde niño pues siempre había sentido que llevaba un gran peso en sus hombros, y debía estar preparado para lo que viniera fuera lo que fuera.
Mientras revisaba con rapidez la innumerable cantidad de hechizos e información sobre ellos cada vez se sorprendía más de lo grande que fue su antecesor y que le sería casi imposible alcanzarlo aunque para esos momentos muchos ya lo comparaban con el famoso mago pero para el joven era una exageración e incluso un insulto al nombre del celebre mago compararlo con él, un chico que aún no estaba preparado para tal comparación.
Las horas pasaban y el cansancio se apoderaba de su ser, si seguía así no lograría concentrarse más y sería una pérdida de tiempo, sin mucho agrado atinó a cerrar el libro y se recostó en la mesa.
Creo que descansar un poco no me hará daño - se dijo así mismo mientras cerraba por unos instantes sus ojos de color miel y sus pensamientos comenzaban a volar en busca de la imagen de una persona especial para él, persona que amaba con todas sus fuerzas.
Poco a poco la imagen de la muchacha se hizo clara en su mente y la vio esbozar una sonrisa y acercarse a él al mismo tiempo que lo llamaba por su nombre y se vio a si mismo cuando era un niño y se sonrojaba sin poder contenerlo, que fácil era la vida cuando era un niño, no tenía tantas responsabilidades y obligaciones con el clan, pero ahora todo era diferente.
"Discúlpame, no sabes lo que daría por estar a tu lado pero ya falta poco, todo esto lo hago para estar a tu lado, espero que me comprendas" – pensó el muchacho a la vez que habría sus ojos, y se acomodaba nuevamente para retomar su lectura.
Mientras trataba de leer, sus pensamientos se apoderaban de él y le era casi imposible concentrarse con lo que estaba haciendo, después de unos minutos de intentarlo se dio por vencido y dejo el libro en su estante correspondiente, y salió de la biblioteca con dirección a su dormitorio obviamente ya había sido suficiente estudio.
El camino hacia su dormitorio se había hecho excesivamente largo pues sus pensamientos estaban en otra parte acompañando a una dulce chica de ojos verdes, se preguntaba si es que ella aun lo amaba, aunque era consciente que su duda era egoísta pues después de haber dejado de comunicarse por dos años lo mínimo que se merecía era el desprecio de ella, sin embargo quería creer que llegado el momento ella comprendería el motivo por el cual no se comunico con ella en todo ese tiempo, aunque le quedaba la duda de por que ella no hizo nada para comunicarse con él…
Cuando ese pensamiento llegó a su mente estaba frente a la puerta de su dormitorio, abrió despacio la puerta, entro sin más y de un salto cayó en su cama para retomar ese último pensamiento. ¿Habrá encontrado a otro?, rápidamente esa idea atravesó todo su ser y sintió un miedo, miedo que no había sentido hace mucho tiempo, ese sentimiento solo lo tuvo cuando era un niño y sentía celos por un niño de occidente que era "demasiado" galante con ella. Y pronto una pregunta le vino a su mente: ¿Estaría con otro?
"No, es egoísta de mi parte pensar así pues está en todo su derecho, no tengo por que exigirle nada el que está en falta soy yo, solo tengo que esperar un poco más, al fin dará fruto lo que hace dos años empecé y pronto estaré de nuevo contigo Sakura" – se dijo el muchacho con cierta nostalgia al pensar que dos años de su vida estuvo sin poder hablar con ella, ni siquiera para explicarle la situación, como siempre antepuso sus responsabilidades a sus sentimientos pero era algo que no podía controlar desde niño fue así.
Y más dudas venían a su mente y mientras más se esforzaba por sacarlas de su cabeza aparecían con más insistencia como si quisiera deprimirlo, por lo que por un momento pasó por su cabeza que era obra de esos ancianos con el único propósito de fastidiarle su gran día, pero pronto sacó esa absurda idea, ellos no podrían conocer esos miedos y dudas que solo su corazón conocía, a lo que dedujo finalmente que era castigo de su consciencia, y como no tenía sentido en ese momento seguir mortificándose con algo que ya de por si no tenía solución decidió dejar de pensar y dormir, necesitaría todas sus fuerzas para afrontar el desafió que le esperaba al día siguiente, aunque sabía que tenía el apoyo de su familia, su prima… había olvidado completamente el compromiso que la unía con ella.
"Sigo siendo un egoísta solo pensé en mi y mi felicidad y me olvide de Meiling, espero que me comprenda aunque la comprendería si me odiara, sería lo normal" - meditó el muchacho de ojos color de miel, esa idea le dolía mucho; la estimaba demasiado para saber que iba a odiarlo y más aún saber que él sería el causante de un gran dolor para ella, y sin darse cuenta nuevamente había caído en una depresión que no le beneficiaba en nada, así que llanamente cerró los ojos y cerró su mente para no pensar más y solo dormir ya habría tiempo de pensar las cosas y las decisiones que tendría que tomar en el futuro…
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La ciudad de Tokio, una de las ciudades más importantes de Japón la cual es visitada por personas de distintos lugares del mundo, el hecho de ser la capital de uno países con mayor índice de desarrollo notable hace muy atractiva a esta ciudad además de sus universidades, bibliotecas muy concurridas, también se encuentran sus parques nacionales que atraen a miles de turistas lo cual deja una gran entrada de dinero que facilita el desarrollo de la misma.
En esta ciudad es en donde se encuentra la famosa torre Tokio, lugar en donde hace 8 años se decidía el futuro de una niña y de sus seres queridos… ahora simplemente sigue siendo una atracción turística pero no para él, cada vez que encontraba un rato libre de su trabajo se daba una vuelta por el monumento que le hacía recordar su deber y a la persona que él había jurado proteger.
A pesar de que en principio no quiso aceptar la solicitud por que no quería separarse de ellos, esas personas tan especiales para él le hicieron ver que tenía que seguir con su vida y mientras él fuera feliz ellos lo serían, el renunciar a esa grandiosa oportunidad que se le había presentado solo los haría sentirse culpables de no permitirle seguir con su vida.
Ya había pasado un año desde que les dijo adiós y aunque se comunicaba con ellos vía telefónica, sentía mucha nostalgia al verse tan lejos de ellos, en un lugar que no lo sentía como su casa, "con su familia"; a veces pensaba que era egoísta de su parte el quejarse de esa forma, en Tokio estaba trabajando en lo que le gustaba hacer, había conocido gente buena como otros que le ponían las cosas difíciles sin embargo eso no le importaba siempre esbozaba una sonrisa en su rostro mostrando lo mejor de si mismo.
Sin darse cuenta todos estos pensamientos habían llegado a su mente, todo eso motivado por ver la torre Tokio, lugar que le traía a su mente recuerdos de cuando era estudiante y cuando se le reveló su verdadera identidad y donde conoció a gente muy importante para él…
Vaya de nuevo con eso, la clase debe estar alborotada al ver mi demora… - pensó el joven maestro al pisar la entrada de la preparatoria de Tokio en donde hace un año empezó a laburar y gracias a la insistencia de ella logró aceptar el puesto que se le pidió asumir.
A pesar de estar afuera del salón se podía escuchar el bullicio del alumnado que estaban bajo su cargo, al profesor no le parecía raro este tipo de situaciones, es más fue una de las razones por la cual optó por la docencia, le encantaba ver la felicidad en los rostros de los jóvenes a la vez que llenaban su ser de conocimiento.
Sin más preámbulo abrió la puerta e hizo el respectivo saludo a sus alumnos a lo cual fue respondido por un movimiento casi unísono de todos los chicos que se levantaron de su pupitre e hicieron el saludo a su profesor para luego volverse a sentar y ver la sonrisa esbozada en el rostro de su mentor.
Y algo que no podía faltar en todas las clases era los suspiros de las jóvenes alumnas que no disimulaban su fuerte apasionamiento por su profesor que en vez de causarle molestias o disgusto, lo tomaba como todo en su vida; con una sonrisa y alegre "gracias", a pesar de que este tipo de situaciones eran motivos para reprender al maestro por consentir tales arrebatos de las alumnas, nadie podía negar que el joven docente era apuesto y no era de sorpresa que causara esas reacciones en su alumnado femenino.
La clase de ese día se llevó sin ningún contratiempo y nada fuera de lo normal, el joven profesor se dirigió a la sala de maestros la cual se encontraba vacía, rara vez pasaba eso siempre encontraba a alguien con quien compartía las experiencias del día y las ocurrencias de sus alumnos, el trato de amistad con sus alumnos era muy conocido por los docentes de la preparatoria y aunque algunos criticaban esa metodología de enseñanza, la mayoría de docentes consideraban que él estaba en lo correcto pues las calificaciones de su aula eran notables y muchos de ellos intentaban hacer lo mismo.
Con la habitación vacía se dio un momento para pensar en Tomoeda y la gente que dejó allá, sentía nostalgia pues era consciente que el momento de regresar se acercaba y lamentablemente era a causa de una adversidad…
"Pronto tendré que regresar con ustedes, se avecina algo tenebroso y tengo que estar ahí para protegerlos…" – pensó mientras se acercaba a la ventana de la habitación y observaba a lo lejos la torre Tokio, era consciente que algo inesperado iba a suceder pronto y que cambiará el tranquilo transcurso de sus vidas así como le había dicho su otro yo.
A su mente regresaron escenas sobre un suceso tenebroso y siniestro que estaba predestinado a suceder y que se le había encargado a su otro yo tener el conocimiento de dicho desastre para hacer lo posible de detener este devastador suceso, por un momento pensó no ser capaz con la carga que se le había encomendado muchos años atrás pero casi al instante se quitó esa absurda idea, no era correcto pensar así, gente muy valiosa para él dependía de sus acciones y no les fallaría. Sin darse cuenta el tiempo de descanso ya había terminado y tenía que regresar a dictar clase.
Bueno es hora de retomar clases ya habrá tiempo para pensar en esas cosas – se dijo mientras abandonaba la sala de profesores y caminaba en dirección al aula en donde dictaría clases.
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Se encontraba muy malhumorado y no era para menos, odiaba cuando le tocaba turno en la noche, esta vez no tuvo tanta suerte como las veces anteriores y no pudo cambiar el turno con ningún colega. Cuando optó por seguir esa profesión era consciente que tenía que asumir ciertos sacrificios pero no imaginó que tendría que ver lo que actualmente ve y que normalmente solo se mostraba en las noches.
Hace 7 años atrás había renunciado a ese don con tal de salvar la vida de su amigo sin importar que sacrificaba algo que le era muy valioso y aunque en ese momento no quiso aceptarlo en los años siguientes le hubiera gustado tenerlo pues extrañaba verla y conversar con ella, aunque era algo egoísta al ser el único que podía hacerlo, no obstante en los últimos años había aprendido a vivir sin eso.
A pesar de mostrarse muy frío en muchas ocasiones, pocos conocían sus verdaderos sentimientos y esos sentimientos le llevaron a seguir la medicina como vocación por el deseo de salvar vidas y protegerlas de la muerte, desde joven había protegido a su menor hermana y aunque no lo mostraba la quería mucho y daría todo por ella, esa chiquilla lo era toda en su vida… el recuerdo de su madre fallecida.
Hace un año que su mejor amigo se había mudado a la agitada ciudad de Tokio por razones de trabajo y misteriosamente fue en ese mismo año cuando recuperó el don que había perdido hace 6 años y que actualmente lo veía como una maldición, si le hubieran dicho que cada noche que se quedaba de turno en el hospital tendría la visita de ese tipo hubiera reconsiderado su vocación.
Se adentró a su oficina que estaba en oscuridad y sólo atinó a prender su lámpara de mesa esperando que llegue, los minutos pasaban hasta convertirse en horas; estaba demorando más de lo normal por lo que por un momento tuvo la esperanza de que ya no aparecería más, y como si lo hubiera invocado con sus pensamientos hizo su aparición el ente que esperaba el doctor
Buenas noches doctor, disculpe la demora – dijo el ente espiritual a la vez que hacía un ademán de saludo y miraba al hombre que tenía en frente suyo.
Buenas noches… - atinó a decir el médico de mala gana por un momento pensó que no tendría que verlo esa noche, no estaba de humor para escuchar las historias que solía contarle y mucho menos hacer conjeturas de cómo solucionar su problema para cruzar hacia el otro lado, eso se había vuelto muy monótono para él.
Poco pudo hacer para evitar que el espíritu comenzara su relato y le repitiera lo mismo que hace meses atrás le había comentado cuando se conocieron por primera vez, fue el primer espíritu que vio en seis años y fue tanto su sorpresa que estuvo apunto de desmayarse, y quizás ese hecho fue el causante de que le tuviera tanta paciencia y no hubiera hecho lo mismo que con otros espíritus que habitaban en el hospital que habían ido en su búsqueda para que los ayudará. Él tenía claro su objetivo en la vida y no era la de ayudar a los espíritus a cruzar hacia el otro lado.
Luego de una hora de escuchar nuevamente la historia, sabía lo que tenía que hacer con él, no era el indicado para ayudarlo pues por más que lo hubiera intentado no sabía descifrar el significado de la misteriosa muerte de esa persona y tampoco tenía muchos deseos en ponerse a hacer una investigación al respecto, era consciente que era algo cruel pero él no pidió tener ese poder que supuestamente había perdido hace años.
… así que lo lamento, pero no soy quien para ayudarte, desconozco mucho de las cosas que me has contado y probablemente sea por que tu muerte fue de muchos años atrás incluso me atrevería a decir que del siglo pasado, así que espero que comprendas la situación – indicó con tranquilidad y calma el doctor, la verdad no estaba seguro que si el fantasma comprendería sus palabras sino tendría que ser más directo.
El espíritu sin más hizo un ademán de gracias y se desvaneció ante los ojos del médico que miró con cierta incredulidad, probablemente lo volvería a ver ya que rondaba siempre el hospital, solo esperaba que el fantasma recordará que ya no le iba a escuchar más, en ese momento tenía otras cosas en que pensar.
Él se había independizado de su familia y vivía solo en un apartamento que había arrendado, el motivo por el cual había tomado una decisión como esa fue por motivos familiares pues en ese tiempo habían tenido ciertas discusiones en especial con su hermana, la verdad es que no quería aceptar que ella se convertía en una hermosa mujer y no podía estar sobreprotegiendo todo el tiempo así que tomó la decisión más lógica para él e irse de su casa pues según él no era consideraban su opinión.
A pesar de no vivir con ellos iba a visitarlos de vez en cuando e incluso había días que se quedaba a dormir allí pues dijera lo que dijera no dejaba de preocuparle su hermanita y velar por su bienestar, además le encantaba conversar con su padre, a quien admiraba por ser como era. Hace dos meses había decidido mudarse "temporalmente" a la casa de su padre con la excusa que tenía problemas con la dueña del apartamento, cosa que era totalmente falso aunque no tenían ellos por que saberlo, la verdad es que en una de sus visitas había visto muy triste a su hermana, más de lo normal… lo más seguro era por culpa de ese mocoso que tanto odiaba no obstante en ese momento era lo de menos lo que hiciera ese chiquillo solo le importaba el bienestar de su hermana y si fuera poco se había percatado que su padre andaba muy apesadumbrado y cansado, muy raro en él pues siempre había demostrado vitalidad y buena salud y aunque lo había realizado varios chequeos por si las dudas no encontró nada, comenzó a pensar que era causa de otra cosa que desconocía por lo que decidió vivir con ellos hasta que las cosas mejoraran.
Ya faltaba poco para que amaneciera, pronto acabaría su turno y regresaría a su hogar en donde su familia lo esperaba, pero a pesar de toda esa tranquilidad sentía cierta impaciencia como si algo fuera a suceder quizás solo eran ideas suyas pero quería estar cerca a su familia para protegerlos como fuere.
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En el conocido viejo continente se encuentra uno de los países más representativos de Europa que se encuentra dentro de una isla, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte el cual está compuesto a su vez de 4 países que conforman este reino. La capital es Londres que se encuentra dentro del territorio de la monarquía constituyente de Inglaterra.
Es uno de los lugares muy apacibles por los turistas gracias a sus paisajes naturales y sus monumentos más representativos, la calidez humana que se puede encontrar aquí hace más placentero el viaje a través de este confortante país.
Uno de las atracciones de este país son sus antiguos y famosos castillos que son las delicias de los turistas, no puedes decir que has visitado Inglaterra sino has entrado al famoso castillo de Buckingham, el castillo de Dover, entre otros y más aun ver esas enormes mansiones que albergan tradiciones por los años que han pasado sobre ellas.
En una de las tantas mansiones, una muy alejada de la capital, muy pocos habían logrado llegar a ella por no decir ninguno, era muy sabida su existencia pues era una de los lugares de campo del embajador de este país, sin embargo la gente común tenía mucha curiosidad sobre este lugar pues se contaban muchas cosas sobre ese lugar desde historias fantásticas hasta historias de cuentos y hadas.
La prensa había visitado el lugar sin encontrar nada fuera de lo común lo que si era muy raro que ese lugar era el preferido para el hijo del embajador que prácticamente vivía ahí, a muchos le parecía raro que un joven tan apuesto se haya aislado de esa manera y aunque muchas veces se le preguntaron al padre este solía salir con otra cosa y se olvidaba el tema. Muchas veces se hicieron incursiones a la mansión para entrevistar al joven pero raramente algo pasaba que nunca les permitía llegar al lugar, desde una pequeña falla en el coche hasta enfermedades repentinas, esto hacía cada vez más popular la leyenda de la mansión.
Lo único que se sabía de este chico fue que inesperadamente fue a estudiar un año a Japón y regreso a completar su educación en Londres, además en las pocas veces que el muchacho dio cara a la prensa demostró una formación extraordinaria que incluso envidiaría cualquier universitario de Harvard o cualquier otra prestigiosa universidad del mundo, por lo que sorprendía que un muchacho con semejante coeficiente intelectual no tomará estudios superiores aunque era conocido que en la mansión había una gran biblioteca que tenía incluso libros que no se encontraban en las bibliotecas de la capital.
La noche se había apoderado de la ciudad y en el firmamento se observaba las estrellas que iluminaban la noche… desde la ventana de la mansión se podía observar lo bello de la noche, aunque estaba en su sillón favorito degustando de una exquisita lectura no pudo evitar asomarse a la ventana.
"¡Que hermosa noche…! Sería ideal que siempre fuera así…"- pensó el muchacho mientras observaba la luna y sus pensamientos comenzaban a revolotear en su mente, los eventos que se le habían revelado hace poco tiempo le hacían pensar en lo que tendría que afrontar el mundo y si éste sería capaz de soportar dicha prueba.
"Regresar…" – la idea le vino a la mente de manera inusitada, ese pensamiento había rondado su mente desde que se enteró de las cosas que pronto acontecerían y del consejo de una vieja amiga, en cierta forma le agradaba la idea, hace 8 años que no había visto a las personas de su infancia, las cuales le dejaron una marca en él y le demostraron que no todo es predeterminado y que las cosas suceden por que tienen que suceder.
Él normalmente recibía cartas de oriente de una vieja amiga pero pocas de ellas había contestado y no por el hecho de no querer hacerlo, solo que su vida no era tan interesante como la de ella, además después de haberle causado tantos problemas de niños y por último en uno de los momentos más difíciles de su vida no haber podido ayudarla, no se sentía capaz de comentarle las cosas que cada vez se enteraba con el pasar de los años, solo hubiera hecho que se preocupara…
Los pensamientos volaban uno tras otro, y poco a poco su mente se había escapado de la mansión para profundizarse en sus recuerdos, y sin darse cuenta una joven muchacha había ingresado a la habitación y miraba como el chico había quedado profundamente pensativo.
¿Te encuentras bien? - preguntó la chica al ver como el joven se había abstraído de la realidad, ella lo conocía desde toda la vida y si de algo podía dar fe era que a él jamás lo había visto ni asustado ni preocupado, él era una persona muy dueña de si y una de las cosas que más le gustaba era jugar con los destinos de los demás, pero esa mirada que tenía la asustaba de cierta manera, algo muy malo debería estar pasando para que él se pusiera así.
¡Ah… ¡, hola disculpa no me di cuenta… no es nada solo estaba pensando un poco – respondió el chico mientras regresaba a la realidad a pesar de todo tenía que mostrarse seguro, no podía mostrarse dubitativo, en estos momentos debía mostrar total seguridad, es ahora en que verdad demostrará su valía.
¿Y has pensado lo que te comento la profesora? – volvió a preguntar la chica, la verdad no lograba entender por que le sugirieron eso al muchacho pero su forma de actuar últimamente era muy extraña por lo que le hacía suponer que algo estaba pasando y que la profesora conocía algo, aunque de cierta forma le daba molestia que no confiarán en ella, era consciente que las decisiones del muchacho casi siempre eran acertadas así que solo le quedaba confiar en su criterio.
Regresar… es una tentadora opción… - atinó a decir el muchacho mientras retomaba su lugar en su sillón preferido y le mostraba una amplia sonrisa a la muchacha, no le gustaba la idea de involucrarlos pero de seguro él ya sabía lo que iba a pasar e iría protegerla de eso no le cabía duda, las cosas se complicarían más de lo necesario y se verían involucrados con esto, inevitablemente el sendero ya esta trazado ahora tendría que mover ciertos hilos para tratar de demorar las cosas aunque sabía que la casualidad no existe y el destino es inevitable…
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FIN DEL CAPÍTULO
NOTAS DEL AUTOR: Para empezar quiero dar gracias a todos los amables lectores que han empezado a leer este primer capitulo de este humilde fic que promete ponerse bueno como verán el nombre del capítulo resume el contenido del mismo, se ha mostrado lo que ha sucedido con algunos personajes principales después de la última película "La Carta Sellada", cabe resaltar que los nombres que se hayan mencionado a lo largo de este capítulo les pertenecen a sus dueños (CLAMP) y si se usan son solo con el fin de divertir a los fanáticos y sin ningún interés económico de por medio. Para la gente que ha seguido a pie la serie y ha leído con atención el capítulo le será muy fácil dar de qué personajes se tratan en este capítulo. Se ha tratado en todo momento darle cierto misterio a la aparición de cada personaje, sino lo he logrado mis más sinceras disculpas pero soy nuevo en esto y estamos para aprender.
Criticas, ideas, bombas cualquier cosa que quieran comentar lo pueden hacer a mi correo recuerden que este fic es para ustedes y son los llamados para hacer que este proyecto avance y cada vez ir mejorando.
AVANCES DEL PRÓXIMO CAPÍTULO: Conoceremos un poco de la vida de los personajes como han cambiado, que se dedican actualmente, veremos el pesar por un amor olvidado y un inesperado encuentro hace que las cosas se ponga más interesante, acompáñame al segundo capítulo de esta historia Confesiones
