Prologo
Ambas mujeres corrían por los pasillos destrozados del castillo, ambas estaban cansadas, lastimadas y muy angustiadas.
-Ya sabes lo que tienes que hacer, solo tú puedes hacerlo, ten, estos son los pasos. Debes hacer todo lo que escribí. Es nuestra única opción Hermione!
-Pero Minerva, como voy a poder hacerlo
-Yo con ayuda de un especialista modifique uno, vamos adentro – mientras decía esto metió a Hermione en su viejo despacho y cerró la puerta, luego la desvaneció y conjuro un muro de piedra dejando a la joven aislada de la guerra.
Hermione vio esto demasiado tarde
-Profesora! Oh dios y ahora que hago... si es verdad, tengo que hacerlo, ya nada importa, todos estaban muertos. – dejo escapar unas lagrimas y se llevo la mano al pecho y respiro profundamente.
Se acerco al escritorio y paso la mano por los cajones, sintiendo la magia, las protecciones. Y lo encontró. Realizo un conjuro sobre un cajón en particular y este se abrió, dentro descansaba un giratiempos muy diferente. Hermione lo tomo y agarro el pergamino que había debajo, solo eran algunas instrucciones para tener en cuenta. Miro su bolso de cuentas y se fijo si tenía lo necesario, elimino algunas cosas que realmente nunca necesitaría. Encontró algunas pociones y guardo todo. Luego leyó las instrucciones debería viajar entre los tiempos, el giratiempos la protegería de no envejecer demasiado. No importa lo que retrocediera. Guardo su varita en el estuche en su manga, acomodo su bolso y colgó el giratiempos en su cuello, y toco las diferentes perillas, fuera de las paredes todo era caos, Minerva se había enfrentado con valor a 4 mortifagos, pero estos habían acabado con su vida. Antes de morir había pedido a todos los magos que su leona tuviera éxito en las misiones que le había encomendado.
