Nunca se había sentido tan sola…nunc a hubiese imaginado que las cosas fueran a terminar así, pensó la chica mientras subía a su habitación con lágrimas en los ojos, al entrar cerró la puerta de un golpe.

Ya no podía quedarse ahí, no podía seguir aguantando ese infierno más tiempo ¡Ya estaba cansada de eso! ¿Acaso no podía ser feliz un día de su miserable vida? Recorrió con la mirada vacía su desastrosa habitación hasta que sus ojos se posaron en un cajón de su escritorio, con paso inseguro se acercó hacia él y lo abrió suavemente; ahí estaba lleno de cosas viejas, papeles, cartas y cosas sin importancia. Entonces ella encontró algo que hacía años no veía, con las manos temblando saco una foto que se hallaba en el fondo, era una fotografía de cuando ella tenía unos 7 años, su ojos se llenaron de lágrimas al ver a las personas que la acompañaban, se llevó la fotografía con sus manos al pecho recordando esos días, pero entonces tocaron su puerta.

-¿Quién es?-pregunto limpiándose sus ojos mientras guardaba la fotografía en donde estaba, trato que su voz no se quebrara.

-Hermana…soy yo-una niña pequeña abrió la puerta asomándose, sus grandes ojos castaños miraban preocupada a la mayor- O-oí un golpe…y-y…

-Tranquila, era yo-se acercó a su hermana haciéndola pasar, antes de cerrar la puerta se asomó a la puerta mirando por los lados si había alguien cerca.

-No hay nadie-contesto la niña para alivio de la chica, que cerró la puerta con seguro.

-¿Qué sucedió Kaie?-pregunto acercándose a su hermana verificando que estuviese bien-¿te lastimo? ¿se atrevió a…

-No, iba a…p-pero…el señor Gabe paso en ese momento y se pusieron a charlar, entonces me metí a la casa, pero creo que salieron porque ya no los vi afuera.

-Tal vez fueron al bar…-susurro molesta la chica, volvió a mirar su habitación – si es así, esta noche pasaras la noche aquí conmigo ¿si?

-¡S-Si!-la pequeña Kaie sonrió a su hermana, a esta le dio un dolor en el pecho al ver la encantadora sonrisa de su hermanita, no debían pasar por esta situación.-P...pero…

-¿Pero?-pregunto suavemente la chica.

-Ya no quiero más esto ¿realmente no podemos irnos de esta casa hermana mayor?-Kaie miro a su hermana con los ojos llorosos- Quiero vivir con mama y papa ¿tú no quieres?

Por supuesto que ella también extrañaba a sus padres pero eso ya no era posible.

-Mama y papa están lejos-se limitó a decirle a su hermana.

-¿No podemos irnos de estas casas? ¿Por qué no podemos tener una familia feliz?-comenzó a llorar- mis amigas de la escuela viven con sus papas y son felices ¿Por qué debemos vivir con esta persona que nos trata mal? ¿Por qué?-fue abrazada Kaie por su hermana -¿Por qué no podemos vivir con nuestra familia?

-Kaie...Kaie…realmente lo siento, pero mama y papa no tenían más familia y por esto estamos aquí.

-P-pero…ya no quiero ver cómo te…

-Shhh-trato de tranquilizar a su hermanita- no llores, todo estará bien lo prometo yo…-en ese momento escucharon un ruido muy fuerte desde la planta baja, el cuerpo de la pequeña comenzó a temblar, se escucharon pasos de que alguien iba subiendo las escaleras, rápidamente se separó de su hermana- ven, tenemos que esconderte…-la llevo hacia su armario y tomo su mp3 asi como una vieja playera- te cubriré los ojos y te pondrás esto, no quiero que te lo quites por nada del mundo.

-P-pero…te..-h-hará da-daño-lloriqueo la niña, su hermana negó suavemente con la cabeza.

-No es nada importante…ahora, no salgas hasta que yo venga-le puso los auriculares, la ayudo a esconderse y cerró la puerta, tomando una gran bocanada de aire se dispuso a abrir la puerta y enfrentar de una vez lo que iba a pasar, prefería que fuese a ella, haría cualquier cosa para proteger a su inocente hermana menor.

Abrió la puerta para encontrarse con la persona que menos deseaba ver.

-A… Así que aquí estabas-arrastro las palabras, ella trato de desviar la mirada, estaba realmente borracho, esto no sería agradable, tal vez si tenía suerte podría…-¿que no vas a dejarme pasar cría?

-Tío, esta borracho, es mejor que lo lleve a su habitación-salió rápido cerrando la puerta, muy a su pesar se acercó a el, rodeo su cintura con su brazo para llevarlo a su cuarto.

-Tu realmente eres una buena chica-se rio un poco el hombre- una buena niña…o tal vez ya no tan niña-su mano izquierda se posó levemente por la espalda haciendo sobresaltar a la chica- si, ya eres una señorita verdad.

-Ya llegamos-ella abrió ligeramente nerviosa la puerta de la habitación, quería salir de ahí pero primero debía tumbarlo a la cama, de esta manera se quedaría dormido rápidamente. Lo llevo lo mas pronto que pudo y lo soltó en cuanto llegaron- en tal caso descanse.

Pero el la sujeto.

Mierda.

-Espera…¿A dónde vas? Me siento solo y algo de cariño de mi linda sobrina no vendría mal-sus brazos la aprisionaron, ella sintió su aliento de borracho en su oído ¡no de nuevo! Ella odiaba cuando esto pasaba, pero se alegraba que su hermanita no escuchara nada- anda…-el comenzó a darle besos en el cuello mientras sus manos comenzaban a deslizarse debajo de su ropa, ella ahogo un grito al sentir sus asquerosa piel sobre la de ella, quería salir de ahí, cerró los ojos con fuerza mientras escuchaba la voz ebria del hombre susurrando su nombre. Comenzaba a sentirse mareada ¿pero qué opción tenia? No podía luchar, aun si fuera contra esta persona, lagrimas silenciosas comenzaban a resbalarse de sus mejillas sin poder detenerse al sentir como su falda era levantada.- Vamos a divertirnos un poco-fue lo último que escucho de el mientras ella decidió simplemente abandonar la conciencia.

Nada podía hacer

Llamas por ayuda

Pero nadie llega

Cuando abrió los ojos pudo darse cuenta que no estaba en su habitación, se levantó suavemente de la cama para no despertar al hombre que estaba inconsciente o dormido a su lado, sus ojos se empañaron al recordar la situación pero trato de quitarlo de la cabeza antes de que fuera a romperse ahí mismo, se puso la ropa rápidamente y se dio cuenta de los moretones, al menos esta vez se había contenido un poco y no la había golpeado tanto, el odiaba que se quedara ida y por eso la golpeaba.

Salió sin hacer ruido para ir su cuarto, deseaba con fuerza que su hermanita estuviese ahí todavía, abrió la puerta y rápidamente se dirigió al armario, ahí con alivio encontró a Kaie profundamente dormida con los audífonos puestos.

Comenzó a llorar silenciosamente ¿de verdad tendría que seguir pasado por eso…? Fue a su escritorio para tomar una pastilla, cuando su tío abuso de ella por primera vez comenzó a tomarlas, tenía pavor de quedar embarazada por ese borracho, mientras se tomó la pastilla recordó la foto y entonces pensó en algo, seria arriesgado pero…era la única salida, sus ojos se posaron en su hermanita, por supuesto que se la llevaría ¡no podía dejarla ahí con ese monstruo!

Eran su última esperanza.

Guardo unos cambios de ropa en la maleta, así como en la mochila guardo papelería y objetos muy importantes para ella de los que no podía despegarse, cuando tuvo todo listo fue a la habitación de su hermana, hizo sus maletas y guardo algunos de sus juguetes.

Cuando tuvo todo terminado volvió a su cuarto y con cuidado despertó a la pequeña.

-Kaie nos vamos a ir de aquí-los ojos de la niña brillaron al oír eso de los labios de su hermana-pero debemos tener cuidado ¿me escuchas? El no nos debe ver marcharnos.

-¿El no sabe que nos vamos?-sonrió Kaie, su hermana negó.

-No, trata de bajar tu maleta y la mochila con cuidado, las deje sobre tu cama, yo te seguiré en un segundo- necesitaba algo de dinero ¿y donde había dinero en esa casa? En la habitación del viejo, llevo sus cosas afuera al pasillo algo inseguro sobre lo que estaba haciendo pero ella sabía que esa era la mejor decisión que había tomado hace tiempo. Con cuidado abrió la puerta, podía notar que aquel hombre seguía dormido, el dinero lo guardaba debajo del colchón, ella lo había visto una vez que el creía que estaba dormida y lo había sacado para contarlo.

Sabía que estaba mal robar, pero era poco tomando en cuenta que ese hombre le había robado algo más valioso que eso.

Dando pasos pequeños se acercó a la orilla de la cama deseando que no lo despertara, metió la mano y rápidamente encontró los fajos de billetes, cuando los tuvo en sus manos vio que era lo suficiente para su viaje, podrían sobrevivir medio año.

Al menos podía alegrarse sobre la tacañería del viejo en ese momento.

Salio rápidamente y tomo sus cosas, cuando bajo noto que su hermana ya estaba ahí esperándola, se había podido cambiar y llevaba ropa limpia. ¿Realmente estaba bien escaparse de esa casa?

-Ya no nos va a hacer daño ¿verdad?-pregunto la menor.

-No, lo prometo- la mayor se agacho y le beso la frente- te protegeré y estaremos bien.

-¿A dónde vamos?

-A casa Kaie…iremos a casa.

Con esa conversación ambas salieron de aquella casa que tanto miedo les daba, alejándose de aquel hombre temible.

Y entonces ella lo pudo sentir…al haber salido de casa se sentía como antes.

El haber podido salvar a tu hermana y a ti…te llena de determinación.