ATADURA DEL DESTINO

El caballero, el demonio y la princesa

Las miradas de todos se giraron a la chica que caminaba por aquella explanada, los cabellos azabaches bailan al compás que impone el viento, ¿quién era?, ella era la hija del dios más poderoso conocido en la región, única hija hay que aclarar; la belleza de la chica era incomparable, su piel era blanca y tersa, sus ojos negros como la noche más hermosa, y su diminuto cuerpo era como el de una ninfa cubierto con una toga ajustada por la cintura, que llegaba a la altura de sus tobillos, y que dejaba ver sus delgados brazos.

-¡Karin!-una voz masculina llamó a la joven, ella giró para verle y se encontró con aquel chico de despeinado cabello rubio y ojos esmeralda, su atractivo cuerpo estaba cubierto por la traje de entrenamiento.

-Yukio -su sonrisa era inigualable, el semidiós sonrió por ente.

-Por lo que veo irás a algún lado - el chico enarco una ceja.

-Yo… saldré a caminar -respondió nerviosa.

Un bufido -Iras de nuevo a ese lugar -Más que pregunta fue una afirmación por parte del de ojos esmeralda.

-Shhh.. -Exclamó rápidamente colocando su dedo índice frente a sus labios. -Si mi padre se entera no quiero ni imaginar de lo que sería capaz. -El chico miró con recelo y se cruzó de brazos. -Te prometo que mis actos tienen una muy buena justificación, solo no le digas a nadie sobre esto. -

Un suspiro por parte del chico. -Ok, despues de todo no soy nadie para decirte que hacer -dijo antes de sonreír y hacer una leve reverencia.

La chica sonrió antes de continuar su caminar, el corazón le latía cada vez más rápido, el secreto que guardaba desde hacía algún tiempo le consumía en demasía, pero curiosamente quería que siguiera siendo un siendo eso, un secreto, porque era su placer culpable y sabía que si alguien se enterase no solo corría el riesgo de ser desterrada y deshonrar a su padre sino de morir o en el peor de las casos verse privada de su placer por el resto de su eterna vida.

Mientras tanto el chico rubio seguía viéndole, tenía un gran interés por ella y eso era algo más que obvio para todos, pero las razones solo él las sabía, un poder infinito y la posibilidad de al fin ser un dios eran sus motivos principales, aunque la belleza e inteligencia de esa mujercita no eran algo que se quedase de lado. Suspiro antes de desaparecer en la multitud y dirigirse al campo de entrenamiento.

La chica por su parte ahora se encontraba caminando en uno de los miles de bosques del mundo terrenal, desde hace un tiempo que había encontrado un pasadizo para bajar de aquel reino donde habitaba y llegar a ese lugar que cada que podía visitaba siendo recibida por la belleza del bosque, árboles enormes y frondosos, pasto verde y decorado con florecillas, algo simplemente hermoso. Siguió su camino hasta que divisó aquel cuerpo recostado al pie de un manzano, el chico no aparentaba más de 18 aunque realmente tenia mas que eso, pero ¿quien era ella para quejarse de eso? Después de todo en su caso tenía mucho más de los 17 que aparentaba

Se acercó lo suficiente para notar que el chico dormía profundamente, sus cabellos blanquecinos cubrían sus ojos parcialmente y su respiración era acompasada, su vista viajó por el cuerpo masculino, estaba totalmente cubierto por una capa negra que solo le permitía admirar una porción de piel de su cuello, la mano de ella se dirigió inconscientemente a los mechones que caían por su frente hasta que un fuerte agarre en su muñeca le detuvo.

-Mirar a alguien mientras duerme puede ser peligroso… -los ojos del chico se abrieron dejando ver el turquesa más hermoso. -Y más si ese alguien resulta ser un demonio -tiró del brazo de la joven hasta dejarla a escasos centímetros de su rostro.

-T-Toshiro...-tartamudeó la chica, a lo que él sonrió, tiró de ella para sentarla sobre sus caderas sonrojando a la chica en el proceso. -¿Es necesario pasar por esto cada vez que nos vemos? -Cuestiono antes de recibir el apasionado beso del chico.

-Llegaste más tarde de lo usual -mencionó ignorando la anterior pregunta -Espero tengas una buena excusa -

-Tuve un percance. -Menciono la chica intentando separarse del chico siendo detenida por el brazo masculino -Nada relevante -desvió la mirada.

-Pensé que me dejaras aquí como la vez pasada -mencionó resaltando ese detalle. -Te he de recordar que es muy difícil escapar solo para ver a la princesita -esta última palabra fue mencionada con altanería.

-Ya te pedí perdón… y sabes que también me es dificil, y mas ahora -la voz de la chica pareció un susurro al final, acción que llamó la atención del demonio quien arqueó una ceja expectante. -Mi padre quiere que me case pronto -

-... Ya veo… -un minuto de silencio, ella no dijo nada y él no movió músculo alguno- ¿Y quién es idiota que escogió tu padre? -El tono usado era tan burlón que incluso le saco una sonrisa a la pelinegra.

-Aún no lo se -En un intento de esconder lo mal que la tenía ese asunto comenzó a juguetear con las negras vestiduras del chico, una parte de ella esperaba que él se negara a aceptar su compromiso, le gritara que nadie la merecía, incluso que armara un gran revuelo en ese instante… pero no era el caso, solo la calma y diversión que se presentaba en él y eso la hacía enfurecer en cierto punto.

-Karin… -la aludida lo miró y fue sorprendida por otro beso, tan ardiente como solo él podía pero tan lleno de cariño -Tu y yo sabíamos que cada uno tenía un deber, sabíamos que no podríamos estar juntos… Tú eres una divinidad y yo un demonio, no soy lo que tu mereces ni mucho menos, así que… -sintió el abrazo de la chica, su cuerpo pegado a su pecho despedía un calor que él jamás había sentido antes de conocerla, era un placer culpable del cual no podía alejarse, pero... él no estaba hecho para ella.

-Pero eres lo que quiero, eres lo que necesito, y al menos yo no quiero renunciar a lo que sea que tengamos sin haberlo intentarlo hubiese leiido sus pensamientis se aferró más al cuerpo masculino -¿y tu que haras? -Pregunto con esperanza.

-Dame un tiempo… Y lo solucionaré -La chica se lanzó a los labios llena de felicidad, eso era lo que esperaba escuchar. Por su parte el estaba sorprendido, raras eran las veces que la de ojos ónix iniciaba un beso y ninguno era como este, respondió al beso, sus manos tomaron rumbo por los brazos para después trasladarse a su estrecha cintura, corto el contacto no sin antes morder el labio de su diosa. -¿Sabes en que terminara esto? -La chica, con las mejillas rojas asintió -¿Y aun así quieres continuar? -La vio bajar la vista, intuyo la negativa mas no iba a reclamarle nada, después de todo lo que menos quería era obligarla a hacer algo que pudiera lastimarla.

-Toshiro… quiero mandar al carajo todo… y solo por ti -fue lo único que tuvo que decir para que el chico supiera que en ese momento se estaba entregando a él en todas las formas conocidas y claro que estaba dispuesto a corromper su mente, su alma y ahora su cuerpo.

.

.

Más tarde, la noche caía sobre los cuerpos desnudos de ese par de amantes, ahora se pertenecen y nada ni nadie podría separarles. -Karin… -la chica dirigió su mirada a el. -Ya es algo noche, tu padre estará preocupado ¿no crees? -La chica se irguió mostrándole así sus encantos al chico.

-Tienes razón… aunque… Momo y Yuzu dijeron que se encargaría de que todos creyesen que estoy entrenando… así que dudo que alguien pregunte por mi -la vio tomar su ropa y comenzar a vestirse, no pudiendo evitar perderse en la belleza de su cuerpo, esa piel que ahora era bañada por la luz de la luna.

Negó antes de imitar la acción de la chica con lo propio -Te deseo suerte con eso del compromiso... - y sin más el chico desapareció en la profundidad del bosque, sin siquiera darle uno de esos besos profundos que llegaban a quemar pero que el disfrute valía el dolor.

La joven diosa suspiro, a veces no sabía si él realmente la amaba, tenía esa extraña manera de siempre parecer indeciso, de hacerla dudar del amor que alguna vez proclamó, de cuestionarse qué pensaba; pero bueno a pesar de todo eso ella quería por una vez seguir lo que su corazón le decía.

Apresuró su paso, tenía que llegar a casa antes de que su padre notara su ausencia, esta vez tenía que hacer algo para retrasar su compromiso, cualquier cosa funcionaba, solo necesitaba ganar un poco de tiempo, el suficiente para que Toshiro fuese por ella, pero ¿qué podía hacer?

Llegó nuevamente a el gran palacio, nadie había notado su ausencia, eso era algo a su favor, al menos algo bueno le sucedió el día de hoy.

-¿Karin? -La chica se sobresalto antes de girar sobre sus talones al escuchar tras ella la voz de su padre. -¿Donde te habías metido? -Preguntó el hombre de cabellos negros.

-Estuve dando un paseo después de entrenar, lamento haber tardado -no era mentira, había dado un paseo por el mundo de los vivos, aunque claro ese era un detalle que su padre no debía saber.

-Ya veo… -ella noto la desconfianza en su respuesta, al menos no había preguntado más. -Sabes que pronto será el gran compromiso, no debes ausentarte, ¿es que acaso no te interesa conocer al hombre que tomara tu mano? -Pregunto curioso.

-No por el momento, aunque insisto ¿esto es necesario? Quiero decir, aun no estoy en posición de gobernar así que ¿porque apresurar mi matrimonio? -su voz sonaba segura a pesar de que por dentro no sabia como reaccionaria su progenitor.

-Una guerra se ha desatado contra el reino del inframundo, no es seguro que yo sobreviva, por ello necesito tener la certeza de que mi bella hija tendrá quien cuide de ella.-la chica bajó la vista.

-No necesito quien me cuide, padre, podrías usar a ese hombres en la guerra, o mejor aún, podrías arreglar las cosas de una forma más civilizada. -La mirada de la chica se volvió segura antes de alzar el rostro nuevamente. -Tia Kukaku siempre ha dicho que nosotros somos más civilizados que los humanos, ¿porque no hacemos uso de eso? -

-Nosotros lo somos, pero no compartimos esa cualidad con los del inframundo -contestó.

-¿Y cómo lo sabes? Jamás has hablado con uno, no son tan malos como crees -la doncella sacó a flote la terquedad que le caracterizaba.

-¿Y como estas tan segura? ¿Acaso has hablado con alguno? -Su padre frunció el ceño, era una regla que todos conocían el que relacionarse con alguien de origen demoníaco estaba castigado con el destierro o incluso la muerte.

-N-No, solo… solo creo que no deben ser tan malos, es decir si no hemos hablado con alguno ¿cómo podemos asegurar eso? -¡Maldición! Había estado a poco de arruinarlo todo.

-Crean caos a donde sea que vayan, eso es suficiente para saber que no tienen bondad. -La mirada de su padre se endureció.

Ella apretó los puños-Iré a dormir, mañana... quiero estar presentable para conocer a mi prometido -la chica bajó la vista antes de comenzar su recorrido a la habitación que le pertenecía.

Tras darse un baño callo en la cama con gran cansancio, pasó sus manos por la piel expuesta recordando la caricias del peliblanco y sonrío antes de caer en un profundo sueño donde el protagonista sería su demonio. A la mañana siguiente tras desayunar y cambiar su bata por un vestido largo, ensimismada en pensamientos donde era el demonio de cabellos de nieve quien gobernaba, la chica avanzó hasta llegar al salón de banquetes. Sin siquiera ser anunciada la mirada de todos los jóvenes se dirigió a la chica, ¿Y como no? Aquel vestido le sentaba de maravilla y hacía resaltar más su cuerpo de musa.

-¡Karin! -El chico de cabellos rubios y ojos esmeralda hizo que la joven princesa detuviese para su andar.

-Yukio ¿Que haces aqui? -cuestiono la chica.

-Soy tu prometido. -tomó la mano de la chica. -Tal vez nunca lo notaste pero… te amo, y quisiera ser yo quien te proteja. -esmeralda vs onix, diferentes sentimientos, la mirada de la chica bajo, esto en absoluto había sido algo sutil, esa manera de revelarle su amor y sumado al eminente rechazo que sentía ante la decisión de su padre hacia el momento más que tenso.

-Yo… -retiró su mano. -Me alegro que mi prometido seas tu-Y esas fueron las últimas palabras que cruzaron antes de tomar asiento.

Tres semanas había pasado y ni rastros del de ojos turquesa, había asistido a ese árbol situado en el medio del bosque cada semana, y cada día había esperado por más tiempo del que quisiera aceptar, sin embargo él nunca se presentó, quiso llorar por ello mas no se lo permitiría, además aún guardaba la esperanza de que se presentará, aunque hoy fue la excepción, al fin había perdido la esperanza y la razón era simple, hoy sería desposada a ese hombre, había llorado como niña pequeña pero de eso ya hacía un par de horas, ahora veía, junto a su padre, como todos ayudaban en la preparación del evento.

Jinta, él eran un dios de las tierras de Kaminari*, un chico un poco agresivo pero aun así algo torpe quería a su mejor amiga, Yuzu, como prometida; Renji, dios de reino Takayama*, un chico impulsivo pero estratégico que había sido como un hermano para ella; Hirako, dios de Asahi*, quién era tan coqueto como fuerte y alguien con quien había pasado buenos momentos; y por último estaba Yukio,el semidiós de las tierras de Hinokoku, quien a pesar de ser sólo un semidiós igualaba fácilmente a los anteriormente mencionados y en pocas horas su esposo.

-No creí que estos chicos llegarán tan lejos -dice su padre, la princesa enarca una ceja y él prosigue. -Yukio ha demostrado un gran empeño en los entrenamientos y es tan fuerte a pesar de su condición -la de ojos ónix frunció el ceño.

-Padre sabes que odio que digan eso de Yukio, el que sea un semidios no interfiere en nada… aunque concuerdo contigo, Yukio es muy fuerte y me alegra que le hayas escogido como mi prometido -sigue mirando la disputa que han armado Hirako y Jinta, el pelirrojo iba perdiendo y en menos cinco minutos ya estaba en el suelo.

En las siguientes horas se dedicó a solo ser una muñeca que era decorada para un evento del cual no se sentía en lo mas minimo feliz, al llegar el atardecer, con todos reunidos en el salón su padre dio inicio a la ceremonia -Creo que hablo por todos al mencionar el regocijo que siento al al fin hallar a alguien que merezca a mi querida hija. Karin -se dirige a la morena -acercate. -la chica asiente y ejecuta lo que le indican. -Me honra decir que desde hoy tu destino estará enlazado a el hombre frente a ti -ella asiente y su padre ahora se dirige al semidios. -Espero que cuides de ella como la princesa que es -

Yukio asintió. -Mientras yo esté con vida y mi alma tenga fuerzas para respirar cuidare de ella, y pelearé por su bienestar. -Toma la mano de la ojos negros para colocar aquel anillo tan fino provocando que el corazón se le detenga, ¿amor? No está segura pero muy en el fondo se prometió hacer feliz a ese chico aunque su corazón le pertenece a alguien más.

-Lamento informar que eso no será posible -esa voz resuena en el lugar, no necesita verle está segura a quien le pertenece, sus puños se contraen y entonces una rafaga de viento helado atraviesa el cuerpo de los presentes, y extrañamente su corazón se siente cálido, un renacer para la chica.

-Un demonio -murmuró el rubio que aún sostiene la mano de su aún prometida, su agarre se hace más fuerte y empuña su espada -Muéstrate -dice en tono calmo.

Y entonces la figura del demonio es visible, un traje de batalla en tonos negros y una katana normal con la forma de una estrella de cuatro puntas en la empuñadura son lo que destacan en el. -Ahora suéltala si quieres continuar con vida -

-¿Y quien eres tu? -dice el chico que tomaba la mano de la chica.

-Eso no es algo que te incumba -saco la katana. -Y me importa un comino quien seas si no te alejas de ella me veré en la grata necesidad de matarte -su mirada es fría y hasta cierto punto sádica.

-Tsk… ¿Y quien te crees para ordenarlo? -Grita, la multitud está conmocionada, de no ser por el shock sería más que seguro que todos ya hubiesen atacado al de ojos turquesa.

-Quien terminará con tu estúpida e insignificante existencia -y sin previo aviso se lanza contra el chico rubio.

Un combate dio inicio, la pelinegra había sido alejada por su padre y ahora era simple testigo de lo que ahí acontece, un demonio que blandía su espada desprendiendo cristales congelados y un semidios que atacaba con energía desintegradora, si alguno llegaba a tocar al otro lo mataría al instante. -¿Que te da el derecho de aparecerte aquí? -Exige el rubio.

-Ella me pertenece solo a mi -una rafaga de viento lanza al de ojos esmeralda lejos, su contrincante aprovecha esto clavando así su katana y sumergiendo el lugar en una neblina intensa, al disiparse esta todos lo notan, el demonio ha desaparecido llevándose consigo a la hermosa princesa.

Al llegar al árbol en el que se reunían desde hace tanto sus labios se fundieron en un beso, ¿era esta la forma correcta? ¡Qué más daba si no era así! Se amaban y estaban ahí disfrutando del calor ajeno ahora nada más importaba.

-Creí que no vendrías -reveló ella al cortar el contacto. -Creí que me habías abandonado -las lágrimas amenazaban con caer mas no lo harían.

-Cómo podría abandonarte… después de lo mucho que has hecho por mi -beso nuevamente con vehemencia. -Desde que te vi la primera vez no pude sacarte de mi mente… joder que eres como la maldita droga a la que mi cuerpo necesita verse expuesto cada que el dolor llega a mi -la abrazo aferrándose a ella como si en cualquier momento dejase de estar ahí. -Simplemente necesite de ti desde aquella tarde… -

Flash back~

Esta era la segunda vez que huía de casa para estar en el mundo terrenal, una niña tan curiosa como ella no podía estar quieta y de eso debía estar conciente, mas como siempre él ignoraba tal hecho.

Ese pasadizo lo había hallado gracias a un juego de "escondite" con Yukio, Yuzu y Hinamori, ambas chicas eran sus acompañantes más esta vez había logrado convencerlas de que la dejasen sola para jugar y ahora las había vuelto a convencer y pues bueno ahora solo quedaba ser discreta.

Camino hasta estar en aquel bosque, un árbol había llamado mucho su atención y estaba segura de que sería su lugar favorito, al llegar se recostó en el césped que era cubierto por la fresca sombra, un lindo lugar pensó hasta caer dormida. Sintio una rafaga de viento soplar, el frio le calaba más ignoro la sensación, minutos más tarde otra rafaga mas esta vez no fue capaz de ignorarla viéndose en la necesidad de despertar, grande fue su sorpresa al hallar un cuerpo junto a ella, un chico, cabello blanco, con los ojos cerrados, vestimenta de guerra y una manzana en la mano a la cual acababa de darle una mordida. -¡Kya! -Grito más sintió como la manzana le era introducida en la boca para callarla.

-Shhh… no seas molesta -dijo el chico aun sin abrir los ojos. -Si haces ruido ellos vendrán y se armara un alboroto, no todos los días presencian la llegada de sus deidades y vaya que son escandalosos cuando eso pasa -ella parpadeó sin entender -me refiero a los humanos, son muy molestos... bueno no mas que tu -dijo antes de bufar. -¿Cómo te llamas "señorita divinidad"? -Esa pregunta le sorprendió haciéndola perder las palabras por un segundo.

Se sacó la manzana de su boca, la cual le fue arrebatada al instante para que el chico le diera otra mordida-S-Soy Karin -respondió nerviosa antes de que su cerebro hiciera "click" -¡Espera un segundo! ¡¿Como sabes que soy una divinidad?! -Exclamó a lo que fue callada nuevamente por la manzana.

-Las humanas no son tan hermosas -la chica se sonrojo -es obvio que eres una divinidad o un demonio.. Pero descarto esa ultima opcion ya que jamas te he visto en el inframundo así que supongo que solo es cuestion de usar la lógica -su voz era calmada.

-Eres un demonio -esta vez intento no ser tan escandalosa para no ser callada al instante.

-No sales mucho de casa ¿verdad? -interrogó divertido al abrir un ojo y fue entonces cuando ella cayó en cuenta del hermoso color turquesa de sus ojos, más volvió a cerrarlo. -Por cierto, dijiste que te llamas Karin ¿no? -Ella asintió. -Hmmm… sabia que habia escuchado tu nombre de algun lado -

-¿Así? -le sorprendió este hecho, era obvio que era conocida en el lugar del que ella provenía pero no sabia que tambien en el bajo mundo.

-Si, todos dicen que serás acreedor de un gran poder de curación, poder infinito y no se cuantas cosas mas si logras matar a la princesa Karin -la sangre de la chica se helo, ¿estaba hablando de matarla como si del clima se tratase? Debía correr ¡ahora! -No te preocupes, no te matare -abrió ambos ojos -al menos no por ahora -ella volvió a palidecer -es broma, no necesito mancharme las manos por un rumor que poco tiene de ser veraz, además eres… un juguete más que divertido -sonrió.

-¡Un juguete! -Molesta exclamó.

-Uno que solo yo puedo usar - susurro.

Fin del Flashback~

Los besos entre los amantes continuaban, el chico había deseado besar aquellos labios desde el segundo en el que vio a la chica recostada en aquel árbol, y ahora era dueño de ellos. -¿Porque tardaste tanto? -Cuestiono la chica.

-No es fácil plantear que todos crean que he muerto -dijo antes de besarla.

-¿Que? -No pudo evitar hacer la pregunta.

-Todos creerán que Grimmjow acabó conmigo tras una disputa, solo una persona sabe la verdad y dudo que me delate -tomó asiento al pie del árbol -Grimmjow me debe un favor así que se lo cobre -dijo con simpleza.

-Y tu plan ahora es… -la chica se sentó a su lado.

-Lo mas seguro es que ya hayas sido desterrada y repudiada por todos o que crean que te he matado en caso de la segunda opción todo está planeado para que Jaegerjaquez diga que me mato poco después de que fui por ti, por lo tanto tu padre no puede atacar el inframundo así que si eso se cumple solo será cuestión de tiempo para que nos dejen en paz -recibió un beso en la mejilla.

-¿Así que viviremos como humanos? -Cuestiono.

-Es lo único que nos queda -ella asintió antes de que el la besara, el ruido de una rama romperse alertó a ambos chicos.

-Así que él era tu razón más que justificada por la cual escapabas -la voz fría del rubio detuvo el corazón de la chica.

-Yukio… yo no… este… lo puedo explicar -dijo mas el peliblanco se puso de pie.

-No sé a qué viene esa fingida indignación, no amas a Karin así que ¿es necesario todo esto? -Cuestiono.

Una sonrisa apareció en el rostro del rubio. -¿Crees que esto es por Karin? no eres el único que sabe que su sangre te dota de un poder infinito -miro a la morena- y por lo visto tú has sido impregnado por la sangre de esta mujer… -la chica se sonrojo, el peliblanco se había llevado su virginidad y con ello se había vuelto más fuerte, no tenía que ser una genio para saber la razón -y al parecer ahora solo me queda matarla para ser un dios, realmente es una pena ya que es realmente hermosa -

-Sobre mi cadáver te atreverías a tocarla -la frialdad era eminente en su voz.

-¿Defenderas a esta… ramera? -Mesio la espada desinteresado.

-¡CALLATE! -exclamó furioso antes de lanzarse a atacar al rubio, esta vez no se contendría, acabaría con ese infeliz sin dejar rastros de su existencia.

-¿Vas a pelear por esa sucia mujer solo porque se volvió en tu p…?-Un ataque de hielo fue lo que lanzó el peliblanco interrumpiendo sus palabras.

-¡Cierra la maldita boca! -El de ojos turquesas blandió su katana y de ella salio un dragon de hielo más fue esquivado por el rubio, las armas de ambos chocaron y las hojas de metal vibraron ante la fuerza ejercida.

-Me han dejado en ridículo, no permitiré que sigan con vida -ejerció más fuerza el rubio, realmente se sentía rabiar al recordar ese momento.

-¿Te sientes ofendido ante algo tan estúpido? Ciertamente has dejado de ser un hombre -Las armas se alejaron, más volvieron a retumbar en un ataque. -¿Y crees que mereces vivir tras intentar usar a Karin? No me hagas reir. -Se separaron.

-¿Crees que eres mejor que yo solo porque de una forma más sutil lograste que ella te diera una parte de su poder? no eres más que… -un ataque de hielo detiene las palabras del rubio mas este esquiva -eres más lento de lo que creí -una estocada y el combate tiene un fin abrupto, la sangre manchaba la armadura oscura. -Yo gano -susurro.

-¡Toshiro! -la chica lanzó un halo de luz que lanzó al rubio lejos dándole tiempo de correr al cuerpo del peliblanco. -Toshiro -susurró, las lágrimas estaban contenidas, se sentía tan estúpida, pudo haber evitado esto de tan solo haber peleado, de no haberse quedado inmóvil de… ¡No! No era una inútil y aun podía salvarle, secó las lágrimas con el dorso de la mano, colocó ambas manos sobre el abdomen del oji turquesa tiñéndose la piel de carmín, sus manos y la herida se llenaron de una luz dorada.

-Karin… -la voz del chico detuvo su corazón.

-No hables… -las lágrimas nuevamente inundaron sus ojos. -Yo te salvaré y… -la mano del chico detuvo el camino de una lágrima.

-Seamos realistas, ese bastardo acabó conmigo… que estúpido… vaya manera de morir ¿no? -Sonrió- Fuiste la droga que calmo mi dolor, fuiste lo único bueno que ha pasado en mi maldita vida -un jadeo -y espero haber sido lo mismo para ti -después sus ojos se cerraron.

-To… shiro -las lágrimas al fin fluyeron sin tener la menor intención de detenerse, los labios de la chica rozaron la boca del albino, esa boca que jamás le volvería a decir comentarios sarcásticos, no la besaría más y nunca le repetía que era para él.

-Tsk… un estorbo menos. -Apretó la mandíbula ante esas palabras.

-Callate… -la chica se irguió aún dándole la espalda al de ojos esmeralda.

-¿O que? ¿me matarás? -Sonrió divertido. -No me hagas reír -soltó una risa.

-No me subestimes -la pelinegra formó un bastón de luz tan firme como una espada pero tan liviano como para tomarla con una sola mano sin esfuerzo alguno. Sin más las chica se lanzó al ataque impactando así su arma con la espada del chico, la fuerza del impacto hizo retroceder al rubio.

-Tsk… -el chico volvió a blandir su arma mas la pelinegra evadió el ataque antes de lanzar una esfera de luz contra el rubio. -¡¿Donde aprendiste esto?! -Exclamó furioso.

-No eres el único que estuvo entrenando estos últimos tiempos -sonrió amargamente al recordar a su mentor.

-¿Así que ese imbécil te enseño defensa? -un ataque con energía que la chica no le fue difícil esquivar. sirvio de algo antes de que lo matara -la chica devolvió el ataque más su ceño estaba más fruncido. -Oh sabes me he preguntado ¿que tan estupido se debe ser par dar tu vida por una inutil como tu? -La chica lanzó un ataque más -O mejor aún, ¿qué tan miserable se debe ser para engañar a una ingenua chica, enamorarla y robarle su virginidad solo para obtener más poder?-

-¡Callate! -Grito mientras jadeaba.

-No veo razón para callar lo patético que llegó a ser -se alejó lo suficiente para ver como la chica estallaba en cólera descontrolando su energía.

-¡JODIDO BASTARDO! -Grito lanzando un ataque más fue esquivado por el chico.

-Que débil… al igual que él -sonrió con burla antes.

-¡No lo llames débil! -Junto toda su energía en las manos en esferas para después lanzarlas en contra del rubio.

-Una presa tan fácil -con una velocidad de vértigo el chico toma a la pelinegra del cuello. -Es una lástima que ambos sean tan predecibles. -ejerció más fuerza en su agarre.

-Pudrete -estaba empezando a perder fuerzas, su energía se estaba desvaneciendo.

-Esas no son palabras de una dama… aunque tu dejaste de serlo al entregarte a él -más fuerza aplicada el cuello de la joven. -¿Sabes? De no haber conocido a ese imbécil todo esto no habría pasado, ahora podrías estar en casa, conmigo, siendo un ejemplar matrimonio…-

-Y vivir el resto de mi eternidad con una basofia de persona -sintió como su cuello era aprisionado con más fuerza.

-Juro que haré que me ames con la misma locura que amas a ese bastardo, estarás tan encantada conmigo que serás capaz de entregar tu vida por mí -apretó el cuello de la chica con más fuerza, los ojos onix comenzaron a perder ese brillo, la vida escapaba de a poco y nada lo evitara.

-Te dije que sobre mi jodido cadáver te dejara hacerle daño -los ojos del rubio se abrieron perplejos antes de sentir la humedad en su vientre, sangre sin duda, y sin más cayó al suelo dejando en libertad a la azabache. -Imbécil -giró su arma haciendo más grande la abertura en el cuerpo del rubio antes de caer de rodillas al suelo cayendo boca arriba.

-¡Toshiro! -La chica abandonó su lugar en el suelo para sentarse junto al cuerpo. -S-Sigues vivo -el tartamudeo era inevitable, la emoción simplemente no le permitía ordenar las ideas dentro de sí.

Una respiración onda -No te hagas a la idea -ella le mire confundida -La herida sigue abierta -frunció el ceño -¡joder que esto arde! -exclamó presionando la herida.

-Toshiro… -la chica sonrió antes de fundir sus labios con los del peliblanco, su último beso, lo sabian asi que se dedicaron a disfrutar; el sabor, la textura, el movimiento.

Sus labios se acompasan en un movimiento tierno, él no tardó en delinear la comisura de los labios femeninos, las lágrimas volvieron a correr por las mejillas de la azabache y sin negarse a la intromisión paso sus manos por el pecho de él aferrándose a las vestiduras negras. Los movimientos de él comenzaron a hacerse perezoso, las lágrimas caían con mayor velocidad mas nunca dejó sus movimientos, acarició la mejilla del chico hasta que finalmente la boca de él se separó de ella antes de soltar un último suspiro.

-Shiro… -no necesitaba ser muy lista para saber que el hombre al que había amado más que a su propia vida acababa de morir, sollozos se escucharon esa noche de luna llena en el fondo del bosque, un corazón que se acababa de romper en mil pedazos y ahora se sentía solo, más estaba segura de que sus lamentos y plegarias serían escuchados por eso que todos llamaban destino…

.

.

.

(3500 años después)

La ventisca de este invierno azota la ciudad, en una casa humilde se escuchan los susurros de una mujer de cabellos rizados y naranjas que mece en sus brazos a una pequeña bebé de apariencia adorable.

El reloj marca las doce en punto y la bebé empieza a llorar -ya pequeña... -susurra la mujer.
-Si que tiene unos fuertes pulmones -exclama un hombre pelinegro al acercarse desde atrás a su mujer e hija.
-Claro... Eres una niña fuerte ¿o no karin? -dice mientras deja a la vista los azabaches cabellos que cubre la pequeña cabecita.

-Es una noche hermosa -señala el hombre mirando la luna siendo interrumpido por un sollozo de la pequeña -No piensas lo mismo ¿verdad Karin? -Los ojos de la bebé se abren dejando ver lo oscuridad en ellos. -Me pregunto ¿cual es la razón? -

Notas de la autora:

1.- ¿Qué les parece mi nueva historia? Esta historia estará ambientada en un reino ficticio que será muy parecido al narrado en la película "El Jorobado de Notre Dame" obviamente le agregare muchas cosas de ficción, espero les guste y dejen reviews en este primer capítulo.

2.- Agradecere a quien lea y deje reviews.

3.- Personajes de Tite Kubo, historia mia, sayonara.