Traducción autorizada por DemigodGleek.


Anillos


Klaine juntos; 6x08 (A Wedding) fic de reacción. Puro, romance sin sentido post-boda. (Basado en un súper lindo post de Tumblr del que tristemente no puedo colocar enlace aquí).


Kurt lo notó por primera vez en el taxi de camino al hotel (el que Brittany y Sue habían elegido para ellos, Santana les aseguro que no era tan malo). Se estaban tomando de las manos, viviendo a tope la alegría del momento, de ser esposos, y Kurt se sentía absolutamente atolondrado.

Blaine se veía hermoso. Tenía un ligero rubor cubriéndole las mejillas, poniéndoselas rosáceas, y los cálidos ojos estaban constantemente entrecerrados en una sonrisa. Un tipo de aturdido asombro se le había instalado permanentemente en el rostro - algo que ambos tenían en común.

―Esposos ―Kurt dijo con asombro.

―Esposos ―Blaine concordó incrédulo.

Antes de que Kurt pudiera detenerse (y se dio cuenta de que ya no necesitaba hacerlo más, volvían a estar juntos y estaban casados), se inclinó y dio un pico a los labios de su marido. Su marido. Su marido. Blaine.

―Esposos ―dijo de nuevo, soltando una risa.

Blaine se le quedó viendo por un momento, y luego también le dio un a pico a Kurt.

―Esposos ―repitió con una risa.

Entonces Kurt lo agarró del cuello de la camisa y lo haló por un beso apropiado - que fue un poco descentrado, desordenado y con fuerza, unas bocas ansiosamente presionadas, y Dios, era perfecto.

―Esposos ―susurró con asombro.

Los ojos de Blaine eran piscinas arremolinadas de oro y miel, bien abiertos con asombro, y el aliento de Kurt se escapó silenciosamente.

El hombre de cabello oscuro reconectó los labios, pero en ésta ocasión, fue lento y dulce, y alzó la mano para acunar la mejilla de su esposo. Kurt se derritió ante esto, la sensación de Blaine, y cuando se separaron, los ojos lentamente de abrieron, Blaine dijo en voz baja:

―Esposos.

Kurt asintió sin aliento.

Se pusieron cómodos, presionados el uno contra el otro y los dedos entrelazados descansando en el regazo de Kurt. Los ojos de Blaine siguieron volviendo a ellas, fijándose en las manos - Kurt no le hizo mucho caso y pronto eso se le fue de la mente mientras descansaba la cabeza sobre el hombro de su marido.

―Esposos ―dijo en voz baja.

Blaine le dio un afectivo beso en la frente.

―Esposos ―coincidió.


La siguiente ocasión fue en el hotel.

Entraron a la habitación, mirándose incómodamente por unos segundos, y luego procedieron a literalmente saltar el uno sobre el otro.

―Te - hm -Te amo ―Blaine murmuró entre besos mientras Kurt ansiosamente le quitaba el saco.

―Vamos a - ah - pasar el resto de nuestras - hm - vidas juntos ―coincidió.

Blaine lo besó con afán avivado, envolviendo las piernas alrededor de la cintura de Kurt y agarrándole el rostro. Su marido hizo un sonido de sorpresa y se tambaleó hacia atrás por la fuerza del mismo, y entonces el borde de la cama lo golpeó justo tras la rodilla. Gritó mientras sin poder hacer nada se cayó hacia atrás, Blaine estaba sobre él.

―Oh Dios mío, Kurt ―Blaine exclamó, retrayéndose tras el impacto―, ¿estás bien?

Kurt gruñó y se desplazó un poco.

―Estoy bien ―dijo rápidamente.

―¿Estás segu-?

, Blaine. Tan sólo bésame de una vez ―Kurt casi gruñó, ansiosamente buscando a tientas la camisa del hombre de cabello oscuro.

Blaine sonrió y cambió la posición hasta que montó cómodamente a su marido, y le acunó el rostro. Kurt se mordisqueó el labio inferior juguetonamente, y Blaine no pudo evitar gemir.

La noche se fue volando y a la mañana siguiente, el corazón de Kurt saltó cuando se despertó junto a él, desnudos y tendidos bajo sábanas revueltas, la cabeza de Blaine descansaba sobre el pecho de su marido. Las injustamente largas pestañas oscuras se batieron contra la mejilla y los labios estaban ligeramente abiertos, y Kurt no se atrevía a despertarlo, por lo que se quedó en la cama, incapaz de volver a dormir pero contento con abrazar y observar a Blaine.

Cuando se despertó, lo hizo con una cálida y somnolienta sonrisa, y un pico en los labios de Kurt. Tras unos minutos de perezosos besos sin sentido, decidieron levantarse para cepillarse los dientes y asearse. Y cuando Kurt salió del baño, encontró a Blaine sentado en la cama, desnudo con excepción de los calzoncillos, mirándose la mano. Repetidamente flexionaba los dedos, mirando al anillo plateado con concentración. Cuando se percató de que Kurt lo estaba observando, se sonrojó y rápidamente dejó de hacerlo, sin explicar simplemente dándole a su marido un beso en la mejilla antes de desaparecer en el baño.


Mucho más tarde, cuando estaban de vuelta en casa - la que actualmente era de Blaine ahora que Karofsky se había mudado - y cambiando la reserva de la luna de miel (ya que no había manera de que permitieran que Sue la redujera a un fin de semana en un lugar que ni siquiera estaba tan lejos), Kurt lo notó por tercera ocasión.

Blaine susurraba en la cocina preparando café mientras su esposo se sentaba por el fregadero con el portátil en el regazo, frunciendo el ceño a la pantalla.

―Parece que todo se ha puesto más caro que cuando hicimos la reservación por primera vez ―se burló.

―Eso es imposible, Kurt ―Blaine reprendió.

―Quizás Sue ha hackeado la página y la cambió para asegurarse de que no nos deshiciéramos de la luna de miel que nos dio ―Kurt sugirió.

Blaine le dio una mirada divertida.

―Pero no estamos desechando esa luna de miel ―remarcó―. Tan sólo estamos... regalando dos lunas de miel, ya que la de ella es muy corta.

Kurt tarareó sin comprometerse, revisando la página. Blaine le puso sobre la mesa una taza de café junto a él, tomando de su propia taza.

―Gracias ―dijo su marido, dándole un sorbo―. ¿Descremado?

―Siempre.

Kurt no pudo evitar sonreír, y se reclinó sobre el fregadero y lo besó rápidamente.

―Hm, sabes a moca descremado ―Blaine imitó, lamiéndose los labios.

El castaño arqueó una ceja juguetonamente.

―¿Sabes lo que me gusta?

―Estoy bastante seguro de que habrías terminado conmigo hace muchísimo tiempo si no fuera así ―señaló.

―Bueno, ya no es tan fácil ―Kurt meditó―. Ahora tengo que presentar una demanda de divorcio para deshacerme de ti.

Blaine rio entre dientes.

Kurt volvió a leer el portátil, de repente se le iluminó el rostro.

―Oye, eso es agradable ―exclamó―. Incluso mejor que el primero que reservamos. Tampoco es demasiado costoso. Oh, y piscinas cubiertas y al aire libre - entonces podemos aceptar que no me forzaré a usar ridículas cantidades de protector solar cada vez que queramos ir a nadar. ¿Qué te parece? ―Silencio―. ¿Blaine?

Vio a su marido, que estaba de pie con los codos posicionados en el fregadero, mirándose las manos alrededor de la taza de café. Kurt entrecerró los ojos.

―Blaine, ¿tan siquiera me estás escuchando?

La cabeza del hombre de cabello oscuro se alzó, con los ojos muy abiertos.

―Disculpa, ¿qué?

―Te estaba hablando ―Kurt dijo divertidamente.

―Oh, lo siento ―Blaine exclamó―. ¿Qué estabas diciendo?

Kurt arqueó las cejas, dejando caer la mirada a la taza en las manos de su esposo.

―¿El café es interesante?

―¿Qué? ―Blaine repitió, pasando la mirada de la bebida a Kurt con el gesto fruncido―. Oh - no, no era - no.

El hombre de cabello castaño lo miró, esperando. Blaine suspiró derrotado.

―No-simplemente… el anillo ―intentó explicar―. Estaba mirando al anillo.

―¿Qué tiene? ―Kurt preguntó. Bajó la mirada al propio - apenas notaba que lo llevaba, se había acostumbrado a llevarlo cuando se comprometieron y ahora otra vez cuando se casaron.

―Se siente extraño ―Blaine admitió tímidamente―. Nunca antes he usado un anillo.

Kurt lo miró mientras continuaba, luciendo un poco avergonzado.

―Tú ya has usado un anillo antes - cuando te propuse matrimonio ―continuó―. Por lo tanto está más acostumbrado. Nunca he tenido uno hasta ahora, y simplemente se siente... extraño.

―¿Una extrañez buena o mala? ―Kurt preguntó con curiosidad.

Blaine lo miró dijo, parpadeando.

―Una extrañez genial ―las palabras dejó caer a toda prisa―. Una maravillosa extrañez. Es un recordatorio de esto ―agitó una mano entre ellos―. Y que es real, y no un simple sueño o algo.

Ahora estaba ruborizado, y Kurt tuvo que morderse el labio para no sonreír.

―Pero sin embargo ¿es extraño? ―preguntó.

Blaine bajó la mirada al anillo y asintió sin poder contenerse.

Kurt dejó el portátil y dio la vuelta al fregadero hasta que estuvo del mismo lado que Blaine, y gentilmente retiró una de las manos de la taza.

―Creo que todo esto es realmente extraño ―confesó―. El despertar de nuevo a tu lado, y vivir contigo, y planear una luna de miel - no me malinterpretes, esto se siente como si fuera exactamente lo que debe ser, pero todavía es increíble. Sin embargo, adoro cada segundo de esto, porque estoy contigo.

Blaine ladeó la cabeza y sonrió.

―Y creo que es adorable el verte con un anillo ―Kurt añadió―. Te acostumbras. Recuerdo mirar fijamente al mío todo el tiempo cuando me lo diste por primera vez. Nunca me atreví a quitármelo.

Su marido rio un poco, y Kurt sonrió. Le dio un breve y dulce beso.

―Nunca me lo quitaré ―Blaine prometió―. Me gusta la sensación...

―¿Estabilidad? ―Kurt sugirió.

―Sí ―coincidió sin aliento.

A Kurt de repente se le ocurrió algo, frunciendo los labios.

―Te regresé mi viejo anillo cuando rompimos ―recordó―. ¿Todavía lo tienes?

Blaine parpadeó.

―Sí, por supuesto - está en el fondo de un cajón ―admitió, la cejas fruncidas―. ¿Por qué?

Kurt se movió en su lugar.

―Bueno, si está bien, lo quiero de vuelta ahora que estamos juntos nuevamente ―y casados―. Quiero usarlo con éste.

El rostro de Blaine se rompió en una amplia sonrisa, y pasó sus brazos alrededor de la cintura del otro hombre.

―¿En serio?

―Por supuesto, tonto ―Kurt dijo a la ligera―. Voy a conservar cada anillo que alguna vez me has dado, y también los usaré. Todavía tengo el corbatín hecho de envolturas de goma de mascar.

Su marido se echó para atrás en sorpresa.

―¿Todavía los tienes?

―Por supuesto. Pero creo que solamente usaré los otros dos. Ése puede quedarse en el buró.

―Trato ―Blaine dijo, y Kurt recordó cuando admitió por primera vez tener sentimientos por el entonces Silbador, en el Lima Bean hace todos esos años. La expresión era exactamente la misma - excepto que en esta ocasión, Kurt logro deshacerse de ella con un beso.

―Bien ―frunció los labios pensativamente―. Aunque, ¿no es un poco injusto? Que obtuve un anillo de compromiso y uno de bodas, pero ¿tú únicamente obtuviste uno?

Blaine negó con la cabeza.

―Eso está bien. Te tengo a ti.

―Cursi ―Kurt dijo, arrugando la nariz, pero tuvo que retener la sonrisa.

―Tan sólo un poco.

―No puedo creer que voy a tener que aguantar toda tu cursilería por el resto de mi vida. Eso es algo a lo que yo tendré que acostumbrarme.

Blaine sonrió y lo besó.


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