Capitulo 1. Génesis.

La mujer corría por la calle oculta tras una capa de viaje negra como la noche que la rodeaba. En sus brazos portaba a su hijo y la razón de su sufrimiento. Sabía que la perseguían y que tendría que darse prisa. Lo que planeaba hacer le partía el corazón pero tenía que hacerlo, era la única forma. Sólo podía ser así, al igual que Él, en las mismas condiciones que Él, para que su hijo comprendiera, sufriera y pensara como Él.

Giró la cabeza, sabía que la estaban siguiendo, supuso que serían Potter o Weasley, los dos llevaban semanas tras su pista ¡ja! Como si pudieran anticiparse a sus movimientos, o desbaratar el plan que habia ideado. Pensó en darse la vuelta y combatir con ellos y saborear cada segundo de dolor que pudiera producirles, pero ya obtendria su venganza, la venganza por la muerte de su maestro, de obligarla a ella al exilio, de la encarcelación o muerte de muchos de sus colegas.

Bellatrix Lestrange dobló la esquina agarrando con firmeza a su hijo que no hacía el mas minimo gesto gracias al hechizo de sueño que le habia lanzado al pequeño, lo miro con una expresión de orgullo, el pequeño tenia sus preciosos ojos negros y la belleza facial de su padre, seguramente tendría un gran poder. ¡Ah! Cómo le gustaría poder adiestrarlo ella misma en las Artes Oscuras, pero sabía que se lo impedirían, pero si ella lograba desaparecer de la vida del pequeño tendrían una oportunidad. Si, seguro que McGonagall pensaría igual que Dumbledore, seguro que si pensaba que si su madre estaba presa y no tenía contacto alguno con el pequeño no correrían ningún riesgo, pero ella ya se había encargado de estar siempre presente en la vida del pequeño. Sonrió, que ironía que la solución a ese problema se la diera su querido y difunto primo Sirius. El pequeño también tendría que conocerlo todo acerca de su padre, pero eso no sería ningún problema, aunque su hijo no tuviera contacto con el mundo mágico durante once años al final conocería a su padre, su historia y su sufrimiento.

Hacían ya siete meses de la caida de Lord Voldemort, de la persecución de todos los mortífagos, siete meses en las que ella había vivido en la clandestinidad, había tenido a su hijo en precarias condiciones, siempre eludiendo a los aurores enviados a encontrarlos a todos, incluyendo a Potter y Weasley, nombrados aurores inmediatamente después de vencer a su Señor.

Los pocos que habían logrado escapar de Hogwarts aquella noche, habían huido a unas cuevas en las montañas francesas para decidir que hacer tras la caida de Voldemort. Algunos, incluida la propia Bellatrix, propusieron esperar durante tres dias con la esperanza del regreso de su Señor. Finalmente, muchos de ellos abandonaron el grupo dispuestos a declararse bajo la maldición Imperius, otros a entregarse y unos pocos decidieron seguir fieles a Lord Voldemort.

Siete meses después nació su hijo. Lo tuvo ella sola, sin ayuda de nadie, y durante el ultimo mes preparó los últimos detalles de su plan, un plan que haría que el orden que Lord Voldemort soñaba con establecer volviera, un plan que haría que el Señor Tenebroso resurgiera, un plan que haría que todo el mundo lamentara que Harry Potter matara Lord Voldemort.

Bellatrix dobló la esquina y llego a su destino: Orfanato Holly Cross. Alli dejaría a su hijo, allí la directora de Hogwarts lo visitaría once años después, allí ella procuraría que su hijo conociera sus raices, allí se forjaría su venganza.

Bellatrix subió los peldaños de la entrada y llamó al timbre, una mujer robusta, pero de aspecto amigable apareció en el umbral.

-¿Qué desea?.

-Vengo a entregarle a mi hijo, no puedo hacerme cargo de él.

-¿Cómo? No puede hacer eso, tiene que entregarlo en adopción, rellenar unos impresoso, completar los…

-¡No tengo tiempo! Me están buscando y no quiero arrastar a mi hijo conmigo. Tenga, cojalo.

Bellatrix depositó a su hijo en los brazos de la desconocida y salió corriendo escaleras abajo.

-¡Espere!-gritó la directora del orfanato-¡Digame el nombre del chico, y el de su madre y su padre!

-¡Solo dígale que se llama Tom Ryddle!-y añadió para si- No necesitará saber nada más.

Bellatrix siguió corriendo derribando cubos y cajas, haciendo todo el ruido posible hasta que le oyó:

-¡Detente Lestrange!

Vaya, vaya asi que era Potter la que la seguía. Sintió arder una llama en su interior que la obligaba a volverse y luchar contra él, quería matarlo pero oyó otra voz.

-¡Bellatrix suelta la varita y date la vuelta!

Era Shacklebolt. Bellatrix se relajó, si peleaba podría acabar muerta y todos sus esfuerzos morirían con ella.

-Vaya Potter no has venido solo. Eres tan cobarde como mi querido primo.

-No te esfuerces Lestrange- dijo Harry- Será un placer llevarte personalmente a Azkaban.

Bellatrix sonrió y tiró su varita al suelo. Había empezado.