No es mi primer fanfic ya tengo dos aquí que son "The villains do not have happy ending" y "Operación: GoldenQueen" pero si es el primer fic SwanQueen que escribo asi que a ver que les parece…Gracias enormes a mi chulita que adoro, Lauinogaga, quien me pidió hacer un fic SQ y este es el resultado, gracias por aguantar las locuras de ideas ehh!Tqmm!…Si leen y les gusta dejen reviews, para asi saber que les parece el cap y si quieren continuación :D
Regina iba camino a Grannys a buscar a su hijo, la morena seguía dándole vueltas a la discusión con Gold, ese maldito y retorcido la había hecho caer en sus juegos una vez más, en qué demonios había pensado cuando acepto la apuesta? Se decía Regina mientras caminaba por las calles de Storybrooke…Todo porque el idiota de Gold había tocado su orgullo, se quejaba Regina mentalmente, pero bueno, ella era la Reina Malvada, había seducido a más de uno y sabia con orgullo que era el sueño de más de un hombre en Storybrooke, y quizá hasta de algunas mujeres…Pero eso no venía al caso, ella tenía que convertirse en el sueño de una mujer en especial, de la mujer que más detestaba en la ciudad, de su némesis, su maldito polo opuesto…Se había olvidado del detalle que estaba hablando de la madre de su hijo? Si, Regina Mills tenía solo 7 días para seducir a Emma Swan…Seducirla hasta el punto que la sheriff fuera capaz de gritar en medio de todo el pueblo que estaba loca y perdidamente enamorada de la Reina Malvada…
-Esto es una maldita locura-se dijo Regina negando con la cabeza con tan solo imaginar la escena, pero lo haría, no podía echarse para atrás y dejar que el idiota de Gold le ganara, además, ver las caras de Mary Margareth y David no tendría precio, se dijo Regina, sonriendo levemente.
En Grannys una de las mesas del lugar estaba ocupada por Emma y Henry, quien esperaba que su mamá llegara a buscarlo, Emma por su parte, no dejaba de mirar el reloj, sabía que en pocos minutos Regina llegaría a buscar a su hijo y no podía evitar sentir un cosquilleo que de un tiempo para acá se había vuelto usual, así como también se le había vuelto costumbre, la rubia no sabía por qué pero Regina le estaba provocando cosas que no debería estar sintiendo, pero Emma se decía que todo era porque estaban acostumbrándose a llevar una relación más cordial por Henry…
-Como van las cosas con tu madre, chico?-pregunto Emma saliendo de sus pensamientos, ganándose una mirada confusa de Henry, quien se encogió de hombros
-Bien, ma, me gusta estar de vuelta en mi cuarto-dijo Henry sonriendo levemente antes de tomar un sorbo de su chocolate, Emma asintió y sonrió
-Creo que lo te gusta es no escuchar los llantos de Neal en la madrugada-se burló Emma haciendo reír a su hijo, no era tan distante de la realidad lo que había dicho la rubia, aunque jamás ninguno lo admitiría delante de los Charming
-Duermo mucho mejor ahora, mi cama me extrañaba-sonrió Henry en complicidad con Emma, quien hizo una mueca de sufrimiento para hacerlo reír-Lamento dormir mejor que tu-rio Henry, Emma asintió y bebió de su chocolate
-Presumido-estornudo Emma con una sonrisa maliciosa, Henry le dio una mirada que Emma creyó estar viendo la versión en miniatura de Regina Mills, habían varios gestos de Henry que Emma reconocía con el sello Mills
-Mamá cocina delicioso y solo para mí-sonrió Henry con orgullo, disfrutando el gesto que puso Emma, la rubia iba a contestar pero la puerta de Grannys se abrió dando paso a Regina Mills, provocando que Emma fijara su mirada en ella, ahí estaba Regina, impecable como siempre, hermosa…tan estúpidamente perfecta, llevando con elegancia esos trajes tan ajustados que remarcaban su cintura y dejaban que todos admiraran sus bien torneadas piernas, y maldita sea con ese escote! Emma no recordaba haber visto a Regina con un escote tan pronunciado desde su viajecito al pasado y eso que aún conservaba la visión de la Reina Malvada más que fresca en su memoria…Regina fingía no notar que más de uno parecía babear ante ella, una descarada sonrisa se formó en sus labios…Emma noto que los llevaba en un tono rojo sangre, como deseaba morderlos...
-Cierra la boca, sheriff, la baba estropeara los pisos y acabo de limpiar-susurro Ruby al pasar junto a Emma y notar el gesto de su amiga, Emma salió de sus pensamientos y miro matadoramente a Ruby, justo a tiempo que Henry se levantaba de su silla y corría a abrazar a Regina, Emma volvió a mirarlos y una estúpida sonrisa se formó en los labios de la rubia, como envidiaba a ese chico…como deseaba ser ella quien rodeara la cintura de la alcaldesa…
-Buenos días, Emma-musito Regina con sonrisa cordial al acercarse a la mesa de la rubia aun con Henry agarrado de ella, Emma creyó que estaba alucinando…Emma? Regina acababa de llamarla por su nombre? Hasta donde recordaba Regina aun no la tuteaba y de "Miss Swan" no habían pasado, pero por todos los dioses…Su nombre sonaba tan bien cuando salía de sus labios, cuando esos sensuales labios parecían acariciar cada letra de su nombre…
-Buenos días, Regina-saludo Emma tratando de no balbucear al levantarse de la silla y esbozar una cordial sonrisa a la alcaldesa, la rubia no pudo evitar que su mirada se perdiera por las piernas de la morena, quien reprimió una sonrisa discreta, Emma trago saliva y dirigió su mirada a Henry
-Mi amor, tienes todas tus cosas?-pregunto Regina a su hijo, centrando su mirada en él, acariciando cálidamente su rostro con una sonrisa que delataba toda la ternura que era capaz de sentir por su hijo, Henry asintió y tomo su mochila que estaba sobre la mesa
-Mamá, tu podrías ayudar a Emma a buscar una casa?-pregunto Henry al ponerse la mochila al hombro, como si no se tratara de nada importante, Regina arqueo las cejas en un gesto típico de ella, mientras que Emma miro a Henry con la incredulidad marcada en el rostro-Que?-pregunto Henry encogiéndose de hombros-Ah sí, por favor no le digas nada a nadie-dijo Henry con un gesto de cansancio, Emma negó con la cabeza
-Te mudaras?-pregunto Regina sin inmutarse demasiado, Emma rodo los ojos y con todo su pesar tuvo que asentir en silencio, recordando mentalmente que debía enseñarle a Henry a ser menos indiscreto-Pago por verles la cara a los Charming cuando sepan que su niña se les va de casa-rio Regina con sarcasmo, Emma arqueo una ceja y torció el gesto
-Justo por eso quería mantenerlo en secreto el mayor tiempo posible-musito Emma con pesar, ganándose una mirada seria de Regina y un gesto de frustración de Henry
-Por eso no encuentra casa, si nada debe saberlo nadie le ayuda-dijo Henry como si resultara obvio, Emma no dijo nada, Regina esbozo una sonrisa amplia, de orgullo ante su hijo, a veces olvidaba que no llevaba su sangre, por suerte su particular sarcasmo a veces resultaba evidente en su pequeño
-Has criado un monstruo, Regina, espero que lo sepas-bromeo Emma con un gesto de resignación al ver las sonrisas burlonas de Henry y Regina, quien arqueo ambas cejas y sonrió aún más para frustración de la rubia
-Me tengo que retirar, Swan-dijo Regina tomando la mano de su hijo y recobrando su semblante de arrogancia natural, Emma asintió, ahora su apellido de nuevo? Porque cada vez que Regina la llamaba así le resultaba tan…sexy? Emma definitivamente tendría que tomar terapia, Archie se daría tremendo festín con ella de paciente, de unos días a la fecha que esos pensamientos no abandonaban su cabeza.
-Nos vemos, Henry-se despidió Emma rápidamente de su hijo, antes de que Regina y Henry dieran media vuelta y se encaminaran a la salida del lugar, Emma los observaba desde el umbral de la puerta del local, iba a regresar a su lugar en la mesa cuando Regina detuvo sus pasos y dio media vuelta, dedicándole una sonrisa descarada a Emma.
-Emma, pase por mi casa esta noche, quiero comentarle algunas cosas-dijo Regina con un gesto que dejo a Emma alucinando, antes de poder responder algo coherente Regina ya se había marchado, ella y Henry habían subido al auto de la morena y se habían ido, dejando a Emma inmóvil…Esa mujer era consciente del maldito efecto que tenía en las personas? Regina Mills era diabólicamente sensual sin esforzarse, tal como hace unos momentos, Emma negó con la cabeza y decidió dejar de pensar en estupideces.
-Cuidado con lo que deseas, Emma, se puede volver realidad-siseo Ruby al verla sentarse en la barra del local, ganándose una mirada matadora de Emma al ver la sonrisa maliciosa que tenía su amiga marcada en el rostro
-No sé de qué hablas, Ruby-se defendió Emma fingiendo indiferencia, Ruby arqueo una ceja en un gesto de burla y sonrió cómplice, Emma rodo los ojos
-Desde hace semanas que he notado como se te van los ojos cada que ves aparecer a Regina, y ni decir cuando se te acerca-rio Ruby con malicia, Emma rogo mentalmente que sus mejillas no se hubieran encendido y se apartó un mechón rubio del rostro
-Ruby, deja a Emma en paz-amenazo la Abuelita al pasar al lado de su nieta, provocando que Emma sintiera deseos de salir corriendo de ahí, tan obvia era que tanto Ruby como la Abuelita se habían dado cuenta? Rogaba al cielo que no…
-No es para tanto, Emma, solo yo y la abuela lo notamos, por eso del…sexto sentido-bromeo Ruby con una ceja arqueada, Emma torció el gesto y se levantó de su silla, dejando un par de billetes sobre la barra
-Estás loca, Ruby, nos vemos-se despidió Emma con una sonrisa de fingida tranquilidad y salió del local sin mirar atrás.
Regina y Henry iban en el auto de la alcaldesa, quien mantenía la mirada fija en el camino mientras en su mente no dejaba de pensar en Emma…En qué demonios había pensado cuando cayó en el estúpido juego de Gold? Que no había aprendido a no caer en sus manipulaciones?... Ahora no podía retractarse, se aguantaría y esforzaría por controlar sus antipatías con la sheriff y ganaría esa apuesta, y cuando ganara después de restregárselo a Gold, le pediría perdón a Emma, una disculpa fría y forzada pero bueno, algo era mejor que nada…por su parte Henry movía algunos botones del estéreo del coche
-Cariño...Desde cuando Emma ha estado buscando casa?-pregunto Regina tratando de sonar lo más indiferente que pudo, Henry dejó de jugar el estéreo y fijo su mirada en su madre
-Hace una semana más o menos-dijo Henry como si nada, Regina arqueo una ceja y asintió
-Y tú quieres que se dé prisa en encontrar casa?-pregunto Regina dándole una mirada rápida a su hijo, quien entendió el interés de su mama y río levemente
-No quiero dejar de vivir contigo, mamá-río Henry dedicándole una sonrisa a Regina, quien sonrió ampliamente y asintió conforme y más tranquila-Pero creo que es buena idea dejar a los abuelos solos, Emma se siente incómoda ahora que tienen a Neal-dijo Henry con un gesto de seriedad, Regina frunció el ceño ligeramente
-Emma también es hija de los dos idiotas-dijo Regina sin remordimiento, ganándose una mirada de regaño de su hijo, Regina rodó los ojos-De David y Mary Margareth- corrigio Regina de mala gana, Henry oculto una traviesa sonrisa.
-La ayudaras?-pregunto Henry con su mejor cara de inocencia, Regina se tensó ligeramente, Henry frunció el ceño-Por favor, mami-musito Henry con su mejor cara de ternura, la misma que le ponía a Regina cuando quería algo de pequeño
-Esa cara no funciona desde que cumpliste 6 años, querido-río Regina levemente, Henry frunció el ceño y se cruzó de brazos-Pero está bien, la ayudaré, aunque quizá la haga sufrir un poco-se burló Regina, Henry negó con la cabeza en señal de resignación
-Solo no demasiado, si?-pidió Henry con una pícara sonrisa de complicidad, haciendo que Regina riera levemente, cuanto amaba a su hijo.
Gold estaba en su tienda, una sonrisa maliciosa estaba marcada en su rostro, los próximos 7 días se le harían eternos…Regina era su aprendiz, quizá la única de Storybrooke con quien tenía más relación, después de su amada Bella, claro, pero aun así…El constante juego de tensión que tenía con la alcaldesa era uno de sus pasatiempos favoritos, sobre todo ahora que las cosas en el pueblo estaban en calma, Gold no podía dejar de reír ante la idea de ganarle una apuesta a Regina Mills…
-Rumple, de que te ríes?-pregunto Bella al acercarse a su marido con una sonrisa contagiada a causa de la risa de Gold, quien arqueo las cejas y negó con la cabeza
-De nada, querida-sonrió Gold besando suavemente los labios de su esposa, quien lo abrazaba tiernamente, la dulzura de Bella contrastaba siempre con la seriedad de Gold
-Debería creerte?-pregunto Bella con un gesto de suspicacia, Gold sonrió levemente y asintió, Bella rio por lo bajo y asintió, antes de besar nuevamente a su marido.
Las horas pasaron tranquilamente, sin darse cuenta la noche ya cubría Storybrooke…En su habitación, Regina estaba terminando de arreglarse, aun no terminaba de creer que estaba arreglándose para Emma, si, para Emma Swan, su increíblemente estúpida némesis, un momento…Suya? Está bien, lo era, era su némesis, su opuesto, solo eso…Solo eso…
-Esto es ridículo-murmuro Regina entre dientes, sentada sobre su cama, terminando de ponerse unas zapatillas negras de tacón alto, la Reina se levantó de su cama y se dirigió a su espejo para observar su aspecto por completo…Una sonrisa de orgullo se formó en sus labios, pintados de un rojo carmesí, Regina se veía espectacular, aquel vestido negro ceñido al cuerpo, resaltando su cintura y con un escote bastante descarado, sin contar que dejaba admirar sus bien torneadas piernas…Regina Mills podría causar varios infartos con aquel aspecto, la mujer se veía más que sexy…
-Mamá, ya me voy!-la voz de Henry hizo que la morena se girara a mirar a su hijo, quien se quedó mirándola desde la puerta con un gesto de asombro-Te ves hermosa!-sonrió Henry, provocando una sonrisa dulce en Regina-Vas a salir?-pregunto el niño con un gesto de confusión, Regina negó con la cabeza y tomo un par de aretes de su tocador
-Solo un rato, mi amor-musito Regina sin darle mayor importancia, Henry asintió en silencio
-Iré con mis abuelos, quizá Emma ya viene para acá, si aún está ahí le diré que se dé prisa-dijo Henry encogiéndose de hombros, acercándose a su madre
-No hay que apurarla, Henry, mi paciencia no es de hierro-ironizo Regina con su habitual tono de sarcasmo, provocando que su hijo rodara los ojos con resignación
-Solo me voy porque le prometí a los abuelos pasar la noche ahí, porque me encantaría ver la cara que pondrá Emma al verte-rio Henry con diversión, Regina frunció ligeramente el ceño y arqueo una ceja
-Que dices?-pregunto Regina sin comprender del todo de que hablaba su hijo, quien negó con la cabeza de inmediato.
-Nada, mamá, te quiero-dijo Henry dándose prisa y besando a Regina en la mejilla antes de salir corriendo de la habitación, Regina escucho el cerrar de la puerta y una sonrisa de resignación apareció en su rostro.
En la comisaria el ambiente era tranquilo, no se habían reportado casos graves y el pueblo estaba acostumbrándose a la calma…Emma estaba acompañada por Ruby, August y Leroy, todos callados y buscando algo con que entretenerse antes de que alguno saliera a rondar las calles
-Emma, senté hará tarde para ir a ver a la madre de tu hijo-dijo Ruby con un gesto de seriedad que era descartado por la traviesa sonrisa que se formó en sus labios, August sonrió levemente en complicidad con Ruby, Emma los miro de mala gana
-No queremos que hagas esperar a nuestra querida alcaldesa-siguió August con un gesto de broma, provocando risas ahogadas por parte de Ruby, incluso Leroy reprimió una carcajada
-Que graciosos están últimamente-se quejó Emma frunciendo el ceño, sus empleados no borraron sus sonrisas de diversión-Cuando llegue su sueldo no se quejen-replico Emma con una leve sonrisa de malicia
-Convencerás a la alcaldesa de que nos baje el sueldo? A cambio de qué?-intervino Leroy con un gesto de broma, tanto Ruby como August no contuvieron su risa y estallaron en carcajadas
-Mejor que nos consiga un aumento!-río August sin poder evitarlo, todos rieron, excepto Emma quien frunció el ceño y rodó los ojos, se levantó de su escritorio
-Lo que conseguiré será nuevos empleados-siseo Emma con una sonrisa de malicia pura, causando que sus amigos y empleados ahogaran sus risas de inmediato, la rubia tomo su chaqueta de cuero
-Admítelo, Emma, déjame ganar la apuesta a Leroy-pidió Ruby con un fingido gesto de pesar, ganándose una mirada asesina de su jefa
-Apostaron sobre mí y Regina?-pregunto Emma con la incredulidad tatuada en el rostro, sus tres empleados asintieron sin remordimiento alguno, la rubia resoplo
-Para ser honestos...Apostamos por casi todo, es para no aburrirnos, tranquila jefa-dijo Leroy con una mueca para restarle importancia y encogiéndose de hombros, Ruby y August asintieron dándole la razón
-Quien a favor y quien en contra?-pregunto Emma tratando de disimular su curiosidad, sus tres empleados sonrieron de nuevo y guardaron silencio, Emma frunció el ceño ligeramente
-Oh vamos! Regina es guapa, hasta a August lo dice, se le van los ojos con la alcaldesa y eso que era de madera!-ironizó Ruby cruzándose de brazos, Emma miro a August con las cejas arqueadas, conteniendo su risa al ver al hombre sonrojarse ligeramente
-Suficiente, me voy y por favor no quemen la comisaria-bromeo Emma con un gesto de resignación al tomar las llaves de su auto sobre su escritorio, todos asintieron y vieron a la rubia salir de la comisaria.
Emma había salido de la comisaría y tras meditarlo cortamente decidió irse directamente a la mansión Mills, no tenía caso perder tiempo en ir a su casa y luego volver a salir, además Henry seguramente la esperaría ahí, el chico sabía que iría a casa de Regina antes de llegar a casa de los Charming...La rubia tomo su chaqueta y se la puso al salir, llevaba unos jeans ajustados y una blusa azul con un par de botones desabrochados descuidadamente...Emma subió a su fiel escarabajo amarillo y se puso en marcha, condujo sin prisa y con la mirada fija en el camino pero con sus pensamientos vagando, llevaba un tiempo pensando más de la cuenta, y pensando no en cualquier cosa, no, pensaba en ella…en su rival…en la madre de su hijo…en Regina Mills, la temible alcaldesa y estúpidamente sensual Reina Malvada...Había veces que deseaba besar sus labios, sujetar sus cabellos negros y besarla aunque Regina después quisiera matarla, el riesgo valdría la pena, gustosa moriría incinerada a cambio de besar y morder los labios de Regina Mills, pero esos pensamientos perdían fuera cada vez que Regina parecía ante ella...Tan imponente y fatalmente hermosa que provocaba que enmudeciera y su mente quedara en blanco...Emma comenzaba a pensar que estaba enloqueciendo de verdad...
Henry había dejado la mansión con una traviesa sonrisa en los labios, una parte del disfrutaba ese juego que tenían Emma y Regina al fastidiarse mutuamente y hacerle bromas pesadas la una a la otra, pero también deseaba que esas bromas pasaran a mas, él sabía que Emma se sonrojaba cuando a veces la descubría mirando más de la cuenta a Regina, estaba seguro que a Emma le gustaba Regina, lo había notado días atrás, era demasiado evidente para él, menos para la propia rubia...Pero Regina, Henry aún no sabía si su madre estaba interesada en Emma, la morena era difícil de predecir, no terminaba de comprender sus sentimientos, así que decidió dejar las cosas suceder solas, y quizá solo ayudar un poquito a que sus mamás fueran quienes decidieran sin tener intromisiones...
-Buenas noches-saludo Henry al llegar a su casa, saludando a David y Mary Margareth con una sonrisa y dirigiéndose a ver a Neal que dormía en su carriola en medio de la sala
-Me da gusto que te quedes esta noche-lo saludo Mary Margareth con una sonrisa dulce, David por su parte le revolvió el cabello en un gesto de cariño
-Tu madre aún no llega, quizá se le hizo tarde en la comisaría-dijo David encogiéndose de hombros y dirigiéndose a la barra de la cocina para tomar su taza de café, Henry asintió, claro, Emma no les había dicho que iría a la mansión, seguramente se le había olvidado.
-Creo que tardara un poco más-dijo Henry tomando asiento en la silla frente a la barra, mirando inocentemente a Mary Margareth y David, quienes lo miraban con gestos de confusión
-No nos dijo que llegaría tarde, saldrá con Ruby?-pregunto David sin tomarle más importancia y llevándose su tasa de café a los labios.
-No, iba a casa de mi mamá, dijo que tenían cosas que hablar y que no me preocupara su se tardaba un poco-dijo Henry con su mejor cara de inocencia, haciendo uso de todas sus fuerzas para no reír al ver como David casi se ahogaba con su café y comenzaba a toser y como Mary Margareth se había tensado ante sus palabras, la mujer parecía una estatua de lo rígida que estaba, Henry fingió no darse cuenta de sus reacciones
-Emma esta con Regina?-preguntó Mary Margareth al salir del trance, David ya no tosía, Henry asintió en silencio, fingiendo tranquilidad e inocencia, no dejaría que sus abuelos interrumpieran la noche de sus madres, él quería que se llevaran lo mejor posible y ese era un buen inicio
-Supongo que Emma quiere saber qué Henry está bien ahora que vive con Regina-dijo David aun un poco rígido, como si quisiera convencerse el mismo de sus palabras, su mirada se cruzó con la de su esposa y ambos asintieron y forzaron unas sonrisas para su nieto, quien no dijo nada y se levantó de su asiento, esa noche seria entretenida.
Emma bajo de su auto y cerró la puerta con medida fuerza, la rubia suspiro profundo y miro la mansión frente a ella...Por qué demonios estaba tan nerviosa? Se había enfrentado antes a dragones, brujas malvadas, y todo tipo de peligros, porque el simple hecho de hablar con Regina la ponía tan inquieta?...Quizá porque Regina Mills tenía ese maldito y estúpido poder para poner con los nervios de punta hasta a las piedras...
-Aquí vas, Emma-suspiro la rubia y camino hacia la puerta de la casa, toco la puerta y espero un par de minutos, y cuando la puerta se abrió la rubia sintió que su corazón se saldría del pecho, Emma enmudeció al ver a la alcaldesa, tenía que ser la Reina Malvada...Estaba hermosa, demasiado sexy con ese vestido ajustado y por el amor de dios el escote! Ese maravilloso escote que tentaría al más puro y sus labios…con un labial rojo sangre…seria el mismo tono de la sangre de la morena si le mordiera esos carnosos labios? Genial, Emma, no te delates, concéntrate, respira...Pero, demonios, esa mujer era malvada!Regina le quería provocar un ataque? Que desgraciada era esa mujer...Larga vida a la reina, señores! Se dijo Emma con sobrada ironía.
En la comisaria el silencio abarca todo el lugar, Ruby estaba sentada con las piernas arriba del escritorio y un gesto de aburrimiento, mientras que August estaba en su propio lugar, cruzado de brazos y el mismo gesto de aburrimiento que su compañera, Leroy había salido a patrullar las calles
-Esto es muy aburrido-se quejó Ruby suspirando, August la miro y asintió en silencio, Ruby miro al techo y luego a su compañero-En el cajón de tu escritorio Leroy guarda una baraja de cartas, vamos a jugar-dijo Ruby bajando las piernas del escritorio, August sonrió ante la idea de tener como perder el tiempo jugando
-Lo había olvidado-rio August abriendo el cajón del escritorio y sacando una baraja de cartas, Ruby llevó su silla hasta el lugar de su compañero, quien ya empezaba a revolver las cartas para repartirlas-Crees que Emma admita algún día que Regina le gusta?-pregunto August como si fuera un tena común entre amigos, Ruby se encogió de hombros y bufo
-Es demasiado terca-se quejó la morena, haciendo reír a August, quien le tendió cinco cartas y tomo cinco el, dejando las demás en el escritorio
-Regina lo es más, crees que Emma le guste también?-pregunto August mirando sus cartas y cubriéndolas de la vista curiosa de su compañera
-Es posible, tantas peleas verbales no pueden ser en balde, hasta parecen una pareja de divorciados-río Ruby dejando ver una carta sobre el escritorio, August sonrió levemente y asintió, también dejando una carta en la mesa y tomando una más de la pila que tenía enfrente
-El hijo en común lo tienen-bromeo August con una carcajada, Ruby también río divertida, dándole la razón a su amigo-Crees que esta noche...-August arqueo una ceja para darle entender a Ruby lo que pensaba, la morena sonrió con malicia y suspiro después de pensarlo unos segundos
-No lo creo, Regina no querría, aunque si nuestra jefa se atreve yo gano esa apuesta-dijo Ruby con una amplia sonrisa, August frunció el ceño ligeramente y negó con la cabeza
-Debimos poner fecha de caducidad a esa apuesta-se quejó August negando con la cabeza, Ruby no borro la sonrisa de sus labios y asintió
-Una partida más y vamos por algo de comer-dijo Ruby mirando sus cartas y tratando de ver las de su compañero quien a tiempo las aparto de su mirada curiosa, haciendo que Ruby torciera el gesto y se centrara en el juego.
Regina miraba a Emma aun parada en su puerta, la cara de la rubia era un poema, parecía que había visto un fantasma, Regina tenía que admitir que la sensación de provocar eso en Emma Swan era más que agradable, se podría acostumbrar a eso sin esfuerzo, la morena escondió una sonrisa de malicia y arqueo las cejas mirando con burla a Emma
-Cuando quieras, Swan, solo avísame antes del próximo año-ironizo Regina con una sonrisa sarcástica, Emma salió de su trance y torció el gesto a la morena, malvada, encima que la había dejado muda se burlaba de ella, realmente era una reina...y realmente era malvada, se dijo Emma para sus adentros, pero dos jugarían ese juego, que no se diga que la Salvadora había caído ante la Reina Malvada, por lo menos no sin dar un poco de batalla, muy poco, pensó Emma
-Es el shock de ver que la Reina Malvada se ha vestido tan sexy para mí, disculpa, su Majestad-dijo Emma sonriendo con malicia, Regina torció el gesto, tenía que aguantar un poco, ceder solo lo necesario, pero la rubia le crispaba los nervios, era inevitable y Emma noto como las uñas de la alcaldesa se clavaban en su palma, eso dejaría marca, sin duda, se río la rubia para sus adentros.
-No eres tan importante-siseo Regina con su habitual tono que destilaba arrogancia y sarcasmo, Emma arqueo una ceja, está bien eso había dolido, pensó Emma fugazmente-Me gusta verme bien cuando salgo de mi casa-dijo Regina dando media vuelta y dirigiéndose a la mesita que tenía en la sala para tomar su bolso, Emma no pudo evitar seguirla con la mirada, verse bien para salir…JA!...La mujer en cuanto pusiera un pie en la calle seria víctima de las miradas de todos y por alguna extraña razón ese pensamiento comenzó a molestar a Emma, pero de inmediato lo desecho
-Creo que se le llama vanidad y ego-ironizó Emma fingiendo meditarlo, Regina tomo su bolso y se giró para mirar a la rubia con un gesto de descaro y malicia que pondría a temblar a más de uno, afortunadamente Emma supo mantenerse firme
-Soy la Reina y también alcaldesa, tengo una imagen que mantener-siseo Regina con una diabólica sonrisa en los labios, Emma sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, demonios, Regina estaba inquietándola de nuevo, Emma sacudió la cabeza y rodo los ojos con burla
-Reina Malvada-tosió Emma para molestarla, punto para la rubia, Regina le dirigió una mirada asesina, Emma sonrió con inocencia fingida, Regina reprimió sus deseos de insultarla como deseaba-Creí que querías hablar-dijo Emma encogiéndose de hombros, Regina asintió.
-Así es-dijo Regina acercándose a la puerta y por lo tanto pasando al lado de Emma, la morena rozo su cuerpo con el de la rubia sin siquiera notarlo, pero Emma sintió una descarga eléctrica recorrer todo su cuerpo, y sintió que sus piernas temblaban cuando Regina se detuvo casi a centímetros de ella, Emma clavo sus ojos en los labios de la alcaldesa-Pero para hablar contigo necesitó un par de tragos para resistirlo-siseo Regina con una diabólica sonrisa en los labios antes de seguir de largó y salir de la casa, dejando a Emma inmóvil en la puerta, la rubia abrió la boca pero no articulo palabra, punto para Regina Mills.
-Supongo que será un honor llevar a su Perversa Majestad en mi escarabajo-dijo Emma señalando su auto, y notando como en el rostro de Regina aparecía una mueca de disgusto, Regina frunció el ceño y negó con la cabeza, por muy apuesta que tuviera que ganar se negaba rotundamente a volverse a subir a ese escarabajo amarillo.
-Ni en sueños, Swan-sentencio Regina arqueando las cejas con arrogancia, Emma arqueo una ceja-Iremos en mi auto, uno que si es de verdad-dijo Regina sacando las llaves de su auto, Emma frunció el ceño en una mueca que hizo reír a la morena, la Salvadora lucia tan infantil con los brazos cruzados que Regina no pudo evitar reír levemente-Quita esa cara, Emma, te dejare conducir-dijo Regina con una amplia sonrisa al tiempo que le lanzaba a Emma las llaves de su preciado Mercedes, la rubia sonrió ampliamente y Regina noto que sus ojos esmeraldas brillaron
-Genial-murmuro Emma mirando las llaves, la rubia se acercó a Regina y se le adelanto al abrir la puerta de copiloto, Regina arqueo las cejas y miro a Emma con una mueca de burla
-Todo un caballero blanco, mi Salvadora-dijo Regina destilando ironía, acto seguido rodó los ojos y subió a su asiento, Emma había quedado en shock, si, había sido sarcasmo puro y marca Mills pero tenía que admitir que le había gustado escucharla decir eso, Emma suspiro con frustración y corrió a subirse al volante del auto, cerrando la puerta y encendiendo el motor
-Veamos que tal anda este coche-dijo Emma al acelerar con una sonrisa que Regina no pudo evitar hacer lo mismo, ese gesto de Emma le había recordado tanto a la sonrisa de Henry cuando en Navidad abría sus regalos con sus ojos destellantes de emoción, Regina se reprochó aquellos pensamientos y fijo su mirada en el camino, Emma emprendió camino a Grannys.
En la casa de los Charming, Henry estaba jugando sus videojuegos sentado en el sofá de la sala, notando como su abuela estaba inquieta, caminando por toda la cocina y como David la observaba también intranquilo, Henry comenzaba a preguntarse por qué tanto alboroto, no era como que algo malo sucediera si Regina y Emma pasaban tiempo juntas…
-Quizá debería ir a casa de Regina y ver si Emma está ahí-dijo Mary Margareth con un gesto de inocencia, David la miro y negó con la cabeza, desde el sofá Henry comenzó a prestar atención a la plática de sus abuelos
-Quizá estamos exagerando, Emma estaba enamorada de Neal, no creo que…-David guardo silencio al ver la mirada matadora que su esposa le dio, Henry comprendió solo en parte lo que preocupaba a Mary Margareth, pero él no veía nada de malo, al contrario la idea le gustaba y le gustaba demasiado.
-Ni te atrevas a mencionarlo, David-siseo Mary Margareth amenazante, David rodo los ojos y asintió dándose por vencido, la idea tampoco le agradaba mucho que se diga-Iré a buscar a Emma-dijo Mary Margareth con firmeza, David se levantó de su silla dispuesto a replicar pero Henry fue más rápido en intervenir
-Ya vamos a cenar?-pregunto Henry cortando la conversación de Mary Margareth y David, ambos miraron a su nieto, quien los miraba con un gesto de inocencia absoluta-Si no quieren cocinar podemos ir a comprar la cena?-pregunto Henry al notar que ninguno de los dos le daba una respuesta, David asintió segundos después.
-Es buena idea, muchacho-dijo David forzándose a sonreír y mirando a su esposa-Henry y yo iremos por la cena a Grannys-dijo David asintiendo, Henry noto que su abuela le daba una mirada matadora a su abuelo, Mary Margareth tendría que quedarse en casa con Neal, por lo menos mientras ellos salían por la cena.
Emma condujo todo el camino teniendo a Regina en vilo, la rubia aceleraba y luego frenaba solo para crispar los nervios de la morena, quien a pesar de no protestar para darle gusto a la morena rogaba mentalmente que la rubia no terminara chocando su preciado coche, de lo contrario la asesinaría lenta y dolorosamente…O quizá haría lo mismo con su adorado escarabajo amarillo….
-Debo admitir que es un buen auto-dijo Emma al bajar del coche frente a Grannys, Regina bajo del auto y apretó los puños discretamente, estaba a un paso de freír a la rubia, como podría ser posible que la descontrolara tanto?
-Mi auto vale casi el triple que tu escarabajo, es obvio que es un buen coche-replico Regina respirando profundo y negando con la cabeza, Emma rodo los ojos y se acercó a ella, ambas se acercaban a la puerta del local de la Abuelita
-No seas tan aburrida, Regina, no iba a chocarlo contra un poste-dijo Emma con una sonrisa divertida, Regina arqueo las cejas-No cuando yo estoy dentro de el-bromeo Emma con una maliciosa sonrisa, ganándose una mirada fulminante de la alcaldesa
-No tenía suficiente castigo con los dos idiotas-siseo Regina negando con la cabeza en señal de resignación, Emma frunció el ceño y rodo los ojos, ambas tomaron asiento en la barra del local, Emma sintió incomodidad al notar como un par de miradas se centraban en Regina, quien parecía ajena a eso y ordenaba un par de tragos para ambas
-Tu sentido del humor es sumamente retorcido-se quejó Emma frunciendo el ceño, Regina arqueo una ceja y sonrió con descaro-Pediré algo para cenar-dijo Emma mirando la carta sobre la barra, Regina rodo los ojos y asintió sin más remedio
-Pide para llevar-dijo Regina con arrogancia, Emma arqueo una ceja-Prefiero cenar en mi casa que aquí-dijo Regina con su habitual tono de ironía, Emma rodo los ojos y asintió, no tenía por qué hacerlo, pero lo hizo, Regina y Emma ordenaron para llevar y mientras esperaban bebían un par de tragos que les habían servido
-Supongo que Henry te habrá contado más detalles acerca de la mudanza-dijo Emma sacando el tema que las había llevado ahí, Regina asintió sin más, llevándose su trago a los labios y dando un sorbo, Emma arqueo las cejas y se esforzó por no bajar la mirada hasta las piernas de la morena, demasiada tentación era no ver su escote.
-Me dijo que hace un semana que no te decides a decirles a los Charming-dijo Regina como si nada, Emma negó con la cabeza-Si no quieres que nadie se entere tardaras mucho en conseguir donde vivir-dijo Regina mientras les volvían a llenar sus vasos de alcohol, Emma asintió y bebió de un trago su vaso
-Prefiero que se enteren cuando tenga el lugar asegurado-dijo Emma encogiéndose de hombros, Regina no contuvo una carcajada, Emma sonrió al verla reír, eran contadas las veces que había visto a Regina tan despreocupada como en ese instante, siempre tan seria y arrogante, como deseaba conocer el otro lado de la Reina Malvada
-Así Mary Margareth no amenazara al dueño para que no le de asilo a su pequeña niña?-rio Regina con burla, Emma frunció el ceño y termino asintiendo con una sonrisa de diversión al imaginarse la escena, sabía que su madre era más que capaz de eso
-Búrlate, adelante, pero prefiero no correr ese riesgo-dijo Emma con una mueca de falsa indignación, Regina negó con la cabeza sin borrar la sonrisa de sus labios
-Te ayudare a conseguir donde mudarte-dijo Regina bebiendo de su vaso de licor, Emma arqueo las cejas y sonrió levemente, si eso significaba pasar más tiempo con su dolor de cabeza preferido le parecía genial
-En serio?-pregunto Emma aun un poco incrédula, Regina no era precisamente el alma más caritativa de todo Storybrooke y si se prestaba a ayudarla era porque de verdad quería hacerlo, Regina asintió sin darle más relevancia al asunto.
-Henry me lo pidió-dijo Regina sin mirar a la rubia, miro su vaso y bebió lo último que quedaba en el de un trago, Emma sintió una punzada, golpe bajo su Majestad, pensó Emma, Regina no noto el gesto de decepción de la rubia-Además quiero asegurarme que sea un buen sitio, ya que mi hijo podría pasar algún rato ahí-dijo Regina mirando a Emma con un gesto de ironía, Emma sonrió levemente y asintió, ahí estaba de nuevo, la alcaldesa inflexible, que rápido cambiaba esa mujer de actitud, era desconcertante.
-Solo lo haces por Henry?-pregunto Emma sin pensarlo, la rubia se arrepintió de inmediato al ver el gesto de desconcierto que puso Regina, le echaría la culpa al licor, aunque no habían bebido demasiado, no más de 3 copas, aun así, seguramente era eso.
-Aquí tienen-dijo la camarera del lugar al tenderles dos bolsas con sus respectivas ordenes, salvada por la campana pensó Regina con cierto alivio, Emma tomo ambas bolsas y dejo unos billetes sobre la barra antes de que Regina pudiera evitarlo y pagar su parte.
-La próxima vez, su Majestad puede invitarme-dijo Emma encogiéndose de hombros al revisar el contenido de su bolsa, Regina arqueo ambas cejas y la miro como si le estuviera bromeando, pero Emma parecía ajena a eso, ambas se dirigieron al auto de Regina para marcharse, Emma saco las llaves de su bolsillo
-Yo conduciré-dijo Regina queriendo tomar las llaves de la mano de Emma, pero la rubia fue lo suficientemente rápida para esquivarla-No pienso dejar que estrelles mi auto por ahí-se quejó Regina mirándola seriamente, Emma torció el gesto y esbozo una leve sonrisa de maldad
-Yo tengo las llaves, yo conduzco-dijo Emma como toda respuesta, dejando las bolsas de comida sobre el capo del auto, Regina rodo los ojos y arqueo las cejas, Emma sonreía triunfante, Regina resoplo y con un simple gesto de manos una nube de humo morada había dejado las llaves en la mano de Regina, quien sonreía con victoria
-Eso no es justo!-se quejó la rubia en un gesto infantil, Regina sonrió con triunfo, Emma frunció el ceño-La magia no es jugar limpio-dijo Emma frustrada, Regina se dirigió a la puerta del piloto para irse de ahí
-Eso dices por que no sabes hacerlo-siseo Regina con sarcasmo, Emma rodo los ojos y al pasar Regina junto a ella para subirse al auto y conducir la rubia la sujeto de la muñeca, tomando por sorpresa a Regina y dejándola inmóvil, ambas en una posición incómoda, Regina casi sobre el capo del auto y Emma prácticamente sobre ella, queriendo tomar las llaves del auto, sus rostros separados por apenas centímetros
-No te gusta perder, no?-pregunto Emma al notar como Regina alejaba su mano de la de la rubia para evitar que tomara las llaves, Emma sintió un escalofrío al notar que tan cerca estaban la una de la otra, por un segundo su mirada se centró en los labios de la alcaldesa y su respiración se detuvo, se detuvo al pensar en besarla, en sentir el sabor de esos labios que la estaban tentando, sin pensar ni meditar nada Emma paso su mano suavemente por la cintura de la morena, dejando a Regina en un estado de shock, la mataría, seguramente la empujaría y le dejaría la cara roja a causa del golpe que recibiría, pero nada, Regina no reacciono ni para bien ni para mal, estaba inmóvil, como si no procesara el hecho de tener a la Salvadora tan cerca de ella.
-Emma!-el grito de David acompañado por unas risas ahogadas de parte de Ruby hicieron que Emma se girara a verlos, encontrándose a August y Ruby con unas estúpidas sonrisas de diversión, a su hijo con un gesto de evidente comodidad y a su padre, pobre David, el príncipe Charming tenía un gesto que parecía a punto de tener un ataque al corazón, Emma aun no soltaba a Regina
-Que hacen?-pregunto Henry con curiosidad, Emma se sonrojo de inmediato y soltó a Regina, quien parecía no haberse alterado, por el contrario su temple de fría alcaldesa seguía intacto, como rayos lograba eso? Se preguntaba Emma, la morena le dio una mirada a David y tuvo que contener sus risas al verlo con un gesto que parecía que David iba a llorar en cualquier momento
-Nada, cariño-sonrió Regina con una perversa sonrisa, delatando la diversión que sentía al ver el estado de David, Emma evitaba mirar a Ruby y August, quienes cruzados de brazos se limitaban a sonreír divertidos-Es que resbale y por suerte Emma me sujeto, estos tacones son un poco…peligrosos-siseo Regina con un gesto tierno para su hijo, acercándose a él y dándole un beso en la mejilla
-Debo decir que luce espectacular, alcaldesa-dijo August dejando que su mirada se paseara por todo el cuerpo de Regina, quien lo miro con un gesto de arrogancia y rodo los ojos, Emma y Ruby le dieron un par de manotazos a August quien torció el gesto
-Menos mal que la Salvadora estaba cerca-rio Ruby levemente, Regina arqueo una ceja al entender la indirecta y Emma se sonrojo levemente, David estaba tan rígido que parecía una estatua, August lo noto y decidió intervenir
-Nosotros nos topamos hace un momento-se explicó August con rapidez y tomo la mano de Henry-Creo que nos adelantaremos a pedir la comida-dijo el ayudante de la sheriff entrando con Henry al local de la Abuelita
-David, estas bien?-pregunto Regina fingiendo preocupación, Emma la miraba incrédula, mientras que Ruby no podía ocultar su diversión-Parece que te dará un ataque o has visto un fantasma?-pregunto Regina destilando sarcasmo, David la miro matadoramente, pero la alcaldesa le devolvió una amplia sonrisa de malicia
-Creo que nos vamos, Ruby más vale que vuelvan a la comisaria y estén pendientes de cualquier cosa que suceda-advirtió Emma tratando de mantener la seriedad y apresurándose para que David no se interpusiera, la rubia prácticamente tomo la muñeca de Regina y tiro de ella hasta el auto, Regina subió al auto y tomo el volante, Emma tomo las bolsas y subió de copiloto y antes de que David saliera del trance ya se había marchado.
El trayecto a casa de Regina fue en total silencio, Emma no dejaba de pensar en la conversación que seguramente le esperaría al llegar a casa y Regina no podía dejar de sonreír ante la imagen de David al ver a su hija casi encima de ella, esa apuesta estaba resultando más divertida de lo que se esperaba…Sin darse cuenta habían llegado a la mansión Mills, ambas bajaron del auto y Regina abrió la puerta de la casa…
-Solo te quitare 10 minutos, Swan, después eres libre de cenar donde quieras-dijo Regina con una sonrisa de satisfacción, mirándola fijamente, Emma sintió que había perdido el habla, aunque una parte de ella había preferido cenar con Regina y no llegar temprano a su casa, donde seguramente la esperaba un juicio de sus padres
-No hace calor aquí?-pregunto Emma pasando a la casa y rogando que la morena no notara lo nerviosa que estaba, Regina sonrió levemente y se dirigió a la cocina, dejando ambas bolsas de comida sobre la mesa, Emma la miraba desde la puerta y tuvo que reconocer que August tenía razón, ese vestido le sentaba muy bien a la Reina Malvada, y vaya que si podía ser testigo de ello.
-Quítate la chaqueta y asunto arreglado-dijo Regina como si la estuviera llamando idiota mentalmente, Emma arqueo las cejas y rodo los ojos, de acuerdo, podría sobrevivir 10 minutos más, solo 10 minutos, Emma se quitó la chaqueta y la tiro descuidadamente sobre el sofá de la sala, para después encaminarse a la cocina donde la morena la esperaba
-De que querías hablar…-Emma se paralizo al entrar a la cocina y ver a Regina Mills sentada en la barra de la cocina y con una copa de vino blanco en las manos, Emma no evito dejar que su mirada recorriera las piernas de la alcaldesa, tenía que ser una maldita broma! Regina Mills la estaba tentando demasiado, y Emma no resistiría mucho más, si antes tenía dudas ahora ya no, estaba realmente confirmado, le gustaban las mujeres, no, le gustaba una mujer, si, la gustaba Regina Mills, se estaba escuchando? Le gustaba la Reina Malvada, oh por dios, realmente necesitaba terapia, quizá terapia de shock para estar seguros
-De Henry, obviamente-ironizo Regina con una mueca de burla, Emma la maldijo mentalmente, no podía ser tan malvada y a la vez tan estúpidamente sensual, eso debía estar prohibido, debía estar prohibido que esa mujer estuviera delante de ella ofreciéndole la vista que le ofrecía, demonios, quizá debió ir al juicio con los Charming, seguramente sudaría un poco menos.
-Que sucede con Henry?-pregunto Emma tragando saliva y tratando de mantenerse firme, Regina dejo su copa a un lado y bajo con gracia de nuevo al suelo, Emma arqueo las cejas y desvió la mirada, Regina lo noto, claro que lo noto, había notado cada segundo que Emma había pasado mirándola, había notado como se sonrojaba y cuanto la incomodaba, pero bueno, todo era para ganarle a Gold.
-Quiero dejar claro que mi hijo seguirá viviendo conmigo-sentencio Regina duramente, Emma asintió casi paralizada, no sabía que la intimidaba más si la actitud de Reina Malvada de Regina o el que la morena se estuviera acercando lentamente a ella, demonios, si salía corriendo quizá lograra salir ilesa, pero no podía, no quería, lo que quería era lo opuesto, era sujetar a Regina con firmeza y besarla hasta que sus labios sangraran, desde cuando Emma tenia pensamientos tan poco castos? Bueno, la culpa era de ella, de esa malvada que tenía frente a ella.
-Henry así lo quiere, yo no lo obligare a otra cosa-dijo Emma encogiéndose de hombros, Regina asintió conforme y dio media vuelta, tomo de nuevo la copa de vino y bebió un sorbo, Emma noto que una marca roja de sus labios quedo en el cristal de la copa, definitivamente algo andaba mal en la cabeza de la Salvadora, tenía que salir de ahí.
-Perfecto, es todo entonces-dijo Regina cortante, eso era todo, de nuevo con su frialdad habitual, Emma frunció el ceño, Regina se encamino a la puerta y Emma no tuvo más que seguirla en silencio, tomo su bolsa donde llevaba su cena y su chaqueta, Regina abrió la puerta, Emma le dio una última mirada y se fue, antes de notarlo la puerta de la mansión estaba cerrada, Emma sintió que su alma volvía al cuerpo, no evito respirar profundamente y tomarse un par de minutos antes de entrar a su auto.
En cuanto Regina cerró la puerta una sonrisa maliciosa se formó en sus labios, no podía creer que poner nerviosa a Emma Swan fuera tan sencillo, aunque tenía que admitir que se la había pasado mejor de lo que hubiera imaginado, no era tan detestable Emma cuando quería…Regina encamino a su habitación, no tenía hambre y prefería dormirse, así que en cuanto entro a su cuarto enseguida se desprendió de su vestido, Emma tenía razón hacía calor esa noche, la ex Reina Malvada tomo un ligero camisón de seda negro y no dudo en ponérselo…Estaba a punto de meterse a su cama cuando el timbre de la puerta sonó…Regina rodo los ojos y maldijo mentalmente a quien estuviera interrumpiendo sus planes…
-Que sucede?!-casi grito Regina al llegar hasta su puerta y abrir la puerta de mala gana, topándose con Emma Swan, la morena se sorprendió y la miro esperando una respuesta, hasta que cayó en cuenta que Emma parecía no respirar y tan rígida como lo había estado David hace un buen rato, Regina rodo los ojos-Emma-la llamo Regina con frustración, pero Emma tenía su mirada fija en la bien formada anatomía de la alcaldesa, ese camisón era demasiado para la rubia, demasiada tentación para no detenerse a mirar
-Lo siento, yo…-Emma tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para no flaquear-Olvide mis llaves, creo que cayeron de mi chaqueta en el sofá-se explicó Emma a una velocidad impresionante, Regina se preguntó si se habría golpeado al entrar a su escarabajo amarillo, hasta que Regina recordó cierto detalle, su vestimenta, Regina se mordió ligeramente el labio inferior y rogo por no haberse sonrojado al recordar lo que llevaba puesto encima, ahora entendía el gesto de Emma
-Espera-Regina prácticamente corrió al sofá y tomo las llaves de Emma, rogando que sus mejillas no estuvieran del color de la chaqueta de la rubia, quien desde el umbral de la puerta no articulaba palabra alguna-Aquí están-dijo Regina mostrándoselas a distancia, Emma sacudió ligeramente la cabeza y solo alcanzo a asentir, Regina no quería acercarse más, no con ese atuendo, no frene a Emma Swan, así que le lanzo las llaves a una velocidad prudente y lo suficiente para que Emma las alcanzara, pero no, la Salvadora estaba tan distraída que las llaves cayeron al piso, a los pies de la rubia, quien al notarlo salió del trance
-Lo siento, Regina…yo…buenas noches-Emma recogió sus llaves y prácticamente salió corriendo de la mansión, con las mejillas sonrojadas y el corazón acelerado como nunca, la rubia subió a su auto y casi de inmediato salió del lugar, mientras que dentro de la casa Regina aun sentía sus mejillas sonrojadas, de acuerdo, eso no estaba remotamente en sus planes, pero la cara de la Salvadora no había tenido precio, Regina cerró la puerta y después subió las escaleras rumbo a su habitación, para ser el primer día había tenido un avance estupendo.
