-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.¡Pitido!-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

El teléfono sonó llenando la casa con el suave pitido. Una morena de piel blanca como la nieve y ojos del color del carbón se dirigió hacia él. Sus pasos gráciles y su pequeño cuerpo se acercaron al aparato y con rapidez lo cogió haciendo cesar el molesto ruido.

-¿Si, diga? -preguntó con su delicado tono que resonó por el silencio de la vacía casa.

-Mikoto ¿Cómo estás?- escuchó decir a la mujer al otro lado de la línea.

-¡Sakimi! -exclamó reconociendo la voz- ¡Cuanto tiempo sin oír de ti!- No habían hablado desde hace más de un mes y para ellas eso era mucho tiempo.

-Si.. siento no haber llamado antes, pero...- Mikoto notó el destello de amargura en las palabras de su amiga y eso la preocupó.

-¿Qué ocurre, Saki?

-Bueno... Se trata de mi hija. -suspiró-. Cada día se vuelve peor. Después de lo que pasó, ha cambiado completamente. Ni siquiera escucha a Neji...

-Pero eso es algo normal -intentó consolarla-. Por lo que me contaste lo ha pasado mal y hasta que no lo supere, no escuchará a nadie.

-Ella no quiere superarlo. Parece como si se fuera a quedar estancada en su desconfianza durante el resto de su vida -Su tono se volvió más duro-. Por eso necesito tu ayuda, Mikoto.

La morena sonrió. Estaba claro que Saki tenía una idea y ella como siempre la ayudaría.

-Sabes que puedes contar conmigo. ¿Cuál es el plan? -Sakimi rió, ya más tranquila.

-Tú me has hablado mucho de tu hijo mayor y por lo que cuentas él es justo lo que mi hija necesita.

-¿Qué quieres decir?

-Quiero decir que tenemos que hacer todo lo posible para que acaben juntos. Si ella se enamora dejará de lado toda su nueva adquirida rebeldía y podrá volver a ser como antes ¿Qué te parece el plan?

-¿Y cómo haremos eso? Ni siquiera viven en la misma ciudad.

- Mi hija acudirá a La Hoja en cuanto empiece el año y para eso necesita ir a vivir a Konoha. Así podrán conocerse.

-¿qué?¡Cómo no me lo has dicho antes! -comentó Mikoto indignada- ¿Dónde se quedará?

-Bueno... Había pensado en que alquilara un apartamento y...

-¡Ni hablar! -la cortó- Se quedará en nuestra casa y yo ya me encargaré de hacer que ella e Itachi se conozcan. Será mucho más sencillo si viven en la misma casa.

-¿Estás segura?

-¡Claro! ¡Tú déjamelo a mí, amiga! Será genial tener a otra mujer en la casa. A veces vivir rodeada de hombres es verdaderamente agotador...

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.-.-.-.-.-.-.-EL PLAN-.-.-.-.-.-.-.

Todo empezaba. Iba a comenzar una nueva vida en una ciudad desconocida. Los siguientes dos años acudiría a una importante institución para acabar mis estudios antes de ir a la universidad: el instituto de la Hoja. Mi madre había arreglado todo, así que yo no sabía donde me quedaría en este tiempo. Solo tenía la dirección de la casa, pero no había visto el lugar.

En cuanto bajé del tren que me había traído a mi nueva vida, me dispuse a buscar la dirección escrita en un pequeño papel muy arrugado por mí -necesitaba algo que hacer en el viaje para calmar los nervios y era lo primero que encontré-. Salí de la estación sin tener ni idea de a dónde ir así que me decidí por preguntar.

-Está muy lejos para ir andando -me explicó una señora de pequeña estatura y pinta de tener prisa-. Deberías coger un taxi para no perder tiempo. Adiós.

Se despidió rápidamente para cruzar con paso apresurado la carretera y desaparecer entre la gente. Estaba igual que antes, así que opté por volver a preguntarle a alguien más esperando tener más suerte esta vez. Me acerqué a un chico rubio que estaba esperando en la parada de autobuses y le pregunté por la dirección.

-¡Vaya! No sé donde está exactamente, pero justo ahora iba para esa parte de la ciudad. -Por un momento me arrepentí de haberle preguntado al escuchar sus gritos, pero si no contábamos eso parecía incluso agradable. Sus ojos azules brillaban con emoción-. Si quieres puedo acompañarte.

Amplió más su sonrisa, si era posible, cuando acepté ir con él. Solía ser cauta con la gente, y más después de eso, pero él me transmitía confianza, así que decidí arriesgarme.

Un autobús, un viejo vehículo de un desgastado color rojo, paró frente a la parada y nos apresuramos a subir. Nos sentamos en el primer lugar en el que encontramos dos asientos libres. El bus no estaba muy lleno, pero la mayoría de los asientos estaban ocupados, por lo que nos sentamos en la última fila. Yo me coloqué al lado de la ventana para poder ver la ciudad mientras mi acompañante hablaba sin parar.

-Por cierto, yo me llamo Naruto Uzumaki - recordó de pronto.

-Sakura Haruno- me sorprendí al comprobar que ni siquiera nos habíamos presentado.

-Te pega el nombre- comentó sonriendo y después siguió hablando de cosas sin importancia que no me molesté en escuchar.

El trayecto fue considerablemente largo y cuando estuve a punto de dormirme, a pesar del zumbido en mis oídos provocado por el moscardón rubio a mi lado, este gritó levantándose del asiento y tocando un botón para que el bus se detuviera en la siguiente parada.

-Sakura-chan, ¡Nos hemos pasado de parada!- al principio pensé en la familiaridad con la que me llamaba, pero luego analicé sus palabras.

-¿Cómo que nos hemos pasado? Tendrías que haberte fijado.

-Lo sé, pero es que estaba hablando contigo y se me olvidó- se disculpó mientras se rascaba la nuca con nerviosismo.

Nos bajamos en cuanto el autobús paró y tuvimos que volver por donde habíamos llegado.

-Tranquila, Sakura-chan, conozco el camino, no es la primera vez que me pasa- comentó él más relajado y con su típica sonrisa.

Yo solo bufé, apostaba que siendo tan distraído eso le pasaba continuamente, pero no pude evitar devolverle la sonrisa.

-Entonces ¿Por qué estás buscando esa dirección?- preguntó seguidamente, imaginé que ya se había cansado de hablar solo.

-Voy a vivir allí - expliqué con tranquilidad -, aunque ni siquiera he visto el lugar.

-¿No has visto el lugar? Eso no suena muy bien- comentó pensativo - ¿Y por qué te mudas?

-Me han aceptado en La Hoja, por eso...

-¿La Hoja? ¿Vas a ir al instituto La Hoja?- Yo asentí, sorprendida nuevamente por sus gritos- Yo también voy a ese instituto, Sakura-chan, lo que significa que nos veremos allí.

Vaya, así que iríamos al mismo instituto. Fue un alivio saber que había conocido alguien de allí, así quizás no me sentiría tan sola.

-Oye, y ¿A qué curso vas a ir?- siguió con su cuestionario.

-Empiezo bachillerato*.

-¡Eso es genial! ¡Yo también! quizá hasta nos toque estar en la misma clase, entonces tú podrías ayudarme en las materias, porque si te han aceptado en estos últimos años tienes que ser muy buena en los estudios...

Naruto empezó a divagar, otra vez, y yo decidí mirar por los alrededores. Las calles eran limpias y anchas con árboles que las hacían ver más coloridas. En cada calle habían algunas casas, algunas más grandes que otras, pero todas pintadas de colores claros y bien decoradas. De pronto una placa llamó mi atención, calle AAA, ese nombre además de extraño se me hacía conocido. Me quedé mirando fijamente la placa como si esta fuera a decirme lo que yo no recordaba.

-¿No es esa la calle que buscamos?- preguntó Naruto a mi lado.

-¡Cierto! Ya decía yo que se me hacía familiar.

-Si es que, no sé que hubieses hecho sin mí- se regodeó él.

Busqué en mis bolsillos el papel con la dirección y rápidamente me dirigí a paso apresurado a buscar el número escrito en la hoja sin esperar a Naruto, que se había quedado atrás.

Llegué al número 55 y toqué el timbre. La puerta de entrada se abrió y de allí salió una pequeña mujer de pelo y ojos negros como el carbón. Su rostro de facciones finas y piel de porcelana mostraba una sonrisa llena de ternura. Con un pequeño gritito la mujer se acercó a mí y me abrazó con suavidad.

-Oh, Saku-chan, has crecido tanto- comentó separándose, con esa sonrisa aún en sus labios -me alegro de que te quedes con nosotros.

No estaba segura de quién era, pero creía haberla visto antes y ella parecía conocerme. Escuche unos pasos y me giré para poder ver a un Naruto jadeante y con las manos apoyadas en las rodillas intentando recuperarse de la carrera. Para ser tan hiperactivo, que poco aguante tenía para correr. Levantó la mirada y sus ojos se fijaron en mí para luego pasar a la mujer que estaba a mi lado y viceversa.

-No me digas que...- susurró, pero pude escucharle.

-Naruto-chan, Sasu-chan está esperándote en el salón -comentó la mujer, ajena a nuestros pensamientos-. Yo estaré ocupada enseñándole la casa a Sakura, así que podéis coger lo que queráis para comer y ...

-¡¿Sakura-chan, te vas a quedar en la casa del teme?- creí que después de esto me quedaría sorda. El grito debió de escucharse por todo el vecindario- ¡Pero eso es peligroso! ¡Quién sabe todas las cosa horribles que te puede hacer!

Los gritos fueron interrumpidos por un golpe en su cabeza que hizo que se cayera al suelo de bruces.

-Ouch, teme ¿Por qué has hecho eso?- Preguntó el rubio sobándose la cabeza en el suelo con gesto de dolor.

-hmp, porque eres un dobe- dijo una voz ronca y varonil, y giré la cabeza para poder ver a su dueño y a la que iba a ser mi mayor tentación durante estos meses.

…...

Aclaraciones:

Bachillerato: como no tengo ni idea de como van los estudios es otro países lo aclaro. Son los dos últimos años que hay antes de la universidad, que es a los 18.

Calle AAA: aquí donde lo veis esta calle existe. Como no se me ocurría un nombre busque calles raras en internet ( Me pregunto si leerá esto alguien que viva por esa calle, sería muy bueno xD).

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Chicas, esta es mi nueva idea. Va a ser mi primer fic largo y quizás penséis que la parte del principio no concordará con el resto de la historia, pero todo está pensado ^^, o algo así... xD.

Espero vuestras opiniones, buenas o malas para ver si lo continuo =).

Gracias por leer.