ESTE FANFIC NO ES MÍO. ES UNA TRADUCCIÓN.

La historia original en inglés es obra de Kou (Rietto) y se llama "One Step Away". Lo tiene publicado en la página "Archive of Our Own". Cuento con su permiso para hacer esta traducción y publicarla en esta página. El link a la página del fanfic original está en mi perfil, porque no me dejaban escribirlo aquí.

Esta es una secuela de "This Time" o "Esta vez" en español. Recomiendo que leáis mi traducción de este fanfic antes de empezar con esta secuela.

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Capítulo 1:

"¡Adiós!"

Le gritó una niña pequeña con la cara enrojecida y la respiración entrecortada por todo lo que había estado corriendo antes. Una de sus manos estaba siendo sujetada por su madre, y le estaba diciendo adiós con su otra mano con todas sus fuerzas. Shin-ah le devolvió el saludo tímidamente.

Las mujeres se rieron. Escuchó a la madre comentar que él era muy lindo, y pudo sentir como su cara se calentaba de la vergüenza.

"Hasta luego, Shin-ah."

"¡A...! ¡Ah! ¡Sí! ¡Nos vemos!"

Le dijo en voz alta a su pesar, sintiéndose mareado y caliente. No podía acostumbrarse a ello a pesar de que ya había intercambiado palabras similares con ella y con muchos otros desde hacía semanas.

Después de entrar en su casa, Shin-ah corrió hacia donde estaba Zeno.

El dragón amarillo estaba apoyado en un árbol no muy lejos de allí, limitándose a mirarle con una sonrisa como siempre. Estaba sosteniendo una cesta con pescado y huevos, probablemente eran cosas que había comprado y cosas que había recolectado del bosque cercano. El sol poniente le hacía parecer solemne por alguna razón.

"Lo siento. Te he hecho esperar."

"No te preocupes. Zeno también acaba de llegar. ¿Te has divertido?"

Shin-ah asintió en confirmación, el movimiento hizo que sus campanillas sonaran. Zeno se rió y le revolvió el pelo cariñosamente.

"Entonces también has hecho un buen trabajo hoy, ¿no? ¡Como era de esperar de Shin-ah! ¡Zeno también ha conseguido muchas cosas hoy, así que podemos hacer una fiesta!"

Shin-ah asintió en reconocimiento, pero al parecer hizo algo más que eso inconscientemente porque Zeno fue capaz de ver a través de él.

"¿A qué has jugado? Pareces más hambriento que nunca. En ese caso deberíamos volver rápido."

Zeno le ofreció su mano, y como siempre Shin-ah la agarró con fuerza impacientemente.

"He jugado al escondite. Corrí mucho. Y encontré a todo el mundo."

"¡Eso es genial! ¿Los demás también te encontraron?"

Shin-ah asintió con entusiasmo.

"Siempre me encontraban el primero. Dijeron que mis campanillas me traicionaban. Dijeron que sabían dónde estaba por ellas. Me alegro."

Era otro día feliz.

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Volviendo un poco atrás en el tiempo, Zeno y Shin-ah habían llegado a una aldea que aún estaba en la región de la Tribu de la Tierra. No era un lugar especialmente próspero, pero parecía tranquilo y los aldeanos eran amables. Cuando llegaron las hojas habían empezado a ponerse rojas y el aire era más frío, era la época de la cosecha. Probablemente por eso la aldea estaba de tan buen humor.

El primer día, jugaron juntos con los niños. Sobre todo Zeno, él solo le había estado siguiendo hecho un manojo de nervios. La segunda vez, Zeno le pidió a los niños, la mayor parte de ellos eran un par de años mayores que Shin-ah, que cuidaran de Shin-ah y jugaran con él mientras estaba fuera para encontrar trabajo en el campo.

Todos ellos estuvieron de acuerdo. Shin-ah no lo estuvo al principio, no creía poder manejar el hecho de estar con otras personas sin Zeno y habría preferido ayudarle de alguna manera, pero al final cedió. Zeno le dijo que era su responsabilidad trabajar para conseguir dinero y otras cosas que necesitaban para su vida diaria, mientras que el trabajo de Shin-ah era jugar mucho.

"Zeno puede sentirte, así que está bien. Si sucede algo, voy a venir corriendo. Shin-ah también podrá verme todo el tiempo."

Por supuesto eso no fue suficiente para convencerle, pero Shin-ah había decidido no desafiar a Zeno y la única muestra de su renuencia, y el motivo por el que intentó calmarle, fue la forma en la que su ansiedad se mostraba en todo su cuerpo. Pero se sintió un poco más calmado cuando se dio cuenta de lo ciertas que eran las palabras de Zeno.

Podía verlo todo, incluso con su máscara puesta. Bueno, al menos todo lo que había fuera de la aldea. El campo también era fácil de ver."

"… ¿no vas a marcharte?"

"Zeno no va a dejarte solo, te lo prometo."

Al principio, había sido incómodo. Su máscara realmente provocó un montón de preguntas. Afortunadamente, todos habían aceptado la explicación de Zeno sobre la máscara de Shin-ah del día anterior. Que era una costumbre en la aldea de Shin-ah que un miembro de su sociedad llevara una máscara, y Shin-ah seguía llevándola después de marcharse en memoria de su vida allí con una persona importante para él.

Lo cual no era mentira. De alguna manera era una referencia a su aldea, y llevaba la máscara para evitar la activación de su poder, porque Ao le dijo que no debería utilizarlo nunca y temía que lo que pasó con los solados volviera a ocurrir.

La forma de ver las cosas de Zeno era increíble. Y a pesar de que no dijo nada, nadie le pidió a Shin-ah se quitara su máscara, Zeno era increíble.

También era increíble por ser capaz de unirse a ellos tan fácilmente a pesar de que era varios años más mayor que los niños, y ser capaz de aparentar como si realmente se divirtiera, como si no tuviera ninguna preocupación, también era increíble.

Aún así, Shin-ha no era Zeno.

Y los niños se dieron cuenta de ello.

Shin-ah no tenía una sonrisa amable como la de Zeno. No tenía los ojos amables de Zeno. Su voz era poco clara y no era tan agradable de escuchar como la de Zeno. Tampoco podía inventarse nuevos juegos divertidos para jugar.

(Afortunadamente no podían darse cuenta de que, a diferencia de Zeno, él podía matarles con una sola mirada)

Pero aún así, le incluyeron en sus juegos.

A pesar de que era obvio que estaban teniendo dudas.

Pero entonces, se dieron cuenta de que Shin-ah tenía buenos reflejos y podía seguir sus movimientos rápidamente. Su rapidez hacía que le consideraran un compañero de equipo formidable, a pesar de que era el más joven y no había estado con ellos durante mucho tiempo.

Se había divertido. Se había divertido más de lo que había creído posible.

Cuando se quiso dar cuenta, el sol ya se había puesto y los padres de todos habían venido a recogerles. Le dijeron adiós con la mano y le gritaron '¡juguemos otra vez mañana!'. Él les devolvió el saludo y aceptó su invitación antes de correr hacía donde estaba Zeno.

"… Juguemos… otra vez mañana, me dijeron…"

Le dijo con incredulidad a la vez que tiraba de las mangas de Zeno antes de que este le preguntara los detalles. Zeno le sonrió amablemente y de alguna manera Shin-ah pudo ver un atisbo de orgullo en él. Se limitó a escucharle hasta que había terminado, y Shin-ah le preguntó si realmente podría jugar otra vez mañana con esos niños.

"Por supuesto que puedes. Mas bien, tienes que hacerlo."

Entonces, regresaron a su campamento de la mano, y Zeno le contó lo que había hecho él durante ese día. Sobre el trabajo que había encontrado y todo lo que había sido capaz de conseguir, y sus predicciones sobre el tiempo que Shin-ah tendría que esperar hasta que pudiera darle las cosas de su lista.

No era como si Shin-ah estuviera preocupado por eso. Le había dicho a Zeno que no se forzara, pero le había dicho que era él el que egoístamente quería darle todas esas cosas así que por favor las aceptara, y Shin-ah no pudo negarse a eso.

Eso era lo que había pasado durante sus primeros días en la aldea, pero ahora, ya habían pasado semanas y la estación había cambiado.

Zeno y Shin-ah acamparon en el borde del bosque cerca de de la aldea durante los primeros días de su estancia, pero después una anciana se enteró de ello y le gritó a Zeno.

"¡Dejar que un niño escuálido y enfermizo como este acampe fuera con este clima, ¿se puede saber en qué estás pensando, reptil loco?! ¡Levántate antes de que te prenda fuego y te muela a palos!"

Habían estado viviendo con ella desde entonces.

Su nombre era Ah-Hi, y aparentemente ya conocía a Zeno. Al parecer Zeno había ido a esa aldea antes y la había conocido, sucedieron algunas cosas y Zeno se marchó. Él parecía tan feliz a pesar de sus amenazas de muerte porque aparentemente no había esperado que ella siguiese viva.

"Ella es muy vieja, ¿ves? Zeno pocas veces ha conocido a alguien tan viejo como ella-"

"¡No me llames vieja!"

A Ah-Hi le gustaba mucho golpearle con su bastón. Sobre todo en la cabeza.

Pero Shin-ah suponía que eso también era culpa de Zeno. Una niña de la aldea le había dicho que hablar sobre la edad de una mujer era algo que no se debía hacer bajo ninguna circunstancia.

Y Zeno siempre sonreía ampliamente y parecía feliz por alguna extraña razón. Shin-ah suponía que era normal que An-Hi quisiera golpearle más.

Después de todo Zeno era raro.

"¿Cómo me has encontrado, An-Hi?"

"La gente me habló sobre ti y tu hijo. Vas al campo en la madrugada con él y se le dejas a los niños cuando empiezan a salir… y les has dicho que estas acampando cerca del bosque con el niño. Están preocupados."

"Shin-ah no es mi hijo."

An-Hi se mofó de él y le dijo a Zeno que siguiese diciéndose eso a sí mismo.

Al parecer Zeno había pensado que como Shin-ah ya estaba sano, estaba bien que se quedaran fuera. Shin-ah no parecía muy cómodo con gente alrededor, y Zeno tampoco quería integrarse demasiado.

An-Hi le golpeó de nuevo después de su explicación, y le dijo que si no tenían un techo decente en el que cobijarse siempre podían encontrar alguna casa en la que quedarse.

An-Hi era una mujer extricta que profería muchas amenazas, y no sonreía mucho (es más, Shin-ah no recordaba haber visto su sonrisa) pero era amable. Aunque de una forma diferente a la de Zeno, le recordaba a Ao. Ponía flores secas en la almohada de Shin-ah y le dijo que el olor le ayudaría con sus pesadillas ("para mantenerle tranquilo porque necesitaba paz y tranquilidad"). Zeno le daba a ella la mayor parte de las cosas que conseguía, y ella las cocinaba para él y Shin-ah. Su comida también estaba muy buena. Mejor que la de Zeno. Probablemente por la sal y otras especias que utilizaba.

Shin-ah se ofreció a ayudarla, y ella le dejó que la siguiera a todas partes y que hiciera las pequeñas cosas que pudiera, antes de espantarle después del almuerzo diciéndole que si no los niños vendrían a buscarle y eso sería ruidoso y ella odiaba el ruido.

An-Hi hacía que se sintiera nervioso la mayor parte del tiempo, pero de nuevo, eso era lo que le pasaba con la mayoría de la gente, y Shin-ah podía decir honestamente que ella también le gustaba cuando Zeno le preguntó al respecto.

An-Hi vivía sola en las afueras de la aldea. Le dijo que ella prefería que fuera así, sin embargo Shin-ah no podía entender el por qué. De todos modos la gente venía mucho a visitarla, algo que no le gustaba tanto. Ellos le daban cosas, y ella les arrojaba bolsas de hierbas a cambio.

La mayor parte de las veces a sus cabezas.

Tenía una puntería increíble a pesar de que se quejaba de que su visión estaba empeorando, igual que lo hacía Ao. Su fuerza tampoco era algo que se debiera infravalorar.

"Ella es una farmacéutica. Sabe de medicina, incluso más que Zeno. Su trabajo es preparar medicinas para la gente. Bueno, aunque es cierto que no la gusta mucho tener que hacer eso."

Zeno le dijo que eso era porque ella siempre rezaba por la salud de la gente y por su bienestar, y que estaba todo el tiempo de mal humor porque siempre había motivos por los que tenía que seguir haciendo medicinas. Zeno le dijo que se sentía ignorada por los dioses.

An-Hi le golpeó cuando él se rió de su propia explicación y le dijo que Zeno era un idiota.

"… No es eso."

Cuando llegó el invierno, no había muchas cosas que hacer. El jardín y el campo estaban cubiertos de nieve y todo estaba blanco. No había nada verde a la vista, así que los agricultores se fueron al bosque a cazar en su lugar. Sin embargo Zeno le dijo que él era débil, por eso no se unió a ellos.

An-Hi puso los ojos en blanco y le señaló el río diciéndole que entonces se fuera a pescar. Zeno lo hizo. Algunas veces también trajo conejos o aves. El frío empeoró durante un tiempo, de modo que no salía todos los días. Lo cual era bueno, según le había dicho, porque había extrañado pasar tiempo con Shin-ah.

Él también lo había echado de menos. Las historias de Zeno, sus rarezas y todo lo demás, a pesar de que hacía tanto frío, y él odiaba el frío, estaba contento por ello. Los niños también parecían felices de que Zeno pudiera unirse a ellos otra vez de vez en cuando.

Pero realmente, hacía frío.

El aire era más frío que nunca, y los días eran cortos. A los niños les gustaba jugar en la nieve, pero Shin-ah no lo hizo a pesar de que se podría haber forzado a sí mismo y se habría sentido más caliente después de moverse mucho, pero el sol se ocultaba con demasiada rapidez. A Zeno le gustaba abrazarle, y le decía que estaba caliente a pesar de que se estaba congelando y el tacto de Zeno se sentía cálido para él. An-Hi le dio bebidas calientes de hierbas que también le calentaban mucho, y cuando estaba particularmente frío, incluso mientras Zeno le abrazaba, era ella quién le envolvía con mantas extra.

Hacía frío, y aún así, se sentía más caliente que nunca.

Era difícil de explicar. Shin-ah también estaba confundido.

El aroma de las flores secas, el calor, el crepitar de la chimenea… a pesar de que Shin-ah solía odiar el invierno, ni siquiera podía obligarse a desear que la primavera llegara pronto.

Era otro día feliz, y Shin-ah cerró los ojos sintiéndose tan contento como siempre.

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Aquí os dejo el primer capítulo de esta secuela. Espero que también os guste.

Nos vemos en alguno de mis próximos fanfics o traducciones.