Fate Zero, supera por mucho a Fate Stay Nigh~

Y Rider es genial xD

Advertencias: Ligeros spoilers del capítulo 5. No había llegado al capítulo doce cuando escribí esto, así que quizás tenga un par de incongruencias en el sentir de Waver.


Iskander

Lo único que deseaba, era justicia.

Justicia para él pues, con ésta, también llegaría el reconocimiento…

Cuando abrió los ojos y se encontró en su habitación, ahora repleta de libros sobre historia militar, técnicas de guerra, sobre armas y todo lo demás que Iskander había comenzado a coleccionar como "estrategia para conocer al enemigo", suspiró y tuvo la ligera -pero obvia- sensación de que no tenía ya ningún control sobre la situación; todo se le había escapado de las manos mucho antes de que quisiera admitirlo, desde el comienzo en realidad.

Su Servant era voluntarioso y tenía un marcado sentido del como funcionaba el mundo y las personas que a él le parecía irreal; Iskander era el Rey de los Conquistadores, y media a todos con el mismo honor y lealtad con el que esperaba que lo midieran a él.

Waver se preguntó si acaso, en vida, Iskander no había sufrido muchas decepciones por confiar tan ciegamente en las personas.

Y ahora, estaba confiando de esa misma forma en él.

Era un rey tosco en muchos sentidos, con planes de conquistar el mundo moderno y un ego tan inflado que le había llevado a suponer que otros Servants aceptarían ser soldados en su ejército…, la indignación de Saber había sido obvia y el desprecio de Archer, también.

Como Master, Iskander le estaba ocasionado muchos dolores de cabeza y otros más físicos; las palmadas bruscas en la espalda, los golpes en la cabeza o frente, la falta de respeto ante sus peticiones, la exigencia con la que se desenvolvía y que combinaba con una inusual amabilidad…, y también estaba esa forma aligerada de ver las batallas y al enemigo. Todo, en conjunto, le desesperaba o mejor dicho, y siendo sincero consigo mismo, le ponía nervioso.

Para su Servant era otra batalla, para él implicaba sobrevivir.

No podía entender como alguien así, tan desenfadado, había llegado a conquistar dos tercios del mundo conocido en aquel entonces.

Sin embargo, luego de lo ocurrido esa noche ante Lord Kayneth, podía entender porque los soldados que le habían seguido lo respetaban. Aún podía sentir la enorme mano sobre su espalda, calmándole ante la amenazada de muerte recibida, aplacando el pánico que había sentido y dándole su lugar ante los otros Servants y Masters que ni siquiera parecían haber reparado en él; un niño, al lado de un rey.

Era vergonzoso que con todo su talento, se hubiera acobardado al primer encuentro.

–Muchacho…

La voz de Iskander, a un palmo de él le erizó. El suelo de su habitación tembló pues sentándose de golpe, Rider se había dejado caer.

–Ante un cobarde que ordena una batalla sin dar la cara –recalcó, repitiendo palabras parecidas a las dichas horas atrás–, jamás hubiera respondido a una invocación como la suya…

Waver estuvo a punto de gruñir algo sobre el que tenía prohibido meterse con sus pensamientos y que no debía materializarse cuando, miles de veces, le había pedido que permaneciera como espíritu; sin embargo, soltando un suspiro y no llegó a hablar.

A su modo, su Servant le respetaba.

Y a pesar de que no entendía del todo a ese hombre, Iskander le agradaba.

Cuando el televisor se encendió, iluminando la habitación oscura y llenándola del ruido de un documental de guerra, Waver simplemente giró en la cama dispuesto a conciliar el sueño; la pesadez en su pecho ya se había ido y el dolor de cabeza estaba cercano a desaparecer.

oOo