Disclaimer: The Legend of Korra y Naruto son propiedad de sus respectivos creadores. No soy dueña de ningún Fandom ni personaje, y sólo hago esto por diversión.

Este fic participa en el 'Mes de Avatares y Hokages' del Foro ¡El Cometa de Sozin!


—¡Y... corten! —gritó el director Varrick entusiasmado, haciendo movimientos exagerados con sus brazos—. Fue brillante, exquisito. El público los amará, ya lo verán—aseguró parándose de su asiento—. Muy bien, hemos terminando por hoy. Hasta mañana.

Los despidió a todos y él aprovechó para ir por una botella de agua. Estuvieron rodando desde las 5 a.m. Había sido un día agotador.

Zhu Li, su asistente, se encontraba al fondo del estudio, esperando pacientemente a que su jefe hiciera la señal para marcharse. De mientras, se entretenía viendo a Sakura Haruno, la protagonista de la película más esperada del año. Ella tenía una pequeña cintura, un buen trasero, una sonrisa deslumbrante, ojos color jade que te hipnotizaban y, una única cabellera tonos rosados (natural, cabe agregar). Era toda una belleza exótica. Nadie podía negar que era hermosa. Zhu Li no era la excepción.

Desde que la conoció, en una cita de negocios, quedó prendada de su encanto; porque no sólo era guapa: también era amigable, divertida, y con un toque de coqueta. No se preocupaba por lo que los demás pensaran de ella y, era muy inteligente. Por eso a Zhu Li le gustaba. Era tan distinta a todas aquellas celebridades con labial rojo, pechos falsos y tinte rubio. Y ni hablar de cuando actuaba. Tan metida en el papel, parecía otra. Te hacía sentir su júbilo, sus penas, enojos... Con sus personajes llorabas y reías.

Suspiró al verla platicar amenamente con Kakashi, el actor con quien compartiría pantalla, igual de talentoso que ella. Ellos eran tan apuestos, con estilo, simpáticos, y Zhu Li tan sólo era la asistente con gafas, sin gracia y muy reservada.

Algo dolía en su interior. Había hablado en su vida como seis veces con Sakura, pero su relación era más que nada profesional. ¡Cómo le gustaría que fueran amigas! O más que amigas. Quería probar esos dulces labios inyectados de cereza, compartir con ella una limusina que las llevara a cualquier parte de la cuidad, y luego perderse por días. Rogaba, aunque sea, que la mirara por un segundo.

Como si alguien allá arriba hubiera leído su mente y decidido hacer realidad sus deseos, de repente la vio caminando hacia ella, moviendo sus caderas con elegancia. Zhu Li quiso esconderse de vergüenza. ¿Por qué se le estaba acercando? ¿Acaso había hecho algo mal? ¿Iría a quejarse?

—Hola, Zhu Li —La saludó regalándole una sonrisa. La nombrada se sonrojó al instante y tuvo que aguantarse las ganas de gritar "¡Sabe cómo me llamo!"—. Verás... este viernes haré una fiesta en mi casa, todos estarán allá, ¿te gustaría venir?

Un sueño. Todo se sintió como un perfecto sueño. Estaba sorprendida por tal invitación. Sin embargo, antes de que se arrepintiera, se apresuró a contestar que sí, que estaría encantada de ir.

—¡Estupendo! Allá nos vemos, entonces —Le guiñó el ojo y desapareció tras la puerta.

Zhu Li se mordió su labio inferior y ahogó una pequeña risa de emoción. ¡La chica más guapa la había invitado a una cita! Vale, no era una cita. Pero la había invitado personalmente, a fin de cuentas.

—Zhu Li, vayamos a casa —dijo Varrick desde el otro lado del estudio. Ella asintió y corrió a su lado—. Te noto muy feliz, ¿ha pasado algo? —preguntó curioso, queriendo saber el chisme completo.

—Nada en especial, señor —mintió. Después de todo, no podía decirle a su jefe que su alegría se debía a una nimiedad sobre una fiesta. Mucho menos podía contarle que estaba tontamente enamorada, así como una chiquilla colegiala que descubre lo que es el amor por primera vez, de Sakura Haruno, la celebridad del momento.