Caballero Vampiro de la Princesa Demonio

Descargo de responsabilidad: No soy propietaria de los personajes de Vampire Knight ni Inuyasha (si fuera así definitivamente Kagome chan no sufriría la indecisión de Inuyasha, ni Zero kun quedaría solo y con el corazón destrozado por el abandono de Yuki)

Resumen: Parecía una noche como otra, la luna brillaba resplandeciente sobre el guardián Zero Kirryu… más la llegada de una muchacha cambiara todo su mundo y los que le rodean, en especial del pura sangre Kaname Kuran.

Este es mi segundo fanfic, viendo que voy mejorando (y recientemente termine de ver la serie anime de Vampire Knight) siempre aceptare comentarios y observaciones constructivas pues me ayudan muchísimo a mejorar como escritora… bueno, ¡les dejo el primer capi!

Capitulo I: (Noche una: demonios del pasado)

Kiryuu Zero se encontraba dando el patrullaje nocturno como prefecto de la academia elite Cross, manteniendo en régimen a los vampiros de la clase nocturna. Terminando de verificar la entrada se disponía a regresar cuando sintió detrás de él una presencia antinatural.

Dando vuelta rápidamente se encontró con una persona, aunque no pudo reconocer de quien se trataba debido a que estaba cubierta por una capa oscura que ocultaba su rostro hasta sus tobillos.

- ¿Quién eres y que quieres? – dijo defensivo sacando su pistola y apuntando al intruso, lo que podría sentir no se trataba de un vampiro, aunque no era un completo humano tampoco que lo llevo a la duda.

- ¿Eres Kiryuu Zero? ¿Hijo del clan Kiryuu de cazadores de vampiros? – cuestiono una suave voz de una muchacha, aunque parecía más como una confirmación. Un segundo después comenzó a acercársele lentamente, paso por paso.

Zero observaba imponente, aquella voz lo había confundido, además que la presencia (ya identificada como una niña) es como si lo bloqueara de alguna manera para apretar el gatillo, como si él supiera que no le haría daño. ¡Pero aquello era imposible!

Divagaba, cuando de pronto un aroma metálico lo asalto – "Esta sangrando" – pensaba con un poco de alarma - ¿Quién eres? – cuestiono agresivamente haciendo que la niña parase su destino a unos cuantos pasos de él.

Ella solo largo una pequeña risa en lo que le pareció melancólico. Desatando su pesado abrigo resbalo al suelo revelando a una hermosa niña de unos quince años, de estatura a unos centímetros debajo de su barbilla.

Vestía con una especie de kimono con mangas muy largas hasta las rodillas blanco con flores de sakuras en las mangas y hombros y una pollera lisa del mismo color hasta mitad del muslo con medias que llegaban debajo de esta y unas botas negras.

Tenía el cabello largo hasta las rodillas color negro noche con reflejos grisáceos, la piel tan pálida como la suya, pero lo que le llamo la atención fueron sus grandes y brillantes ojos violetas claros como los suyos propios, que lo observaban con cariño y necesidad.

- He vuelto aniki sama… - fue lo ultimo que dijo antes de sucumbir a las terribles heridas que tenía en el cuerpo y mancharon de carmesí su ropa blanca. Dejando atónito al peliblanco que la sostuvo antes de que cayera al frío suelo, abriendo ampliamente sus ojos en reconocimiento; no podía ser… después de todos esos años… había regresado su… – Kagome imouto – susurro al viento horrorizado.

Tenía que atenderla rápidamente, sino sería tarde, se decía mientras la cargaba suavemente y corría hacía la oficina del director Cross Kain.

Entrando precipitadamente y con un gran estruendo a la oficina, se encontró con un hombre que tenía puesto una mangas largas violeta con una chaqueta crema por encima, pantalones negros y lo que parecía un poncho verde enzima de este. Su cabello era de marrón miel atado en una cola de caballo. Y sus ojos marrones rojizos eclipsados por unas gafas misteriosas.

Al verlo entrar el hombre tenía una expresión cómica y divertida hasta que vio la mal herida muchacha en brazos de "su hijo adoptivo" cambiando rápidamente por una grave y preocupada.

- Que sucedió Zero-kun – cuestiono rápidamente mientras este acomodaba a la niña en el amplio sillón de la habitación, y el mayor traía el botiquín de primeros auxilios con vendas para curarla.

Zero no contesto su pregunta, sino que quedo congelado al ver la enorme herida de garras en el hombro derecho y en el costado de su estomago de su hermana menor.

Él mismo comenzó a limpiar con paños de agua, hasta sacar toda la sangre pegajosa y luego poner con suavidad en las heridas el alcohol para desinfectarlas y por ultimo vendarlas lentamente pero con firmeza para que sujetaran las gasas en esta.

Cross solo observaba pensativo el panorama, aquellas heridas tenían forma de garras y no podrían haberse hechas por un vampiro, que lo dejaba muy confundido. Y por otro lado, nunca había visto a Zero tan preocupado o dedicado a alguien a parte de Yuuki-chan, ¿Quién podría ser esta misteriosa joven?... era la pregunta que sin duda dominaba el momento.

A la noche del día siguiente Kagome despertó en una desconocida habitación, aún se sentía un poco mareada y perdida, tratando de levantarse se dio cuenta que traía puesto un camisón de niña (una situación un poco rara para su gusto)

Y es cuando recordó el día anterior, cuando viajaba para encontrar a su familia esos estupidos demonios intentaron matarla por la Shikon, pobres ilusos… aunque lograron dañarla por un descuido, pensaba suspirando menos mal que Sesshoumaru no la había visto sino el mismo la mataría por tonta.

Luego recordó que había seguido cuando de pronto sintió el aroma de su hermano mayor… aunque era diferente se parecía al de los… ¡aunque era imposible! Sus padres no permitirían aquello… pero, ahora ¿donde se hallaba Zero aniki?

Abriéndose la puerta rebelo a un hombre mayor entrando con una pequeña bandeja de sopa y agua en ella, que al verla despierta abrió sus ojos en sorpresa y lo que parecía un poco de incredulidad para luego continuar acercándose más despacio.

Kagome solo lo observaba con una expresión fría que rivalizaría con la del inuyoukai, le seguía fijamente paso por paso, tratando de averiguar de quien se trataba.

El director solo sudaba frío con la helada mirada que la niña le daba, podría jurar que ni la de Kaname kun sería tan atemorizante. Aunque observaba incrédulo como podía estar levantada como si nada, por aquellas heridas por lo menos debía estar inconciente por días enteros, en cambió aquí estaba despierta a la mañana siguiente… era un misterio.

- Dime es este momento donde estoy – fue la helada palabra de la joven que hizo al director tropezar hacía atrás, salvando por poco que su bandeja cayera solo la observaba pararse lentamente de la cama mientras lo miraba fijamente.

La pelinegra ante su silencio levanto una ceja ¿acaso no la entendía? Se acercaba despacio al hombre – He dicho… - comenzó cuando sintió una bala rozar su cabeza haciendo que retrocediera a una velocidad sorprendente para un ser humano y de un gruñido ¿pero que les pasa? Pensó mirando al nuevo desconocido que entro en la habitación.

Era un hombre mayor, tenía el cabello largo y negro, piel morena, junto con unos ricos ojos celestes oscuros fríos y calculadores, traía un traje de lo que parecía una película de cowboy y un muy reluciente rifle que hábilmente apuntaba hacía su cráneo… junto con un extraño y a la vez conocida aura… un cazador.

El cazador Toga observaba impasible los movimientos de la niña, definitivamente no era humana por su reciente demostración de recuperación y velocidad, pero tampoco vampiro - ¿Quién y que eres? – pregunto rudamente mientras la apuntaba con su escopeta.

-"Así que yo soy la que no tengo idea de donde estoy o como llegue ¿y soy a la que apunta?" – pensaba con ironía sin cambiar su fría expresión – Estoy Kagome, ¿Dónde esta Zero? – pregunto preocupada, el loco de la escopeta no lo habrá dañado ¿no?

Ante esto Toga también levanto desconfiado una ceja - ¿Por qué tendría que decírtelo? El no entrara aquí – respondió despectivamente.

Kagome ante esto gruño - ¿Qué le han hecho? – grito a los dos hombres en la habitación, si le han hecho daño a su hermano mayor ella se aseguraría de matarlos de la forma más dolorosa.

- No le ha pasado nada, el mismo sabe de todo esto – respondió fríamente el hombre con un poco de confusión por la pregunta, también sabiendo que su aprendiz estaría del otro lado de la puerta, aunque se arrepintió de inmediato por sus palabras al ver el dolor en los ojos de la niña.

La muchacha sintió apretar su pecho con mucho dolor, ¿su hermano… - ¿El lo permitió? – pregunto débilmente a la nada, sin recibir ninguna respuesta. ¡NO! No podía ser verdad, pero entonces ¿Por qué no entraba a ayudarla? Ella podía sentir su aura y aroma del otro lado de la puerta ¿Por qué no evito que le dispararan o la ayudaba y desmentía aquello ahora?, pensaba agachando su cabeza.

- ¿Dime Kagome que eres tu? – cuestiono con suavidad Cross al ver tan triste a la bonita muchacha, simplemente Toga no podía controlar su lengua.

- Soy… un demonio que ni su hermano desea tener en su presencia – dijo melancólicamente levantando el rostro con lágrimas corriendo por sus mejillas y una sonrisa triste y rota. Dejando en shock a todos los que escucharon y a los dos hombres por sus lagrimas y su expresión tan desconsolada.

La habitación quedo en completo silencio y frío – Díganle que estoy feliz de haberlo visto y le entrego muchos buenos deseos – termino secando sus lagrimas pero sin dejar aquella sonrisa, dejando extrañados a los dos ¿Qué intentaba hacer?

Cuando la vieron correr hacia la ventana haciendo que se abriera con una ráfaga invisible tirándose de esta sin un segundo pensamiento, mientras los dos hombres solo atinaron a ampliar sus ojos en la incredulidad para luego correr a esta, para solo verla aterrizar sin problemas… ¿era verdad que es un demonio?

La puerta del cuarto se abrió, entrando en ella Zero preocupado, el había estado escuchando lo que sucedía del otro lado junto con Yuki, se encontraba muy confundido todo había pasado tan de repente que no sabía que pensar. El junto con Ichigo pensaban que su hermana menor estaba muerta como sus padres se lo habían dicho.

Cuando escucho su triste voz incrédula por lo que no la ayudaba, sintió su mano tocar la perilla pero quedo congelado, ¿Por qué temblaba y no entraba? Se preguntaba frenético y aturdido – Zero ¿estas bien? – pregunto preocupada Yuki, no entendía lo que ocurría con el ni en que situación se conocía con la niña que había ayudado.

Perdió su inseguridad al escuchar las palabras rotas y tristes de la muchacha, entrando rápidamente a la abitación pero para ver al director y su maestro Toga observando incrédulos la ventana donde se había tirado.

Reaccionando con velocidad se decidió a ir en su búsqueda, tenía que averiguar si realmente esa niña se trataba de su onee-chan o era una impostora. Corriendo velozmente no escucho la suplica de Yuki.

Llegando al mismo sitio donde se encontraron la noche anterior vio a aquella chica parada con un enorme bolso amarillo en su hombro observando la luna con mucha tristeza para luego girar abruptamente su vista a el, dándole una sonrisa triste.

Zero la miraba fríamente – Tu… no puedes ser Kagome, ella era una humana – refuto sin querer creer la verdad frente a sus ojos. Ella bajo su mirada.

- Hai… yo lo era hasta mis catorce años donde por circunstancias drásticas, me convertí en un demonio, un inu youkai completo… pero yo no he cambiado – dijo firmemente pero con voz suave, el volvió a negarlo bruscamente.

- No, es mentira… ella esta muerta – trato de auto convencerse viendo como los ojos de la niña mostraban mucho dolor, casi sintiendo como su corazón se rompía, bajando nuevamente lagrimas por sus ojos.

Kagome no pudo contener las lagrimas, sonriendo rotamente – No lo entiendes… - se repetía negando con su cabeza mientras apretaba fuertemente sus manos… esta era la recompensa que recibió luego de todos los peligros y dolor que había pasado… quedarse sola.

- Yo solo quería volverte a ver onii san… y estoy muy orgullosa de ti – dijo sinceramente con una sonrisa para él que le hizo latir calidamente su corazón… la misma sonrisa que su hermana – siento haberte hecho daño con mi llegada… ahora me marchare y ya no te volveré a molestar… y no te preocupes cuando me valla no recordaras que yo había venido aquí, solo tendrás los dulces recuerdos de nuestra niñez – decía dando la espalda al peliblanco.

Zero sentía como si fuera a perder una parte de si mismo "Ella es tu hermana y lo sabes" dijo una voz en su cabeza, - "¿Quién eres?" – exigió Zero pero la voz lo ignoro.

"Si ella se va nunca la volverás a ver… ella no es una mala persona, solo esta perdida y sola como lo estabas tu", sí, el antes estaba desolado… antes que conociera a Yuki.

"¿Acaso no la recuerdas?" a su memoria llegaron cuando eran niños y los tres jugaban despreocupadamente, sus sonrisas, su risa "¿piensas dejar que se marche para siempre?" concluyo la extraña voz.

Kagome dio vuelta su cabeza observando a su hermano por ultima vez – Sayonara onii san – dijo tristemente dispuesta a desaparecer cuando una voz la detuvo.

Zero reacciono rápidamente corriendo antes que ella desapareciera para siempre – Kagome – la llamo alcanzando a abrazarla por la espalda, ella se congelo sin saber como reaccionar – estoy muy feliz que ayas vuelto imooto – dijo cayendo pocas lagrimas de sus ojos al ver nuevamente a su hermana pequeña.

La muchacha dio vuelta en su abrazo y lo miro a los ojos – Te extrañe tanto onii san, estaba tan sola – confesaba entre sollozos apretando con sus manos su chaqueta, el suavizo sus ojos. Estuvo a punto de cometer un terrible error.

Ambos se encontraban abrazados, Zero consolando a su pequeña hermana mientras ella daba sollozos incesantes en su pecho, aforrándose a el… ya no estaba sola.

- Por cierto onii san ¿Dónde quedare ahora? ¿Hay algún lugar cerca donde pueda alquilar? – pregunto curiosa, Zero arrugo su nariz ¿alquilar? El no pensaba dejar que su pequeña onee chan se marchara nuevamente… era su única familia.

- Vamos… primero hablemos con Cross – dijo a lo que ella asintió obediente siguiendo de cerca de su hermano mayor sosteniendo su brazo fuertemente como una niña perdida.

De esta manera ambos fueron nuevamente hacía aquella oficina, Kagome dejándose guiar por la mano por su onii-san, pero sin dejar de sentir nerviosismo… ¿Qué les diría ahora?

Al llegar allí, Kagome prácticamente estaba ansiosa, al entrar se encontraron con la vista del hombre rubio que había visto al despertad que los miraba con una serie de emociones por sus ojos café, desde sorpresa, temor, inquietud y finalmente curiosidad, (quizás por estar al lado de onii-san)

- Zero… - solo dijo Cross pidiendo una explicación a su hijo adoptivo, este suspiro tratando de ordenar sus pensamientos.

- Cross ella es Kagome… y es mi hermana menor – comenzó viendo como sus ojos se ampliaban lleno de incredulidad girando su vista entre ellos dos repetidamente.

- No se parecen en nada – comento sin creérselo, Zero gruño en eso ¡claro que se parecían, eran hermanos!

Kagome dio una pequeña sonrisa – Si, mire bien… tenemos los mismos ojos – parpadeo unas cuantas veces queriendo mostrar su punto, el director entrecerró sus ojos viendo que era cierto en el "color" púrpura en ellos, y también la piel pálida.

El peliblanco dio un bufido al ver como el tema se desviaba rápidamente, - Bien… como decía… - de golpe la puerta se abrió bruscamente revelando a un Toga muy molesto y una Yuki nerviosa y temerosa.

Rápidamente el cazador saco su rifle apuntando la cabeza de la muchacha mientras esta entrecerró sus ojos en el, Zero rápidamente se coloco delante de su hermanita, no permitiría que nadie le hiciera daño.

- Zero… ¿q-que haces? – susurro Yuki perpleja, fue entonces cuando vio como él mantenía apretada la mano de esa hermosa muchacha que hizo que su corazón por alguna razón de un doloroso apriete.

Kagome observo la muchacha y su "familiar" reacción, era la misma expresión que seguramente ella misma tenía cuando observaba a Inuyasha con su amada Kikio, pero esto era todo una confusión.

- ¡Toga! Para esta locura y deja de apuntar a Kagome – se levanto Cross, miedo que una desgracia pasara, el pelinegro gruño a su estupidez.

- ¡Quítate Zero! Voy a matar esa criatura rápidamente – Kagome tuvo que retener una sonrisa, como si un humano con un simple rifle podría siquiera lastimarla.

Zero solo afirmo su postura – Maestro… no puede matarla – dijo firmemente, este le envió una mirada interrogativa, Kagome salio de la espalda de su hermano – Permítanme presentarme… me llamo Kagome Kirryu y soy la hermana menor de Zero – mostró una pequeña sonrisa de gracia con una inclinación de respeto.

Todos ampliaron sus ojos, inconcientemente Toga dio un paso atrás y bajo devutativo el arma de apuntar su cabeza.

Yuki solo no podía creerlo, ella no sabía esto, de hecho ella solo pensaba que Ichiru era su único hermano… era tan sorpresivo.

- ¿Podías explicárnoslo Zero? – suspiro Cross a la problemática y confusa situación, el asintió un poco dudoso de que nuevamente su maestro quisiera proseguir con su amenaza.

- Como deben saber nuestros padres nos tuvieron a nosotros, tanto a mí como a Ichiru – al nombrar su nombre fue con un tono oscuro que Kagome no entendió… ¿había pasado algo a onii san? – luego se creyó que mi madre no podía llegar a tener más hijos… hasta que tres años después sin previo aviso tuvieron una hija – miro de reojo a Kagome que poseía tristeza en sus ojos.

- Pero al nacer no era lo que esperaban… - guardo un segundo silencio, Yuki como los demás estaban confundidos en estas palabras.

- ¿Cómo no podía ser lo esperado? – cuestiono frunciendo el ceño… ella siempre creyó que los hijos eran bendiciones y algo que los padres amaban muchísimo.

Zero gruño, - Yo no tenía ninguna cualidad ni poder para llegar a ser una cazadora… - causo sorpresa que la muchacha continuara con el relato – en cambio tenía extraños poderes que no conocían ni se explicaban… que resultaron ser de sacerdotisa… pero aun así nunca podrían prepararme para ser cazadora… solo era una vergüenza para mí clan y mis padres – dijo con mucha tristeza.

Kagome coloco nuevamente aquella sonrisa triste – Bueno, cuando cumplí tres años me llevaron a una familia de monjes en Japón para que me cuidasen, los Higurashi… ¡pero siempre les escribí cartas!... aunque nunca me contestaron, por lo que pensé que se habían olvidado de mí… - recordó un poco incomoda y con mucha tristeza, Zero a esto amplió sus ojos con shock.

Todos escuchaban en shock sus palabras, ella no poseía ningún poder de cazador… ¿pero si de sacerdotisa?, Toga interrumpió esta vez – Recuerdo que durante una visita a tus padres… - el miraba a Zero – creí ver una pequeña niña de tres años… pero pensé que fue solo mi imaginación – esta vez giro su rostro a la muchacha.

La observo fijamente, no había duda esos eran los ojos distintivos de los Kirryu, los mismos que su discípulo gozaba, pero mientras ellos heredaron el cabello plata de su madre, ella obtuvo el negro oscuro… como el de su padre… - Eres como tu padre… - comento a la ligera, sacando una verdadera sonrisa a la niña.

- Arigatoo gozaimasu – dio una inclinación respetuosa, con aquella calida sonrisa, por un momento Toga suavizo sus ojos, esa inocente expresión le recordaba a su discípulo antes que el rencor y el odio lo hallan vuelto frío.

En cambió a Zero no le causo mucha gracia, - ¡Ella no se parece a ellos!, no después de lo que nos hicieron… - gruño haciendo que se sorprendieran, el nunca había hablado de sus padres de esas maneras.

Giro su vista a su hermana – Nunca nos llego ninguna nota o carta… - ella miraba sin entender – a los meses que te fuiste nos dijeron que habías muerto de una enfermedad… por lo que nunca más te nombraron – apretaba fuertemente sus puños de rencor por haberles dicho aquella mentira sobre su propia hermana, la muchacha había comenzado a derramar lagrimas… ¿Por qué le harían aquello? ¿Qué les había hecho?

Todos se quedaron sin palabras, ¿Cómo pudieron haber hecho eso a sus hijos? ¿Cómo abandonar a su pequeña hija sin jamás volver a verla?... ¿Cómo? Era la respuesta que buscaban.

La niña se negaba a creerlo… ¡ella no era odiada por sus padres! – E-esto es un e-error onii san… solo tenemos que hablar con ellos… así aclararemos todo… por cierto ¿Cómo esta Ichiru onii san? – cuestiono cada vez más aturdida. Su hermano solo parecía derrumbarse.

Yuki y los demás solo mantenían una mirada de puro horror… ella ni siquiera sabía que su familia había muerto, ni que Ichiru buscaba matar a Zero.

El director Cross solo aclaro su garganta, - Será mejor que Zero hable a solas con Kagome – dijo con seriedad a su hija, Yuki asintió tristemente, al pasar el hombre solo coloco una mano en el hombro de la niña que estaba confundida… ¿Por qué todos se marchaban? ¿Qué sucedía?

Al cerrar la puerta Zero coloco una mirada en blanco, - Kagome a los cuatro años que te marchaste… una vampiro pura sangre mato a nuestros padres… y no solo eso sino que se llevo a Ichiru quien… - allí contó toda su historia… desde que Toga los había cuidado, la muerte de su familia, como había llegado al cuidado del director, para años después volver a ver a su hermano completamente cambiado y frío a las ordenes de aquella purasangre.

Kagome se aferro a él en un fuerte abrazo y lloraba desconsoladamente, incluso Zero no pudo contenerse y soltó lagrimas que había guardado desde que era niño, teniendo un nuevo apoyo para descargar sus penas, llorando por el tiempo quitado juntos, la muerte de su familia, la separación de su hermano, su reencuentro, eran tantas memorias perdidas… tantas emociones encontradas.

Unos segundos después, Zero de repente se separo bruscamente de ella, haciéndola confundir por su lejanía – Onii san… ¿he hecho algo malo? – cuestiono encogiéndose ante la posibilidad.

El cerro fuertemente sus ojos, el tenía que desrícelo – Yo… fui convertido en un vampiro por aquella mujer, por lo no puedo estar junto a ti ¡podría hacerte daño!... yo soy un monstruo… - cubrió su rostro con sus manos, vergüenza de hacer frente a su hermana luego de eso.

Sin embargo se sorprendió al sentir como era nuevamente abrazado, - ¡No me importa! Tu nunca serás un monstruo… siempre serás Zero onii san, mi querido hermano mayor, además… si pudiste aceptar a un demonio como hermana… ¡yo acepto gustosa un vampiro guapo como mí onii san! – dio una sonrisa, el se sonrojo en sus palabras pero devolvió el gesto.

- Es cierto, también te convertiste en una demonio muy bonita… tendré que cuidarte mucho… - esto lo dijo con seriedad que la hizo reír, ambos se sentían completos, tanto Zero que se había quitado un enorme peso del pecho y sentía nuevamente la calidez de la… familia.

Yuki, Cross y Toga oyeron el anuncio de parte de Kagome que podían pasar, al entrar los encontraron con una pequeña sonrisa a ambos, que aunque quedaban rastro de las lagrimas (en especial en Kagome que tenía los ojos muy rojos) ya el ambiente se había suavizado.

Es más la pelicastaña noto una tranquilidad en Zero que hace mucho tiempo no tenía, se sentía muy feliz por ellos.

- Bien… creo que escuche toda la historia de onii san… pero también querrán saber la mía ¿no? – sonrió nerviosamente al sentir la intensidad de su mirada.

Ella dio un inaudible suspiro, ¡Vamos Kagome! – Bien… como dije fui criada en un santuario por la familia Higurashi quienes desde pequeña me enseñaron sobre mi legado, eran Shigure el monje del recinto, su hija Dashiko y su nieto Souta. Eran como mi propia familia… - recordó con melancolía.

- Pero al cumplir mis catorce años, caí en el pozo devora huesos de nuestro templo… - Yuki y Zero ampliaron sus ojos, la primera con interés y el segundo con preocupación – cuando desperté me di cuenta que había cruzado quinientos años en el pasado… ¡la era feudal! – aquí Yuki dijo un "wow" mientras los demás estaban atónitos.

Kagome procedió a contar toda su aventura sobre la Shikon no Tama, desde su encuentro con Inuyasha, sus amigos, como buscaban derrotar a Naraku… hasta que llego la parte importante.

/Flash Back/

Y aquí se hallaban todos reunidos, desde Koga y Ayame quienes ya eran compañeros gracias a que este por fin descifro los sentimientos que sentía por la pelirroja de amor, dándose cuenta que solo tenía cariño de hermanos hacía la pelinegra.

También el grupo de Inuyasha, en que por fin nuestro monje pervertido Miroku había decidido confesar seriamente sus sentimientos a la exterminadora Sango quedando ambos en un compromiso que darían al terminar su búsqueda. Mientras Shipoo y Kirara se encontraban felices por sus amigos.

Después Inuyasha al lado de Kikyo, quien los había acompañado luego que el hanyou por fin puso claro sus sentimientos, eligiendo su primer amor y rompiendo el corazón de la niña del futuro. Que aunque acepto su desición con el tiempo habían desarrollado una relación de mejores amigos/hermanos.

Ahora solo esperaban los últimos guerreros. Todos giraron sus vistas al sentir dos poderosas auras acercándose a ellos.

Allí estaban Sesshoumaru y Kagome. Después que haya pasado aquello con Inuyasha, fue cuando se entero de la trágica noticia que la niña que lo acompañaba Rin había sido muerta por un demonio enviado por Naraku… dejando prácticamente a un derroche al antiguo y temerario taiyoukai.

Desde que la muchacha había desarrollado cierto respeto a los ojos del demonio. Ella había decidido fervientemente salvarlo de autodestruirse de la culpa, sin hacer caso de la preocupación y advertencia de sus amigos se fue junto a él.

Y aunque le costo levantarlo, había podido hacerlo al contarle la historia de su propia familia, juntos se apoyaron para superar sus problemas. Terminando siendo entrenada por él quien se había vuelto ferozmente sobre protector y adjunto a su adoptada onee san.

Sesshoumaru con su elegancia y gracia etéreo, como si nada lo pudiera siquiera afectar, solo la muchacha sabía el dolor que llevaba dentro. Y Kagome junto con un kimono celeste hasta los muslos y sandalias feudales. Ella ya no utilizaba su arco… pues al querer diferenciarse de Kikyo el youkai la había entrenado en la katana, dejando una guerrera muy esplendida que además cumplió en aprender sus poderes sacerdotales sorprendentemente.

- Fueron diez meses de búsqueda, ¿eh amigos?... creo que es buen momento para terminarlo ¿no lo creen? – rió de su propia broma, los demás sonrieron y asintieron con entusiasmo.

La batalla contra Naraku había sido muy difícil de superar, pues las peleas fueron aguerridas… Kouga y Ayame habían peleado contra Kagura y los demonios de este.

Mientras Miroku se enfrentaba a Hakudoshi, Sango habría tenido que luchar contra el cuerpo dominado de su hermano Kohaku quien hacía que su corazón se quebrase de dolor.

Kikyo tiraba sus temibles flechas de sacerdotisa hacía la barrera que contenía el medio demonio y Kagome destruía a su paso los demonios que intentaban comerlas para evitar que lograran su objetivo.

Mientras Inuyasha como Sesshoumaru luchaban contra aquel maligno ser que tantas muertes y sufrimientos había causado… sin embargo su poder se había vuelto casi ilimitado al poseer casi la joya completa… sin contar el fragmento que Kagome llevaba en su cuello.

- ¡Nunca podrán vencer al invencible de Naraku! – fue el grito con locura que lanzo al dejar heridos de gravedad a ambos. Dispuesto a terminar con sus vidas abalanzo sus temibles tentáculos hacía ellos… hasta que alguien para su sorpresa lo detuvo.

Kagome se había colocado frente a ambos logrando desintegrar aquellas extremidades - ¡Kagome! – grito preocupado Inuyasha al igual que Sesshoumaru que observaba con opresión a su hermana menor.

Ella ignoro sus gritos sino que siguió avanzando con todas sus fuerzas contra aquel despiadado ser, esto solo la miraba atónito para luego reír con burla - ¡No creas que podrás conmigo!... solo eres una copia de Kikyo – dio en la herida profunda de su corazón.

Ella lo miraba con determinación, los ojos de Naraku se ampliaron en horror al ver como la energía que usaba a trabes de su espada era santa, dio un paso atrás al verla casi sobre el mismo.

En un arrebato de ira se lanzo contra ella atravesando con su garra su estomago, todos observaban con horror la escena mientras gritaban desesperados su nombre.

- ¡Hoy será tu final Naraku! – grito la azabache mientras caía una gota fina de sangre por su boca, de repente se abrazo a este sin dejar que se separara de ella. La joya de Shikon la llamaba.

El demonio solo gritaba de dolor al sentir como la joya era arrancado de su pecho para luego ser depositado en la mano de la muchacha. – Muere – susurro fríamente la niña clavando su espada limpiamente en su corazón.

Este solo dio un grito ahogado al convertirse en solo pequeñas partículas de polvo. Pero no hubo ninguna felicidad por ello… no al ver inmediatamente después el cuerpo de Kagome cayendo al suelo.

Sesshoumaru la alcanzo antes que cayera y la acunaba en sus brazos, ella sonrió tristemente en el – Deseo… - sujeto fuertemente la joya en sus manos.

/Fin del flash back/

- Y bueno eso fue lo que paso… la joya volvió nuevamente a mi cuerpo y logramos derrotar a Naraku… las almas del Shikon decidieron que sería más útil como demonio para protegerlos y heme aquí – su broma estaba llena de sarcasmo y amargura.

Kagome no entendía mucho lo que había pasado… la verdad ella solo había despertado convertida en una inu… junto con los deseos de todos hechos realidad, Kohaku había revivido nuevamente, Sesshoumaru recibió su brazo derecho y Kikyo había vuelto a la vida… ella pensó que al volverse demonio sus almas se habían separado haciendo posible aquello.

Ella desde entonces se había convertido en la hermana menor y oficial de Sesshoumaru, luego Midorico le había informado que solo tendría solo tendría un mes antes de volver a su época que había quedado junto a el antes de volver… aunque nunca hubiera creído lo que luego le sucedería.

Todos tenían distintos pensamientos por su cabeza, desde Cross reconocimiento y entendimiento, Toga incredulidad y sorpresa, Yuki de brillo y admiración. Y finalmente Zero… total horror y desesperación por los terribles e innumerables peligros que había pasado su hermana pequeña.

- Dos meses después fui regresada a mí época donde la joya dijo "es tú época"… - gruño en ese recordatorio… ella pertenecía allí con sus hermanos y amigos – cuando llegue unos días después unos demonios mataron a toda mi familia adoptiva los Higurashi… por lo que solo empaque mis pertenencia y salí de allí en busca de mí familia… y en resumen… ¡heme aquí! – a Kagome no le importaba si estaba pareciendo fría ni que impresión llegaba a dar… ella solo quería olvidar su pasado, sin que le estuviera cortando el corazón lentamente como si fuera agujas colocadas cruelmente en él.

Nadie sabía como alentar ni dar animo a la profunda tristeza que la niña guardaba dentro, Zero simplemente coloco una mano en su cabeza dándole lentos masajes para relajarla. – Ya todo va a estar bien – dijo suavemente a la niña.

Yuki dio una calida sonrisa, - Hai… ahora te quedaras aquí con nosotros – comento con ánimos haciendo que Kagome de una sonrisa agradecida para ambos. Solo hubiera querido contarles toda la verdad… pero ella no quería llenar de tristeza con su pasado.

- Aunque estés muy molesta y gruñona – dijo divertido Toga con una desvergonzada sonrisa, Kagome gruño en el hombre mientras los demás miraban con diversión la escena.

Zero inmediatamente dio cuenta que su maestro había llegado a apreciar a su onee san sino… el solo estaría tratando de matarla en vez de jugar con ella.

Yuki rápidamente se levanto de su asiento en un salto - ¡Ah! con el profesor Toga encontramos esto escondido – rápidamente fue y trajo una enorme mochila de color verde que estaba como destrozada por garras.

Los ojos de Kagome se volvieron totalmente brillantes junto con su sonrisa, - ¡Si! ¡arigatoo son mis cosas! – comenzó a abrazar su amada mochila… ¡pensó que se había perdido!, todos la miraban extrañados y divertidos por el inmenso cariño que repentinamente mostraba por la desgarrada cosa.

En un abrir y cerrar de ojos saco un enorme paquete envuelto, - ¿Una katana Kagome? – cuestiono sin entender su hermano, ella sonreía con alivio.

- Hai, es mía… menos mal que no lo tocaron… el tiene como una conexión solo conmigo por sangre… por lo que si un extraño lo toca… probablemente lo mate instantáneamente… - pensaba en voz alta descuidadamente sin darse cuenta de las miradas incrédulas que recibía.

- ¡Ah! bueno, nunca supe si era tan así… entonces podríamos probar si es cierto… ¿Por qué no Toga sensei? – lo miro con malicia, este gruño mirándola asesinamente, ¡el no iba a tocar esa cosa para probar su ridícula teoría!

Kagome se encogió de hombros, - ¡Ah! también tengo toda mi ropa y algunas cosas… ya quiero cambiarme y asearme… estoy tan cansada – seguía diciendo abriendo su bolso, todos la miraron curioso por saber que sacaría hasta que la vieron palidecer como un fantasma.

- Kagome san ¿esta todo bien? – pregunto un poco preocupado el director, la niña negaba con horror su cabeza… todos estaban desesperándose por ella.

De pronto la vieron dar vuelta el bolso y volcar su contenido en el suelo… toda su ropa estaba en trizas… muy pequeñas e irreconocibles trizas de colores variados.

- No puede ser… - repetía con espanto, - ¡KYYAAAAAAAA! – se escucho el grito lleno de horror en todo el instituto Cross haciendo a la mayoría de los estudiantes sentir un escalofrío de miedo.

A Kagome no le importaba. Pues su día se había vuelto una completa pesadilla.

A/N: Un día desperté y me dije a mi misma ¿Por qué no mezclar un poco dos fabulosas series? ¡y esto dio como resultado! Espero que les gustase el primer capitulo, se que es un poco largo… pero realmente me entusiasme y temía perder ciertas ideas… y explicar como Kagome chan termino aquí…

¡Sus opiniones siempre serán bien recibidas! ¡ah y cualquier duda me avisan!

Muchos saludos para todos.