La negra oscuridad lo cubre todo. Solo se escucha el ritmo desacompasado de su respiración nerviosa, asustada y ansiosa, tratando de distinguir inútilmente alguna cosa a su alrededor.

-Allen… -Espeta débilmente, pero nadie responde.- ¡Allen! –Grita más preocupada. En ese momento, al ruido de su respiración se agrega el sonido del débil latir de su corazón, que con cada bombeo, ilumina de rojo sanguíneo la oscuridad que la rodea, como si estuviese dentro de la membrana de un órgano interno.

-Esto es… -Profiere la joven mujer, mirando en todas direcciones, mientras los latidos se escuchan cada vez más fuertes, alternando entre luz roja y oscuridad. Ella se arrodilla y se lleva las manos a la boca, mareada.- ¿Dónde estás…? –Pregunta desesperada. Una pequeña risa la saca de su abstracción, forzándola a ver hacia delante casi por reflejo. Se topa con la figura hecha de sombras de una niña de unos dos años, que la observa con ojos que brillan rojo intenso, mostrándole una sonrisa que se extiende literalmente de oreja a oreja, transparentando el fondo rojo a través de ella.

-Ella será nuestra… -Dice la pequeña sombra, en tono casi hambriento.- Debe estar con nosotros… -Agrega al mismo tiempo que la sombra de la niña se rodea de más sombras demoniacas y cadavéricas, la cuales se aproximan a ella. La intermitencia de negro y rojo es cada vez más rápida.

-¡¡No, espera, cuidado!!! –Grita extendiendo su mano hacia delante y corriendo hacia ella, pero la detiene un súbito golpe interno en su corazón, que la obliga a pararse en seco y caer de rodillas, sin aire para respirar.- Cuidado… -La llama suplicante, pero la pequeña sombra no deja de reírse mientras es rodeada por los huesos y los demonios que acaban de aparecer.- No… -Niega con la cabeza; algunas lágrimas se asoman por sus ojos.- No… ¡¡¡¡Nooo!!!!!! –Grita desesperada. De repente, abre los ojos, envuelta en sudor, levantándose precipitadamente.

-¡Lenalee! –Dice su esposo, que la atrapa entre sus brazos luego de haber estado tratando de despertarla. La joven mujer de cabello largo, que viste un camisón de tirantes, de seda color lila, lo abraza asustada.- Tranquila, ya pasó, fue solo una pesadilla… -La calma acercando su cabeza hacia él, acariciando su cabello, mientras pone la otra en su costado, aproximándola a su lado.

-Allen… -Pone sus manos en su espalda, arrugando con los dedos la camiseta blanca que viste, y lo aprieta contra su cuerpo con fuerza, mientras algunas lágrimas gruesas se deslizan por sus mejillas.- Allen… -Repite otra vez, incapaz de articular nada más, apoyándose en él y cerrando los ojos. Él continúa abrazándola, cierra los ojos, luego los abre de nuevo y dirige una mirada hacia la luna que se ve a través de su ventana, preocupado.

-Pesadilla… -Repite recordando haber tenido el mismo sueño, intrigado.

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D. GRAY-MAN – Ser Celestial

Secuela de Ojos de Inocencia

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1ª noche – Obertura blanca

El sol brilla intenso, iluminando suavemente el paisaje de las praderas europeas gracias al cielo despejado a su alrededor. Es la imagen de un pueblo rural, formado de algunas casas de madera, con varias granjas en los alrededores. Hay una cafetería exterior que deja que los clientes contemplen la vista protegidos por sombrillas para el sol en sus mesas, desde donde una joven de cabello negro corto y ligeramente ondulado, con un traje del mismo color, de adornos plateados, bordeando más o menos los veinte años, con sus ojos rosados observa apaciblemente la imagen de unos viajeros que cruzan el camino. Toma la taza de té que está sobre la mesa con su mano izquierda y le da un sorbo a la bebida delicadamente.

-Las misiones deberían ser así más seguido… esto es en verdad relajante. –Comenta para sí mientras mueve el contenido de la taza con un giro de muñeca, creando espirales en el líquido para uniformizar el sabor.

-¿Crees que hemos venido a jugar? Oh, lo olvidaba, en Francia todo es diversión. –Se escucha la voz severa de su compañero de misión a través del golem plateado que la acompaña, el cual es muy semejante a Timcampy, pero tiene el símbolo de la luna creciente en vez de la cruz.

-Kanda-san, no he estado en Francia desde hace más de cinco años, y cuando lo estuve, difícilmente iba a la ciudad. –Responde ella en tono jovial, mientras su mirada se agudiza, posándose sobre los viajeros que llegan hasta la plaza del pueblo, donde hay un pequeño mercado de venta de verduras.

-¿Y ahora planeas desquitarte? –Contesta con ironía. Mientras hablan, un hombrecillo rubio, que lleva boina y abrigo, la observa sentado desde el balcón de un edificio cercano, desapercibido para ambos.

-Kanda-san. –Con tono serio, interrumpe la conversación al identificar las energías de los misteriosos individuos. En las pupilas de sus ojos se dibujan medias lunas verde intenso, preparadas a desplegar su inocencia.

-¿Ahora? –Inquiere el exorcista.

-Ahora. –Anuncia ella. Al terminar de decir esas palabras, los cuerpos de los viajeros se revientan, dejando salir su verdadera forma de Akumas, hay tres nivel uno y 2 nivel 2. La gente de la plaza comienza a gritar despavorida, corriendo en todas direcciones, pisoteando las verduras y dejando los puestos tirados, mientras los Akumas se elevan y miran en todas direcciones, buscando su primera víctima.

-¡¡Este será un gran festín de almas para el conde!! –Celebra el nivel 2 que comanda, quien luce como un ratón de acero gigante. Lo acompaña un conejo de acero con ametralladoras de cadena en ambas manos.

-¡¡¡Y para nosotros también!!! –Celebra él.

-¿Es en serio esto? ¿Es por esta basura que tuvimos que venir nosotros? –Dice Kanda, en tono decepcionado de pie en el techo de una de las casas, mostrándose ante los Akumas con la Mugen empuñada en su mano derecha.

-¿¡Eh!?

-¡¡Exorcistas!! –Identifica el otro Akuma, que de repente se vuelve hacia la cafetería al sentir la presencia de la compañera de misión del espadachín.

-¡¡Muere!! ¡¡Niveles uno, ataquen!! –Ordena el nivel dos. Una lluvia de balas cae sobre el establecimiento, provocando una estrepitosa explosión que rodea de humo esa parte de la plaza. El cabello de Kanda ondea ligeramente con la brisa producida por la explosión; sin embargo, él no hace más que volver el rostro, impaciente.

-Che… -Profiere molesto.- Sigues pareciéndose al brote de habas… son unos exhibicionistas, tú y él, brote de frijoles. -Espeta finalmente su apodo, dirigiendo su mirada hacia el humo que se disipa. En medio de él, aparece un escudo de burbuja que brilla color verde intenso y transparente, habiendo protegido la propiedad completa del ataque los Akumas. De las manos de la exorcista sale la proyección de un yoyo que está creando la defensa. Luego de unos segundos, este desaparece junto con la protección, dejando a la joven exorcista descubierta ante sus objetivos.- ¡¿Qué tanto estás haciendo, Stella?! –Reclama Kanda.

-Exorcista… ¡¡EXORCISTA!! -Repiten de nuevo los Akumas. Stella, que tiene la cabeza baja, la levanta y abre sus ojos, que ahora brillan verde intenso, reflejando en ellos la figura de los enemigos.

-Disculpa, Kanda-san, pero me distraje. -Le muestra una sonrisa; luego finalmente se pone seria.- Ahora, será mejor que terminemos con esto de una vez… -Espeta con un tono ligeramente culpable.

-¿¡De qué estás hablando!? ¡¡Muere, exorcista!! –Se abalanzan sobre ella todos los Akumas. Stella sonríe un poco y vuelve a abrir sus párpados, mostrando sus ojos de inocencia.

-INOCENCIA ACTÍVATE. PROYECCIÓN… ARCO DE LA CAZADORA. –Invoca creando el arco de su maestra entre sus manos, ahora mucho más grande, casi de su talla, con flechas del doble del tamaño que las de antes. Enfocando a todos con una sola mirada, como si al verlos instantáneamente una mira de disparo se dibujara en sus pupilas.- ¡¡¡LLUVIA CELESTE!!!! –Profiere dejando ir un solo flechazo, que en el instante se transforma en una lluvia de agujas que se clavan en todos los Akumas al mismo tiempo, creando una estela de explosiones frente a ella.

-¡¡¡NOOOO!!! –Se escucha el grito del último nivel dos antes de reventarse. Los dos exorcistas contemplan la luz del fuego creado por los monstruos al morir, la cual se disipa en un instante. Luego de eso, Kanda baja de un salto a ubicarse al lado de su compañera, enfundando su arma mientras dirige sus ojos hacia la salida del pueblo, evitando deliberadamente mirar a Stella, que se limita a sonreír para si.

-Debemos volver al cuartel lo antes posible; a lo mejor nos asignan una misión que valga la pena. –Agrega el exorcista, en tono indiferente. Stella se ríe un poco ante el comentario, llevándose el puño cerrado y rozando con él su labio inferior, cubriendo discretamente su sonrisa. Los cuatro años que han pasado sobre ella se evidencian, habiendo transformado a la inocente chica que Allen y Lenalee conocieron, en una hermosa joven de 21 años. Su rostro luce más delicado y delineado, su cabello sedoso, ligeramente más largo, su figura ahora más estilizada que antes, distinguiéndose mejor las curvas de su cuerpo, la cual luce perfecta ajustada al traje negro que la cubre. Ha crecido algunos centímetros de estatura, pero la diferencia de ésta entre ella y Kanda aún es evidente, ya que él también ha terminado de estirar unos pocos centímetros más.

-¿Dices que esta misión no valió la pena? –Inquiere curiosa la pelinegra.

-Los niveles uno y dos están fuera de mi liga desde hace mucho tiempo. –Contesta ligeramente explicativo mientras le da la espalda a Stella, caminando hacia delante. Stella suspira un poco y luego comienza a caminar tras él. Desde el frente, se ve a Kanda cerrar los ojos y mostrar un rostro sereno, como si en el fondo disfrutase un poco del ambiente que tiene ahora.

-Se a lo que te refieres. –Responde Stella. En ese momento, ambos se detienen al verse frente al hombre que hacía un momento observaba a Stella desde el balcón, quien está respirando jadeante mientras pretende cortarles el camino.

-¿Y esto? ¿Acaso un Akuma? –Inquiere Kanda, moviendo sus pupilas hacia Stella, sin mover el rostro. La joven activa sus ojos verdes y fija su mirada en el hombre.

-… No, es humano. –Responde ella.- Sin embargo… -Profiere extrañada.- Hay algo que no está bien…

-Lo hicieron muy bien contra esos akumas, exorcistas… realmente salvaron a la gente del pueblo… -Les dice sin dejar de jadear. Stella se pone nerviosa, mientras Kanda lleva su mano derecha hacia el mango de su mugen, listo para desenvainarla de nuevo.

-No es algo que hagamos por tu agradecimiento. Hazte a un lado. –Le ordena el espadachín, inquieto.

-… Lo hicieron… tan bien… huh… que yo… -Habla cada vez más cortado por sus propias inhalaciones, curvando su espalda hacia delante, dejando caer su boina hacia el piso.

-… Kanda-san… -Lo llama Stella, preparándose.

-Si, lo se.

-…¡¡TANTO QUE NO PUEDO CONTENER EL DESEO DE MATARLOS!!! –Grita explotando en furia y emoción, inflando su delgada figura en unos súbitamente forzados músculos que rompen parte de su camisa, sus venas se saltan y se colorean de rojo intenso, mientras sus ojos se vuelven amarillo brillante, rodeándose de energía caótica mezclada con oscuridad; hecho cuya sensación deja helados a ambos exorcistas.

-¡¡¡Esto es…!!!! –Profiere Stella.

-Grr… -Gruñe Kanda, desenvainando su espada mientras el inesperado atacante se abalanza sobre ellos, con la mirada perdida y la boca mojada de saliva que corre sobre sus labios.- ¡¡Stella, atrás!! –Le grita mirándola por un segundo, luego centra su atención en el enemigo mientras lanza un corte frontal hacia él. El cabello de Stella se mueve por el viento de la velocidad del corte, mientras sus ojos se fijan en los movimientos de las manos del exorcista…

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(Intermedio D. Gray-man)

(Fin del intermedio)

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Es la orden oscura. El lugar sigue siendo el mismo de siempre, como si los años no pasaran a través de él, salvo la excepción de que ahora luce más iluminado que antes, las luces instaladas en los pasillos han transformado el ambiente para volverlo un lugar más acogedor. Komui lo decidió así desde que Allen y Lenalee se fueran a vivir fuera de la orden a su casa propia luego de su boda. Por los recién pasajes interiores, se ve caminando a dos figuras adultas acompañadas de una más pequeña, que va montada sobre los hombros del más alto; dirigiéndose hacia la oficina de supervisión.

-¿Y esta vez si podré jugar con las agujas del abuelo? –Pregunta la vivaracha voz del chico, cuyo cabello rojo cubre parcialmente su frente.

-No, ya te he dicho que son peligrosas. –Responde la voz de su madre, que camina a su lado.- Además, ya hemos hablado de que debes decirle "Bookman", y no abuelo.

-Pero es mi abuelo, ¿no es así, papá? –Pregunta el chiquillo mirando a la cabeza de quien lo lleva en hombros.

-Si, supongo que sí lo es.

-¡Lavi! –Lo reprende Maus, en un tono ligeramente severo. La hermosa joven de hace cinco años lo es ahora mucho más aún. Su cabello rojo ahora cae largo y suelto sobre su espalda y sus pequeños hombros. Aún viste el traje de exorcista que hace juego con el de su esposo, como si fuera un uniforme específico para ellos, pero ella lleva un pañuelo naranja atado en la cadera, que cae a un lado de su pantalón blanco.

-Ya, que al viejo no le cae mal que le recuerden lo viejo que está. –Se burla un poco el pelirrojo bookman.

-¿El abuelo es viejo? –Pregunta el chico.

-¡¡Benji!! –Le reclama su madre. Él vuelve a mirarla y saca la lengua, cerrando los ojos.

-Perdón, mamá.

-Si, es un anciano, pero no quiere admitirlo. –Contesta Lavi.

-… Lavi-idio… -Comienza a decir la bookgirl, pero se detiene ante la sonrisa que se forma en el rostro de él, recordándole algo.

-Recuerda que acordamos que nada de violencia frente a Ben. Ni física, ni menos verbal. –Se burla riendo un poco.

-¿Violencia? ¿Mamá va a golpearte, papá?

-No, hijo, no lo hará. Las mamás no deben golpear a los papás, ni viceversa. –Le explica casi en tono paternal. Maus sonríe un poco, derrotada y conmovida a la vez por escuchar la explicación. Lavi nunca levantó una mano contra ella luego de aquel momento de frustración hace cinco años, luego del cuál él le juró siempre cuidarla.

-Es verdad, no deben hacerlo, pelear no está bien. –Admite ella.

-… No lo está… -Repite Lavi, secundándola. Baja la mirada y se detiene un instante. Ben los mira a ambos un momento, mirándolos pensativos.

-Uhh… pero yo una vez vi a la tía Lilly golpear al tío Allen justo en la cara. –Recuerda poniéndose un dedo sobre la barbilla. El chico de cuatro años, muy despierto, y con las capacidades inherentes a un bookman muy desarrolladas, sin duda a veces pone en jaque la capacidad de respuesta de sus progenitores.

-¿Tía Lilly? –Pregunta Maus.

-Se refiere a Lenalee. Dice que Lilly es más fácil de decir. –Explica el padre.

-Huh… nunca lo hubiera visto de esa forma, pero sin duda es muy lindo. –Sonríe ella, acariciando el cabello de su hijo con la mano. El cierra los ojos y sonríe mientras recibe la caricia. En ese momento llegan a la oficina de Komui, pero justo antes de entrar, se encuentran con Bookman, que está de pie en el pasillo contrario, y que parece mirar a ambos padres a la vez.

-Viejo… -Saluda Lavi, tratando de sonar amable. Maus, por el contrario, no puede evitar hacer una mueca de incomodidad al verlo, siempre inexpresivo.

-Hola, muchachos. –Saluda seco. En los años siguientes al nacimiento de Benjamin, el viejo Bookman siguió a su manera de cerca su desarrollo, apuntando a iniciarlo en su destino como Bookman cuando el momento llegue.

-Buenas tardes, maestro Bookman. –Saluda Maus, con su elegancia característica.

-Buenas tardes, abuelo. Saluda Benji. El viejo le dirige una sonrisa y asiente.

-Dentro de poco estará listo para ir a la biblioteca. –Sentencia haciendo referencia a un lugar en específico, palabra que ambos padres reconocen en un instante.

-Lo se. –Responde Bookman Jr.

-Ese es un asunto que trataremos en su momento, maestro Bookman. –Interviene Maus. Bookman entrecierra la mirada ante su comentario.

-También tenemos pendiente el otro asunto… les hablaré de eso cuando sea prudente. Por ahora pasen ya, que el supervisor los está esperando. –Se da la vuelta y se aleja caminando con las manos detrás de la espalda. Maus toma entre sus brazos a Ben, quien ya se ha bajado de los brazos de Lavi, y lo abraza contra su cuerpo, levantándolo de nuevo. Cierra los ojos mientras lleva su pequeña cara junto a la suya, haciendo que apoye su barbilla sobre su hombro.

-Te amo, Benji…

-Y yo a ti, mamá. –Responde el chico, no enterado de los pensamientos encontrados en cuanto a su destino. Lavi desvía la mirada hacia un lado, evidenciando un atisbo de confusión ante el tema. En ese segundo, Reever abre la puerta de la oficina y se asoma, mirando a la familia de cabellos rojos.

-¡Lavi, Maus, Ben-kun! –Saluda alegre.- Pasen, el supervisor los está esperando.

-Ah, jefe Reever. –Responde Lavi, entrando a su modo sonriente y estrechando su mano. Maus, que aún tiene a su hijo entre sus brazos, camina tras él y entra a la habitación. La puerta se cierra tras ella. Al entrar, está Komui sentado en su silla. Cerca de él, apoyada sobre la librera y con los brazos cruzados, está una joven japonesa de cabello azul, recogido en una cola de caballo, y que porta una katana en su espalda, con cara de amargada.

-Hola, Komui. ¿Cuál es la urgencia? –Pregunta Lavi saludándolo con la mano, pero se queda frío en cuanto ve a la chica que está en el salón, quien le dirige una mirada fría en cuanto siente contacto con sus ojos.

-Esa niña es… -También la reconoce Maus, pronunciándola en tono desconfiado.

-Sarubi, por favor, lleva a Ben a jugar afuera. –Le solicita su hermano. La joven exapostol, ahora exorcista, entra por la puerta posterior de la habitación, presentándose con obediencia.

-Como tú digas, Komui Onii-sama. –Le dice mientras se acerca a Maus y el chico cambia de brazos, siendo recibido por los de ella.

-¡Saru-chan, hola! –Saluda emocionado el chico.

-Saru… -Repite Sarubi, pensando en un mono sobre una palmera.- Hm… -Lucha interiormente para borrar el humo negro que rodea su cabeza, reemplazándolo por una sonrisa.

-Vamos afuera un momento, Ben-kun, te enseñaré un juego nuevo.

-¡Excelente! – Responde él, emocionado. Al salir, Komui vuelve a ver de nuevo a la pareja de exorcistas. La chica de la espada abre los ojos y los mira fijamente, como si también fuera a ser parte de la conversación.

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Es de mañana en la pradera abierta. En medio de ella se ve una casa de campo hecha de ladrillo y madera, con una chimenea que se extiende como torre a un lado de la pared, frente a la cual hay una pequeña construcción que parece servir de cobertizo, cerca de la cual hay un pequeño establo. En la entrada de la casa hay algunos troncos de leña apilados en pirámide, cerca de un hacha clavada en el muñón de un árbol cortado, que parece servir de base para el trabajo. El terreno está delimitado por unas vallas blancas de madera, y hay un perro blanco manchado que está dormido frente al refugio construido para él a un lado de la vivienda. En el interior de la casa, la hermosa exorcista de cabello verde oscuro, aún yace acostada en medio de las sábanas de su cama, cubierta por una, mientras ella parece haberse dormido abrazando a alguien, que ya se ha levantado. Sus ojos lucen un poco desvelados, y en sus mejillas aún hay señales de haber llorado un poco, tal vez inconscientemente.

-A… llen… -Repite aún en sueños. Uno de los tirantes de su bata se ha deslizado a un lado de su brazo, dejando expuesto su hombro y un poco de la parte superior de su pecho. Se mueve un poco para acomodarse y la prenda se mueve junto con ella. Sin embargo, en ese momento comienza a abrir los ojos, cerrándolos de nuevo por el golpe de la luz que se filtra por la ventana.- Allen… -Articula más despierta, sentándose sobre la cama y levantándose el tirante con la mano. Levanta un poco el rostro y juntando los párpados, eleva la nariz y huele con ella el olor que invade la casa, como a desayuno recién hecho. Se quita la cobija de encima y gira su cuerpo a un lado de la cama, calzando sus pies en un par de sandalias que están a un lado, se pone de pie y camina por la habitación, la cual está adornada con algunas fotografías de la boda, ellos dos frente a la iglesia, Lenalee con Stella, Maus y Miranda riéndose, Allen, Lavi, Kanda y Komui vestidos de traje, y algunas de sus momentos en la orden con ellos también. Sale del cuarto y sigue el olor hasta la cocina, donde encuentra a Walker parado frente a la estufa, terminando de freír unos huevos, muy concentrado en la tarea. Ella lo mira y al instante aflora en su rostro una sonrisa para él.

-Buenos días, Allen.

-Lenalee… -Vuelve a mirarla sintiéndose descubierto. –Buenos días. Quería terminar el desayuno sin que te despertaras. –Comenta mostrándole la cuchara con la que trabaja. Lenalee camina hasta su lado y lo abraza por la espalda, apoyando la cabeza en ella.

- Me desperté por lo bien que huele. –Responde cerrando los ojos. Allen siente su cuerpo presionado contra el suyo; una sensación agradable a la que terminó por acostumbrarse con el paso del tiempo.

-Estará listo en un segundo. –Informa apagando el fuego y moviendo la cacerola a un lado. Se da la vuelta y saluda a Lenalee con un pequeño beso en la boca, luego del cual ambos vuelven a sonreírse.

-Traeré los platos. –Informa caminando por la no muy grande cocina, abriendo la puerta inferior de la alacena y sacando un par de platos de ahí, poniéndolos sobre la mesa. Se sonroja un poco al hacerlo, y nota que Allen también lo está mientras se aproxima a servir la comida sobre ellos.

-¿Sabes? Es extraño pensar que estamos tan cerca del edificio de la orden… a mi me parece que estuviéramos a mucha distancia. –Comenta él, sentándose a la mesa mientras Lenalee sirve en un par de tazas el café que ya estaba preparado. Le pasa una a él y se sienta a la mesa, tomando la suya entre las manos y mirándolo.

-Mi hermano tuvo una gran atención al regalarnos esta casa. –Comenta ella, recordando el momento antes de darle otro sorbo a su taza.

-¿En verdad será así? –Responde él, recordando a Komui llorando desesperado, siendo detenido por Lavi y por Sarubi, mientras ambos se subían al carruaje para irse a la casa la primera vez.

-Bueno, tú ya sabes como es mi hermano, Allen.

-Si, creo que si. –Dice con una gota en la cabeza. En ese momento, Timpcampy se levanta de encima del fonógrafo sobre el cual estaba descansando y comienza a revolotear a su alrededor, como si fuera urgente.

-¿Tim? –Pregunta Lena al verlo.

-¿Qué sucede, Timcampy? –Inquiere Allen extendiendo su mano hacia él. Su golem aterriza sobre su palma y abre la boca, de la cual sale una pequeña proyección en el aire, mostrando las escenas de la batalla de Kanda contra el misterioso hombre aparecido en la ciudad.

-¡Es Kanda! –Lo reconoce la señora Walker.

-Una pelea… pero su rival no luce como un akuma…

-Si Todcampy le está enviando estas imágenes a Tim, quiere decir que siente que Stella está en peligro. –Razona ella. Allen recuerda a Stella y su rostro se vuelve serio de repente.

-Si es así, quiere decir que no hay tiempo que perder, Lenalee. Con tus botas oscuras podremos llegar hasta su ubicación rápidamente, pero hay que darse prisa.

-Si. –Responde ella, determinada. Allen se da la vuelta y se adelanta fuera de la habitación. Lenalee se dispone a seguirlo, pero al dar el primer paso, se marea y su cuerpo se tambalea por un segundo, obligándola a detenerse y apoyarse sobre la mesa para no caer, mirando hacia abajo, un poco asustada.

-¿Lenalee? –Se asoma Allen desde el otro cuarto.

-¡En seguida voy! –Responde alzando la voz. Se lleva la mano hacia la frente para calmarse y respira profundo, esperando unos momentos. Luego de unos instantes recupera la estabilidad, asintiendo para si. Dirige su mirada hacia el frasco de medicinas que está sobre el mueble del desayunador, recordando que ya se tomó su dosis correspondiente, extrañándose por el súbito mareo. No le da importancia y sale de la habitación, siguiendo a Allen.

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-¡¡¡MUERE, EXORCISTA!!! –Ataca el nuevo monstruo, chocando su brazo contra la espada de Kanda sin sufrir ningún daño, ante la sorpresa de éste. El enemigo aprovecha y lo golpea en el estómago con un gancho izquierdo, haciendo rebotar una onda de presión en él que lo hace vomitar sangre en un instante, moviéndose incluso más rápido que lo que lo hacía hace un segundo.

-¡¡Kanda-san!! –Grita Stella al verlo lastimado. De inmediato vuela hacia él activando su copia de la espada de Kanda, saltando en el aire y haciendo un corte vertical sobre su cabeza; sin embargo, luego de lanzar a Kanda con la fuerza de su puño, aprovecha y detiene entre sus dedos la fuerza del ataque de Stella, dejándola helada.

-¿Eh? –Profiere incrédula. Un segundo después, toma toda la espada entres sus manos y apretando con ellas, destruye su proyección sin mayor dificultad.- ¡¡¿Eh?!! –Grita sorprendida, pero extiende sus alas y vuela hacia atrás. Kanda ha aprovechado el intervalo para recuperarse y salta de nuevo en su contra, intentando cortarlo con una cuchillada horizontal, pero el enemigo vuelve a endurecer sus músculos y logra rechazar de frente el corte de Kanda, haciendo que su espada rebote en él.

-¡¿¿Qué rayos??! ¡¡Imposible!! –Se queja al ver a su espada repelida sin dificultad. En ese momento es atrapado por la cabeza por el enemigo, levantándolo en el aire y mostrándoselo a Stella.

-¡¡¡Kanda-san!!! –Lo llama preocupada al verlo. Casi sin pensar, se lanza sobre él para rescatarlo, pero el enemigo de repente extiende su brazo a ser más largo que su cuerpo y la atrapa por el cuello dándole un golpe de frente y dejándola sin aire, estrellándola al piso en un segundo, creando un pequeño cráter en él con su cuerpo.

-¡¡¡Stella!!!! –Grita Kanda, sin poder zafarse de la mano del oponente misterioso. Stella es arrastrada por la cabeza hasta él, dejando una marca de sangre a su paso, la cual está saliendo de su frente.

-Va a morir. –Se escucha la voz de una niña como de cinco años, que está observando la batalla desde lo alto, acompañada de dos mujeres más.

-Lo dudo. –Le dice la enmascarada. En ese instante, el monstruo toma las cabezas de Kanda y Stella y se dispone a estrellarlas la una contra la otra. Kanda no puede moverse y Stella está muy aturdida como para usar cualquier proyección.

-¡¡¡MUERAN!!!! –Grita el monstruo moviendo los brazos para juntarlos de golpe. Kanda gruñe una vez más mientras se escucha el grito de Stella, que no puede abrir bien los ojos.

-¡¡¡AAAHHH!!! –Profiere asustada. Sin embargo, en ese momento, un corte de inocencia en forma de delta golpea de frente al enemigo, empujándolo con tanta fuerza que hace que suelta a sus dos víctimas. El espadachín rueda a un lado, levantándose con dificultad, pero casi al momento. Stella cae en el lado contrario, girando sobre sí misma.

-Hmm… interesante… -Dice la niña que observa desde lejos. Frente a los dos exorcistas y el atacante, ha aparecido un exorcista rubio, de ojos celestes y mirada pacífica, un poco más alto que Kanda, vestido con un uniforme sobre el que lleva una gabardina negra de la orden, cargando entre sus manos una hoz doble de filo blanco, que tiene una cadena en la parte inferior.

-¿Eh? ¡¿Quién eres tú?! –Pregunta el peliazul, sorprendido por la intromisión. El recién llegado le muestra una sonrisa, pero no le dice nada. Luego vuelve su mirada hacia Stella, quien luego de abrir los ojos se quedó sin palabras que decirle. El monstruo aún está recuperándose del ataque anterior, pero la exorcista parece haberlo olvidado por un momento en cuanto cruzó sus ojos con su salvador.

-… Kain… -Profieren sus labios solos, como por reacción.

-¿Kain? –Pregunta Kanda.- ¡Brote de frijoles, acaso tú…!

-Ha pasado mucho tiempo, mi querida Stella. –Saluda sin perder su semblante pacífico, mostrándole una mirada que parece estar viendo algo muy importante para él.- Al fin te encuentro. –Termina de decirle, en tono tranquilo. Ella luce sorprendida de verlo, mientras Kanda se limita a observarlo con incredulidad y desconfianza, al mismo tiempo que el enemigo comienza a levantarse de nuevo…

(Continuará)

Tema de apertura – Hakanaku mo towa no kanashi (UVERworld)

ai ga ai wo

Una bebé de cabello blanquecino levanta la mano al cielo, mirando una inocencia

omosugiru tte rikai

Allen de niño, sentado junto a la tumba de Mana, en medio de la nieve

wo kobami

Stella niña en medio del fuego de la destrucción de su aldea, llorando y sonriendo a la vez

nikushimi

Lenalee niña atada con cadenas a su cama en la orden

ni kawatteiku

Kanda niño alejándose de un grupo de chicos que juegan

mae ni

Lavi chico siendo llevado por Bookman. Maus lo mira irse de lejos

nani mo kamo sou darou

Stella de 21 años se para en medio del viento, madura y determinada

batsu no warui jijou ni

Allen y Stella en su transformación balance, peleando con Lilith

wa itsumo futashite

Lavi, Kanda y Maus usando sus armas de inocencia para luchar con los apóstoles

kuwase mono no riaru

Lenalee peleando transformada en Noé, la sombra de Serena que se aleja, Lenalee tocando su pecho

yuganda jirenma daite

Kain da vueltas a su hoz, le sigue Kaori, sacando su katana

yakusaku shita hazu no futari sae

Una toma rápida de los cuatro generales, por último la maestra de Stella que camina de espaldas

kizukazu toorisugite yuku

Allen con su espada en la mano, sale saltando, seguido de su grupo de exorcistas

Aparece el logo de D. Gray-man – Ser Celestial

kowashiatte wakariatteta kokoro okizari ni shita

Stella alejándose de Kanda, Kain que vuelve a mirarla, paciente

kore ga nare no hate na no

Maus abrazando a Ben, se desvanecen, Lavi estira la mano queriendo alcanzarlos, se enfurece

mitomenai de

Lilith con su apariencia de cinco años, mostrando sus ojos rojos

tachimukatta toki mo

Kaori y los Kanda de pie en medio de un jardín oriental, su ejército se ve al fondo

ochiteku toki

Bookman dando orden de ataque a Lavi y Maus, que salen a luchar

no imeeji kara

Sarubi que incendia sus guantes oscuros

nigedasezu ni

Helena y Sayoko mirando la ciudad al pie de una colina, Blavastki sostiene una foto entre las manos

Ah nando demo

Lenalee toca su vientre y cierra los ojos

sagashidasu yo

Sale de pie en medio del campo, extendiendo su mano hacia el cielo, donde Allen quiere tocarla

kimi no me sono te no nukumori wo

Sus dedos alcanzan a tocarse, una toma rápida de una niña de cabello blanco abriendo sus ojos

ai wa itsumo atashii wo

Allen choca su espada Crown Clown contra Sayoko Jaques, que usa la espada roja

kizutsukeru dake tte kimi wa tsubuyaite

Tykki y Road de espaldas el uno al otro luchando contra los Zhang

shinjiru koto ga

Stella seria, se da la vuelta y se dispone a enfrentar a Leverrier, que está rodeado de soldados

kowakute naitandarou

Sarubi llora al verse rodeada de los Zhang que la amenazan

yowasa wo shitte tsuyoku nare

Kanda pelea intercambiando sablazos contra Kaori Kanda

osorezu shinjiru koto de

Maus saca su yoyo y enfrenta a Bookman

hontou no ai

Una imagen rápida de Lenalee cargando a una bebé en brazos, con Allen a su lado

wo shiru no darou

Allen nuevamente con su espada enfrentando a Stella, que está usando una espada blanca, ,con sus alas extendidas

Un rayo de luz que se eleva en el cielo nocturno

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Avance

Stella y Kanda son salvados por el misterioso recién llegado, que parece ser conocido de Stella. Allen y Lenalee se involucran en la batalla, pero eso los lleva a ent enterarse de una noticia sorprendente para ambos. Mientras, una invitada japonesa hace su presentación ante los Bookman, quienes se ven obligados a considerar un nuevo conflicto…

Próximo capítulo de Ser Celestial

Viejos conocidos

¡Lucha por la salvación de las almas de los akumas!

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(omake)

-¿Están listos? –Dice Saulen, mirando su reloj. Bet-chan, que tiene una tabla en las manos, asiente.

-Todo está listo.

-¡Acción! –Dice Majo-chan, mostrando la tablita de cine.

-Y con ustedes… el noticiero más exitoso de… de… ¡del fic! –Reduce Kaede. En la pantalla aparece Uzumaki girl, preparándose para al siguiente entrevista.

-Buenas tardes, el día de hoy tenemos como invitado al mismísimo protagonista de D. Gray-man, Allen Walker. –Lo presenta mientras la cámara lo enfoca.

-¡Majo-chan, el acercamiento! –Le reclama Saulen.

-¡Lo se, lo se! –Repone ella. La cámara enfoca a Allen, que aún tiene a Rukia-chan pegada a su espalda.

-Y dinos, Allen… -Comienza a entrevistar, pero en ese instante, un kunai cae sobre el escritorio.

-¿Kunai? –Preguntan todos. En ese instante viene volando la mismísima Anko Mitarashi, que se para sobre la mesa, envuelve a Allen con sus cables ninjas y huye con él, con todo y Rukia-chan.

-¡¡¡Allen es mío!!! –Anuncia antes de irse. Allen no dice nada, solo se deja llevar.

-¡¡¡NOO!!! –Grita Bet, cayendo de rodillas, impactada.

-¡¡Espera, no te lo puedes llevar, la entrevista!!! –Le dice Uzumaki Girl. En ese instante todos vuelven a ver a Lenalee, que se enfurece aún más y activando sus botas se va persiguiéndolos. La conductora vuelve a ver a la cámara y se limpia el sudor de la frente.- ¡¿Podrá Allen ser rescatado por Lenalee de Anko Mitarashi que acaba de secuestrarlo? ¿Y si lo hace, quedará vivo? ¡No se lo pierdan!

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Uff… y listo. Este fue el capítulo 1. Como es nueva temporada, se van presentando los nuevos personajes, especialmente los que tendrán más incidencia en el fic. Claro, uno de los más importantes no será mencionado sino hasta el siguiente. Espero que les haya gustado, por favor, no olvides dejar tu comentario, que este fanfic es para que todos lo disfrutemos, jejeje…

Ahora sí, hasta luego.