¿QUE PASÓ FICTIONEROS? AQUÍ SU AMIGA, TRAYÉNDOLES OTRA HISTORIA QUE SE ME OCURRIÓ EN UNA DE ESAS ALOCADAS NOCHES DE INSOMNIO.
ESPERO QUE LES GUSTE TANTO COMO ME GUSTÓ ESCRIBIRLA PARA USTEDES.
EL BOSQUE ENCANTADO:
Una joven de aparentemente veinte años de edad, corría libremente por los prados nevados que colindaban con el castillo oscuro, su velocidad era inhumana, tanto, que quien la viera pasar a su lado, solo vería un borrón, una imagen difusa, alta, de tono pálido, casi completa de negro y solo las puntas de su largo cabello castaño chocolate.
Su olfato refinado por su condición le ayudaba enormemente a rastrear a quien estaba buscando, sus oídos amplificados le ayudaban a oír cualquier tipo de sonido, respiración, movimiento y pisada de quien se escondía de ella, lo sabía, lo presentía, sabía que esta vez podría lograrlo, lo había intentado por años, y en esta ocasión no pensaba fallar, no iba a perder otra vez. Solo necesitaba un poco más de velocidad y agudizar más su nariz, el dulce aroma a lavanda y menta se intensificaba, ella lo podía incluso ver.
Por el rabillo del ojo, vio dos cosas, una peculiar estela de magia oscura y un sendero de ese aroma que tanto perseguía, pero no se confiaba, sabia, por su experiencia, que podría ser una trampa. Pero su instinto la traicionó, y olvidó lo que le habían enseñado, "no te fíes de tus ojos, no todo lo que ves es cien por ciento real" "tienes cinco sentidos, confías demasiado solo en uno, recuerda: oído, olfato, gusto, tacto, y vista, úsalos con cabeza"
Desde el momento que fue descubierta por su mentora, había intentado no fallar, cada paso dado, cada salto, cada zancada, cada casería, fue puesta bajo tela de juicio de su maestra, y esa vez, le demostraría, que ya no es esa pequeña de colmillos de leche y mirada roja como la sangre, le haría ver que ya había madurado, que sus enseñanzas rindieron fruto.
De pronto, el olor se intensificó, estaba muy cerca, había ganado esta vez, y estaba a punto de cazar a su presa, escuchó el crujir de una rama, rompiéndose a solo diez metros de ella, detrás de un viejo árbol torcido, en el claro de las sirenas.
La vió, desde su posición, se subió arriba del viejo sauce muerto, ahí, bebiendo agua tan tranquila, no sabía la que le espera, una sonrisa ladina creció un sus labios, "fin del juego" pensó antes de saltar hacia su presa.
-¡Te tengo!-Pero antes de que pudiera declarar la victoria, y aun en su salto hacia el piso, una nube violeta se disparó dejándola aturdida, ahogándose en esa densa neblina espesa, sin poder ver donde estaba o de seguir el rastro con su olfato, bloqueado con esa magia, para luego aparecerse, mojada de pies a cabeza y sentada en el mentado lago de la sirena, el agua escurría por su ropa y cabello como si fuese un estropajo viejo y usado.
"Demasiado lenta, niña" se oyó en el aire, luego de una risa jocosa y algo maligna, claro, era demasiado bueno para ser cierto, nunca hubiera sido tan fácil. Con una patada furiosa al agua, decidió salir del lago y continuar con su búsqueda. Pero algo le estaba fallando, no podía oler nada, su vista estaba algo borrosa, debía haber imaginado que usaría ese hechizo de nuevo, un paralizador, y con su condición, era algo muy fácil perder los sentidos con su mentora y su mentada magia.
-Solo espere que la encuentre-Decía a la nada-Le voy a demostrar-Se decía mientras se quitaba las botas mojadas y la chaqueta que había quedado por completo arruinada, quedando solo en una camisa mangas cortas que se le pegaba al cuerpo y unos pantalones de mezclilla que se sentían algo pesados por el agua que aún tenían, y se sentaba en la húmeda hierba a esperar que el efecto de esa niebla tenía en su contra, se disipara.
RECUERDO:
Aun, luego de tantos años, recordaba ese primer día que la vió, como si hubiera sido ayer: había podido escapar de su cárcel de piedra y oscuridad, con solo una bata, de mangas cortas y que le llegaba por encima de las rodillas, de tela delgada e inútil para ese crudo invierno, sus ojos le quemaban apenas hubieron visto el primer destello de luz solar, la garganta le estaba ardiendo por dentro, como si en lugar de saliva, estuviera tragando lava hirviendo, sus brazos estaban heridos e inutilizados, cada centímetro de piel, estaba cubierto de sangre, golpes, contusiones a medio curar, quemaduras de electrochoques, marcas de ataduras en muñecas y tobillos, sin contar con las visibles y preocupantes marquitas de piquetes en sus brazos y cuello.
Recordaba que se había desplomado del cansancio y la sed a pocos metros del castillo, por el sendero principal. Sin siquiera percatarse que un carro tirado por cuatro caballos se aproximaba.
-¿Por qué te detienes?-La voz que oía, en su casi inconciencia, era fría, pero potente y autoritaria.
-Lo lamento, su majestad, pero hay algo que obstaculiza el paso-La joven escuchó que alguien se acercaba a ella con paso decisivo, por el taconeo, suave y amortiguado por el camino de tierra, el dulce aroma a manzanas, podía intuir que era una mujer. Una reina, por el título que había oído.
-¿Y por qué no la quitas del camino?-Se oía fría y despectiva, claro, seguramente viendo el patético aspecto que debía tener en su semi inconciencia, era bastante razonable, ¿Quién querría recoger a un experimento fallido?
-Majestad, al parecer ya está muerta-Unos fríos dedos enguantados tocaron su cuello, pero eso no fue lo que la hizo reaccionar, no, sino el dulce olor que este emanaba, tan embriagador y exquisito.
En un abrir y cerrar de ojos, sus colmillos salieron disparados al cuello de ese hombre enmascarado, sin pensarlo, le arrancó la gruesa tela que le cubría el rostro y atacó directo a la yugular, su sangre, roja carmesí brotaba directo a su boca, alimentándola, llenándola de la energía que antes le faltaba, la joven deseaba que ese delicioso manjar nunca terminara, pero sabía que tarde o temprano se quedaría seco, como una pasa de uva.
El cadáver de quien hubiera sido un joven de no más de veintiséis años, calló al suelo terroso, seco, grisáceo, escuálido, marchito, con los ojos desorbitados y la boca grotescamente abierta. La joven solo se limpió las comisuras de la boca mientras veía a los ojos a la mujer que había aconsejado que la dejaran a un lado del camino.
-Vaya, que desperdicio-La reina solo golpeó un poco con el pie, el cuerpo sin vida de quien hacía solo unos segundos era uno de sus sirvientes.
-Lo lamento-Se disculpó la joven, algo avergonzada de que alguien que no conocía la hubiese visto alimentarse-¿Era alguien importante para usted?
-No, pero ahora no tengo quien me lleve de vuelta a mi castillo.
-Si me dice donde es, tal vez yo pueda llevarla, mi señora-La reina la observó de pies a cabeza, se veía que era un vampiro, pero su aspecto distaba mucho de lo que había aprendido de ellos, sus orejas, sus ojos, incluso sus colmillos retractiles eran completamente diferentes, sin contar que su piel no estaba ardiendo en llamas por la luz solar. Podía ayudarla en su búsqueda de venganza, si encontraba sus puntos fuertes y los explotaba, tal vez, solo tal vez, no tendría que hacer el trabajo sucio.
Aunque su aspecto dejaba mucho que desear, su cabello necesitaba un buen y largo cepilladlo, además de un lavado a fondo, junto con todo su cuerpo.
Sin contar que tal vez tendría que entrenarla en el arte de la lucha, la esgrima, la búsqueda, pero, ese reto le encendía como una llamarada que no se podía extinguir y arrasaba con todo en su camino.
-Sube y toma las riendas-La chica sin mediar palabra obedeció, espero a que la mujer de vestimenta negra se subiera al interior del carro y arrancó. Encontrar el camino no era difícil, solo tenía un sentido y era diferente a todos los senderos que había atravesado en su escape.
El castillo era realmente majestuoso y grande, aunque si algo tétrico, si se observaban los picos que adornaban la fachada exterior y culminaban en el angosto techo, a la chica le generaba un sentimiento de "hogar". Pero…un sentimiento de dudas y rabias le invadió el pecho cuando supo en realidad quien era esa bella mujer de melena acairelada de color negro, ¿Cómo no iba a saberlo? La habían creado con el propósito de matarla, cada conocimiento que había adquirido a lo largo de su transformación había sido para asesinar, aniquilar a quienes hacían el mal, los villanos, pero desde un punto de vista objetivo, por más que la hubieran creado para hacer justicia, ella no era una heroína, era un monstruo, un ser abominable que se alimentada de sangre humana y le quitaba la vida a quienes no conocía, solo por el mandato de quienes habían arruinado su existencia.
-¿Cómo te llamas?-Le preguntó la reina, una vez alcanzaron las puertas del palacio.
-No tengo nombre, su majestad…me llaman E.B, pero nunca supe cómo me llamo.
FIN DEL RECUERDO.
Tan absorta estaba en sus recuerdos, que no vio que unas lianas y raíces de árboles de movían hacia ella, su cuerpo le lanzó la alarma de alerta, pero ya era demasiado tarde, sus brazos y piernas quedaron atrapados por poderosos y fuertes tentáculos de la madre naturaleza, mientras era suspendida por el aire por estos. Detrás de ella escuchó una risa divertida, algo malévola y burlesca.
-¿Qué es lo que te digo siempre, pequeña criatura del averno?-Ahí estaba ella, en su máximo esplendor, sonriendo de esa manera que solo ella sabía, vestida con un corsé de cuero, pantalones ajustados del mismo material y una capa de seda y gasa.
-Que siempre debo tener mis sentidos alerta, majestad.
-Así es-Sin contemplación la dejó caer al duro suelo. Su rostro mostraba claros signos de decepción y enfado-Si sigues mostrando esa clase de debilidad, jamás podrás atrapara a Snow White y a su perro faldero-la reina estaba a punto de irse, cuando sintió un extraño jadeo a sus espaldas. Se volteó, y vio a su aprendiz tomándose el cuello con ambas manos, sus colmillos había salido a relucir a todo lo largo que eran, sus ojos se volvieron negros como una noche cerrada y su piel comenzó a palidecer a un tono enfermizo. Conocía muy bien ese estado, hacia días que la chica no cazaba, salía del castillo ni tampoco de los páramos que lo rodeaban.
La reina, no porque se preocupara, sino porque aun la necesitaba viva y fuerte, hizo aparecer una copa en su mano, se acercó a su seguidora y le forzó el cristal en los labios.
-Bebe-La joven se resistió, rechazando la copa de un manotazo, sabiendo que esa sangre era de la misma reina, no era ninguna tonta, el aroma la delataba, era una mezcla entre menta, manzana y azúcar-Te dije que bebas-La reina no tenía nada de paciencia con los "berrinches" de su aprendiz, esa ocasión no era la excepción. Sin contemplación, le tomó el mentón de forma brusca y forzó el líquido rojo y espeso en la garganta de la chica, sin darle oportunidad a escupirlo.
Con un pañuelo le limpió la boca como si fuera una chiquilla que acababa de comer.
-Sabe que la odio ¿no?-pero no obtuvo una respuesta, una densa nube la envolvió, dejándola recostada en una cama que concia perfectamente, la ventana a su lado se cerró de golpe y por fuera de la habitación se escuchó como la puerta era bloqueada con magia. Otra vez la misma historia.
El rostro de la reina apareció en el único espejo de la habitación.
-Te quedarás en tu habitación hasta que comprendas que a una reina no se le contradice-la joven suspiró cansinamente, sabía muy bien lo que la reina quería de ella, su lado humano completamente anulado, quería una seguidora completamente fiel y complaciente, nada de revelaciones o debilidades de la indecisión. Pero ella todavía tenía un lado humano, ese que le preguntaba día a día "¿realmente podrías asesinar a otro ser humano más?".
Sin querer pensar en nada más, se recostó y esperó a que la sangre de su reina hiciera efecto, "su reina" hacia tanto tiempo que deseaba sentir ese afecto que le demostraba, pero siempre tenía que mantenerse a raya, "el amor es una debilidad" y ella no podía ser débil, no debía.
COMENTEN QUE LES PARECIÓ Y SI QUIEREN QUE SIGA ACTUALIZANDO.
NO SE OLVIDEN QUE LA VOTACIÓN POR CUAL FIC QUIEREN QUE PUBLIQUE, CIERRA EL MIERCOLES. ASI QUE APRESURENSE Y VOTEN POR CUAL HISTORIA QUIEREN, SI 1)BABY CAT AND YOUR MOMMY, 2) EL JOKER Y LA REINA, O 3)LA BEBITA DE MAMI.
SIN NADA MAS QUE DECIR, SE DESPIDE DE USTEDES HASTA LA PROXIMA, SU AMIGA: EVIL ANJELICKE.
