Pasión por la comida.
Que pasión y que amor es mas puro que el que se le tiene a la comida, ese era el lema mas usado por Chouji. Los instantes de satisfacción que le traían los momentos en que ingería alimentos eran casi inolvidables. Vaya vicio en el que estaba inmerso este ninja considerado uno de los más fuertes. El aroma lo atontaba, el panorama de un buen plato lo embobaba y el sabor…el sabor lo dejaba idiota. Preciosos e inolvidables momentos en que consumía un buen plato de barbacoa mientras respiraba los humos aromatizados que despedía. Hermosos recuerdos los que le quedaban después de comer un delicioso tazón de Ramen. El sabor casi inolvidable que se quedaba grabado en su paladar cada vez que engullía papas fritas, crujientes y saladas.
En estos momentos el ninja que difícilmente era superado en fuerza física se encontraba en una batalla con su yo interno. Sobre la mesa un plato de dangos reposaba sobre la fría madera tentándolo sin palabras con su hermosa corteza y su aroma exquisito. En su imaginación pasaban millones de escenas de si mismo comiendo ese delicioso manjar mientras la miel que chorreaba por los costados lo incitaba con su dulzura.
Movió la cabeza lateralmente tratando, sin éxito, de despejar su mente de los deseos. Recordó las palabras que habían sido pronunciadas por su mejor amigo para advertirle que no debía comer el postre.
-Chouji, no te comas mis dangos que es lo único que voy a almorzar hoy- le había informado Shikamaru antes de ir a atender un llamado de su sensei.
Casi con dolor apartó los ojos de tan hermoso panorama en un pobre intento de alejar sus pensamientos de su mayor vicio. Miró a través de la ventana y cerró los ojos rápidamente al ver pasar a dos personas, esto habría sido un comportamiento raro si no fuera que estas pasaban comiendo dangos hambrientamente.
Se repitió una y mil veces que su amistad era mas fuerte que su estomago pero el rugido potente que lanzaba este lo contradecía totalmente. Se tapó la nariz para no percibir el endemoniado olor que se colaba por sus fosas nasales. Con esfuerzo volvió a abrir los ojos y los fijó en el cielo.
El mundo se le vino abajo al percatarse que las formas de las nubes se parecían mortalmente a la de los dangos. El universo entero parecía haberse confabulado para acabar con la amistad entre Chouji y Shikamaru, no había lugar en el que no apareciera una insinuación hacia él.
En una parte de la aldea de Konoha se libraba una batalla que prometía ser duradera, una lucha de firmeza y concentración. Miró los dangos con ansias, el manjar le devolvió la mirada luciendo su aspecto tranquilo. Pero el ninja no se iba dejar engañar, él sabia que bajo esa deliciosa cobertura de dulce y miel se escondía la maldad y el deseo. El mismo demonio había subido a la tierra y había tomado forma de unos inocentes dangos.
La pelea fue ardua, pero solo se tuvo un vencedor. Chouji no pudo resistir más y de un bocado desesperado se comió el postre dejando el plato limpio. En su mente el sabia que ese iba ser un día que se quedaría en la memoria de los pobladores para siempre, pues fue el día en que un ninja de Konoha perdió a su mejor amigo por no resistir a sus deseos y, mas importante que eso, fue el día en que Chouji se comió a la maldad transformada en dango.
Bueno espero que les haya gustado.
Se dan cuenta que la maldad puede tomar
la forma de un inocente plato de comida.
A tener más cuidado
Gracias por leer
Rolly-kun
