Descargo de responsabilidad. Skip Beat no me pertenece
Sumary: Kyoko reflexiona sobre algo que escuchó en su clase de ciencias.
LEY NATURAL
Kyoko miró a Tsuruga Ren frente a ella, su corazón latiendo irregularmente. En ese momento recordó las palabras de Igarashi-sensei en la lección de ciencias de hace un par de días, debía ser eso, decidió. Seguramente no estaba enamorada de Tsuruga-san, solo se trataba del orden natural que por siglos había estado grabado en los genes de diferentes especies, los humanos incluidos.
Recorrió con detenimiento al hombre frente a ella. Era alto, muy alto, una nunca podría sentirse desprotegida con un gigante como él a su lado, mucho menos cuando se sostenía con esa gracia, elegancia y confianza. Sus atributos físicos eran dignos de admiración, la espalda amplia, los brazos fuertes, el abdomen firme y bien marcado, las duras líneas de su mandíbula, su bien formado… Cul… Retaguardia.
Revisitó en ese momento la imagen mental de aquella ocasión en el baño. Y sintió el calor viajar hacía sus mejillas. Meneó la cabeza tratando de deshacerse de la imagen y continuar con su tren de pensamiento sin percatarse de la abierta mirada de confusión y curiosidad que le dedicaba la victima de su escrutinio.
Sus medidas antropométricas, mejor no hablar de ellas, porque vaya que con él los dioses habían roto el molde. Además, era un excelente luchador (decidió llevándose la mano a la barbilla de forma pensativa), también era trabajador, amable y dedicado, infantil a veces, pero no se podía hacer nada acerca de eso, aunque era un rasgo que particularmente encontraba adorable y que también jugaba a su favor.
Sí, Tsuruga-san tenía muchos de los rasgos deseables.
No, ella no estaba enamorada, concluyó. Ella solo estaba siendo víctima del llamado de la naturaleza.
Porque sí, tenía que ser como Igarashi-sensei había dicho. Las hembras se sienten irremediablemente atraídas a los machos más fuertes, los más coloridos, con las mejores características y atributos, con el fin de mejorar la especie, para aumentar las probabilidades de supervivencia y triunfo de sus crías.
Crías… Pero no, la imagen mental que le sobrevino no fue de cachorros de lobo, ni la de adorables felinos o tiernos conejitos. La que se apoderó de su mente fue la imagen mental de bebés con la bella estructura ósea de él y los ojos de ella. Sintió su rostro arder.
—san…
—…
—mi-san.
—…
—gami-san.
Dio un brinco cuando sintió la mano en su frente.
—¿Eh? —dijo mirando directamente el rostro preocupado de su senpai.
—Mogami-san, ¿estás bien?
—…
—¿Mogami-san?
—Bebés.
—¿Eh?
—Atributos… Mejor.
—Ren —llamó Yashiro a su lado—, creo que será mejor llamar al médico, mira lo roja y confundida que está, creo que la pobre Kyoko-chan está sufriendo un golpe de calor.
La cabeza de Kyoko no paraba de girar. Biología o amor como lo quisiera ver estaba irremediablemente condenada, ¿o era jodida?
FIN
