CAPITULO 1
Era uno de esos días que tanto odiaba, cielo perfectamente despejado, el sol brillaba demasiado, los pájaros cantaban, en resumen los días perfectos. Me apresuré a bajar las escaleras para desayunar con Prim y mi madre, pero en lugar de encontrarme con ellas 2 sentadas alrededor de la mesa me encontré con una nota: sentimos que tengas que desayunar sola, pero tuve que salir, dejaré a Prim en el colegio luego. Te quieren Prim y mamá. Desayuné lo más rápido que pude porque se me hacía tarde, 5 minutos después estaba en la puerta de mi casa con mi mochila y mis libros. Mientras caminaba Finnick se acercó con su auto BMW, preguntó si quería que me lleve, asentí apenada, en realidad no me gusta causar incomodidad ni ser una carga. Finnick mi mejor amigo, era rubio, ojos como el mar, una sonrisa radiante. Es muy apuesto, hubo una época en que perteneció al club de los populares, pero decidió no seguir con ellos debido a que siempre hablaban mal de todos, la mitad de las chicas del colegio babeaba por el, pero para él solo existe una chica, sí , Finnick tenía un gran corazón, y entiendo que Annie se haya enamorado de él. Annie es su novia, es una chica guapa, cabello castaño, ojos verdes, y agradable, sin duda se convirtió en una de mis mejores amigas. Ese dia estábamos saliendo del centro comercial, sinceramente, odiaba salir con ellos, sentía que hacía de mal tercio, pero Finnick prácticamente me obligo a aceptar la invitación, fue cuando Annie hablo:
-Así que Peeta vendrá-decía muy emocionada. Había escuchado hablar de él varias veces, es el hermano menor de Annie, se había ido a estudiar al extranjero, pero al parecer éste se hartó de vivir solo, asi que decidió regresar. Era de mi edad, así que creo que no perdería nada al hacerme su amiga, como lo hice con Annie, pero estaba equivocada. Peeta todo lo contrario a ella, era altanero, odioso, presumido, insoportable, fiestero (no entendía como podía ser tan inteligente si se la pasaba de fiesta en fiesta), y no cabe duda de que en tan pocas semanas se había vuelto tan popular, a de ser por su atractivo, era rubio, tenia esos hermoso azules, una linda sonrisa, era demasiado gua…Katniss Everdeen solo escúchate, ya estas pensando como las locas que andan detrás de Mellark. Simplemente lo odio
Había pasado ya un año desde que Peeta ingresó al colegio, de verdad que fue todo una tortura, es enserio cuando digo que la suerte no estaba de mi lado, el profesor de botánica nos había puesto en parejas, no se de donde se enteró de que yo ya lo conocía, y para evitar que él se sienta solo nos había puesto en la misma mesa.
Flash back
-No no no…ya te dije que esto no se pone asi
-entonces como Mellark sabelotodo?-pregunto frunciendo el ceño
-Debe colocarse lejos de la orilla de la mesa, para evitar que con tus torpes manos se nos pueda caer-respondió mientras me miraba con esos ojos perfectamente azules
-Solo es un microscopio, no nos echarán del colegio por ello-afirmé con seriedad. A veces que este chico me sorprendía, en actividades extracurriculares es el típico niñito que no deja pasar las fiestas y que nada le importa mas que él mismo, pero los miércoles, a esta misma hora en el laboratorio era un Peeta Mellark completamente diferente, se tomaba las prácticas en serio. Ponía esa mirada de completa seriedad y solo existía él en la mesa, no mentía a lo que decía de mis manos torpes, ciertamente lo soy.
Fin del flash back
Tomé mis libros y salí del aula. Realmente creo que las clases me estaban matando, mis materias eran muy pesadas, me sorprende que Peeta no presente el mismo cansancio que yo, siempre sonriente, carcajeándose con los demás chicos populares. Seguí mi paso y lo vi, traía una chaqueta negra, debajo de ella una camisa blanca, lo cual lo hacía mucho más atractivo de lo normal, me sorprende que nadie haya notado como se me resbalaba la baba por la boca mientras lo observaba, en ese mismo instante Delly Cartwright se le colgó por el cuello y le plantó un beso en los labios, eso me hizo regresar a la realidad así que aparte mi mirada sobre la incómoda escena que estaba presenciando y aceleré el paso por el pasillo, cuando sentí que unos brazos me tomaban por detrás.
-Quita esa cara Everdeen- decía Finnick mientras me miraba divertido. Demonios, la persona que no quería que me mirase viendo a Mellark se dio cuenta, podía ser cruel con sus locas bromitas de que Peeta me gusta, simplemente estaba equivocado.
-De qué hablas finn?..so..solo estoy cansada, los exámenes me han caído como balde de agua fría-respondí tratando de mostrar mi incomodidad.
-No seas infantil Katniss- dijo Johanna quien se adentraba a la conversación. Había conocido a Johanna hace ya algunos años, digamos que es la típica chica problemática de todo el colegio, y aun asi se había vuelto en mi mejor amiga.
-No lo soy, Johanna-respondí con un bufido. En ese momento, Peeta y los chicos populares se dirigían hacia nosotros, odiaba que todo el tiempo se estén riendo, daba la impresión de que se burlaban de todos en el colegio, y siempre que yo pasaba a un lado de ellos sus tontas risitas aumentaban. Es decir, se que tengo pésimo sentido de la moda y que no uso maquillaje en exceso, pero tan poco visto tan mal.
-Cuanto a que los libros se le caen Finnick?-susurro Johanna
-Te apuesto a que esta vez Katniss se controlará-respondió Finnick en el mismo tono que Johanna
-Hecho- dijo Johanna y estrecharon sus manos. En ese momento mis brazos se tensaron y deje caer mis libros, otra vez. Ellos voltearon rápidamente y me miraron esos perfectos ojos azules y solo comenzaron a reír y siguieron caminando hacia la cafetería.
-Gané- dijo Johanna entre risitas mientras yo le dedicaba una mirada asesina.
Minutos después los 3 ya nos encontrábamos en la cafetería. Vimos a Annie que ya tenía separada una mesa para los 4. Finnick se apresuró a llegar con ella y le plantó un beso en la mejilla. Johanna y yo solo dijimos en coro: aaaaww!. Nuestro almuerzo iba de maravilla, reímos, nos burlábamos de Annie y Finnick, se burlaban de mi y de cómo se tensaba mi cuerpo cuando me ponía nerviosa y los tartamudeos que producía, hasta que Peeta se acercó a nuestra mesa.
-Eey, chica en llamas- dijo sonriendo. En realidad me puso ese apodo por una cuestión estúpida. El instituto organiza una fiesta al final de cada semestre, y esta fue en la playa. Yo no quería ir, pero Johanna me llevó, no, prácticamente me obligó. Había antorchas por todas partes, y en una de esas accidentalmente me pegué a una y la manga de mi chaqueta empezó a incendiarse, corrí lo más rápido que pude y me abalancé sobre las olas, segundos después todos me miraban divertidos, y así fue como acabó mi dignidad.
-Qué quieres Mellark?- pregunté a la defensiva
-Recordarte que desgraciadamente somos una pareja en la clase de botánica y que tenemos tarea- dijo en tono serio.
-Qué? Quieres que la haga?
-No, venía a decirte que la haré yo, porque si la haces tú seguramente tenemos reprobado el semestre- dijo con esa estúpida sonrisa que tanto odio. Sus palabras me enojaron tanto, que me levanté de la silla, cogí mi jugo de naranja y acto seguido, se la derramé encima.
-Pero que demo… por qué hiciste eso?- preguntó enfadado. Annie, Finnick, Johanna y todos los demás comensales reian.
-oye Peeta, tienes jugo de naranja por todas partes, deberías irte antes de que alguna abeja te ataque- le dije entre risitas. Semanas atrás había escuchado a Annie decir que Peeta le temía a las abejas por alguna mala experiencia en su infancia. Me miró con furia y salió lo mas rápido que pudo de la cafetería. Katniss: 1 Peeta: 0
Llegue a mi casa como a las 8:00 p.m, lo olvidaba, lunes, el día que más odio de toda la semana, tenía práctica de cocina, algo que jamás se me ha dado bien. Subí las escaleras y me metí en mi habitación y me abalancé sobre mi cama, cama te extrañé tooodo este tiempo susurré. Para después quedarme profundamente dormida.
