CAPITULO I

EL POZO ISKALL

Era ya de noche, cuando Hermione Granger terminó de desempacar sus cosas de su baúl. Ese día se encontraba en suiza, en uno de sus tantos viajes que siempre hacia en el mundo mágico con sus padres en verano. Se encontraba en una posada mágica llamada "la torre mágica", que tenía como logotipo el dibujo de una torre negra con arriba un escudero con una varita mágica en su mano derecha y su escudo en la izquierda. Era una habitación cálida y hogareña. Propia para una "señorita" como ella, ella odiaba que los empleados de cada posada se dirigieran a ella con ese título, como si fuera superior o algo parecido.

La habitación tenía dos ventanas grandes, del lado izquierdo había un tocador pequeño con un espejo que se abría en dos partes como si fueran ventanas para dejar ver unas pequeñas repisas para poner cosas. Tenía un pequeño banco para sentarse que junto lucía muy acogedor. Del lado izquierdo del tocador había un ropero de madera, con un espejo alargado. Enfrente del ropero estaba la cama, que era grande y reconfortable, era de madera y era muy elegante y cálida. Junto había un buró con un candelabro, que tenía velas nuevas pero encendidas.

En la cama se encontraba Hermione, terminando de leer sus libros de sexto año. Ya había pasado dos semanas desde que salió de vacaciones de verano.

Pero algo la tenía preocupada.

Era su impotencia por hacer algo para ayudar a sus amigos que tanto quería.

Deseaba con toda el alma poder ayudarlos, pero ¿cómo?, era su pregunta que se hacía todos los días.

Se levantó de la cama y se dirigió a la ventana para ver el cielo, era una noche extraña, no sabía porqué pero desde que oscureció pensaba en eso.

Desde la ventana se veía un bosque, con árboles altos y verdes y aun cuando estaba oscuro, se veía que ahí había mucha tranquilidad. Ese bosque se llamaba "el bosque de la bruja" ¿Porqué? Nadie lo sabía. Hermione lo había leído en un pequeño libro que describía al pueblo donde se encontraba.

De repente, sin pensarlo, abrió la ventana de par en par y como si fuera un impulso salido de quien sabe donde, salió de su habitación saltando por la ventana. No estaba muy alta, pero aún así al caer al pasto frío sintió en sus pies descalzos la humedad. El frío recorrió su cuerpo, ya que sólo tenía puesta su pijama (un pantalón de algodón y una playera igual). Pero no le importó el frío y empezó a caminar hacia el bosque, entonces sintió una brisa en su cara y como levantaba sus cabellos sueltos y enmarañados, pero tampoco le importó. Siguió su camino, hasta que una gato color canela se le puso enfrente y le maulló una sola vez, pero claro y fuerte.

¬ Basta croockshanks, no voy a hacer nada malo. Lo que pasa es que me inspira confianza y no lo puedo evitar. Sólo confía en mí, además llevo mi varita y estoy segura de que nada malo va a pasar. Te lo prometo ¬ Dijo Hermione.

Ante esto Croockshanks se hizo a un lado y siguió a su dueña hacia el bosque.

Se sentía tanta tranquilidad, que Hermione no sabía cuanto tiempo llevaba caminando con Croockshanks a su lado. No le importaba que amaneciera, ni el frío que hacia. Solo le importaba seguir caminando y llegar hasta lo más profundo del bosque.

Entonces, cuando ya había caminado bastante, entre los árboles alcanzó a ver un pozo. Quiso averiguar, así que caminó hacia él, hasta quedar de frente.

Era un pozo grande y de piedra negra. Lo curioso era que no tenía cubeta, ni la polea para bajar una. Pero si tenía un techo alto y hecho de tejas color café.

Algo en él le inspiró confianza, así que se acercó y se asomó hacia abajo. Se veía que era profundo, pero el nivel del agua estaba muy arriba. Tanto, que si se estiraba un poco hacia abajo, podía tocar el agua con la mano.

Vio su reflejo en el agua, y este le devolvió la mirada y entonces le sonrió. Ella se espantó, porque sabía que ella no había sonreído. De repente, su reflejo en el agua le habló y le dijo:

"no te asustes, no te voy a hacer daño. Sólo quiero concederte tu único deseo"

Ella se sorprendió tanto que se separó del pozo un par de pasos.

Entonces pensó que ya se había vuelto loca "Sí" se dijo " es tanto cansancio.

Entonces volvió a asomarse. Su reflejo le devolvió la mirada y no hizo nada raro.

Cuando repentinamente alguien la empujo hacia adentro y sus pies dejaron de tocar el piso.

Sintió como caía al agua rápidamente, y como al tocarla empezó a nadar hacia arriba pero un haz de luz azúl apareció y la tocó.

Ella luchaba por salir del agua, hasta que una mano la ayudó a salir. Sin pensarlo dos veces salió de ese lugar y se tiró al pasto cálido tosiendo.

Cuando dejó de toser se dio cuenta de algo sorprendente. No estaba en el bosque, sino en el patio de su casa.

"Pero ¿Cómo?" Dijo en voz alta.

"Es bien sencillo, el pozo te trajo hasta aquí" Dijo una voz de mujer.

Ella, rápidamente buscó quien había dicho aquello. Hasta que detrás de ella vió a una mujer jóven, que vestía una tunica color azul zafiro. Era bonita. Era de estatura mediana, más o menos del tamaño de Hermione. Su cabello era negro y con rizos largos y bonitos. Era morena y sus ojos eran color café oscuro.

" Hola Hermione Jane Granger" Dijo

"¿Quién eres tú y como sabes mi nombre¿Qué hago aquí?" Dijo Hermione levantandose del suelo.

"Eso es muy sencillo, soy Zayra Isabella Demeris" Dijo haciendo un areverencia "Soy la guardiana del pozo. Estas aquí para cumplir tu deseo y el pozo me dijo tu nombre. Por sierto, bienvenida a 1974"