Personajes: Stephenie Meyer. Historia: Ahrial.
A todo el mundo que lo esté leyendo, y a quién no, pues también.
Edward Moments
Sólo por ver tu sonrisa cada día,
movería cielo y tierra
Y allí estaba yo. Un monstruo salido de la nada, observando al ángel más bello y perfecto del universo. Muchas veces me lo preguntaba ¿qué había hecho yo para merecer eso? Para merecer a alguien tan bueno, tan amable, tan inteligente, tan bello, tan… no había suficientes adjetivos para describirla. Porque ella era perfecta.
Cada vez que me miraba con esos bonitos ojos chocolate, tan expresivos y hermosos, o cada vez que me dejaba probar el dulce sabor de sus labios, sabía que nunca haría nada lo suficientemente bueno para merecer algo así.
Su exquisito olor me golpeaba cada vez que se removía en sueños mientras la observaba dormir. Cada vez resistía mejor ese ardor que sentía en la garganta cada vez que ella estaba cerca, y eso me daba esperanzas para un futuro juntos, ella siendo todavía humana.
Pero esas esperanzas se rompían en pedazos cuando me besaba y yo tenía que controlarme para no partirla en pedazos, como sabía que podría hacer. Ella se merecía algo mejor que yo, algo mejor que un monstruo. Porque Bella era un ángel, y los ángeles no deben andar con monstruos.
Pero entonces susurraba mi nombre en sueños, y me decía que me quería. Y aunque mi corazón no había latido en siglos, en esos momentos parecía que iba a explotar de felicidad. Entonces no me importaba demasiado que yo fuera un monstruo. Ella me quería tal y como era. Y yo podía soportar todo lo demás mientras eso no cambiara.
