Hi!! i aki vengo con OTRA historia más xD. Si se... me dió por escribir, pero no se.. me encanta.. Y naa psss... esta la introducción de mi fic. así que no juzguen hasta que lean el primer capítulo.. i eso pss. Espero que les guste.

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Ángeles Rebeldes

"Introducción"

Por: Miru Echizen

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Una fría noche, como pocas se habían visto en japón. Un chico de cabellos negros con reflejos verdes, ojos felinos y piel morena duerme plácidamente, sus padres lo observan desde la puerta que da al corrredor y ambos sonrién satisfechos por el buen trabajo que habían hecho con su hijo. Luego se miran con tristeza, era el momento de afrontar el mayor dilema de sus vidas, enfrentar a su hija y decirle toda la verdad.

Una muchacha de largos cabellos negros, piel blanca como la nieve y ojos felinos, se encuentra sentada en un sillón en el living, mientras juega con sus piernas y mira un punto inexacto en el horizonte.

Sus padres la miran con tristeza, ya no podían seguir ocultándolo, ella tenía 13 años, tenía que enterarse tarde o temprano. Y sabían que con el carácter que esta tenía, era mejor que fuese temprano. Suspiraron resignados e ingresaron al salón.

La chica al escucharlos entrar les sonrió con dulzura mientras los seguía con la mirada en la acción de ambos de sentarse en el sillón al frente de ella.

El chico que sus padres creían que dormía, abre sus ojos, y baja las escaleras en silencio. Sabe que algo importante va a suceder esa noche, lo presiente, su piel le quema por el temor, por que comprende que no es nada bueno. Se sienta tras la puerta que da al salón. He intenta escuchar lo que sucede tras esta.

- Hija.. esto es difícil para nosotros.. y sabemos que para ti lo será aun más.. pero es momento de que lo sepas..-Empezó Rinko, mientras la chica denotaba en los ojos de su madre, la tristeza que esta sentía. Y le preocupó aun más, ver que esa misma tristeza, y quizás aun más grande, posada en los ojos de su padre, quién nunca parecia preocuparse por nada. Realmente sintió temor.

- Sea lo que sea... Cuando lo digan, veré como lo interpreto..-Respondió la chica, con armonía y serenidad. Padre y Madre se miraron con más tristeza aún.

El chico que escuchaba tras las puertas, se tensó. Supo que era el momento de entender la realidad, la verdad que sus padres ocultaban con tanto celo y temor. Se pegó aun más a la puerta mientras su gato se acurrucaba en su pierna y el chico lo obligaba a callarse.

- Bueno.. lo que sucede es...- Lo que pasó a continuación fué inexplicable, cada palabra pronunciada por sus padres, era procesada por la muchacha como un cuchillo que atravesaba su pecho con fiereza y brutalidad, sin tener compasión con ella. Su mirada se perdió en una expresión de extrema tristeza y confusión. Su cuerpo dejó de responder ante sus emociones, pues eran demasiado fuertes y grandes como para caber en un solo ser humano. Un nudo de formó en su garganta, las lágrimas empezaron a caer con desconsuelo por las mejillas de su madre, mientras que su padre evitaba observarla a los ojos. Ella, no podía llorar, tal era el impacto de aquella noticia que no supo como reaccionar. Nada podía expresar todo lo que sentía en aquel momento. Cuando ambos adultos terminaron de hablar, la chica guardó silencio, mientras juntaba sus piernas, apretaba sus puños contra sus rodillas y las miraba, mientras sus largos cabellos cubrían su mirada.

El chico desde afuera, por todos los medios intentó escuchar lo que sus padres le habían dicho a su hermana, pero no pudo, un enrredo de palabras, oraciones y sentimientos se escuchaba tras la puerta, y a veces las voces se iban alejando de tal manera que se le era imposible escuchar, suspiró resignado, y cuando se iba a dirigir a su habitación, un golpe seco de objetos caerse, lo sobresaltó. El chico se asustó, pero no fué necesario volver a pegarse a la puerta, pues los gritos de su hermana se escuchaban con mucha claridad desde el salón, pero lo que más le sorprendió, es que estos estaban cargados de dolor y amargura.

La muchacha después de aquella calma con la que había escuchado todo, por fin reaccionó, y en un movimiento imprevisto, tiró todos los objetos de la mesa de centro, al suelo, como esperando deshacerce así de todo su dolor, y sus gritos se escucharon con esa amargura, dolor, rabia y frustración que sentía en aquel momento.

- ¿¿QUE MIERDA ES ESTO?? RECIÉN AHORA ME LO VIENEN A DECIR, Y ESPERAN QUE NO ME ENOJE, QUE NO ME FRUSTRE, QUE NO ME SIENTA MAL.. ¿¿¿QUE MIERDA CREEN QUE SOY??? -Gritó la chica, llena de dolor, expresando todo lo que sentía en aquel momento - ¿¿¿POR QUE NUNCA ME LO DIJIERON??? POR QUE NUNCA PENSARON ALGUNA VEZ QUE HUBIESE PREFERIDO QUE ME LO DIJIESEN ANTES, ASÍ ME HUBIESE AHORRADO MUCHO DOLOR Y SUFRIMIENTO CADA VEZ QUE TE VEÍA A TI, NANJIROH Y VEÍA ESA MIRADA DE DESPRECIO Y ANTI-CARIÑO -Continuó, y para ambos padres y el chico, no pasó desapercibido el Nanjiiroh en vez de "padre". Rinko empezó a llorar ahora peor que antes, sus lágrimas caían unas tras otras. La chica sabía que ellos lo habían querido hacer con buena intención, pero esto iba mucho más allá de lo que ellos pensaron alguna vez.

Le destruyeron todo la vida que llevaba hasta ahora y la transformaron en un engaño y en una mentira que ella nunca planificó. Ya no sabía quién era. Le Habían robado su propia identidad. Estaba completamente perdida. Salió corriendo del salón, pasando a llevar a al chico, pero esta ni siquiera se percató, y continuó corriendo hasta llegar a su habitación y encerrarse en esta. El chico se quedó observando el camino por el cual su hermana había desaparecido, con preocupación, caminó hasta llegar a la puerta de la habitación de su hermana, pero al escuchar el golpe de cosas caerse, supo que era mejor mantener distancia, y esperar a mañana para hablar con ella. Se dirigió con frustración a su habitación, se acostó y contuvo sus preocupaciones para poder dormir y después de algunos minutos, eso fue lo que sucedió.

Mientras en la habitación de la chica, esta había tirado todo, de todos lados, rompió cuadernos y fotos, tiró objetos importantes, y un montón de cosas más, hasta que del agotamiento cayó al suelo con desesperación, por no poder llorar, no poder gritar. Se acurrucó contra su cama. Ya había tomado una decisión, y nadie la haría cambiar de opinión, sabía que provocaría mucho daño, pero era lo mejor. ya no le quedaba nada que hacer en aquel lugar, solo la imagen del muchacho de cabellos negros y ojos felinos se quedó en su mente junto con la de otro chico en el cual no quería pensar.

-Perdóname Ryoma...-Susurró la chica en la obscuridad de la noche y de su habitación, mientras el dolor se quedó con ella hasta la madrugada, y en silencio pedir perdón al segundo chico que apareció en su mente pero el cual, no quizo nombrar.

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A la mañana siguiente la brisa helada que ingresó por las rendijas de la ventana, envolvió el cuerpo de Ryoma, así despertándolo con un desagradable escalofrío. Cuando abrió sus ojos dejó ver esa mirada felina, para luego mirar sorprendido a su entorno, luego observar con el ceño fruncido el reloj digital que tenía en su velador, este marcaba:

9 : 43 AM

Ryoma luego se levantó, teniendo de por si un muy mal presentimiento, sabía que algo no estaba bien, lo sabía, lo sentía. Un temor lo invadía, y los escalofrios no cesaban. Empezó a caminar por el pasillo, sintiendo como si este fuese muy angosto he infinito. Nunca en su vida se le había hecho tan largo recorrerlo. Cuando llegó frente a la puerta, ni se limito a tocar, solo entró, encontrándose con algo que no esperaba. Sus ojos se abrieron con inmensidad, y su cuerpo empezó a temblar, como si por primera vez notara el frío que hacia aquel día.

La habitación de su hermana estaba completamente deshecha, las sábanas de su cama cubrían el suelo a conjunto de todos los objetos que esta tenía en su velador, escritorio, muebles, etc. Muchos objetos estaban rotos. Toda la ropa de su armario junto con cajones también yacía en el suelo, con la sola ausencia de algunas pocas prendas, que eran las favoritas de la chica y las necesarias.

A Ryoma se le encogió el corazón ante lo que veían sus ojos, y un nudo en la garganta se le atravezó al ver lo que su hermana siempre había dicho que era lo más valioso en su vida ahí, en el suelo como si nada. Era la foto familiar que tenía, en la cual ella había rasgado su imagen en la foto, y el cristal que lo cubría estaba roto. Con algunas manchas de sangre en algunos. Ryoma supo que ella lo había golpeado y había quebrado con sus propias manos aquel cristal.

De repente Ryoma no aguantó más. No, ella no podía haber huido, no podía. Ella le había jurado que siempre estaría con el, que nunca la abandonaria. Que estarían juntos por siempre. Que lo apoyaría en todo momento. Que sería su mayor confidente, siempre. Que era lo que había sucedido para que pasara esto. Cual era esa verdad que la había obligado a huir. Primero Ryoga, ahora ella. ¿Que pasaba con su familia?. ¿Por que siempre terminaba quedándose solo?. ¿Que había hecho mal?

Salió corriendo de la casa, sin importarle que estuviera en pijama, y que toda la gente lo observara como si estuviese loco.

En su corazón se albergaba con desesperación aún que fuera un poco de esperanza de poder hallar a su hermana y detenerla. Y de hablar con ella. De preguntarle que había pasado. De repente comenzó a llover. La gente se hizo de paraguas y parcas. A Ryoma no le importaba mojarse, seguía corriendo como poseido por el diablo. Buscaba por todos lados la melena negra de su hermana. Pero no la hallaba. No estaba en ningun lado.

Pero no se rindió, corrió durante toda la mañana, buscando a su hermana con desesperación, hasta que cayó al suelo abatido. Sus piernas no daban para más, y no se pudieron a su cuerpo ni un minuto más. Ryoma de repente comprendió que ya no podía hacer nada, ella se había ido, lo había abandonado, lo había dejado solo para siempre. Y ahora que sería de el, sin su querida hermana, la cual siempre lo había protegido de todo y lo había acompañado y apoyado en todo momento. Con el mayor dolor del mundo, lágrimas empezaron a caer por sus ojos y recorrer sus mejillas. Una tras otra sin descanso. Mientras suaves gemidos de dolor escapaban de sus labios. Y con frustración golpeaba el suelo. Cualquiera que viera esa escena realmente desearía llorar, pues de solo verlo, uno podía sentir la desesperación, el dolor, la frustración que sentía en aquel momento el chico. Y deseabas poder hacer algo para ayudarlo, pero sabias que no había cura para una herida así. Ryoma lloró hasta que la lluvia cesó. Luego se levantó, completamente mojado, y comenzó a caminar a su casa simplemente ido del mundo. Su mirada estaba perdida, se veía triste con sus ojos fuera de órbita. Cuando llegó a su casa, pudo oir los llantos de su madre, las palabras de consuelo de Nanako, y pudo observar a su padre lleno de una tristeza infinita sentado bajo la campana del templo.

Ryoma solo siguió de largo, tomó su raqueta y comenzó a jugar tennis, jugar sin detenerse hasta no dar más, hasta caer al suelo de cansancio, pensando que quizás así, parte de la pena se iría. Pero no se iba.. esta aumentaba, pues mientras jugaba, más recordaba a su hermana, a la persona más especial en su vida y que consideraba ireemplazable. Y el, en el fondo sabía que esa tristeza y ese vacío nunca desaparecería, y siempre lo atormentaria cada día de su vida. y con estos pensamientos, transcurrió toda la semana siguiente en cama, pues la fiebre que le había dado no se la quitaba nadie y el dolor que sentía por dentro había hecho que sus defensas disminuyeran en grandes cantidades.

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Dos semanas despues, recién fué capaz de volver a su vida normal, volver a la escuela, a los entrenamientos. Y ver a la cara al resto del mundo, más sin embargo ahora con un nuevo sabor de la vida, con un sabor amargo de tristeza y melancolía. Todo el mundo lo veía igual, y lo seguía idolatrando, estaba rodeado de personas, pero aún así se sentía solo, todos lo miraban a los ojos, pero nadie notaba lo mal que realmente estaba, que se estaba muriendo por dentro. Por primera vez en su vida deseo sentir a alguien que le abrazara y que le dijiera que todo estaría bien, realmente así lo quería.

Su mirada seguía perdida, algo había desaparecido de sus ojos, un brillo se había desvanecido en el mismo momento en que se resigno ante la idea de que su hermana alguna vez pudiera volver. Nadie había notado esto, Ryoma caminó y se dirigió a la azotea, necesitaba dormir, para olvidarlo todo aun que solo fuera por unas horas.

Pasó bastante rato, segundos, minutos, horas. Y los ojos de Ryoma seguían cerrados, como si nunca quisieran despertar de ese sueño. En aquel momento una chica subió a la azotea, encontrándose con Ryoma.

La muchacha se le acercó, se arrodilló a su lado y lo observó durante largo rato, de pronto, como si Ryoma se hubiese percatado de su presencia, abrió sus ojos. y la observó con esa mirada perdida que traía desde hacia dos semanas, esa mirada triste que nadie notaba, más sin embargo la chica si la notó, si sintió a travez de los ojos de Ryoma, ese dolor que profesaban.

- ¿Que haces aquí Ryusaki? -Preguntó Ryoma indiferente.

- Bueno, la verdad no tenía nada mejor que hacer, así que vine aquí a descansar..-Sonrió Sakuno. Ryoma la observó ceñudo.

- Ok..-Respondió el chico, mientras observaba hacia otro lado, por algún motivo la cálida mirada de Sakuno, le incomodaba.

- ¿Estas bien? -Preguntó Sakuno algo preocupada. Ryoma ante esta pregunta se sorprendió. Nadie desde que el había vuelto a su vida normal, le había preguntado eso.

- Si -Dijo este cortante. Sakuno obligó a Ryoma a que la mirara a los ojos. Ryoma al sentir la mirada tan penetrante de Sakuno sobre sus propios ojos, y ver que esta si notaba que el estaba mal, que se sentía solo, no supo que hacer.

- Llorar no te va a hacer menos hombre Ryoma.. Te ayudará a amortiguar todo ese dolor que llevas por dentro y que te está matando. No te pido que me cuentes que pasó. No es necesario. Lo único necesario para salir adelante es saber que tienes a una persona que te quiere y te valora y que estará a tu lado siempre. Y yo creo que tu si la tienes Ryoma. Aquí siempre estaré yo..-Sonrió Sakuno con ternura, con esa ternura que solo una verdadera madre te puede entregar.

Ryoma no aguantó más, y comenzó a llorar, se abrazó con fuerza a Sakuno, mientras las lágrimas caían unas tras otras sin detenerse, y a través de cada lágrima escapaban cada momento feliz que había vivido junto a su hermana. Y también comprendía que no estaba solo, que tenía a Sakuno, a esa chica que nunca había valorado y que siempre había estado con el en todo momento desde las sombras, pues no era de las que les gustaba figurar.

Sakuno ante el abrazo que le dió Ryoma, se sorprendió a la vez que se sonrojó, pero lo abrazó de vuelta, comprendiendo que pese a cada actitud del chico, este por dentro realmente era un niño, y también poseia un corazón sufriente. Un corazón que si sentía pena, que si sentía dolor, que si sentía frustración, que si quería a alguien lo suficiente como para llorar por ese alguien, y lo más importante, y lo cual había dudado siempre, pero que ahora tenía claro, Ryoma si sabía amar y querer a alguien con toda su alma.

Ryoma nunca supo cuanto rato lloró en los brazos de Sakuno, ni tampoco supo que pensamientos pasaban por la mente de la chica en ese momento, ni que reacción tuvo al abrazo que le dió. Pero lo que si supo, fué que había encontrado a una verdadera amiga, una verdadera compañera.

Desde aquel día Ryoma y Sakuno se hicieron amigos, los mejores amigos.

Cada uno aprendió del otro.

Sakuno le enseñó a Ryoma el valor y el control de los sentimientos.

Que significaba una sonrisa.

Que era ser feliz.

Que era enamorarse.

Que era soñar.

Que era luchar por tus sentimientos.

Y Ryoma escuchaba con complacencia a su profesora, quién con su extraña pero atractiva filosofía. Le explicaba que cada parte del mundo tenía su propia esencia, que cada ser del mundo tenía sentimientos. Que cada ser humano buscaba una forma distinta de ocultar sus sentimientos por distintas razones que los obligaban a ello.

Y Sakuno por el contrario, había encontrado a un gran profesor de los deportes y de inglés.

Las dos cosas en las cuales ella era MUY torpe.

Pero que fué mejorando en gran cantidad gracias a Ryoma.

En poco tiempo el inglés de Sakuno se hizo bastante más fluido, gracias quizás a que Ryoma siempre le hablaba en inglés.

Y su tennis mejoró realmente en masa. Y no tardó mucho en ingresar como titular al equipo de tennis femenil de la Seigaku

Y el amor de Sakuno por Ryoma seguía creciendo, y haciendose cada vez más grande, y más maduro.

Con el tiempo Ryoma le contó sobre su hermana.

Y Sakuno le sorprendió oir que Ryoma tuviese a una hermana a la cual valorase y quisiese tanto.

Pero siempre guardó muy bien ese secreto, sabiendo que era algo valioso para Ryoma.

El tiempo pasó, y de tanto tiempo pasar con Sakuno, un sentieminto empezó a crecer dentro de su corazón.

Una emoción distinta a cualquiera que hubiese sentido alguna vez.

Y poco a poco fué entendiendo que se había enamorado de Sakuno.

Lo cual le hizo feliz saber que podía existir un sentimiento tan hermoso.

Pero le atemorizó pensar en que quizás esta no sintiese lo mismo.

Pero con solo sentir que esta estaba a su lado, el estaba feliz.

Y así fué, hasta que algo pasó dos años después, un accidente, que cambiaría todo lo que habían logrado hasta ahora, que probocaría que Ryoma volviese a quedar completamente solo, sin saber que hacer ahora con sus nuevos sentimientos adquiridos gracias a la joven de las trenzas.

La muerte de un ser querido.

La frustración de saber que ya nada valía la pena en el mundo.

El desamor de una familia.

Y la única salida.

Encontrarse a si misma.

Y volver a recuprar el sentido de la vida.

Un internado de pocos recursos.

Unas palabras de consuelo.

El agujero negro del mundo.

La soledad que 7 chicas compartían.

Una chica de la cual había oido mucho, pero que no reconoció.

Y una verdad que se ocultaba en sus labios y en sus ojos que no sería revelada.

Y un sentimiento que se estaba deteriorando, al descubrirse a si misma en un mundo completamente distinto...

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Continuara

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Y bueno hasta aquí quedé por ahora.. esta es solo la introducción, lo vuelvo a repetir. Así que por eso es cortita, y no esta muy bien explicada. Desde el proximo capitulo empieza la verdadera drama de la historia.

Adelantos del próximo capítulo..

"Las lágrimas del Fenix"

-Ryoma ¿qué haces? –Exclamó Sakuno al sentir lo brazos de Ryoma envolviéndola.

-¿Q-Que le p-pasó a mi abuela? -Tartamudeó con temor Sakuno.

- ¿Algunos de ustedes es familiar de Sumire Ryusaki? –Preguntó el médico.

- ¿Como pueden estar tan felices con una tragedía así? -Estalló Sakuno, llorando con desconsuelo.

- ¿E...Echizen dijiste? -Tartamudeó Sakuno.

Sepan todo esto en nuestro próximo capítulo...