Si debo agregar otra de las cosas o situaciones de las cuales me rompen el corazón profundamente es el rechazo de mi pequeña mini copia. Y es que recién vuelvo de una misión de una semana y mi pequeño quién corría hacia mi de brazos abiertos para que lo abrazara después de tanto tiempo se detuvo a tan solo cuatro de sus pasos dejándome de brazos abiertos y cara de estúpido. Lo sé, porque mi hermosa esposa no deja de reírse de mi a carcajada descontrolada.

-¿Que sucede Dai?- Pregunto tratando de cargarlo, con tan solo tres años es un gusto para mí tenerlo en brazos. Pero me rechaza tomándome de las manos o lo poco que puede con sus pequeñas manitas y me aparta lo más que puede haciendo una cara de asco.

-Vamos dale un abrazo a tu viejo.-Le ruego.

Temari ya no rie a carcajadas pero conserva esa cara de burla que ya me está empezando a molestar la miró pidiendo ayuda y ella cede.

-Vamos Shikadai dale un abrazo a tu padre apenas regresa de una misión y lo extrañabas mucho.

La forma en la que Temari insiste en hablarle a Shikadai a funcionado muchísimo para que a sus escasos tres años tenga un vocabulario excelente para cualquier niño de su edad que aún no habla claramente. Él tan solo la mira y niega con la cabeza.

-¿Cuál es el problema? – Insiste. Ahora ella también tiene la duda ya que se a ido a refugiar detrás de sus piernas y sujetando su kimono como si esa pequeña tela fuera alguna clase de herramienta de protección, esconde su rostro entre la tela y sus piernas para que su respuesta me dejara sin habla.

-Papá está sucio y apesta. No quiero oler mal ni tener polvo de nuevo.- Sonrio ante el problema.

-Esta bien hijo. Nos bañaremos de nuevo los dos juntos.- Trato de dar una solución.

-No quiero. Ve a darte una ducha primero y después te doy tu abrazo de bienvenida.-

Su respuesta fue absoluta.

A veces siento que se parece más a ella que a mí y eso me agrada. Termino mi ducha y salgo hacia la cocina donde me reciben dos pequeños brazos por las piernas. Así que me inclino y lo alzó en brazos para después acercarme a mi esposa y darle un beso después de dejar a Dai sentado en la encimera, quién aprovecha para robar un poco de lo que está cocinando su madre, sabe que eso la enoja y aún así decide cada cierto tiempo hacerlo y siempre es cuando estoy yo. Porque él sabe que la bronca no será con él. Es conmigo.

Ella tan solo me mira mal y yo le doy otro beso en la mejilla, tomo a Dai en brazos otra vez y lo siento en su lado de la mesa.

Y esa no fue la última vez que me hizo lo mismo. Así que cada que regreso de misiones voy a los baños públicos dentro de Konoha para poder recibir ese afectuoso abrazo que tanto espero junto al beso de mi esposa.

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Espero les haya gustado. Estoy publicando desde el celular asi que se me a complicado mucho y también debo agregar que soy muy nueva en la escritura asi que si hay algun error o alguna falla en la narración, párrafos, etc. Su crítica sera bien recibida para que me ayude en los que tengo actualmente sin terminar.

Sin mas que agregar un abrazo y beso virtual y espero que nos leamos pronto.