Lalalala- pensamiento de Enma
Bedshaped
Tsuna….yo… no quería…
Lagrimas. Sangre. Dolor. Desesperación. Tristeza. Soledad.
Muerte.
Le había traicionado, a el, a aquella persona que significaba tanto para el, A su cielo personal. Lo había traicionado y matado. Enma había seguido las instrucciones de su familia y había matado a Tsuna. Esto no era nada mas que un acto desesperado por volver al poder departe de su familia, como siempre, no le habían pedido opinión alguna, Enma no podía negarse. Pero aun así, era el jefe y no hizo nada por defender a su mejor amigo.
Dejo a una familia sin su cielo.
Enma se arrodillo y con lagrimas en los ojos miro al cuerpo sin vida de lo que fue su primer amigo. Todavía tenia el arma que había utilizado en sus manos, no tenia ninguna intención en ocultar que el había cometido el asesinato. Ni tampoco iba a negar que su familia fue la mente de todo esto. No, no lo iba a negar, iba a darle la espalda a su familia por primera vez.
Ya le daba igual todo eso, el significado de la palabra familia había cambiando en el instante en que su mejor amigo dejo de respirar.
…Bueno, es hora de volver…Tsuna-kun..
Enma agarro a Tsuna, ignorando toda la sangre, coloco el arma en su bolsillo y salio de la habitación.
Todavía recuerda sus últimos momentos con Tsuna. Enma le estaba hablando de una alianza entre ambas familia, una cooperación. Y el jefe Vongola estaba encantado con esa proposición, tener a una familia fuerte como Simon, y a su mejor amigo, como aliados, era una buena oferta. Además, la habitación se encontraba en la mansión Vongola, no era nada mas ni nada menos que la habitación privada del jefe, a la que solo tienen acceso sus guardianes… y el.
Dejando esos recuerdos de lado, Enma salio de la habitación y subió las escaleras, aquella mansión era inmensa, pero se sabia los recorridos de memoria. Se fijo la hora en su reloj de bolsillo…genial… Eran las 8 de la noche, hora en la que los guardianes y su jefe se reúnen para comer. Mejor horario no podría haber elegido… acabaría muerto, seguro. Es lo que menos le importa en este momento.
Recorrió la mansión. Camino lentamente. Todavía estaba procesando todo lo que había sucedido en las últimas horas, con la impresión de que todo era una horrible pesadilla, que su familia no lo había mandado a hacer nada y que su mejor amigo estaba con sus guardianes disfrutando la cena. Era mucho pedir para un jefe de la mafia ¿no?
Respiro lentamente. Había llegado al comedor. Su corazón empezó a latir con fuerza. Era ahora o nunca. Desde la puerta se escuchaban voces, voces conocidas para el, eran los guardianes y el arcobaleno, Reborn.
Respiro de nuevo.
….
….
No, no podía. No podía enfrentarse a las caras de dolor y odio, no podía enfrentarse a las lágrimas y a los gritos. No podía. Así que, hizo lo que siempre hizo en su vida, huir. Pero esta vez iba a huir para siempre y acompañar a su mejor amigo, dondequiera que este. Decidido, dejo el cuerpo de Tsuna en el piso y agarro el arma que tenia en el bolsillo
Tsuna kun…perdóname, fui débil, mi debilidad te mato, por lo tanto también mato una parte de mi. Te separe de tu amada famiglia, recuerdo que dijiste que sin ellos no vivirías. Es irónico, ne?. Pero también es irónico que tengas que morir para que pueda reconocer mis sentimientos hacia ti Tsuna… Siempre te ame y nunca lo supe, algo tan común en mi. Se que me perdonaras, te conozco, eso es otra cosa que amo de ti, eras tan bueno.
Pero ya no me lamentare mas, y te acompañare, de nuevo…
Perdóname por ser débil y por amarte, Tsuna.
Y se escucho un disparo.
Lo último que vio Enma fue la puerta abrirse. Por suerte no tenia que lidiar con todo ese dolor, no. Por que ahora estaría con la persona que ama, para siempre, en algún lugar.
