ACLARACIÓN: Bueno, en primer lugar DIGIMON no es mío, tampoco sus personajes, pero adoro a la persona que lo creó. Éste anime es propiedad de la TOEI, escribo sólo por diversión, sin fin de lucro ni nada de eso.
: -: : -: : -:
RAPSODIA
Rapsodia: Composición musical de forma libre y de inspiración a menudo popular.
Género: Yaoi
Pareja: Taichi X Yamato
Contenido: Angustia, Romance
Clasificación: NC-17
Título:
RAPSODIA
Versión 4.0
Escrito por: Meyka Tanimoto
Nota: Después de tantas ediciones y de que mi editora (Shade-chan, o mejor conocida como Sashi Miura) quisiera colgarme, me propuse terminar con ésta historia. La resubiré y releeré para arreglar inconsistencias. Si ven que los primeros capítulos están muy bien escritos y los demás no, es porque apenas se está reeditando éste fic. Gracias por su lectura.
Pensando: cursivas.
Hablando: - -.
Para futuras aclaraciones ((Al final del fic)):
Capítulo 1
El amor no pasa desapercibido
EL AMOR NO RESPETA EDADES, SEXO, NO TE PREGUNTA DE QUIÉN QUIERES ENAMORARTE,
SÓLO LLEGA Y CUANDO LO HACE PERTURBA TU VIDA.
ALGUNAS VECES TRATAS DE OCULTARLO, PUES LA SOCIEDAD TE SEÑALARÍA,
PIENSAS A CADA MOMENTO EN EL RECHAZO
CUANDO HAY UN RAYO DE ESPERANZA EN TU CORAZÓN, SU SONRISA
Un chico rubio de ojos azules se encontraba escribiendo en una libreta aquellos versos, y tan absorto estaba en sus pensamientos, que no se percató de que alguien se acercaba por su espalda y comenzaba a leer aquellas letras.
-¡Qué bonito!-le sonrió un chico de cabellos castaños y ojos amielados, los cuales hacían contraste con su piel morena- ¿De quién estás enamorado, Yamato?
El rubio no pudo reprimir el leve sonrojo que se asomó por su rostro, mientras ocultaba su libreta entre sus brazos.
-No, bueno, es que me lo pidieron en la clase de literatura, por eso... –tartamudeó un poco.
-Ah, bueno, a mí también me pidieron algo, pero no sé qué escribir –el moreno se sentó en la silla contigua a la del chico rubio y se le quedó viendo por espacio de unos segundos, rompiendo el silencio-, ¿tienen qué ser solo de amor?
-Claro que no.
-Genial, porque no sé mucho de amor –sonrió con un poco de condescendencia-. Pero parece que tú sí, ¿me ayudas?
-No creo que no sepas lo que es el amor –dijo con incredulidad.
-Es verdad –miró a los ojos al chico , ¿para ti qué es el amor?
-Pues... -Yamato se quedó pensativo por unos instantes-, el amor es una manera de expresar... no... es que...
-¿Ya ves? Ni siquiera tú lo sabes. A ver, dime entonces, ¿qué es un beso?
CON PASIÓN Y TERNURA ME ACERCO A TI,
LENTAMENTE UNO MIS LABIOS CON LOS TUYOS.
QUIERO OCULTARTE LO QUE SIENTO AHORA, UNAS GANAS INMENSAS DE LLORAR
Y ES QUE LO NUESTRO ES IMPOSIBLE, COMO SI QUISIESE LLEGAR AL MAR
EN UNA TERRIBLE Y FRÍA TORMENTA,
EN LA QUE SÉ QUE EN TUS BRAZOS ME PUEDO AHOGAR
-Pues la verdad no se puede expresar con palabras –Yamato se sintió frustrado por unos momentos, sin saber qué decir.
-Tú eres el experimentado, explícame cómo está eso.
-Pues verás... -se quedó pensativo una vez más y después movió la boca, pero ningún sonido escapó de ésta-, no lo sé.
-¿Lo ves? El amor no se puede enunciar con palabras, pero te atormenta, y el dolor que te causa puede expresarse de maneras inimaginables.
-Es verdad, ¡ya estás aprendiendo! –rio un poco, sintiéndose extrañamente complacido.
-Tengo un buen maestro -le sonrió pícaramente y después le tomó del hombro para que voltease hacia él-¿Por qué mejor no dejas eso y me acompañas?
-¿Adónde? -Yamato se extrañó por la pregunta, más cuando su libreta fue cerrada y sus útiles metidos a su mochila para llevárselos de allí, como a él, que fue arrastrado hacia la entrada de la biblioteca- ¿Taichi?
-Sora y yo iremos al cine –sonrió con condescendencia.
-¿Y qué tengo qué hacer yo ahí? –dijo con enfado.
-Pues no quiero ir solo, fue uno de los requisitos que ella pidió; además, llevará a una amiga que se llama...
-No saldré contigo, con Sora y con su amiga, esa... ¿cómo se llama…? -tono sarcástico- ¡Ah, sí... Mimi! -lo dijo aún más enfadado-. La última vez que salimos juntos terminé en el suelo por la bofetada que me dio cuando critiqué su peinado.
-Pero te veías gracioso tirado en el piso –el moreno comenzó a carcajearse al ver la expresión de su amigo.
-¡Pues no me causa gracia! –cruzó los brazos aún más enojado.
-¡Oh, vamos! Ella se enfadará si la dejo plantada, además sabes que Mimi no viene muy seguido a Japón, ésta es una oportunidad única.
-Pues no me importa.
Yamato lo dijo en su habitual tono de frialdad y después le volteó la cara al chico moreno antes de marcharse de allí, sólo que sus intenciones se fueron cuando fue tomado por la mano, fue detenido por él. Una extraña sensación pasó por todo su cuerpo y se sonrojó, sin motivo ni razón. Su corazón comenzó a palpitar a mil por hora, no lo pudo detener. Sus pies comenzaron a ceder, no se podía sostener. Volvió a la realidad por su voz, solo por él.
SI SÓLO TU MANO SE SIENTE ASÍ ACARICIANDO MI PIEL
¿COMO SE SENTIRÁN TUS LABIOS ROZANDO LOS MÍOS SENSUALMENTE?
DULCE Y EXTRAÑA MIEL QUE ALGUNAS VECES SABE A HIEL
QUE DESPIDE TU AROMA QUE ME ATORMENTA LENTAMENTE
-¿Entonces me acompañarás? –Taichi lo sacó de su ensimismamiento.
-Ya sabes que no, estúpido.
Se zafó del agarre y sin voltear hacia atrás salió corriendo de ahí, sin comprender el motivo por el cual sintió latir su corazón de esa manera.
Cuando llegó al departamento de su padre, rápidamente abrió la puerta y la cerró de un portazo, lanzando sus cosas a algún lugar de la sala para entrar en su cuarto.
Comenzó a pensar si era raro lo que sentía, llevándose una mano al pecho para acariciar lo que pensaba era el corazón
-No puedo entenderlo, quisiera saber por qué cuando estoy con él mi corazón comienza a latir tan fuerte. A veces late tanto, que me asusta que él llegue a escucharle golpear mi pecho.
Comenzó a pensar en voz alta, sabiéndose solo. ¿Acaso aquel sentimiento abría la esperanza de un inesperado amor?
-Sé que lo quiero, ¡sí! Pero no de esa manera, es mi amigo desde la primaria y, ahora que tengo 14 años, no puedo pensar en esas cosas. No podría hacerle esto a mis padres, a mi hermano, a él, a su familia, ¡a mí mismo! ¡No puedo sentir esto! Es prohibido para mí, para él. Además, él quiere a Sora, lo sé, porque la protege, porque fue por ella cuando Datamon la secuestró –se llevó una mano hacia el rostro, ocultándolo en ésta-. Y cometí la estupidez de decirle a Sora que "sí" ayer. ¿Qué hará Taichi cuando se entere…? ¿Cuando se entere que Sora y yo somos novios? Además, ¿cómo pude aceptar salir con ella cuando mis sentimientos se inclinaban hacia él? –dejó escapar un suspiro, sentándose en el piso cercano a su cama para apoyar su cabeza en el mullido colchón-. ¿Qué clase de persona soy? ¿Qué clase de mentiroso soy?
Se levantó rápidamente y se miró al espejo.
-¿Es malo lo que siento? ¿La sociedad me señalará? ¿Tendré el apoyo de los demás? ¿Qué sucederá si no es así?
Se desplomó en la cama y abrazó su almohada, como si fuese Taichi, como si fuese un sueño que no quisiese perder.
-Mañana será otro día y mis sentimientos se aclararán. Mi mente se despejará y dejaré de pensar en él, pero, ¿y si no es así? ¿Entonces qué haré? -hundió su cabeza en la almohada-. Nadie puede verme en este estado, será mejor descansar.
AMARTE ES LO QUE ME MANTIENE VIVO
ES POR TI QUE ADELANTE SIGO
LA MELODÍA DE MI CORAZÓN ME HA SEÑALADO
QUE ERES A QUIEN PARA AMAR HA ELEGIDO
Había tratado de conciliar el sueño, pero fue imposible por un buen rato. Vuelta tras vuelta, rodando en la cama, no pudo descansar, hasta que de pronto se quedó dormido.
Un rayo de luz cayó directamente sobre su ojo izquierdo, sobresaltándole; quiso acomodarse nuevamente para dormir, rodando por su costado derecho, hasta que cayó en la cuenta de que ya había amanecido.
-¡Es tarde!
Gritó, antes de lanzar las cobijas al suelo y salir corriendo directamente al baño para ducharse.
Minutos después corría con desesperación para llegar a la secundaria y evitarse un regaño por parte de los profesores y la burla de sus compañeros, mientras llevaba en los labios un pedazo de pan tostado con mermelada de fresa y mantequilla de maní, al momento en que se acomodaba el corbatín de la escuela.
-Se me hace tarde para llegar, ¿por qué demonios no me levanté más temprano? -Yamato corrió con mayor desesperación al ver que no había nadie en la entrada de la escuela- ¿Por qué demonios no sonó el estúpido despertador?
Por fin llegó al portón; sin embargo, casi salta del susto al sentir una mano sobre su hombro derecho.
-Ah, ¡buenos días Yama! –Taichi le sonrió cuando le vio-¿Te caíste de la cama?
-¿Por qué lo dices? –dijo extrañado al verlo frente a él como si nada.
-Son las siete de la mañana, temprano para ti –le miró de soslayo, repasándole de arriba abajo-. De verdad que te caíste de la cama, ¿no?
-¡Qué! –gritó al escuchar las palabras del otro.
-No grites –tapó sus oídos-. Como es raro que tú llegues temprano, aprovecharé la ocasión para charlar contigo, puesto que no lo hacemos desde hace tiempo.
-No es que quiera desaprovechar ésta oportunidad –intentó alejarse al sentirse tan cerca al otro chico-, pero es que no terminé la composición.
-Qué lástima. Entonces te mostraré la mía, a ver si te inspiras –sonrió con pena-. Claro que no lo harás, porque en serio no tiene nada qué ver con lo que la maestra pidió.
-Muéstramelo –de su interior surgió el interés por escuchar los versos que su mejor amigo había escrito.
-Está bien... -sacó una hoja arrugada de sus pantalones y comenzó a leer:
LA LUZ DE LA LUNA ALUMBRA MI CARA
PLATA FINA QUE DESPIDE EN CADA SUSPIRO
EL CIELO NO PUEDE SER MÁS HERMOSO
QUE CUANDO ESTOY CONTIGO
-Hasta ahora va todo bien –parpadeó un par de veces.
-Pues espera a lo que viene -dijo Taichi mientras arrugaba más la hoja y se sonrojaba.
IMPOSIBLE PASIÓN, PUES TE APARTAS DE MI LADO
COMO ESPERANDO A QUE YO TAMBIÉN LO HAGA
Y YO SUFRIENDO POR MI AMOR DESESPERADO
DEBAJO DE LA LLUVIA TORRENCIAL, QUE ME AHOGA
Y TE VAS RODANDO CON MIS ÚLTIMOS SUEÑOS
DE UNA VICTORIA MÁS GANADA
AÑORANDO ALCANZARTE POR LOS CIELOS
QUE ME ANUNCIAN QUE SE APROXIMA LA MADRUGADA
-Taichi –dijo con cierta seriedad-, no quisiera interrumpirte, pero...
-¿Si Yamato?
-¿Rueda? ¿De qué hablas?
-De mi balón –dijo con ensoñación-, es que es mi único amor.
-Me lo imaginaba... –puso cara de ingenuidad y después dijo en voz baja-, menos mal, pensé que hablabas de Sora.
-¿De mi ((Cielo))?-dijo mirando sorprendido a un Yamato de postura igual- Claro que no. Para ella sería de amistad, para mi balón, de amor; aunque, acá entre nos... –se sonrojó levemente-... me gusta Sora, pero no se lo digas, ¿quieres?
-Claro.
Y TODO MI MUNDO SE ACABÓ CUANDO LO SUPE...
SUPE QUE TE IRÍAS PORQUE LA AMABAS,
PORQUE LA AMABAS HASTA LA CUMBRE,
CUMBRE DE SU CIELO, DE SU MIRADA
La mañana pasó rápidamente, y a la hora del receso, Yamato se acercó a Sora y a Taichi, quienes platicaban, al parecer, amenamente debajo de un árbol. Al irse acercando pudo percatarse del enfado de su mejor amigo, debido a la discusión que ambos estaban sosteniendo, escuchando sin querer el final de la conversación.
-¡No podrás hacerlo! –Sora desafió al moreno.
-¡Lo conquistaré! –volteó su rostro hacia otro lugar- Aunque sea lo último que haga.
Yamato se detuvo en seco, ¿había escuchado bien las palabras de Taichi? ¡Dijo que "lo" conquistaría! Era un chico del que hablaban, al parecer.
-Está bien, si logras conquistar a Yamato entonces yo seré tu novia y romperé con él. Pero no sólo eso, si lo convences de tener algo más que un simple beso contigo, más que un simple "amorío" de primaria. Y quiero pruebas, pero después hablaremos de eso.
-Como quieras –sonrió con desdén-, esperaré ansioso el premio.
Yamato se confundió por todo eso, por lo que no supo cómo interrumpir, así que dio media vuelta y se fue de ahí sin hacer ruido. ¿Fue realidad lo que escuchó?
No había podido concentrarse en todo el día. Tuvo errores en sus ejercicios de matemáticas, una materia que realmente le gustaba, y todo por estar pensando en la conversación que sabía nunca debió haber escuchado.
A la hora de salida, tomó sus cosas, pero cuando se encontraba en la puerta principal, Taichi lo alcanzó.
-¡Oye Yamato! –el moreno llegó y le tocó el hombro, sobresaltándole sobremanera- ¿Puedo hablar contigo?
-Lo estás haciendo -lo dijo cortante, tratando de pasar desapercibido el golpeteo de su pecho por la decepción.
-Por favor –juntó sus manos para pedirlo.
-Está bien...
Yamato accedió, sin saber que aquello le conduciría a su perdición. Caminaron entonces sin rumbo fijo, ni dirección...
Aclaraciones finales:
Cuando Taichi preguntó: "¿De mi cielo?" se refería a Sora, ya que su nombre significa Cielo.
