Desde que comenzaron a ser compañeros, Neji consideró a Tenten como una persona servicial mientras que a Lee: perseverante. Por su puesto, que estas definiciones se quedarían guardadas en el lugar más escondido y recóndito de su mente, ya que por razones obvias no iba a compartirlos con ellos.

Pasó el tiempo continuando siendo equipo, convirtiendo los entrenamientos en rutina. Cada día ―si no tenían que presentarse a una misión― se encontraban los tres junto a su sensei para exprimir y avivar la flama de la juventud. La única mujer del grupo saludaba enérgicamente, lista para comenzar con el calentamiento previo.

Neji permanecía en silencio, aunque a veces por el apabullante vigor que su maestro desbordaba. El único que continuaba con su espectáculo era el otro joven con mallas verdes. Si Gai ordenaba diez vueltas, Lee haría el doble solo para autosuperarse.

Una vez seducido por la curiosidad de las recurrentes apuestas estúpidas y sobrexigencias de trabajo físico le preguntó por qué demonios era tan idiota y doblaba la orden de Gai-sensei.

―¡Hoy seré mejor que ayer! ―le respondió mientras hacía la pose de chico cool levantando el pulgar, sonriéndole, mientras se giraba dándole una vista de su espalda, dispuesto a correr las quinientas vueltas a la aldea que con anterioridad había acordado.

Bufó y vio que la castaña se posicionaba en frente a él, notando que tenía un kunai en la mano.

Sabía que ella esperaba que lanzara el primer ataque para comenzar con el entrenamiento. Adoptó el desplante característico del Byakugan ―también conocido como pose Neji según Tenten― preparado para comenzar.

Y así, la rutina le empezó a gustar.

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Esta es mi primera publicación acá, de verdad que estoy súper perdida ;_;