Héroes

Prólogo: "Mosaico"

Las cosas siempre pasan por una razón, eso es lo que se suele decir, quizás como una manera de encontrar una justificación a sucesos que realmente no podemos ni queremos entender. Una manera de echarle la culpa a alguien más sobre asuntos que muy posiblemente en realidad no sean culpa de nadie…

Muchos recordaban cuando y como empezó todo. Pero no todos tenían el ánimo o la disposición para hablar sobre ello. Otros simplemente fingían que las cosas siempre habían sido de ese modo, que el mundo que conocían nunca había cambiado y bloqueaban de maneta sistemática cualquier cosa que recordara al incidente que muchos llamaban "El sublime colapso"

Fue sin previo aviso, de un lugar o de otro aparecieron personas que aseguraban ser de "otra dimensión" de "una realidad alterna" después vinieron las peleas, las batallas de seres casi míticos, de dioses y demonios, luz y oscuridad luchando por prevalecer una sobre la otra; hasta que vino una calma, una extraña y perturbadora calma, fue cuando muchos se dieron cuenta, algunos por pequeños detalles otros por "enormes" detalles en su entorno. El suelo que pisaban, aunque familiar ya no era el suyo, todo a su alrededor parecía una copia de lo que solía ser, incluso algunas personas sentían que su propia vida no era la misma, una sensación de dualidad, como quien ve las cosas pasar a través de un espejo.

Pero había personas que eran más prácticas, dualidad o no, realidades alternas o dimensiones paralelas, la vida tenía que seguir su curso, la gente tenía que comer, que vestir, trabajar… Y sobre todo tenía que haber un gobierno y gente que mantuviera el orden.

Facciones de diferentes partes se unieron y crearon una junta, un concilio para que cada parte del nuevo y extraño mundo tuviera una voz, así fue creada la "unidad" la voz del nuevo mundo. Y un hombre fue elegido para mantener el balance en este gobierno de múltiples facciones.

Claro que hubo algunos debates y miradas de desconfianza ante la elección, especialmente entre los que conocían la carrera de este personaje pero al final de cuentas nadie más parecía dispuesto a tomar semejante responsabilidad.

Así pues, en el tercer año de la creación del nuevo mundo. Gendo Hikari fue elegido presidente de "Unidad"

0—

A través del enorme ventanal de su oficina podía ver como se extendía la ciudad, ahora sólo llamada ciudad uno.

Gendo pensó con una ligera sonrisa en los labios como los nombres podían ofrecer tanta seguridad a las personas, podía ser algo oscuro, algo aterrador, pero si sabían cómo se llamaba, entonces ya no les haría daño.

Se dio la vuelta y miró los documentos sobre su escritorio, había aun espacios que rellenar en el nuevo orden y dentro de poco el simple hecho de cubrirlos con una cortina de falsa tranquilidad no serviría, era como un telar muy delgado que empezaba a rasgarse, pero él tenía las cosas listas para cualquier eventualidad. Aunque muy en el fondo rezaba por un milagro que le facilitara las cosas.

Hubo un destello en un edificio a su izquierda y después una explosión. Las paredes blindadas de su oficina apenas se cimbraron, pudo ver el edificio caer y lo tomó apenas con un gesto de desagrado. En su vida había visto cosas peores que esa. Notó entonces que extrañas criaturas metálicas invadían la ciudad. Sin duda se necesitaría algo más que la policía para poder detener aquello, entonces alguien estaba luchando contra ellas, pronto se le unió una persona más, ninguno lucía como un ciudadano común… Gendo se cruzó de brazos pensando en la manera que el destino lo llevaba por la dirección correcta…

Fin del prólogo.